viernes, 21 de septiembre de 2018

¿Políticos de premio Nobel?


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¿Políticos de premio Nobel?

 

 

María Teresa González Cortés

El presidente Barack Obama recogía el 9 de octubre de 2009 la notificación del Premio Nobel de la Paz. Inexplicablemente. La excelente campaña política, que realizó en Internet en el uso de las redes sociales, le permitió a Obama alcanzar la Presidencia de los EE UU. El halo conciliador que le escoltaba, su impostada benevolencia, su forma de rebajar la gravedad en los conflictos nacionales e internacionales, su oposición al imperialismo norteamericano… hicieron de él, de Barack Hussein Obama, la persona apropiada para recibir el galardón del Premio Nobel de la Paz.
Curioso, muy curioso porque solo en 12 de meses de presidencia este excelente mago de la política triplicaba la venta de armas. Y lejos de los mensajes buenistas que le condujeron a la Jefatura de la Casa Blanca, Barack H. Obama en ningún momento clausuró el uso ilegal de ese gulag nazi o estalinista que es la penitenciaría de Guantánamo.
Obama disfrutó del triste galardón de haber mantenido más tiempo a EE UU en guerras que otros presidentes norteamericanos anteriores
Tiene su ironía que tras 115 años en vigor del Tratado de Guantánamo debamos estos días recordar al filósofo Cesare Bonesana Marqués de Beccaria, autor de la obra De los delitos y las penas (1764), libro celebérrimo en la que este jurista critica los excesos que se cometían contra los penados en el interior de las cárceles. Y tiene su ironía, digo, ya que Obama, aunque logró el apoyo incondicional de los medios de comunicación, nunca fue en ningún momento el tal “Beccaria”. Y a ocho meses de salir de la Casa Blanca Obama disfrutó del triste galardón de haber mantenido más tiempo a EE UU en guerras que otros presidentes norteamericanos anteriores, como Franklin D. Roosevelt, Lyndon B. Johnson, Richard M. Nixon o incluso el mismo George W. Busch, entre otros.
Si Obama es el Presidente más belicoso de la historia de EE UU, ¿qué hace Obama con un Premio Nobel de la Paz en su haber? ¿Por qué no lo devuelve? Y si la brutal guerra de drones que Obama llevó a cabo, junto a la participación de EE UU en conflictos foráneos (Afganistán, Pakistán, Libia, Siria, Irak, Yemen, Somalia, Ucrania), constituye un dato altamente relevante, ¿por qué el comité noruego del Premio Nobel (cuyos miembros son políticos retirados nombrados por el Parlamento) no exigió al antipacifista Obama la devolución del alto galardón?

De Obama a Birmania

En Birmania, Aung San Suu Kyi, tras muchos años de encarcelamiento y represión por las autoridades de su país, pudo ser (re) conocida internacionalmente. Y gracias a su defensa de los derechos humanos, de las minorías… saboreó las mieles del Premio Sajarov en 1990. Un año más tarde, las honras del Premio Nobel de la Paz. La concesión de estos méritos venía avalada por su espíritu recto, indómito, por su valentía, su crítica a los despotismos y su salvaguardia, en fin, de los valores de la democracia.
Sin embargo, en política las cosas no son como las relatan los cuentacuentos. Sobre todo cuando Aung San Suu Kyi ha dado muestras de estar muy lejos de lo que defendía y ahora es cómplice de los asesinos de los rohinyás. El silencio prolongado que la actual lideresa birmana ha mantenido en la matanza de los rohinyás o ruangás (de fe hindú, budista, cristiana y musulmana), perpetrada por miembros del ejército birmano, ha hecho añicos la imagen de compromiso moral que Occidente tanto respetaba en este icono (casi de porcelana china) de rectitud que personificó no hace mucho tiempo Aung San con su lucha contra la tiranía.
El sudafricano Nelson Mandela estuvo implicado en sus años de juventud en la elaboración de atentados terroristas, lo mismo que el egipcio Yasser Arafat. Y sin embargo recibieron el Premio Nobel de la Paz
Además, que la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi (que asumió en 2016 los Ministerios de Exteriores, Energía y Educación, así como la Oficina de la Presidencia de Birmania) no defienda en estos momentos la libertad de prensa es un síntoma clarísimo de que no va a dar amparo a los periodistas que documentaron las matanzas de los rohinyás y han sido condenados en Birmania a una pena de siete años de prisión, a juicio de Aung San Suu Kyi por publicar secretos oficiales.
Es plausible que el problema resida en que no se debe a la ligera entregar nuestra confianza a los políticos incluso con Premios Nobel y cuyas actuaciones no son tan merecidas, tan claras y honestas o ni tan siquiera pacifistas como de ellos se predica en un blablablá de olvidos y panegíricos interminables. El sudafricano Nelson Mandela estuvo implicado en sus años de juventud en la elaboración de atentados terroristas, lo mismo que el egipcio Yasser Arafat. Y sin embargo recibieron el Premio Nobel de la Paz. Y qué decir, en esta lista de despropósitos y dudas más que razonables, del acreditado y geo-estratega Henry Kissinger que con una mano recibía el Premio Nobel de la Paz en 1973 por llevar a buen puerto las negociaciones del Tratado de Paz con Vietnam mientras que, con la otra, urdía ese mismo año el derrocamiento del Presidente chileno Salvador Allende.
Foto: Marc Nozell

La noticia ha muerto


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La noticia ha muerto 

 

 

Dante Augusto Palma

Revisando el diálogo que en 1975 tuvieran Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato a instancias del escritor argentino Orlando Barone, encontré el siguiente intercambio acerca del valor de las noticias.
Sábato: La noticia cotidiana, en general, se la lleva el viento. Lo más nuevo que hay es el diario, y lo más viejo, al día siguiente
Borges: Claro. Nadie piensa que deba recordarse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido (…)
Sábato: Sería mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo verdaderamente importante (…) ¿Cómo puede haber hechos trascendentes cada día?
Borges: Además, no se sabe de antemano cuáles son. La crucifixión de Cristo fue importante después, no cuando ocurrió. Por eso yo jamás he leído un diario (…)”
Estas breves reflexiones me llevaron a posar la atención en la cuestión de la periodicidad y a observar que en la enorme cantidad de publicaciones del campo de la teoría comunicación referidas al concepto de “noticia” o a la relación entre lo que los medios afirman y la realidad, no abundan los énfasis en el vínculo entre los hechos y los modos de producción de la noticia, formato que ha hecho que se naturalice que todos los días haya noticias y que todo lo que sucede deba agruparse en resúmenes diarios. Efectivamente, podrá haber variaciones de país en país o en determinados momentos históricos pero desde la irrupción del periodismo y su posterior amplificación a través de la radio y la TV, nos habituamos a que las noticias ocurren por día o, en todo caso, las noticias pueden dividirse en una versión matutina y otra vespertina.
El periodismo ha sustituido eficientemente a la metafísica, la filosofía, la ideología social, la discusión de las ideas y hasta el mismo arte
Ya en 1993, el periodista argentino Claudio Uriarte escribía al respecto que “el periodismo ha otorgado legitimidad a una idea cuya única verdad son los ritmos de reproducción de la fuerza de trabajo de la productividad alienada: la noción de que el tiempo transcurre en períodos de 24 horas por día (o de una semana o de un mes) (…) El concepto mismo de periodicidad es lo que debe ser críticamente puesto en duda, tanto más en un mundo en que el periodismo ha adquirido la legitimidad autorreferente y tautológica de un poder que se encuentra más allá de todo cuestionamiento, y en una sociedad en la que el periodismo ha sustituido eficientemente a la metafísica, la filosofía, la ideología social, la discusión de las ideas y hasta el mismo arte”.
Sin embargo, con la irrupción de internet los tiempos se aceleraron y si bien los medios tradicionales sostienen modelos clásicos, lo cierto es que la noticia se actualiza constantemente, los tiempos de lectura y de desarrollo son escasos, los periodistas de la vieja guardia ceden su lugar a jóvenes pasantes que conocen más de redes que de periodismo y la respuesta del público a las noticias que el medio brinda se puede cuantificar con exactitud inmediata.
Siguiendo lo indicado por Uriarte, entonces, no es casual que la desregulación del tiempo y el espacio de una producción de la noticia en la que, en muchos casos, ni siquiera existe una redacción y los redactores son freelances con contrataciones temporales, haya alterado la periodicidad clásica. Así, si Sabato viviera diría que lo más nuevo es el minuto actual y lo más viejo el minuto que acaba de pasar, y Borges debería afirmar que lo que se escribe para el inmediato olvido son los portales de noticias.
Este imperio de la velocidad ha alterado, naturalmente, el modo en que se hace periodismo y lo ha alterado para peor. Porque el medio es el mensaje pero la escasez de tiempo es un mensaje más potente aún a tal punto que la noción misma de noticia está en tela de juicio. En otras palabras, ya no solo discutimos, como lo hacemos desde hace décadas, qué es una noticia, qué hecho merece ser noticia, o desde cuándo el llegar primero se transformó en un valor para el periodismo.
Y la razón está a la vista: como el modelo del negocio periodístico hoy es la publicación de notas constantemente, aunque más no sean las repercusiones del último video viral de un hombre que se cae al agua, y la competencia online hace que los competidores puedan observar en tiempo real qué es lo que está publicando la empresa periodística con la que se disputa el mercado, la primicia ya no alcanza.
Antes había que publicar rápido el hecho. Ahora hay que publicar tan rápido que ni hay tiempo para que el hecho acontezca y menos tiempo aún para su corroboración
Efectivamente, ni siquiera tiene sentido discutir la cantidad de estupideces que se publican como noticias porque ahora se llega a publicar algo que ni siquiera se ha transformado en un hecho. Dicho de otra manera: antes había que publicar rápido el hecho. Ahora hay que publicar tan rápido que ni hay tiempo para que el hecho acontezca y menos tiempo aún para la corroboración de lo sucedido y el chequeo de las fuentes. A este fenómeno se lo menciona de modo cool como “noticia en proceso” y es cada vez más utilizado en los portales de noticia. Pero no se trata de otra cosa que un eufemismo por el cual debería entenderse un “tenemos rumores de que algo estaría pasando y vamos a publicarlo antes de que lo haga nuestro rival. Cuando finalmente sepamos qué sucede actualizaremos la información”.
Que la noticia no esté “terminada” porque hasta puede que el hecho todavía no se haya consumado completamente, pretende eximir de responsabilidad ante los posibles errores o la información falsa que se vierta en la “noticia en proceso”. De hecho, en la lógica de lo que está en proceso nunca hay errores, solo actualización y este punto es central porque de esta manera la actualización se transforma en un valor que reemplaza a lo chequeado y a lo verdadero aun cuando la misma noticia en proceso tenga diez actualizaciones que no hacen más que demostrar que las nueve versiones anteriores eran erróneas o, como mínimo, incompletas.
Si lo primero que se enseña en una facultad de periodismo es que “noticia es que un hombre muerda a un perro y no a la inversa” nos enfrentamos al problema de que hoy, en la necesidad de actualización constante y frenética, un portal puede publicar el incidente entre un perro y un hombre antes que el incidente tenga, efectivamente, lugar. Paradojas de un mundo atravesado por noticias cuando la noticia, como tal, ha muerto.
Foto: Micah Williams

El maestro ignorante o la degradación de la educación


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El maestro ignorante o la degradación de la educación

 

 

Carlos Barrio

En El Maestro ignorante Jacques Rancière hace suyas las experiencias del pedagogo francés del siglo XVIII Jean Jacotot, quien puso en práctica una nueva forma de entender la enseñanza, no autoritaria, horizontal e integradora. Ranciere se basa en las experiencias de Jacotot para denunciar el papel ideológico de la educación, como instrumento al servicio de la dominación de clase y legitimador de esquemas de desigualdad. Frente a la desigualdad, Jacotot propugnaba el “comunismo de las inteligencias”, donde la relación jerárquica entre maestro y alumno es sustituida por una especie de comunidad de iguales donde el profesor no es tanto un transmisor de conocimientos cuanto un mero guía que alumbra las incursiones de sus alumnos por los ignotos senderos del saber.
Las pedagogías comprensivas, herederas del método Jacotot, postulan la igualación por debajo, el desprecio de la meritocracia y privilegian el método por encima del aprendizaje de contenidos. Estas se empezaron a implantar después de la Segunda Guerra mundial en el norte de Europa y en especial en el Reino Unido, donde acabaron por desplazar a las meritocráticas “Grammar Schools” inglesas hasta convertirlas en una “rara avis” en dicho país.
En España las pedagogías comprensivas tuvieron su puerta de entrada con la aprobación de la Ley General de Educación (1970), durante el tardo franquismo y alcanzaron su cenit en la LOGSE
En España las pedagogías comprensivas tuvieron su puerta de entrada con la aprobación de la Ley General de Educación (1970), durante el tardo franquismo y alcanzaron su cenit en la LOGSE, cuya filosofía se basó fundamentalmente en estas ideas contrarias a la selección y al esfuerzo individual en el aprendizaje. Estas ideas suponen la entrada de planteamientos democratizadores en el aula, frente la concepción jerárquica de la docencia que destaca que la superioridad intelectual del maestro sobre el alumno radica en que éste se supone que domina aquello que el alumno se supone quiere aprender.
Tradicionalmente la izquierda siempre vio en la enseñanza un poderoso instrumento de promoción social, de ahí que las escuelas y facultades de países como la antigua Unión Soviética tuvieran un carácter elitista que primaba la calidad sobre la cantidad del alumnado. Incluso un protocomunista como fue Platón intentó en sus diálogos trasplantar el modelo verticalizado de la “paideia griega” al ámbito de la política, de forma que sólo los “sofoi” (sabios) fueran los que dirigieran la sociedad, estableciendo en La República un detallado programa educativo para aquellos destinados a las más altas funciones del gobierno.
Este cambio de paradigma en las ideas educativas de la izquierda se explica por la confluencia de una serie de factores. Por un lado, la difusión de las ideas sesentayochistas que siempre vieron en la meritocracia en la educación un resabio burgués o la influencia de las ideas de la llamada Escuela de Frankurt que denunció el carácter eminentemente instrumental de la educación en el capitalismo, como un simple medio para facilitar la formación de cuadros técnicos especializados en detrimento de una educación que fomentara un espíritu crítico con el sistema. A esto se vino a unir la promoción de la figura del pedagogo por encima de la del profesor en el diseño curricular de los planes de estudios para cambiar los planteamientos educativos tradicionales.
Esta escuela comprensiva, inicialmente pensada para los niveles educativos inferiores, ha ido extendiendo su ámbito de aplicación a ámbitos educativos superiores, en la medida en que nuevas generaciones, educadas en la cultura del no esfuerzo, accedían a niveles superiores. Incluso algunos de los egresados en tan estéril credo pedagógico alcanzaban las más altas dignidades académicas. Se convertían en el ideal de Jacotot, en maestros ignorantes, dispuestos a impartir su docta ignorancia en cátedras universitarias, repartidas por doquier, al amparo de políticos dispuestos a ampliar sus redes clientelares con el mayor número de clientes políticos en el mundo universitario.
La educación superior ha servido de instrumento de propagación de ideas radicales de izquierdas en buena parte de los países occidentales
El escándalo universitario en el que se han visto implicados numerosos políticos españoles no deja de ser un epifenómeno de este proceso de degradación intelectual de la universidad, donde la difusión del saber es menos importante que el adoctrinamiento o el pago de favores a la comunidad universitaria por parte de políticos tan ambiciosos como poco escrupulosos.
La educación superior ha servido de instrumento de propagación de ideas radicales de izquierdas en buena parte de los países occidentales. Los llamados cultural studies han moldeado las mentes de la intelectualidad en los EEUU desde los años ochenta. Una impresionante obra de ingeniería social, que ha servido para difundir ideas colectivistas, hipercríticas con el capitalismo y de la democracia representativa, así como para crear una nueva jerga política entre las nuevas generaciones.
Se pedía eliminar del currículo académico el estudio de ciertos filósofos como Descartes o Kant por resultar demasiado androcéntricos y poco sensibles a la temática colonial
El feminismo radical cultural y los estudios multiculturales se han convertido en materia transversal que moldea la mentes de generaciones enteras de universitarios originando situaciones cercanas al esperpento, como la producida en Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la prestigiosa Universidad de Londres, en la que se pedía eliminar del currículo académico el estudio de ciertos filósofos como Descartes o Kant por resultar demasiado androcéntricos y poco sensibles a la temática colonial. Se da la infeliz circunstancia en muchos campus universitarios norteamericanos de la difusión de los llamados espacios seguros, donde el libre debate o la difusión de idas contrarias a lo políticamente correcto es proscrita en aras de la protección de la sensibilidad de los estudiantes.
La nueva izquierda no parece estar tan interesada en formar como en adoctrinar
El nuevo populismo de izquierdas encuentra, en países como España, Grecia o Italia, un terreno abonado para que sus ideas tengan amplio respaldo. Buena parte de la izquierda ha perdido el norte, en lo que se refiere a la educación. Esta siempre ha constituido el principal instrumento de promoción social (mucho más que la pura transferencia de rentas). Por medio de la educación, personas de orígenes humildes pueden ascender en el escalafón social y económico. La izquierda clásica entendió esto muy pronto, de forma que en la socialdemocracia escandinava se dedicaron ingentes cantidades de medios para proveer una escuela pública de mucha calidad, que permitiera que las capas populares accedieran al saber. También tenían claro que la educación no es sólo cuestión de medios, es fundamentalmente cuestión de principios
La cultura del esfuerzo, la exigencia y el respeto en el aula son tan importantes como una correcta asignación de medios materiales. La nueva izquierda no parece estar tan interesada en formar como en adoctrinar. La trasmisión del nuevo abecedario político es más importante que la geografía, el cálculo, la literatura o las artes plásticas. Uno de los grandes errores que se ha cometido en España ha sido dejar que la “educación” se haya convertido más en un laboratorio de ideas, que en una etapa de aprendizaje. Los valores son muy importantes, pero sin un acervo de conocimientos que proporcionen herramientas críticas, se convierten en estériles consignas. Así se da la infeliz circunstancia de que posiblemente tengamos la generación de políticos más egresada de nuestra historia a la par que la más ignorante.
Foto: Cole Keister

En la era de los votantes estúpidos


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En la era de los votantes estúpidos

 

 

Javier Benegas

La opinión de que el ciudadano común es demasiado estúpido para entender y juzgar correctamente la política evidencia un profundo desprecio por la gente en general, pero, sobre todo, sirve para endosar la responsabilidad del malestar que se propaga por muchas democracias a un electorado ignorante, sin que los principales responsables hagan autocritica y asuman su culpa.
Lo cierto es que, si desde alguna parte se ha animado la estupidización de las sociedades, ha sido desde la política y su entorno, medios de información incluidos. Gobernantes, asesores, expertos y prensa han puesto durante décadas un gran empeño por degradar las discusiones políticas hasta convertirlas en pura pantomima, espectáculos de peleas en el barro aptas sólo para electores incondicionales y acríticos.
El nivel de lenguaje empleado por los sucesivos candidatos se ha desplomado a lo largo del tiempo
En lo que respecta al ámbito de los políticos, para muestra, vale un botón. Un estudio The Princeton Review demuestra que el nivel de lenguaje empleado por los sucesivos candidatos de los Estado Unidos se ha desplomado a lo largo del tiempo.
Esta inquietante conclusión se obtiene después de analizar los debates de Gore-Bush de 2000, el debate Clinton-Bush-Perot de 1992, el de Kennedy-Nixon de 1960 y el de Lincoln-Douglas de 1858. En cada caso se analizaron las transcripciones y el vocabulario empleado para determinar el nivel educativo que era necesario para entender a los candidatos.
En los debates de 2000, Bush empleó una oratoria comprensible para un estudiante de sexto grado, mientras que la de Gore era apropiada para un séptimo grado. Clinton, en 1992, utilizó un lenguaje comprensible para un séptimo grado, mientras que Bush, al igual que Perot, no superaba el sexto grado.
En todos estos casos, el nivel fue muy inferior al de los debates Kennedy-Nixon de 1960, donde ambos emplearon un lenguaje accesible para estudiantes de décimo grado. Y a su vez, su nivel es bastante bajo si lo comparamos con el lenguaje empleado por Abraham Lincoln y Stephen Douglas.
El estudio no ofrece datos más actuales, pero no parece muy descabellado aventurar que el lenguaje empleado por Trump y Hillary durante la última campaña difícilmente superó el nivel de un parvulario.
La limitación en el número de caracteres no es un invento de Twitter, sino bastante anterior. Es un invento de los políticos
Si este estudio se realizara en otros países, con los sucesivos candidatos a lo largo del tiempo, probablemente comprobaríamos que ha sucedido exactamente lo mismo. Hoy, el lenguaje con el que los políticos se dirigen al público, no ya durante la campaña electoral, sino en general, resulta extraordinariamente infantil. Y diríase que la limitación en el número de caracteres no es un invento de Twitter, sino bastante anterior. Es un invento de los políticos.
Este abrupto descenso en el nivel del debate, en vez de generar alarma, se ha asumido por los expertos como un hecho positivo. A pesar de que los problemas complejos no puedan explicarse con un lenguaje propio de parvulario, que los políticos se expresen como los niños resultaba más “inclusivo”. Se trataba, pues, de igualar a los electores por abajo, para que nadie quedara excluido. Ciertamente, este argumento suena a patraña. Más bien parece que las “élites” prefieren un público con la capacidad mental de un bebé que otro que piense por sí mismo.
Como todo es susceptible de empeorar, ahora ya no sólo es que los políticos renuncien a explicarse adecuadamente, de manera que uno no sabe a qué atenerse a la hora de votar: están sustituyendo los debates por participaciones en programas de entretenimiento, donde los candidatos demuestran sus habilidades como improvisados bailarines, cantantes, cocineros o músicos, ahorrando así al espectador el más mínimo esfuerzo intelectual.
No se entiende tanta polémica con los máster y los doctorados, cuando en realidad lo que debería tenernos en ascuas es si nuestros presidentes y ministros dominan la samba o saben cocinar un bacalao a la vizcaína como es debido.
Esta transformación del debate de ideas en programa de variedades tal vez sirva para llamar la atención de un determinado tipo de votante, pero resulta evidente que aleja a todos los demás. De ahí la desafección hacia una clase política cada vez más pueril.
Si este circo político supusiera una verdadera ganancia, la puntuación que la sociedad concedería a los diferentes líderes no sería tan catastrófica como lo es en la actualidad, donde ninguno alcanza siquiera el aprobado. Al contrario, genera rechazo y un creciente desinterés por los procesos electorales. Lo que, como guinda del pastel, pretenden paliar generando burdas polémicas y polarización.
Con una política cada vez más infantilizada, no se entiende la sorpresa de las élites ante sucesos como el Brexit, la victoria de Donald Trump o el nuevo gobierno de Italia
Sin debates que pongan de relieve diferencias importantes entre candidatos y programas, y se pueda deducir pérdidas o ganancias en la futura acción de gobierno, la gente cae en esa apatía sobre la que Margaret Thatcher ya advirtió hace tiempo: There Is No Alternative.
Con una política cada vez más infantilizada, no se entiende la sorpresa de las élites ante sucesos como el Brexit, la victoria de Donald Trump o el nuevo gobierno de Italia. Pero ¿cómo explican los expertos que la gente elija aparentemente perjudicarse a sí misma? La respuesta que ofrecen es tan mema como el lenguaje político actual: los votantes son estúpidos.
Resulta asombroso que, en la era del conocimiento, donde las nuevas tecnologías han revolucionado el acceso al saber, el lenguaje discurra en dirección contraria, otorgando cada vez menos valor a la inteligencia. El libre debate ha sido reemplazado por ideas simples, infantiles, correctas… absurdas. Es como si las élites vieran en la democracia deliberativa una forma de intimidación.

Anonymous revela nombres de jueces “catalanófobos”


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Anonymous revela nombres de jueces “catalanófobos”


Anonymous Catalonia ha publicado este jueves 20 de septiembre los nombres de los jueces “catalanófobos” que se han enviado mensajes con insultos hacia el independentismo y sus líderes.
Anonymous Catalonia ha publicado este jueves 20 de septiembre los nombres de los jueces “catalanófobos” que se han enviado mensajes con insultos hacia el independentismo y sus líderes.
Estos mensajes de los jueces han provocado numerosas reacciones, entre ellas las del presidente de la Generalitat Quim Torra, que ha pedido la dimisión del presidente del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Carlos Lemes.
Anonymous catalunya

Estos son los nombres que han publicado:

-Agustín Vigo Morancho, Presidente de la sala 14 de la Audiencia Provincial de Barcelona
-Carlos Peinado Domínguez, juez destinado a Girona
-José Carlos Martín Martín
https://www.catalunyapress.es/texto-diario/mostrar/1189663/anonymous-publica-nombres-jueces-catalanofobos

La revolución alemana que pudo hacer posible el primer socialismo


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La revolución alemana que pudo hacer posible el primer socialismo


Estamos trabajando ya para principios del año que entra, el mismo en el que se cumple el centenario de la revolución de los consejos obreros en Alemania, y cuya derrota significó, entre otros desastres, el aislamiento de la atrasado y empobrecida Rusia soviética…

Por Pepe Gutiérrez-Álvarez
Estamos trabajando ya para principios del año que entra, el mismo en el que se cumple el centenario de la revolución de los consejos obreros en Alemania, y cuya derrota significó, entre otros desastres, el aislamiento de la atrasado y empobrecida Rusia soviética, así como el prólogo e da la victoria de nazismo, dos acontecimientos en que se encuentran de pleno sendos vasos comunicantes. Cabrá esperar que este aniversario sirva para repensar la revolución como lo ha permitido el aniversario de la revolución rusa de Octubre de 1917, sobre la que se han realizado encuentros, debates, jornadas de estudios, ediciones múltiples.
El estallido de la Primera Guerra Mundial fue una tragedia para los trabajadores. En Alemania, en agosto de 1914, el desencadenamiento del nacionalismo y del chovinismo no excluye a la socialdemocracia. El “socialchovinismo” rechazado por los internacionalistas tenía en realidad raíces bastante profundas en este partido. Su líder y principal fundador, August Bebel, autor de un magnífico libro sobre La Mujer, había mostrado el peso de la influencia “patriotera” cuando, ya en 1912 se había declarado dispuesto a tomar el fusil “para defender nuestro pueblo contra el despotismo: ruso…”. No se trata de un fenómeno aislado. Mientras que en las publicaciones del partido y en particular desde la Neue Zeit“, el célebre órgano teórico dirigido por Karl Kautsky, se preconiza constantemente el internacionalismo, eso sí un poco abstracto, pero eso era muy habitual en todo el movimiento obrero. La “idea de la nación” se abre también camino en el interior del movimiento. Algunos intelectuales, agrupados en torno a la revista “Sozialistische Monatshefte”, obran activamente en este sentido. Sus principales representantes, Cohen-Reuss y Joseph Bloch, admiten con cierta reserva incluso la política colonial del Gobierno y critican únicamente algunos de sus “excesos”, pero en sus denuncias apuntaban más contra los británicos.
Los trabajadores se encontraban particularmente influidos por la actitud general del partido y de las organizaciones sindicales. El radicalismo totalmente formal que sigue siendo la línea oficial del movimiento y que impide que los grandes problemas de la época -la guerra, el imperialismo, el papel internacional de Alemania- puedan ser cuestionados seriamente (salvo por algunos muy raros intelectuales) permitirá que este vasto movimiento se encuentre absolutamente desarmado ante el gran cataclismo que va a trastornar a la sociedad. Los numerosos cuadros permanentes, sobre los cuales descansaba el movimiento y que son muy fieles a la organización, se hacen una idea bastante simple del mundo que les rodea: no piensan, en realidad, que la socialdemocracia, ante la hostilidad cotidianamente reafirmada del feudalismo y de la burguesía, pueda llegar jamás a tomar las responsabilidades de gobernar.
De hecho, casi toda la literatura socialista de la época testimonia un profundo fatalismo. Los dirigentes del partido permanecen adheridos al radicalismo verbal, pero también muestran una  gran comprensión frente al “reformismo” cotidiano. Ellos serán los principales artesanos del repliegue del movimiento sobre sí mismo. De un cierto aislacionismo: destinado a preservar las organizaciones socialistas y sindicales. Están preocupados por evitar un choque demasiado brutal con el orden dominante, de algo incontrolado que les exponga a una verificación de la visión vaga e idealista de la alternativa que creen representar. Ésta y no otra es su preocupación esencial. Al mismo tiempo, se conserva cuidadosamente el vocabulario radical, revolucionario. Esto explica la impresión, para los observadores de la época, de que este gran movimiento, mantenido firmemente al margen por las autoridades y denunciado como incurablemente “subversivo”, se planteaba como tarea inmediata el derrocamiento de las estructuras sociales y de la sociedad.
Cierto es que, mucho antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, el ala marxista revolucionaria de la socialdemocracia había criticado ya violentamente la política del verbalismo, había negado que “el período tranquilo” pudiese prolongarse eternamente. Dicha corriente revolucionaria que se inspira, a veces, en las enseñanzas de la revolución rusa de 1905 y en los enormes movimientos huelguísticos de la época, y se expresa en dos libros clásicos  de Rosa Luxemburgo, Reforma o revolución, y Huelga de masas, partidos y sindicatos. La dificultad radica en que, al querer definir de manera más precisa su proyecto revolucionario, a una dificultad considerable: la de que la sociedad alemana, con todo y ser retrógrada en sus estructuras políticas, en su comportamiento respecto a las fuerzas obreras crecientes, está fuertemente marcada por el extraordinario crecimiento de las fuerzas productivas, por el fantástico desarrollo de la industria, que proporciona innegables posibilidades de promoción a la clase trabajadora.
La pregunta es, ¿cómo, en estas condiciones, elaborar un proyecto socialista que se adapte a estas estructuras, y cómo no sucumbir a la tentación de un revolucionarismo puramente verbal? A esta dificultad objetiva se encuentra constantemente enfrentada el ala izquierda del partido, obligada, a lo largo de su tentativa, a admitir su impotencia, ya que el movimiento es “reformista” en sus profundidades, dispuesto a disolver la contra sociedad que él forma ya unirse al mundo exterior, es decir, a la sociedad tal como es, a condición de que se pueda arreglarla e introducir el bienestar y la democracia política.  El fracaso del ala izquierda del movimiento se explica por esta contradicción entre la voluntad revolucionaria de una minoría débilmente anclada en la socialdemocracia y la realidad reformista.
Aunque derrotado en los debates teóricos, el curso de los acontecimientos demostrará que, al contrario que la izquierda, el “revisionismo” está situado en “el sentido de la historia”. Su creciente implantación se explica, en lo esencial, la evolución ulterior del movimiento socialista en Alemania: la adhesión a la guerra, expresión a la vez del deseo de formar cuerpo con la nación y de la esperanza -o ilusión de aprovecharse de ello en el plano político y social, despeja el camino para el reformismo, e inaugura al mismo tiempo la política de la “paz cívica”; es más, el revisionismo práctico ha acabado desbordando al propio Eduard Bernstein,  profundamente pacifista, debería desaprobar por razones morales la orientación de los dirigentes del partido como expresión moderada de ciertos socialistas, poco numerosos al principio, que adoptaron la misma de oposición pasiva. Ni hubo, como lo creyeron, en especial Lenin que tenía el referente alemán como intachable hasta 1914,  una ruptura radical con la tradición. Hubo una ruptura en la situación, y una continuidad en los métodos. La guerra no hizo sino revelar más claramente la verdadera orientación del movimiento socialista.
Todavía, a principios de la Primera Guerra Mundial, los socialdemócratas alemanes estaban desorientados. Ciertamente, durante los años que precedieron al cataclismo, habían levantado su voz para estigmatizar el “lenguaje fuerte” de Guillermo II y para denunciar a los ilusos que pensaban que se iba una “guerra fresca y alegre”. Al igual que los representantes de otros partidos de la Internacional Socialista, los socialistas germanos habían prestado toda clase de juramentos por la paz. En todos sus papeles y discursos afirmaban que se opondrían a la guerra con todas sus fuerzas. Incluso llegarían hasta desencadenar una huelga general para impedir la “matanza general”. En Basilea, en 1912, con ocasión de una conferencia internacional de los partidos socialistas, habían unido sus voces a las de sus camaradas extranjeros en este sentido, y nadie lo dudó. Pero la historia no fue así. A la hora de la verdad de agosto de 1914, cuando los acontecimientos se precipitaron de forma trágica y sorprendente, se puso en evidencia que no existía identidad entre el concepto teórico y la realidad profunda del movimiento. Su mayoría mostró su tendencia irresistible hacia la integración.
El viejo internacionalismo verbal que predicaba el entendimiento entre los pueblos, la paz entre los países, el que denunció las tendencias militaristas y los preparativos de una guerra de anexión, busca su acomodo entre el torrente monárquico-patriotero. Salvo la minoría internacionalista, la sociedad de los trabajadores socialistas no se había preparado por contrarrestar la oleada bárbara que se desencadenó sobre el país. No supo como oponerse a esta corriente nacional que acabó sumergiendo a todas las clases, a darla la primacía a los “héroes”, y causar el éxtasis de la intelligentzia, como sería el caso distinguido del sociólogo Max Weber que habló “de esta maravillosa guerra”, y del mismísimo Thomas Mann que proclamó que ya no admitiría más que los “valores alemanes”. Luego, no todos se arrepintieron como el autor de “Los Bundebroock”.
Los socialdemócratas y los sindicalistas establecidos, así como la mayoría de las asociaciones obreras,  con algunas excepciones, se sintieron identificados con el discurso de su portavoz que declaró en los primeros días en los que se lamenta que las negociaciones no hayan resultado, para situar la responsabilidad en el enemigo, y acabar hablando de un pueblo que dará su sangre en la lucha por la libertad. Es más, cuando tienen lugar la proclamación en favor de la Unión Sagrada, les llega un sentimiento que antes no  tuvo ocasión de manifestarse tan claramente: “Por fin el régimen se decide a reconocer a nuestro movimiento como a un interlocutor válido», exclama un diputado socialista.
El canciller Bethmann-Hollweg se declaró feliz por la “evolución de la socialdemocracia”, y no dejó de traslucir su satisfacción. Explicó que contrariamente a lo que se ha dicho, la socialdemocracia no había establecido ningún “pacto”, secreto o no, con el Gobierno. No ofreció su apoyo al esfuerzo de guerra para obtener a cambio la promesa de la creación de “una Alemania más social y más democrática”. Pura y simplemente, la mayoría del movimiento obrero alemán, anteriormente rechazado por la jerarquizada sociedad bismarckiana, considerado como un cuerpo extraño por un régimen dominado socialmente por los industriales, por los Junker y las antiguas castas aristocráticas, se aferró ávidamente a la “oportunidad” que les daba la Historia, de escapar a la marginación política y de formar parte de la patria.
Este fue el espíritu con que Ebert, Scheidedemann y Legien, gerifaltes del partido socialista y de los sindicatos, actuaron en 1914, y lo seguirían haciendo después. Habían cruzado el Rubicón en un camino opuesto al del socialismo y la libertad, y se sintieron respaldados por la gran mayoría de la clase obrera y de sus adheridos. De todos los diputados del Reichstag, solamente los jóvenes Karl Liebknecht y Otto Rühle (el autor de “La piscología del niño proletario”), votaron en contra de los créditos de guerra. La calle estaba literalmente ocupada por la corriente nacional-imperialista. Los internacionalistas fueron apartados como “lunático”, como un “cuerpo extraño”. Esta minoría persistió, sin conservar otros apoyos que los del ala radical del movimiento, enraizada esencialmente en Berlín, en Bremen, en varias ciudades de Sajonia, y sobre todo en Leipzig. Se había impuesto la “comunidad nacional”, cuyo elogio hicieron todos los representantes del Gobierno imperial, los portavoces de todos los partidos, incluyendo ahora el socialdemócrata. Semejante unanimidad llevó al emperador Guillermo II a proclamar: “No conozco a los partidos, conozco sólo alemanes”.
Obviamente, para Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, esta actitud de los dirigentes socialistas no podía dejar de aparecer como la expresión de una traición respecto a los ideales del socialismo, respecto a la doctrina enseñada a lo largo de todos los años que habían precedido a la guerra.  Pero la gran masa de la clase obrera hizo indiscutiblemente causa común con sus dirigentes, otra cosa es que esto no les justifica de ninguna manera. Para los trabajadores menos conscientes, rechazar el orden existente es una cosa, pero tener que hacer además con los líderes que hasta el momento habían estado con ellos, resulta doblemente arduo. Está claro que el concepto de  “traidores” resulta insuficiente, no contribuye a la explicación del porqué ya que el “socialchovinismo” se situaba en todos los niveles, incluyendo a los socialistas de los demás países. En realidad, la actitud patriótica de la población obrera, reflejo de su deseo profundo de ser «admitida” en el seno de la nación y de ser librada de su aislamiento moral, tan difícil de soportar, fue, al comienzo de la “Gran Guerra”, la expresión más profunda de la mentalidad dominante en un movimiento más atraído por los cambios parciales que por una nueva sociedad.
Pero ahora venía otra pregunta, si se trataba de mejores parciales, ¿en qué la guerra y la Unión Sagrada iban a permitir dichas mejoras, las reformas sociales y políticas que hasta la derecha repetía? Salvo los más lúcidos, todo indica que para la mayoría de los líderes socialistas y burócratas sindicales, dichas reformas tendrían que llegar. La guerra, que ellos no habían querido, pero que había aceptado hasta el extremo de convertirse muchos de ellos en voluntarios entusiastas, tenía que ser para mejorar la situación social, aunque no se planteaban el precio. Seguían pensando que todo llegaría gradualmente, ni imaginaban todo lo que estaba por llegar.
La guerra y sus desastres trajeron la revolución. Esta tuvo lugar la semana del 4 al 10 de noviembre de 1918. El estallido revolucionario alemán, protagonizado por miles de trabajadores y soldados, supuso de entrada el derrocamiento coyuntural de la antigua autoridad y su sustitución. Alemania pasó de una dictadura militar a una república de consejos de trabajadores y soldados, como elementos -todavía embrionarios, sin un proyecto común como habían sido los soviets en Rusia- de un nuevo orden. Esa revolución, según Haffner, no fue en primera instancia ni socialista, ni comunista, aunque ambos partidos estaban en todas partes. Fue inicialmente republicana y pacifista y, sobre todo, antimilitarista, los soldados rusos y alemanes confraternizaron en muchos frentes. Alemania estaba perdiendo la guerra y las ilusiones del verano de 1914 habían dejado paso a un profundo pesimismo. Los nuevos órganos de gobierno y dirección no eran ni espartakistas ni bolcheviques, no lo podían ser, el partido de la revolución estaba muy por debajo de las circunstancias. El papel central lo jugaron los que inicialmente e4staban en mejores condiciones para hacerlo: los socialdemócratas. Los mismos que habían apoyado el esfuerzo de guerra.
Medio año después, la revolución, cuyo objeto principal había sido terminar con la guerra y derrocar al poder militar ya la monarquía (lo que significaba, de paso, el arrumbamiento de las clases dirigentes), se había quedado a mitad de camino, sus líderes más reconocidos, Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Leo Jogiches, habían sido asesinados por tropas comandadas por el “socialista” Gustav Noske. No lo hicieron en nombre del pasado, hablaban de una revolución, otra revolución, la intermedia, la que traería la paz y la concordia. Lo que sí trajo fue una “ola de derechas” llevaría a ese país primero a la República de Weimar, y un poco más adelante al III Reich.
El historiador alemán Sebastián Haffner -cuya obra Historia de un alemán fue un éxito impresionante de ventas en su país- explica en su historia de la revolución que ésta,  más que vencida, la revolución fue traicionada, no fue otra cosa lo que clamaron espartakistas y anarquistas en su momento. A la pregunta de ¿por quién?, La respuesta es elemental: por los dirigentes del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), a cuyo frente estaba Friedrich Ebert y el sanguinario Noske que, según el autor, hubiera estado mejor alistado en las filas del nacionalsocialismo que en las de la socialdemocracia. Los mismos que se habían apuntado a la “integración” cuando las calles estaban llenas de patriotas, lo volvieron a hacer cuando las calles estaban llenas de trabajadores en armas. Pero su lenguaje era ahora diferente, ahora la “integración” pasaba por la promesa de una “república socialmente avanzada”, un recurso que el estalinismo emplearía años más tarde para contrarrestar la revolución española.
La historia es conocida por los que nos hemos formado en las lecturas de la historia social, pero seguro que ya no lo es tanto. El “socialista” Ebert dijo que odiaba a la revolución “como al pecado”, refiriéndose a la revolución socialista, la misma que teóricamente defendían los programas y los estatutos de su partido, y de la que se hablaba en los mítines en los “barrios rojos”.  Pero esa revolución era todavía precipitada, significaba romper con las normas sociales liberales, y con la intención de encauzarla hacia la nada, los dirigentes de la socialdemocracia prometieron hasta el último minuto fue para ellos un asunto que había que dejar “para mañana o pasado mañana”. De momento había que consolidar la democracia, por lo que la revolución nunca estaba en el orden del día. Cuando los obreros preguntaban, respondían que la revolución “llegaría” en algún momento; no era algo que se improvisaba. Había una primera etapa de consolidación democrática, la revolución llegaría en la etapa siguiente.
Cuando llegó no la reconocieron. Esta no es. Ante la incomodidad de la dirección del SPD, Ebert tomo partido de forma visible por el bando de la restauración del orden, aunque este orden significara el asesinato de Rosa, Karl y Leo, unos “excesos inevitables” según los actuales historiadores instalados, nos lo explicaba el amigo Rainer Torsstorff en las jornadas de la fundación Andreu Nin sobre los hechos de mayo, tan familiares.    Ebert y sus amigos querían salvar exactamente lo que la revolución pretendía destruir: el antiguo Estado y la antigua sociedad, y se pudieron al frente de la vía “intermedia” con el apoyo de los Junkers y de la vieja sociedad que había perdido la iniciativa, y que no tardaría en recuperarla. En dicha recuperación no se detuvieron hasta que auspiciaron el ascenso del nazismo. En ese tramo trágico la socialdemocracia jugó la carta “constructiva” y “legal” hasta el final, hasta el extremo de votar a favor de los plenos poderes que Hinderburg decidió otorgar a Hitler. Este encabezaba un partido minoritario, nada comparable a lo que podía haber sido una coalición socialista-comunista, pero estos últimos -siguiendo los criterios de Stalin- habían optado con hacer antes la guerra a la socialdemocracia. Lo demás ya se sabe, o se debería saber.
Con su libro, Haffner ha tratado de combatir tres leyendas sobre un acontecimiento histórico que se ha tergiversado. En primer lugar hubo una auténtica revolución la hubo y, como hemos descrito, la sofocaron Ebert y la dirección socialdemócrata.  La segunda leyenda señala que lo ocurrido en 1918 no fue la revolución proclamada en los cincuenta años anteriores por la socialdemocracia, sino una revolución bolchevique, una leyenda fraguada por la historiografía socialdemócrata y retomada oportunistamente por el comunismo oficial para atribuirse una gloria que no les correspondía; mediaba un abismo entre los comunistas de principios de los años veinte con el que llevará a cabo la política del socialfascismo. Los primeros tenían el habito de los debates y la confrontación de las tendencias, los otros se habían alineado con el “marismo-leninismo” codificado por los “profesores rojos” al servicio de Stalin.
Las mejores páginas del libro de Haffner son las destinadas a analizar el papel secundario de mitos como Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo y Leo Jogiches, sobre los que el libro de María Seideman ofrece un retrato fehaciente y emocionante.  En ellas describen la ignominia de su asesinato, y sus dificultades para encabezar el proceso revolucionario. El partido de las tres L (Luxemburgo, Liebknecht, Lenin), contaba con los mayores símbolos de una revolución que les había cogido sin tiempo para estar a la altura de las circunstancias. Este atraso es un factor inexcusable para situarse en los debates sobre el “leninismo” y el “luxemburguismo”, debate que normalmente se desplaza hacia las normas organizativas, así lo hace por ejemplo el Daniel Guerin  luxemburguista.
La tercera leyenda según Haffner fue que la revolución tuvo la culpa de que Alemania perdiese la guerra y que apuñaló por la espalda al victorioso Ejército que luchaba en el frente; nada más incierto. La guerra ya estaba perdida cuando estalló la primera revuelta en Kiel, esta leyenda sin embargo fue uno de los grandes argumentos del nazismo La gran paradoja fue que los socialpatriotas, que todavía gozaban del apoyo de la mayoría de la clase obrera organizada, tuvieron que administrar con lealtad “a las instituciones” la derrota de un ejército en el que los soldados ya no creían en sus oficiales. Cuando en 1920 se firma el Tratado de Versalles y la “ola de derechas” se ha instalado en la sociedad alemana, los socialdemócratas acabarían siendo acusados de traición por la burguesía contrarrevolucionaria a la que habían salvado de la revolución.
Recuerdo que hace años, Salvador Giner declaraba que sí había una corriente política “inocente” de los grandes crímenes del siglo XX, esa era la socialdemocracia. Obviamente, se olvidaba de la “Gran Guerra” y del socialimperialismo, de cuando empezó todo.  Fueron los principales  responsables del aislamiento de la revolución rusa, o sea del primer factor generador del estalinismo, y encauzaron hacia la derrota unos procesos revolucionarios -el de los consejos obreros en Alemania, Hungría e Italia-, que no acabaron en sistemas democráticos consolidados sino que, por el contrario, abrieron el camino al nazi-fascismo. Y en prueba de lo dicho, están estos dos libros a los que el lector puede añadir una amplia bibliografía, desgraciadamente no siempre asequible, pero a la que me referido en algunos artículos aparecidos en Kaosenlared, por ejemplo, en las semblanzas biográficas de Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, y en otro sobre las posiciones de Trotsky ante el ascenso del nazismo….Una historia que nos sigue acondicionando especialmente en un momento en el que se trata de comenzar de nuevo.

México. Enrique Peña Nieto deja un país subsumido en la crisis económica y política


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México. Enrique Peña Nieto deja un país subsumido en la crisis económica y política


Los efectos deleznables de la crisis internacional no pudieron ser paliadas por las políticas gubernamentales del actual sexenio, por el contrario, éstas incrementaron sus consecuencias, lo que devela al gobierno peñista con un carácter proempresarial, represor y antipopular.

Ciudad de México a 20 de septiembre de 2018
La crisis económica mundial se profundizó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, las medidas adoptadas por el gobierno saliente únicamente hicieron más notorias las condiciones de pobreza y miseria en las masas trabajadoras. La imposición de las reformas neoliberales, la entrega de los recursos naturales y energéticos, son algunos de los mecanismos que el gobierno peñista implementó para favorecer a las empresas nacionales y del extranjero.
Los datos ofrecidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sostienen que “México tiene finanzas públicas sanas”, lo que asegura una “estabilidad financiera anclada en finanzas públicas sólidas”, sin embargo, la realidad que padece el pueblo mexicano está muy alejado de los argumentos pomposos de los representantes gubernamentales porque los vaivenes de la moneda mexicana condujeron a la inestabilidad económica y mayor dependencia financiera.
Los efectos deleznables de la crisis internacional no pudieron ser paliadas por las políticas gubernamentales del actual sexenio, por el contrario, éstas incrementaron sus consecuencias, lo que devela al gobierno peñista con un carácter proempresarial, represor y antipopular.
El exsecretario de gobernación, Migue Ángel Osorio Chong sostiene que “el gobierno de EPN dejará un país con una economía estable y en crecimiento”, sin precisar para quién es este crecimiento, porque la gran mayoría de explotados y oprimidos siente en la vida cotidiana los saldos deleznables de la política económica donde el desarrollo se finca sobre la sangre derramada de miles de hijos del pueblo.
No hay duda de que en este sexenio hubo una apertura sin igual al capital extranjero, que se ofertó la riqueza nacional al mejor postor, en la lógica neoliberal, al país se le reserva la condición de mano de obra barata, por ende, no se incentiva la industria interna, únicamente implementan una política para ser receptora de inversiones lo cual conlleva al sometimiento financiero.
Analistas sostienen que México es destino de inversiones internacionales, otorgan estas características por la “solidez y fortaleza” de nuestra moneda, sin embargo, estos análisis pasan por alto que desde inicios del sexenio se subastaron millones de dólares de la reserva nacional para evitar los vaivenes de las divisas internacionales, mecanismo neoliberal que profundiza la dependencia económica con respecto a los países poderosos.
Las firmas oligárquicas hacen saber sus exigencias para el nuevo ciclo que describe la crisis económica con los cuales pretenden paliar sus efectos, argumentan que “para seguir en esa dinámica dicen que requieren de estabilidad, reglas del juego claras e instituciones sólidas”. A estas exigencias obedecen las reformas impuestas en el sexenio que termina y el fortalecimiento del Estado policíaco militar.
Los ejemplos sobran para ilustrar la realidad de hambre que vive el pueblo mexicano; el agro en total abandono porque este gobierno priorizó las importaciones sobre la incentivación de la agricultura nacional, datos estadísticos afirman que más del 70 por ciento de los alimentos en México no se producen en el país. La gasolina es una de las más caras del mundo, la liberación de los hidrocarburos no cumplió con la promesa de hacer bajar los precios de los derivados del petróleo.
Los efectos de la crisis que deja Peña Nieto son múltiples, pero éstas se manifiestan con mayor crudeza en el pueblo trabajador, para los oligarcas y empresarios las cuentas resultan muy jugosas. Algunos medios documentan que en este sexenio las ganancias netas de los banqueros ascienden a 716 mil millones de pesos, 76 % de su total, en cinco bancos monopolistas, principalmente extranjeros.
La deuda externa incrementó en sus cifras, existe el registro que en la actualidad es de 10 billones 378 mil 140 millones de pesos, la cual, se traduce en una deuda per cápita de 81 mil 311 pesos. El curso de ascenso de la deuda devela el carácter de sometimiento de este mecanismo financiero, donde año con año sus cifras aumentan sin visos a ser superada en lo inmediato. Obviar esta realidad de sometimiento y dependencia es una salida falsa.
Las medidas adoptadas en diferentes rubros de la vida nacional fueron realizadas bajo el eslogan de “Mover a México”, política que implicó reforzar el Estado policíaco-militar para garantizar el interés privado de un reducido puñado de oligarcas. Resulta inadmisible sostener el crecimiento económico como una caracterización del gobierno saliente.
Todo el territorio nacional fue convertido en una enorme fosa clandestina, miles de cuerpos brotan desde las entrañas de país y con su silencioso testimonio imponen una verdad inapelable, la existencia de los crímenes de lesa humanidad como expresión del terrorismo de Estado.
No existe manera de afirmar que el país vive uno de sus mejores momentos, es imposible sostener la afabilidad en el desarrollo económico nacional. ¿Sobre cuántos ejecutados extrajudicialmente se finca el “progreso” empresarial? ¿Cuál es la cantidad de detenidos desaparecidos que requirió el actual gobierno para salvaguardar el mezquino interés privado?
Las estadísticas hablan por sí solas, aunque existe el empecinamiento gubernamental de mutilar las cifras en la pírrica cantidad de 37 mil, la realidad es terca y día a día comprueba que la magnitud del terrorismo de Estado es inconmensurable.
La creación de la Gendarmería Nacional desde inicios del gobierno fue la manifestación de la continuidad de la ruta del fortalecimiento de los cuerpos represivos. A la vuelta de seis años no hay duda de las consecuencias nefastas de la política adoptada por el titular del ejecutivo saliente; los crímenes de Estado cometidos en Tanhuato o Apatzingán ejemplifican el actuar de los militares como cuerpo represivo.
A través del sofisma de la “Seguridad nacional” el gobierno mexicano impuso la política de terror para garantizar el flujo de mercancías. No es un secreto que en el estado de Veracruz los crímenes de lesa humanidad incrementaron de manera exponencial, específicamente en los lugares donde empresas privadas fincan sus intereses económicos.
Un ejemplo concreto es la cuenca del Río Blanco, donde la ambición empresarial tiene proyectado imponer varios proyectos hidroeléctricos; el afluente de este río fue convertido en el testigo de miles de crímenes contra los pobladores de la región, principalmente en aquellos lugares donde resisten para no vender sus tierras de cultivo.
Los ejemplos de esta naturaleza son interminables, datos que expresan sin titubeos el estado de cosas que deja la saliente administración federal, de donde se desprende que es insostenible los argumentos de estabilidad y crecimiento económico. La economía mexicana fue trastocada por el curso que describe la crisis estructural capitalista.
El gobierno de Enrique Peña Nieto se suma como una más de las administraciones neoliberales, los efectos de su sexenio son visibles, por lo tanto, negar esta realidad o conceder el beneficio de la duda significa una irresponsabilidad. La transición gubernamental se realiza en este contexto, donde los saldos de la crisis son evidentes y ante ello se requieren soluciones puntuales que redunden en la calidad de vida de millones de mexicanos.
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
(FNLS)

México: Alerta ante el envío de cerdos a la mega granja en Homún. Es un atentado al pueblo maya


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México: Alerta ante el envío de cerdos a la mega granja en Homún. Es un atentado al pueblo maya


Por Kaos. México
Se ha activado la alerta en Yucatán ante la posibilidad de que inicie operaciones la mega granja porcícola en Homún, esto representa un grave atentado al pueblo maya que se ha organizado en defensa de los cenotes.

Comunicado de Equipo Indignación:
¡ALERTA!
Gobierno de Rolando Zapata se despide violentando a Homún
Kekén incumple compromiso
En Sigilo, contrariando la decisión del pueblo de Homún manifestada en una consulta, se comenzaron a introducir cerdos a la megagranja utilizando un camino alterno, de acuerdo con pobladores que han emitido una alerta al ver a camiones tomar el camino que lleva a la granja en los últimos días.
Kekén había prometido esperar a que concluyan todos los procesos jurídicos iniciados, pero mañosamente el Tribunal de Justicia Administrativa les negó a los guardianes del agua ser parte del juicio, contra lo cual han promovido un amparo y una revisión que no está resuelta aún. Además, continúan en proceso amparos por daños ambientales y para hacer valer la consulta mediante la cual mayoritariamente rechazaron la presencia de la granja en el territorio de Homún.
Esta acción, que se comete mientras inicia la transición en el gobierno estatal, viola compromisos, viola el derecho del pueblo maya de Homún a decidir sobre su territorio y pone en riesgo la salud de la población, el modo de vida y la paz, derechos que el gobierno entrante y saliente están obligados a garantizar.
Indignación ha recibido invitación a un acto pacífico que realizará mañana viernes 21 de septiembre el pueblo de Homún en las inmediaciones de la granja, para manifestar el rechazo a las operaciones; se han citado a las 11.30 horas en el lugar conocido como las “Cinco Calles”. Estaremos como observadoras.  Exigimos al gobierno pleno respeto al derecho de manifestación del pueblo y abstenerse de cualquier acción que inhiba o violente este derecho.

Acción pacífica convocada  por Ka´anan Ts´onot/Guardianes de los Cenotes


Muere un periodista durante el operativo policial de desalojo del bosque alemán de Hambach


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Muere un periodista durante el operativo policial de desalojo del bosque alemán de Hambach 

 

 


El reportero murió ayer por la tarde al caer al vacío desde unos quince metros de altura cuando cubría las protestas ecologistas al Bosque de Hambach, situado en el Estado federado de Renania del Norte-Westfalia
El blogger Steffen M., de 27 años y vecino de Leverkusen, murió a consecuencia de las heridas que sufrió al caer desde un puente colgante situado a quince metros de altura entre dos casas construidas en los árboles milenarios, en la zona ocupada desde hace 6 años conocida como Beechtown. El accidente ocurrió poco antes de las 4 de la tarde del 19 de septiembre.
El personal sanitario de emergencia y la policía que se encontraban en la zona llevando a cabo el desalojo de las activistas, que luchan para impedir la tala que impulsa la empresa RWE para explotar en la zona una mina de lignito, y dispersar las protestas contra el desalojo le practicaron los primeros auxilios, pero Steffen M. no sobrevivió a la caída.
Una hora antes del trágico accidente, el periodista había colgado un audiovisual en su perfil de Twitter filmado desde una de las casetas de madera que las activistas han construido en lo alto de los árboles. Hasta 60 casas erigidas en las copas de los árboles, algunas a unos 20 metros de altura, en tres sectores o “barrios”: Oaktown, Cozytown y Beechtown.
Steffen M. hacía semanas que se encontraba en el Bosque de Hambach. El periodista estaba documentando la vida de las activistas arriba de los árboles y la lucha ecologista. El día antes había hecho un tuit afirmando que debido a “las limitaciones policiales de los últimos días en la prensa”, “me encuentro ahora a 25 metros de altura a Beechtown para documentar el desalojo. Aquí arriba no hay cordones policiales “, escribió.
Together we can stop the destruction!
La policía se ha apresurado a asegurar que, en el momento de la caída, los agentes no estaban llevando a cabo ninguna operación para desalojar las ecologistas en el lugar donde se encontraba Steffen M. Sin embargo, el desalojo tenía lugar a pocos metros a la misma Beechtown.
Por la noche durante la rueda de prensa de las activistas de Hambach, las ecologistas mostraron su consternación por la muerte “de un amigo que nos acompañaba periodísticamente en el bosque durante tiempo”También pidieron al gobierno de Düsseldorf “el fin del desalojo, evacuación y destrucción del bosque”. “Instamos a la policía y a RWE a abandonar el bosque inmediatamente y detengan esta peligrosa operación. Hay más vidas en peligro “, afirmaron las okupas forestales en la Directa.
Horas después, el gobierno de Renania, confirmó que el operativo policial de desalojo queda suspendido “hasta nuevo aviso”. “No podemos seguir así”, manifestó el ministro del Interior renano, Herbert Reul (CDU) en Düsseldorf.
El gigante empresarial energético RWE tiene la intención de talar gran parte del Bosque de Hambach para poder extraer lignito en una mina de carbón a cielo abierto de casi 4.000 hectáreas
Desde el 13 de septiembre el bosque entre Colonia y Aquisgrán ha sido vaciado lentamente mediante un gran despliegue policial. El gigante empresarial energético RWE tiene la intención de talar gran parte del Bosque de Hambach para poder extraer lignito en una mina de carbón a cielo abierto de casi 4.000 hectáreas. El mismo día de la muerte, se hizo público que la empresa de alquiler de plataformas de trabajo Gerken reclamó la retirada sus equipos del Bosque de Hambach. La empresa no había sido informada sobre el uso previsto del cliente en cuestión, que no era la policía, y se ha posicionado en contra de la deforestación.
La acción de la policía desde la semana pasada ha conseguido desalojar 39 de las 50 casetas. El desalojo se ampara en una orden de Renania del Norte-Westfalia, que argumenta que estas construcciones los árboles no se ajustan a las normas de protección contra incendios requeridas y que ponen en peligro el bosque. Pero la actuación contra el movimiento ecologista en Hambach ha despertado una amplia solidaridad ciudadana en todo el país. Entre otras, manifestaciones masivas diarias y más de 500.000 firmas que piden al gobierno regional de Armin Laschet (CDU) que detenga la tala.
(con información de “Directa”)

Conmemoración de la persona fallecida en el bosque de Hambach

Después del terrible accidente durante los desalojos, las conmemoraciones silenciosas tendrán lugar hoy en diferentes ciudades.
Desde diversas fuentes (especialmente las redes sociales y el correo electrónico), sabemos de estos eventos:
Ayer por la noche
Berlín, hasta las 2, Friedrichstraße 95
jueves, 20 de septiembre
Nuremberg, 18h, frente a la Lorenzkirche
Berlín, 18h, Hiroshimastraße 12
Essen, desde la mañana, salga de Hauptbahnhof Freiheit hacia el monumento “Steile Lager”
Jena, a las 20:00, frente a la iglesia Stadtkirche
Aachen, a las 18:00, frente al ayuntamiento
Ámsterdam, a las 20:00, frente al consulado alemán

EL BOSQUE

El bosque único de robles y carpes creció durante los últimos 12,000 años, y se destruyó durante casi 40 años. A 550 metros debajo hay depósitos de lignito y si todo va según el cronograma, el bosque restante desaparecerá en los próximos tres años …

Yemen sangra: Alemania venderá armas a Arabia Saudí tras comprometerse a no hacerlo


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Yemen sangra: Alemania venderá armas a Arabia Saudí tras comprometerse a no hacerlo 

 

 


La canciller Merkel detuvo en marzo las exportaciones de armamento a la coalición de monarquías árabes liderada por Arabia Saudí que bombardea Yemen.
El Gobierno de Alemania ha aprobado una venta de armas a Arabia Saudí después de asegurar que detendría la exportación de armamento a los países involucrados en la guerra en Yemen, según muestran documentos oficiales. El Ejecutivo aprobó el envío de cuatro sistemas de posicionamiento de artillería, según escribió el ministro de Economía, Peter Altmaier, en una carta a parlamentarios a la que ha tenido acceso la agencia británica de noticias Reuters.
Este tipo de armamento puede localizar fuego enemigo y permitir ataques en respuesta. El envío de armas sería el primero documentado a Arabia Saudí desde marzo, cuando la coalición de gobierno que lidera Angela Merkel acordó la prohibición de venta a los países que participan en el conflicto.
El conflicto en Yemen se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas, según datos de la ONU. La coalición que lidera la monarquía absolutista de Arabia Saudí ha provocado en el país la mayor crisis humanitaria que golpea al mundo en este momento, con hasta cinco millones de niños yemeníes viviendo por debajo del umbral de la pobreza y la epidemia de cólera más grave de la que se tienen registros.
www.eldiario.es/politica/Alemania-Merkel-Arabia-Saudi-compromiso_0_816468503.html

La nueva cortina de hierro , por Manlio Dinucci


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La nueva cortina de hierro , por Manlio Dinucci

Manlio Dinucci,

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Letonia está construyendo una barrera metálica de 2,5 metros de alto y 90 kilómetros de largo a lo largo de la frontera con Rusia. Esa barrera, que debe estar terminada este mismo año, se extenderá en 2019 a lo largo de más de 190 kilómetros de frontera rusa, a un costo estimado en 17 millones de euros.
Lituania ya está construyendo una barrera similar –de 135 kilómetros– en su frontera con el enclave ruso de Kaliningrado.
Estonia, por su parte, anunció la próxima construcción de una barrera, también en la frontera con Rusia y también de 2,5 de altura, que se extenderá sobre 110 kilómetros. Se prevé que costará más de 70 millones de euros y el gobierno estonio solicitará un financiamiento a la Unión Europea.
El objetivo de esas barreras o cercas, según las declaraciones gubernamentales, es «proteger las fronteras externas de Europa y de la OTAN». Si excluimos que su construcción esté motivada por una necesidad de «proteger» esas fronteras de flujos migratorios masivos provenientes de Rusia sólo queda una explicación: una necesidad de «proteger las fronteras externas de Europa y de la OTAN» ante la «amenaza rusa».
Por ser prácticamente nula la eficacia militar que pudiera tener la barrera metálica que los países bálticos están construyendo a lo largo de la frontera con Rusia, está claro que su objetivo es fundamentalmente ideológico: el de un símbolo físico que señala que, del otro lado de esa barrera, hay un peligroso enemigo que nos amenaza.
Esto es parte de la constante PsyOp (operación psicológica) político-mediática tendiente a justificar la escalada de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia.
Es en ese contexto que el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, ha viajado a Letonia, dos veces. La primera fue en julio, en ocasión de una gira por los países bálticos y Georgia. Durante la cena oficial celebrada en Riga, el presidente de Italia felicitó a Letonia por haber optado por la integración a la OTAN y a la Unión Europea y por haber decidido «abrazar un modelo de sociedad abierta, basada en el respeto del Estado de derecho, la democracia y la centralidad de los derechos humanos».
Eso dijo Mattarella al presidente letón Raymond Vejonis, quien ya en abril había aprobado el proyecto de ley que prohíbe la enseñanza de la lengua rusa en Letonia, país cuya población cuenta casi un 30% de habitantes de la etnia rusa mientras que un 40% de sus habitantes utilizan el ruso como lengua principal. Se trata de una medida liberticida que, al prohibir el bilingüismo –reconocido incluso por la Unión Europea– discrimina a la minoría rusa, ya acusada de ser «la quinta columna de Moscú».
Dos meses después, en septiembre, el presidente italiano Mattarella volvió a Letonia para participar en una cumbre informal de los jefes de Estados de la Unión Europea, donde se habló, entre otros temas, de ataques informáticos provenientes de «Estados que tienen una actitud hostil», en clara referencia a Rusia.
Después de la cumbre, el presidente de Italia visitó la base militar de Adazi, donde se reunió con el contingente italiano que forma parte del Grupo de Batalla desplegado en Letonia por la OTAN en el marco de la «presencia avanzada reforzada» (eFP) de ese bloque militar en las fronteras con Rusia. «La presencia de ustedes es un elemento que tranquiliza a nuestros amigos letones y de los demás países bálticos», declaró el presidente italiano, palabras que también nutren la PsyOp al sugerir que una «amenaza rusa» se cierne sobre los países bálticos y el resto de Europa.
El 24 de septiembre también llegará a Letonia el papa Francisco, en una visita de 3 días en los países bálticos. ¿Quién sabe si, al repetir que hay que «construir puentes, no muros», también dirá el Papa algo sobre la nueva cortina de hierro que, al dividir Europa, prepara las mentes para la guerra? ¿O si, al depositar en Riga una ofrenda floral en el «Monumento a la libertad», reclamará la libertad de los jóvenes letones rusos para aprender y utilizar su propia lengua?
Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio

El emir de Qatar regala un palacio volante al sultán Erdogan


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El emir de Qatar regala un palacio volante al sultán Erdogan



El emir de Qatar, Tamim ben Hamad Al-Thani, ha regalado el avión privado más grande del mundo al presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
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Se trata de un Boeing 747-8i súper moderno y súper equipado con un costo aproximado de 500 millones de dólares.
Hasta ahora no se sabe si Qatar donó el aparato a la presidencia de Turquía o si es un regalo privado para el sultán Erdogan. Tampoco se sabe a cambio de qué el emir de Qatar otorga a Erdogan un presente de tal envergadura.
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El avión en cuestión, concebido para una tripulación de 18 personas y sólo 76 pasajeros, formará parte de los numerosos medios de transporte a la disposición del presidente turco, que incluyen una impresionante cantidad de automóviles de lujo.
El Palacio Blanco, la residencia presidencial turca construida expresamente para Erdogan, se extiende sobre una extensión de terreno 4 veces mayor que el palacio francés de Versalles y fue pagado con dinero de los contribuyentes turco. Pero Qatar corre enteramente con el costo del nuevo avión presidencial, incluido el trabajo de pintar sobre el aparato el emblema nacional de Turquía, actualmente en proceso.
Junto al emir Tamim de Qatar, el presidente turco Erdogan se ha convertido en protector mundial de la Hermandad Musulmana, de donde proceden los dirigentes de los grupos yihadistas que operan a través del planeta.

Israel utilizó un avión militar ruso como escudo en ataque contra Siria


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Israel utilizó un avión militar ruso como escudo en ataque contra Siria



Un avión militar ruso Ilushin-20 desapareció de las pantallas de los radares en el Mediterráneo, a 35 kilómetros del litoral sirio, el 17 de septiembre de 2018, hacia las 22 horas (hora de Siria), cuando regresaba a la base aérea rusa de Hmeymim, en Siria, con 14 personas a bordo.
El incidente se produjo en momentos en que cuatro F-16 israelíes atacaban, desde aguas internacionales del Mediterráneo, el Instituto de Industrias Técnicas de la ciudad siria de Latakia. La defensa antiaérea siria logró destruir en vuelo varios misiles enemigos.
Israel está atacando ahora los centros científico-técnicos vinculados a las fuerzas armadas sirias, una estrategia que continúa de hecho el programa israelí de asesinatos contra científicos vinculados a la actividad militar en países del Medio Oriente, programa ya aplicado contra Irán e Irak.
Estados Unidos acusó inmediatamente a Siria de haber derribado el avión militar ruso al responder al ataque israelí.
Pero Siria acusa la fragata francesa Auvergne, desplegada en el Mediterráneo, de haber participado en el ataque, lo cual París niega, como de costumbre.
Numerosos satélites pudieron registrar el ataque aéreo israelí del 17 de septiembre y la respuesta de la defensa antiaérea siria.
El Ilushin-20 ruso era un avión con 4 motores de hélice y realizaba una misión de observación de las fuerzas navales occidentales desplegadas frente a la costa Siria cuando los aviones israelíes iniciaron su ataque aéreo contra Siria.
El estudio de las grabaciones muestra:
  1. Que la fregata francesa Auvergne disparó efectivamente misiles hacia Siria;
  2. que al menos uno de los aviones agresores israelíes se escudó tras el avión ruso, de manera que este último fue alcanzado por la defensa siria.
Utilizar un avión de un tercer país para protegerse de la defensa antiaérea constituye un acto de guerra contra el país del avión utilizado involuntariamente como escudo, exactamente lo que hizo Israel en contra de Rusia.

Se pospone la batalla de Idlib


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Se pospone la batalla de Idlib



Durante un encuentro bilateral en Sochi, los presidentes de Rusia y de Turquía decidieron, el 17 de septiembre de 2018, la creación de una franja desmilitarizada alrededor del territorio de la provincia siria de Idlib que aún se mantiene bajo control de diferentes grupos armados.
Desde su encuentro anterior, que tuvo lugar el 7 de septiembre en Teherán –en ocasión de la cumbre tripartita Irán-Rusia-Turquía–, la Federación Rusa había elevado el tono de sus declaraciones al señalar por primera vez el carácter ilegal de la presencia militar turca en la región siria de Idlib y subrayando que esa presencia militar de Turquía en suelo siria tiene que terminar.
En Sochi, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan firmaron –en primer lugar– una serie de acuerdos de cooperación económica sobre la construcción del gasoducto Turkish Stream y la central nuclear civil turca de Akkuyu, acuerdos particularmente oportunos para Ankara, ante el brusco derrumbe de la economía turca.
En cuanto a la zona ocupada actualmente en Siria por los yihadistas y por el ejército turco –zona que corresponde más o menos a los límites de la provincia siria de Idlib–, Rusia y Turquía acordaron ofrecer una nueva posibilidad a la “oposición armada siria” para que se separe de los yihadistas.
En el pasado ya se concluyeron, con Estados Unidos y con Turquía, varios acuerdos similares de desescalada que incluían la región de Idlib así como otras regiones de Siria, pero al no producirse la separación estipulada entre los llamados “rebeldes moderados” y los yihadistas, aquellos acuerdos acabaron cayendo por su propio peso al cabo de 6 meses. En todo caso, esos acuerdos han permitido comprobar en la práctica que los yihadistas y los rebeldes supuestamente moderados son en realidad los mismos individuos –más mercenarios que militantes. A lo largo de los 7 años de conflicto, la gran mayoría de esos individuos han sido miembros de diferentes grupos, pasando frecuentemente de uno a otro, en función de las oportunidades económicas que se les ofrecían.
Por su parte, la República Árabe Siria ya había anunciado que consideraba prudente posponer la liberación de Idlib hasta después de las elecciones legislativas estadounidenses del 6 de noviembre ya que un ataque químico británico bajo bandera falsa habría bastado al Reino Unido para forzar el presidente estadounidense Donald Trump a atacar Siria en medio de la campaña electoral.
El presidente turco Erdogan presenta a los turcos el acuerdo que acaba de concluir con Putin como una doble victoria en la que salva a la población civil de Idlib obteniendo a la vez ventajosos contratos para Turquía.
El hecho es que Turquía está muy lejos de hallarse en posición de fuerza para negociar con Rusia, un enemigo histórico convertido recientemente en aliado temporal, ya que la economía turca depende actualmente de la afluencia de turistas rusos, y Moscú ya ha demostrado que puede llevárselos tan fácil y rápidamente como los trae.
Los resultados del encuentro entre Putin y Erdogan son los siguientes:
- Los acuerdos económicos con Rusia alejan un poco más a Ankara de la OTAN.
- Será instaurada una línea de demarcación, de aquí al 5 de octubre, entre la zona que aún queda bajo control yihadista y el resto de Siria. A partir de esa línea de demarcación se creará una franja desmilitarizada bajo control conjunto de Rusia y Turquía. Las tropas turcas tendrán que retroceder varios kilómetros hacia el interior de la región de Idlib donde hoy se encuentran para permitir a la parte siria liberar la autopista Damasco-Alepo.
En resumen, Rusia aleja a Turquía de las potencias occidentales, evita que su aliado sirio se exponga al peligro y sigue liberando territorio sirio sin tener que combatir.