La nueva estrategia norteamericana de Zbigniew Brzezinski hacia Rusia y China
fuente. KATEHON
El
famoso politólogo estadounidense Zbigniew Brzezinski, una vez más
asusta a la humanidad al decir que con "el fin del papel global de
Estados Unidos... lo más probable será el caos mundial". Para evitar
esto, el defensor de la hegemonía norteamericana de los Estados Unidos
sugirió un Realineamieno global. Ese es el nombre de su artículo en la
revista
The American Interest. Así que, ¿cuál es el interés norteamericano según Brzezinski?
Para resumirlo brevemente, el contenido del artículo de Brzezinski se reduce a dos tesis:
1) Los Estados Unidos ya no son una potencia imperial mundial.
2) Como se ha mencionado anteriormente, el probable caos como resultado
del colapso de la hegemonía imperial estadounidense. A fin de que los
Estados Unidos mantengan su poder, Brzezinski ofrece varias recetas:
a) Hacer trabajar a los principales rivales geopolíticos de
Norteamérica - Rusia y China - en pro de los intereses de EEUU. Esto
supone aprovechar la crisis en el Medio Oriente como fuente de supuestas
amenazas comunes para las tres potencias.
"Estados Unidos sólo puede ser eficaz en el tratamiento
de la actual violencia en el Medio Oriente si se forja una coalición que
implique, en mayor o menor grado, también a Rusia y China".
"La perspectiva política para China en un futuro próximo es llegar a
ser el principal socio de Estados Unidos en la contención del caos
global, del tipo que se está extendiendo hacia el exterior (incluyendo
al noreste) desde el Medio Oriente. Si no se contiene, contaminará el
sur de Rusia y los territorios del Este, así como las parte occidentales
de china".
b) Hacer trabajar al mundo islámico hacia los intereses de Estados
Unidos. Para ello, una vez más Brzezinski recuerda su doctrina del
"despertar democrático mundial", que justifica la participación de los
Estados Unidos en la primavera árabe. El
quid de la cuestión es
simple: utilizar las fuerzas anti-estadounidenses para fortalecer la
dominación de Estados Unidos a través de los diversos mecanismos de
influencia e infiltración directa. Brzezinski afirma que debe prestarse
especial atención al hecho de centrarse en las masas del mundo no
occidental recién despertadas políticamente, y esto sólo puede
entenderse en el contexto de su teoría del despertar democrático
mundial. La aparición del ISIS en el mundo islámico, y antes que las
revoluciones de colores de los Hermanos Musulmanes, puede ser
considerada como la aplicación práctica de esta estrategia particular.
Estas fuerzas "sorprendentemente" crean problemas para todos, excepto
para los Estados Unidos.
c) Mantener la presencia militar de Estados Unidos en el Medio
Oriente por cualquier medio. El texto afirma que esto es crucial para
los Estados Unidos, ya que la retirada de inmediato desencadenaría el
colapso de la hegemonía estadounidense:
"Una retirada integral de Estados Unidos del mundo
musulmán favorecida por los aislacionistas domésticos, podría dar lugar a
nuevas guerras (por ejemplo, Israel vs. Irán, Arabia Saudita vs. Irán,
una mayor intervención egipcia en Libia) y generaría una crisis de
confianza aún más profunda en el papel estabilizador a nivel mundial de
los Estados Unidos. En diferentes maneras impredecibles, pero
dramáticamente, Rusia y China podrían ser los beneficiarios geopolíticos
de tal desarrollo, incluso aunque el orden global en sí mismo se
convierta en la víctima geopolítica más inmediata. Por último, pero no
menos importante, en tales circunstancias, una dividida y temerosa
Europa vería a sus estados miembros actuales en busca de patrones y
competir con otros en los acuerdos alternativos, pero separados, entre
el trío más poderoso".
En otras palabras, Brzezinski ofrece la siguiente estrategia, donde el Oriente Medio está jugando un papel clave:
1. Fomentar el caos y la guerra en la región, apoyándose en la fuerza del "despertar democrático global".
2. Declarar la guerra contra el terrorismo y trasladar la carga a
Rusia y China, aprovechándolos en un conflicto sin esperanza en la
región.
3. Mantener o incluso aumentar su presencia militar bajo el pretexto de preservar la estabilidad en el Oriente Medio.
Por supuesto, todo esto está enmascarado en las tesis de la lucha
contra el terrorismo y en prestar atención al sufrimiento de los
musulmanes y de los habitantes del Tercer Mundo en general, y en que los
principales actores de la crisis en el tablero del Medio Oriente de
Eurasia - Rusia, China, Irán, Turquía, Israel, Egipto, Europa y Arabia
Saudita - están invitados a participar en ella. El pretexto es que todos
están interesados en la resolución del conflicto, pero en realidad
eso sólo conducirá a un conflicto de intereses y a aumentar el caos.
"La amenaza global del terrorismo islámico" no es una "amenaza"
per se.
Los EE.UU. resultaron gravemente golpeados por el islamismo sólo una
vez en su historia, el 11 de septiembre de 2001. En los EE.UU., los
musulmanes representan aproximadamente el 1% de todos los ciudadanos, a
diferencia de las poblaciones de varios millones de musulmanes de Rusia y
China. Y, a diferencia de estos dos países, no hay ninguna región en
los EE.UU., donde pueda emerger la amenaza del separatismo islamista.
Los EE.UU. están separados de la región en conflicto por el Océano
Atlántico. Por lo tanto, los EE.UU. pueden permitirse el lujo de jugar
en dos mesas a la vez: apoyar de forma encubierta a los extremistas y
combatir el terrorismo, aprovechando a Rusia y China en el conflicto y,
posteriormente, debilitando al mundo islámico también.
Norteamérica espera utilizar a los extremistas islámicos cultivados
por Estados Unidos para volver a comprometer a Rusia en su órbita, como
se ha señalado, probablemente una Rusia post-Putin. Será la amenaza del
islamismo lo que se utilizará para involucrar a Rusia en un sistema
norteamericanocéntrico.
Brzezinski declaró abiertamente que esta estrategia pro-occidental
confía en el nacionalismo ruso, o en la transición de Rusia desde la
ideología bizantina imperial expansionista al concepto de estados rusos
nacionales burgueses europeos como parte del mundo occidental:
"El propio futuro de Rusia depende de su capacidad de convertirse en
un Estado-nación importante e influyente, que sea parte de una Europa
unificada".
Es significativo que Brzezinski, de acuerdo con la tradición
geopolítica clásica, considera a Rusia el principal enemigo de Estados
Unidos, y no a China:
"Y es por eso que incumbe a los Estados Unidos modelar
una política en la que al menos uno de los dos estados potencialmente
amenazantes se convierta en un socio en la búsqueda de la estabilidad
regional y luego global, y por lo tanto en la contención del menos
predecible, pero potencialmente más probable rival para extenderse. En
la actualidad, es más probable que el que se extienda demasiado es
Rusia, pero en el largo plazo podría ser China ".
El análisis de Brzezinski se basa en una manipulación de los hechos y
en simples mentiras, diseñadas para ocultar los bordes ásperos de su
visión.
En primer lugar, está absolutamente equivocado cuando evalúa la
posición de Rusia. Desde el punto de vista de Brzezinski, este país está
en la última fase convulsiva de su involución imperial. Mientras tanto,
Rusia se reunificó con Crimea en 2014, y antes, en 2008, llevó a cabo
una exitosa campaña militar en Georgia. En 2015-2016, por
primera vez
desde el colapso de la URSS, Rusia lanzó una campaña militar en el
extranjero, en Siria. Rusia demuestra, no una involución imperial, sino
un renacimiento imperial. Incluso si Rusia trata de convertirse en un
Estado-nación, eso sólo le empujara a expandirse, ya que millones de
rusos viven en los territorios de Ucrania, Bielorrusia, los países
bálticos y Kazajstán. Ambas versiones imperiales y verdaderamente
nacionales de Rusia no encajan en la visión de Rusia de Brzezinski como
uno de los estados de la Unión Europea.
En segundo lugar, Brzezinski no tuvo en cuenta las nuevas potencias
emergentes: India, Brasil y Sudáfrica. Indirectamente, esto puede
significar que los Estados Unidos les han dejado, con la esperanza de
derrocar a su élite independiente por medio de revoluciones de color y
golpes de estado, como ocurre actualmente en Brasil. Sin embargo, su
potencial anti-occidental demográfico, económico y, como en el caso de
la India, ideológico, es extremadamente alto.
En tercer lugar, pasa por alto el potencial de la desintegración
dentro de la "Unión Europea". La crisis migratoria, el colapso de
Schengen, las diametralmente opuestas posiciones entre los líderes de
los estados sobre temas clave, y el crecimiento del euroescepticismo,
son todos problemas de la zona euro. Esta no es una Unión en la que
Rusia quisiera entrar. Esta no es una Unión donde las ideas de
Brzezinski puedan promover la agenda globalista: "desempeñar un papel
constructivo en tomar la iniciativa en lo que respecta a las amenazas
transnacionales para el bienestar mundial e incluso la supervivencia
humana".
En cuarto lugar, Brzezinski demuestra pensar dentro del paradigma
neorrealista de la "estabilidad hegemónica". El colapso de la hegemonía
de Estados Unidos en su opinión significaría el colapso del orden
mundial como tal. Pero, en primer lugar, los EE.UU., de ninguna manera
contribuyen a la preservación del orden mundial, convirtiendo el mundo
entero en una zona de caos controlado, utilizando la teoría de otro
analista norteamericano, Steve Mann. ¿Por qué sería un factor de
estabilidad en el futuro? En segundo lugar, una serie de neo-realistas
cree que el mundo bipolar tendrá un equilibrio mayor que uno unipolar.
En tercer lugar, existe un modelo de mundo multipolar como un mundo
dividido en "grandes espacios" imperiales, que tiene en cuenta la
diversidad de las civilizaciones del mundo. Tampoco es un caos, pero es
la alternativa más adecuada al unilateralismo estadounidense.
Se puede concluir que el artículo de Brzezinski demuestra los
intentos desesperados de la élite estadounidense por mantener su
hegemonía en el mundo. Al mismo tiempo está lleno de clichés
propagandísticos, y en muchos casos su evaluación de la situación no se
corresponde con la realidad.