Israel está actuando como una organización criminal que opera de acuerdo con sus propias leyes
La ministra de Justicia Ayelet Shaked y el Fiscal General Avichai Mendelblit, 26 de octubre de 2017. Oren Ben Hakoon
El fiscal general Avichai Mendelblit autorizó el miércoles la
confiscación de tierras palestinas privadas para las necesidades de los
colonos de Cisjordania. Su decisión se debió a la petición de la
ministra de Justicia Ayelet Shaked para la pavimentación de un camino
hacia el puesto ilegal de Harasha, sin el cual sería imposible volverlo
"legitimo".
Su opinión se basó a todas vistas en la sentencia
del juez retirado de la Corte Suprema Salim Joubran sobre Amona. Joubran
dictaminó que el comandante militar en Cisjordania también debe velar
por las necesidades de los colonos, ya que se cuentan entre los
residentes de la región. Joubran citó la decisión del expresidente de la
Corte Suprema Aharon Barak de que "los israelíes en la zona tienen
derecho a la vida, la dignidad, la propiedad y el resto de los derechos
que disfrutan todos en Israel".
Con todos los conflictos que
plantean estas sentencias, la suposición de que Mendelblit está
implementando el veredicto de Joubran es infundada. Joubran subrayó que
la necesidad de proteger a los colonos no puede difuminar el estatus
especial de los palestinos, una población "protegida" según el derecho
internacional, y que el comandante militar debe tener cuidado de no
tomar ninguna medida que vulnere los derechos de los residentes del
Estado en favor de la ocupación.
Mendelblit y Shaked claramente
eligieron ignorar estos puntos. También están arrojando arena a los ojos
del público, porque el veredicto del tribunal no se ocupó de la
expropiación de tierras para las necesidades de las colonias y
tampoco dictaminó que tal acto fuera legal.
Ahora se puede
esperar que la opinión de Mendelblit sirva al apetito insaciable de los
colonos por las tierras privadas palestinas. Sin embargo, en el proceso
legal de blanqueo, los funcionarios involucrados omitieron, como
siempre, la cuestión de la legalidad de las colonias. De acuerdo con el
derecho internacional, todas las colonias de Cisjordania son ilegales.
Por lo tanto Mendelblit no puede legitimar el robo de tierras palestinas
en favor de un acuerdo en nombre de "necesidades públicas", porque el
público para el que se pretende robó la tierra en la que está habitando.
Israel está actuando como una organización criminal que opera
de acuerdo con sus propias leyes y está convencida de que puede
considerarse un cuerpo legal.
Mendelblit adornó su opinión con
una serie de calificaciones vagas como "factibilidad" y
"proporcionalidad". Estos términos no tienen ningún significado práctico
cuando se trata de la codicia por el robo de tierras que impulsa a os
colonos y al Gobierno. Tal opinión es conducente a vulnerar los derechos
de los palestinos, a la violación de la ley internacional por parte de
Israel y a socavar la legitimidad del sistema de justicia de Israel.
Fuente:
https://www.haaretz.com/opinion/editorial/1.823308
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