El 2018 es un año electoral, pero también será un año marcado
por la polémica del agua, donde la batalla diaria por el abasto del
líquido coincidirá con las elecciones presidenciales de este 1 de julio.
Mañana se conmemora el Día Mundial del Agua, sin embargo no hay mucho que festejar.
En la Ciudad de México el reclamo y el descontento social por la
falta del vital líquido aumentan cada día. Los afectados por la escasez y
por los cada vez más frecuentes cortes al suministro han salido a las
calles a protestar hasta en los barrios como La Condesa.
En algunas zonas de Iztapalapa los vecinos se organizan para
“secuestrar” pipas y conseguir el agua, una práctica que pronto podría
extenderse a toda la metrópoli si continúa la tendencia. Hasta hace
algunos años, la escasez y el desabasto fueron problemáticas que
parecían limitarse a la zona oriente de la Ciudad, sin embargo, en un
proceso lento pero inexorable, la crisis se ha extendido hacia otras
zonas que anteriormente no sufrían la falta de agua.
En prácticamente todas las delegaciones y colonias del país, el
suministro se da por tandeos. En algunas ocasiones el agua corriente
sólo llega 12 horas al día y este sector puede considerarse afortunado,
pues hay muchas zonas en donde sólo se ‘bombea’ el líquido durante una o
dos horas, y en algunas otras pueden pasar días o semanas sin que
llegue una sola gota.
Aun así, este racionamiento, que cada día se volverá más estricto, no
es suficiente para mitigar un problema que cada día amenaza más a la
Ciudad de México, pues el abasto es muy inferior a la demanda y en los
próximos años la curva irá en aumento.
Según especialistas del Programa de Manejo, Uso y Reuso del Agua de
la UNAM, de continuar la tendencia, la Ciudad de México podría llegar a
niveles de escasez extrema de agua en 30 años o incluso menos.
Las razones de la crisis son diversas y van desde el calentamiento
global, la propia geografía del Valle de México, el uso irresponsable
del recurso, el crecimiento exponencial de la ciudad, la falta de
mantenimiento y actualización de la red de suministro, las fugas o la
carencia de políticas públicas y de planeación urbana a futuro.
La respuesta oficial en todos los niveles de gobierno no ha estado a
la altura de la realidad, ya que al día de hoy no existen proyectos en
firme para renovar o reparar integralmente la red hidráulica, tampoco se
han buscado nuevas alternativas para el suministro de agua ni se han
planteado soluciones para su reutilización o para su mejor
aprovechamiento.
Mientras tanto, a menos de 100 días de que se lleven a cabo las
elecciones, los partidos políticos que se disputan la Ciudad cruzan
acusaciones de sabotaje entre ellos para sacar raja política al problema
de la escasez hídrica que sufren los capitalinos.
En medio de la disputa por los votos de los capitalinos, los grupos
de poder y de operación política buscan capitalizar el descontento
social para atacar a sus oponentes sin importar los medios utilizados,
pues ni siquiera si se trata del acceso al vital líquido.
Los signos son evidentes, a la escasez y dificultades para llevar el
agua a los hogares de millones de capitalinos se suma la politización en
tiempos electorales, una combinación que podría desencadenar no sólo en
una emergencia por la falta de acceso al agua, sino en un levantamiento
social.
Los datos son reveladores y preocupantes. Los especialistas calculan
que entre el 60 y 70 por ciento del agua potable que consumen los
habitantes de la Ciudad de México y de los municipios circundantes
proviene de los mantos acuíferos que se encuentran en la cuenca del
Valle de México.
Actualmente, debido al crecimiento desproporcionado de la población y
el consecuente aumento en la demanda de agua, se estima que se está
extrayendo del subsuelo de 2 a 4 veces la capacidad de recarga natural
de los acuíferos, por lo que de seguir esta tendencia, en unos cuantos
años la crisis podría ser inabordable.
40%
Del agua potable se pierde en el trayecto por falta de infraestructura
A todo esto hay que sumar que el sistema de tuberías de la red
hidráulica utilizada para traer agua del sistema Cutzamala a la Ciudad
de México tiene 50 años de antigüedad y se calcula que en su trayecto a
la capital del país se pierde alrededor del 40 por ciento del agua.
La politización de la crisis
En medio de una crisis que afecta a millones de personas en la Ciudad
y sus alrededores y que podría aumentar en los próximos años, las
autoridades y los actores políticos continúan sin darle la seriedad y la
atención a la emergencia, y en contraste, la lucha por el acceso al
agua ha dado pie al enfrentamiento y al oportunismo político.
El 7 de marzo comenzó la controversia. Ese día, el Jefe de Gobierno
de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera informó que las fallas en
el suministro que se habían estado viviendo en días pasados se debían al
cierre intencional de algunas válvulas y agregó que detrás del sabotaje
había fines políticos.
Mancera evitó decir nombres, pero señaló que detrás de estos actos se
encuentran ‘grupos políticos’ con la intención de provocar el
descontento social y desestabilizar la administración de la capital, lo
que fue entendido como una clara referencia a Morena.
A unos días de que arranquen formalmente las campañas en la capital
del país, las principales fuerzas políticas preparan sus armas para la
batalla, pues no sólo está en juego la Jefatura de Gobierno, sino los
millones de votos que pueden otorgar los capitalinos en la contienda
presidencial y que podrían inclinar la balanza por uno u otro candidato.
Este es el contexto en el que se desarrolla el cruce de acusaciones
entre las principales fuerzas políticas de la Ciudad de México.
Las declaraciones de Mancera tuvieron pronta respuesta por parte de
los diputados locales de Morena quienes condenaron las acusaciones y no
sólo negaron estar detrás de los actos de sabotaje, sino que acusaron al
Jefe de Gobierno por el ‘manejo político’ del agua.
Mientras los políticos continúan su particular enfrentamiento, las
propuestas para asegurar la sustentabilidad de la ciudad y el abasto de
agua en los próximos años brillan por su ausencia.
El problema se agrava
Para Cecilia Lartigue, Coordinadora Ejecutiva del Programa de Manejo,
Uso y Reuso del Agua de la UNAM, la crisis en la que está inmersa la
Ciudad de México por el tema del agua viene de décadas, aunque hoy hay
claros signos de que el problema se ha agudizado a límites alarmantes.
“Estamos inmersos en una crisis por la extracción excesiva de
agua de los acuíferos, las enormes pérdidas en las redes y la invasión
de las zonas de recarga. Desde hace décadas un número importante de
colonias ha recibido el agua por tandeo, pero el problema se está
agudizando porque se extiende a colonias que no sufrían de desabasto
anteriormente”
- Cecilia Lartigue
Coordinadora Ejecutiva del Programa de Manejo, Uso y Reuso del Agua de la UNAM
La académica señala también que las autoridades tanto del gobierno
local como del federal no le han dado la seriedad adecuada al tema, y
considera que la crisis se puede agravar si no se le da la importancia
que requiere.
“Definitivamente se ha politizado todo el tema del agua. No sólo el
del desabasto, sino el tema tarifario. Me parece que para tratar el tema
tarifario es indispensable la transparencia, de tal manera que los
usuarios sepan en qué acciones se invierten los recursos, pues existe
una desconfianza tremenda en las autoridades”.
Desde hace décadas un número importante de colonias ha
recibido el agua por tandeo, pero el problema se está agudizando porque
se extiende a colonias que no sufrían de desabasto anteriormente
“Falta esa visión de largo plazo, mediante la cual se atienda el tema
del agua de manera integral, considerando a la cuenca en la cual está
inmerso el Valle de México, y esto implica un manejo adecuado del
territorio y de la infraestructura, pero también falta hacer
corresponsables a los usuarios del uso irresponsable del agua”.
Por último, la investigadora de la UNAM cree que la situación aún
podría ser reversible pero sólo si se toman medidas urgentes a corto
plazo y se dejan de diferir las soluciones a largo plazo que solucionen
realmente el problema.
“Es indispensable la renovación de la red hidráulica, la
implementación de infraestructura verde, la revisión del sistema
tarifario, la implementación de campañas de comunicación y de incentivos
para disminuir el consumo por parte de los usuarios y para fomentar la
cultura del pago y de la protección de las zonas de recarga”.
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