Trump y el simulacro de guerra contra Irán
“Las tres amenazas más graves para EEUU son “Irán, Irán, Irán“,
es la opinión del Secretario de Defensa James Mattis, quien dirigía la
maniobra militar realizada la semana pasada en el Golfo Pérsico, con la
participación de EE.UU., Francia, Gran Bretaña y Australia. La notica
fue sepultada por el ruido mediático de las medidas xenófobas de Donald
Trump. Miles de soldados de la OTAN se preparan para una nueva ronda de
invasiones militares. Para empezar, el Pentágono está preparando el plan
de crear una zona de exclusión en Siria (que será vigilada al menos por
unos 20.000 soldados), mientras el equipo anti-iraní de Trump combina
amenazas militares con la guerra psicológica contra Teherán. El Congreso
debatirá la autorización de “el uso de las Fuerzas Armadas para impedir que Irán obtenga armas nucleares“. ¡Otra guerra preventiva ilegal!
En los últimos días, el régimen de Trump ha incluido a Irán en la lista
de los afectados por la restricción migratoria, le ha acusado de “jugar
con el fuego” por haber probado un misil de corto alcance (ni una
palabra dijo sobre la prueba hecha por Pakistán de un misil balístico
con capacidad nuclear); de amenazar los intereses de los aliados de
EEUU por el ataque de
los houthies yemeníes a un barco saudí y de ser el mayor Estado patrocinador del terrorismo.
¿Quién es Mattis?
El Secretario de Defensa, James Mattis, apodado el “perro loco” ha
desvelado el gran secreto a su audiencia: que es Irán el creador del
Estado Islámico. ¿Pretende a caso lo que hizo Bush en vincular
falsamente a Iraq con Al Qaeda para justificar su invasión? Vaya, según
Eduard Snowden han sido
los servicios de inteligencia de EEUU,
Reino Unido e Israel quienes crearon a estos monstruos? Hasta el propio
Trump confesaba, hace unos meses, que solo Rusia, Irán y el ejército
sirio luchaban contra el ISIS. Este general que desde hace décadas se
dedica a matar inocentes civiles (en Vietnam, Iraq y Afganistán) y lleva
30 años con ganas de añadir a los iraníes a su lista, fue apartado por
el ex presidente Obama de su puesto del jefe de Comando Central de
EE.UU., por oponerse a su política de distención con Teherán junto con
otros generales “amotinados”.
Mattis implementó la doctrina de la Contrainsurgencia – del uso de
torturas, secuestros y guerra psicológica en Irak, donde los siniestros
John Negroponte y Robert Ford, desde la embajada de EEUU en Bagdad
organizaron los Escuadrones de Muerte chiitas y sunnitas para
hundir aun más el país en un caos controlado que dura hasta hoya. En una
de las la operación que dirigió el 19 de mayo de 2004 en la aldea
Mukaradeeb masacró a 42 niños, mujer y hombres que celebraban una boda.
“No tengo que disculparme por la conducta de mis hombres” es
todo lo que se le ocurrió decir éste “perro loco” (y con perdón a éste
noble animal). Luego en el enero del 2011,Ford es designado por Obama
como embajador en Damasco, fecha del inicio del estallido de los coche
bombas y la guerra en Siria. Dos años después estaba de embajador en El
Cairo, apostando por la organización de extrema derecha sunnita, los
Hermanos Musulmanes.
“Hacer a EEUU grande otra vez” es el mismo viejo y fracasado Proyecto
del Siglo de América, elaborado por Bush, Rumsfeld, Wolfowitz.
Las aportaciones del trampismo
El equipo de Trump reúne tres inquietantes rasgos en la política exterior:
1) Es iconoclasta: ha roto con las reglas tradicionales de la
diplomacia, cambiando la forma, el contenido y los mecanismos que
regulaban las relaciones entre los Estados.
2) Es un grupo reducido de concejeros quienes toman las decisiones,
3) y que sin debatirlas en las instituciones del Estado, las ponen en marcha.
El documento de la Estrategia Militar Nacional señala que las “4+1
amenazas” a EEUU son por este orden: Rusia, China, Irán, Corea del Norte
y VEOs (siglas en inglés de Organizaciones Extremistas Violentas). A
diferencia de Obama, Trump ha empezado por Irán, creyendo que es el
eslabón más débil de la cadena. Su enfoque bélico es el realismo al
desnudo:
b) Poco probable que utilice a la ONU para dar cobertura legal a sus agresiones militares.
c) Reduce el peso de la política de “cambio de régimen”, financiando movimientos de apariencia democrática.
Aunque en esta fase, Trump pretende castigar a Teherán por querer
mantener su estatus natural de la potencia regional y evitar que
consolide su alianza con Rusia y China, su verdadera tentación es
apoderarse del propio país por ser la primera reserva mundial de gas y
la tercera de petróleo (
Rex Tillerson se muere de ganas).
Ya en 1980, EEUU elaboró la doctrina de “Doble Contención” para
obstaculizar el desarrollo económico, militar, político y social de Irak
e Irán (también a beneficio de Israel), y una vez que convirtió a Irak
en un gran cementerio y un montón de escombros, no ha parado de contener
a Irán.
”Antes de declarar la guerra, conoce la cultura de tu enemigo”
Éste no es un concejo de Sun Tzu, pero Barak Obama, el presidente que
más sentido común ha mostrado en relación a Irán, lo intuía. Congeló el
plan de ataque a Irán, y consciente de que ésta nación, como se dice en
persa, era una bocata demasiado grande para ser devorada incluso por la
superpotencia, se rodeó de asesores iraníes para saber cómo convertir
éste enemigo a aliado sin disparar una sola bala. Combinó el “palo y la
zanahoria”, y utilizó un seductor lenguaje para dirigirse tanto al
pueblo iraní como a sus autoridades: alababa la aportación iraní a la
civilización mundial, y mientras le amenazaba incluso con un ataque
militar, nunca le faltó el respeto. Sabía que éste era línea roja de los
iraníes: nunca perdonan una humillación. La “dignidad y orgullo
nacional” iraní es un profundo y arraigado sentimiento y también
conciencia de pertenecer a una de las primeras cunas de la civilización
humana, ha creado una identidad que está por encima de los régimen que
le han gobernado durante su larga historia. Una fuerza que hoy es capaz
de unir en defensa de la patria a la derecha laica del ex príncipe Reza
Pahlavi, la izquierda marxista duramente perseguida, y los partidarios
de la República Islámica, apoyando a su ejército contra cualquier
agresión extranjera. Lo mostraron durante la guerra con Irak
(1980-1988).
Puede que, en esta fase Trump sólo pretenda
forzar a Irán a hacer mayores concesiones.
El acuerdo nuclear no ha posibilitado el regreso de EEUU al mercado
iraní por el clima de hostilidad creado por ambos estados durante las
últimas tres décadas. Teherán, hoy no va a admitir más presiones, por lo
que Washington sin ganar nada, perderá un magnifico acuerdo para EEUU,
Israel y Arabia Saudí, que es el más importante firmado por Washington
desde Camp David.
Trump había dicho que no se debería hablar de una acción militar antes
de que se inicie, y aunque repite la cansina frase de que “
no se descarta ninguna opción”. Esperemos que en la Casa Blanca éste acompañado por algún adulto.