viernes, 4 de diciembre de 2015

Cronología de la última ola de violencia entre israelíes y palestinos

Cronología de la última ola de violencia entre israelíes y palestinos 

 

Un palestino usa una honda para lanzar piedras a los soldados israelíes en Beit El, cerca de Ramala, en Cisjordania 

  • La violencia se inició con los incidentes en la Explanada de las Mezquitas

  • Han muerto más de un centenar de personas

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La última oleada de violencia entre palestinos e israelíes, caracterizada por los ataques con armas blancas, ha dejado hasta ahora (entre el 1 de octubre y el 4 de diciembre) un saldo más de un centenar de muertos: 110 palestinos (más de la mitad de ellos supuestos atacantes), 19 judíos israelíes, un ciudadano árabe-israelí, un refugiado eritreo y un ciudadano estadounidense, además de centenares de heridos y una creciente sensación de inseguridad en Israel. De momento, sólo Hamás califica la revuelta de "Intifada", por analogía con las dos anteriores: la primera, de 1987 a 1993, que terminó con los Acuerdos de Oslo; y la segunda, de 2000 a 2005, y bautizada como la "Intifada de Al Aqsa".
El origen de esta escalada puede situarse en incidentes ocurridos durante el verano en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Este lugar, situado en la Ciudad Vieja, alberga la Mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes después de las ciudades de La Meca y Medina, en Arabia Saudí. La tradición judía establece que el Templo de Salomón se levantó en el mismo lugar, y el Muro de las Lamentaciones se sitúa justo a un lado de la Explanada, a menor altura.
Desde que Israel ocupó Jerusalén Este, en 1967, se ha respetado la Explanada como lugar de culto exclusivamente musulmán, aunque abierto a las visitas turísticas. Sin embargo, grupos judíos extremistas reclaman su derecho a rezar allí e incluso abogan por la reconstrucción del templo.
Esta es una cronología de los sucesos que han desencadenado la actual situación y de los ataques que se han producido hasta el momento.
- 26 de julio: Enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas durante la festividad judía de Teish B'Av, que recuerda la destrucción del Templo.
- 31 de julio: Muere un bebé palestino en el incendio de su casa, en un ataque perpetrado por colonos israelíes. Posteriormente moriría su padre a causa de las heridas.
- 13 de septiembre: La Policía israelí entra en la Explanada de las Mezquitas, donde se han producido disturbios la víspera del Año Nuevo judío.
- 14 de septiembre: Los disturbios continúan en Jerusalén.
- 15 de septiembre: Tercer día de disturbios continuados en la Explanada.
- 24 de septiembre: El Gobierno israelí endurece su postura y autoriza a usar fuego real contra los que lancen piedras.
- 28 de septiembre: La Policía israelí entra otra vez en la Explanada.
- 30 de septiembre: En la Asamblea General de la ONU, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, da por muertos los acuerdos de Oslo. La ONU iza la bandera palestina por primera vez, como reconocimiento simbólico a Palestina, que tiene estatus de observador, pero no de miembro de pleno derecho.
- 1 de octubre: Desconocidos asesinan a una pareja de colonos judíos cerca de la ciudad de Nabús, en la Cisjordania ocupada. Sus cuatro hijos son testigos desde el asiento posterior del coche.
- 3 de octubre: Un palestino, Muhammad Halabi, armado con cuchillo y pistola, mata a dos israelíes, y después es abatido en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
- 4 y 5 de octubre: Entre la noche del sábado y el lunes mueren tres palestinos: el sábado fue muerto a tiros en Jerusalén Fadi Alún, acusado de herir a una menor israelí de 15 años. La familia asegura que era inocente y un vídeo muestra que fue asesinado a sangre fría por la Policía.
En la noche del domingo, día 4, un joven de 22 años muere cerca del puesto de control de Tulkarem (Cisjordania).
En la mañana del lunes, soldados israelíes matan de un disparo a un niño de 13 años en el campo de refugiados de Aida, cerca de Belén.
- 6 de octubre: Disturbios sin muertos en toda Cisjordania, donde se ha declarado una "jornada de ira". Netanyahu anuncia que no habrá "límite" en la represión de los disturbios y el Ejército israelí comienza a demoler las casas de los implicados en atentados, una medida condenada por organizaciones no gubernamentales e internacionales.
- 7 de octubre: Diversos incidentes: un palestino acuchilla a varias personas Petaj Tikva, cerca de Tel Aviv; otro apuñala a un soldado en Kiriat Gat (sur de Israel) y después es abatido; una mujer palestina resulta herida tras apuñalar a un israelí
- 8 de octubre: Israel declara la alerta máxima. Se habla ya de la "Intifada de los cuchillos".
  • Un joven israelí es acuchillado en Jerusalén, en el barrio de Guivat Tzarfatit (la Colina Francesa). La policía detiene a un joven de 15 años.
  • Un hombre armado con un destornillador hiere a una soldado en Tel Aviv. El hombre es abatido.
  • Otro israelí es herido grave en la colonia de Kiriat Arba, cerca de Hebrón, en Cisjordania
  • Un palestino muere por disparos durante enfrentamientos en Shuafat, cerca de Jerusalén.
  • Un soldado israelí es apuñalado en Afula, al norte de Israel. El agresor fue detenido.
- 9 de octubre: Hamás llama a la Intifada y la respuesta es que estallan disturbios en la frontera de Gaza, con al menos seis palestinos muertos. En Dimona, al sur de Israel, un judío acuchilla a cuatro árabes (dos palestinos y dos árabes-israelíes), en un incidente que da cuenta del clima de odio y venganza.
- 10 de octubre: Seis palestinos muertos en distintos incidentes.
- 11 de octubre: Cuatro palestinos muertos: una mujer y su hija en un bombardeo en Gaza; un niño de 13 años de un disparo en Ramala y una mujer que hace estallar un artefacto explosivo en la colonia judía de Maale Adumim.
- 12 de octubre: Tres palestinos muertos.
- 13 de octubre: En una de las jornadas más sangrientas, mueren tres palestinos y tres israelíes.
  • Dos palestinos acuchillan y disparan a los ocupantes de un autobús en una colonia cercana a Jerusalén. Uno de los agresores es abatido y el otro detenido.
  • Un conductor árabe-israelí atropella a varias personas en el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, Jerusalén. Uno de los heridos muere, y el conductor es abatido.
  • Se producen dos incidentes con apuñalamientos en Ranana, al norte del Tel Aviv
  • En Cisjordania se reproducen los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes, en los que muere un varón palestino de 27 años en la localidad de Belén y resultan heridos 130 palestinos, unos 80 en Cisjordania y 40 en Gaza.
Como respuesta, y en un intento por aumentar la seguridad, el Gobierno israelí decide cerrar los barrios árabes de Jerusalén.
Puerta de Damasco, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Policías israelíes inspeccionan el cuerpo de un palestino abatido cuando intentaba, supuestamente, acuchillar a un agente Puerta de Damasco, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Policías israelíes inspeccionan el cuerpo de un palestino abatido cuando intentaba, supuestamente, acuchillar a un agente


- 14 de octubre: Las medidas de seguridad no logran evitar otros dos intentos de apuñalamiento: el primero, en la Puerta de Damasco de Jerusalén, donde un palestino, supuestamente, intenta apuñalar a una soldado; el segundo, en la estación central de autobuses de Jerusalén Oeste, cuando, según la policía, un palestino hirió a una mujer israelí que se encontraba en uno de los autobuses. Ambos supuestos agresores cayeron bajo los disparos de las fuerzas de seguridad israelí.
En una comparecencia televisada, Abás acusa a Israel de exarcerbar la violencia y recuerda que su pueblo tiene derecho a defenderse, aunque llama a hacerlo de forma pacífica.
- 15 de octubre: Los ciudadanos israelíes se pertrechan con armas ante el cariz que están tomando los acontecimientos. Expertos señalan la actividad en redes sociales inspira a muchos de los agresores, que emulan las acciones que ven en los vídeos colgados en internet.
- 16 de octubre: Nuevo "Viernes de la Ira" en Cisjordania y Gaza, que se inicia con el ataque a la Tumba de José, un lugar de culto judío cerca de Nablús, y termina con cuatro palestinos muertos. Uno de ellos acuchilló supuestamente a un soldado en Hebrón y vestía un chaleco de prensa.
- 17 de octubre: Cuatro palestinos muertos en diversos ataques.
- 18 de octubre: Mueren tres personas en un ataque con cuchillo en la estación de autobuses de Beer Sheva, al sur de Israel: un israelí, el agresor (un beduino de nacionalidad árabe) y un refugiado eritreo que recibió un disparo al ser confundido con otro atacante. Un vídeo muestra como varias personas golpean al refugiado en el suelo.
- 19 de octubre: El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pide a los israelíes que no apliquen "su propia ley" después del linchamiento del refugiado eritreo en Beer Sheva el día anterior. El Gobierno israelí también paraliza la colocación de muros entre los barrios judíos y árabes de Jerusalén, para evitar la imagen de partición de la ciudad.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, de visita en España, asegura que ninguna de las partes quiere modificar el estatuto de la Explanada de las MezquitasFrancia había propuesto enviar observadores internacionales a este lugar conflictivo de Jerusalén.
- 20 de octubre: Ban Ki Moon visita Palestina de forma urgente para intentar frenar los enfrentamientos, el mismo día que Israel detiene al líder de Hamás en CisjordaniaHasán YusefCinco palestinos y un israelí mueren en una nueva jornada de violencia. El Estado Islámico insta a los palestinos a continuar con los ataques.
- 21 de octubre: En Cisjordania, un palestino ha resultado muerto y otro ha sido detenido tras intentar apuñalar a una soldado israelí, que resultó herida leve, según ha informado la policía israelí en un comunicado. Las fuerzas de seguridad dijeron en su nota que uno de los atacantes "ha sido neutralizado y otro detenido". En otro incidente no aclarado, un ciudadano judío israelí ha muerto en Jerusalén tras atacar a una patrulla de la Policía.
- 22 de octubre: Un palestino muerto y un israelí herido en un nuevo acuchillamiento. Human Rights Watch denuncia que las limitaciones a los movimientos impuestas por Israel violan los derechos de los palestinos tras la muerte de una mujer que tardó en llegar al hospital.
- 23 de octubre: Israel levanta las restricciones a los varones palestinos para acceder a la Explanada de las Mezquitas en el viernes de oración. A pesar de ello, la nueva "jornada de ira" se salda con decenas de heridos en enfrentamientos por toda la Cisjordania ocupada.
- 26 de octubre: Un palestino muere en Hebrón, supuestamente tras acuchillar a un israelí en un cruce, y en las protestas posteriores, un adolescente palestino muere al recibir un disparo en la cabeza. Otro palestino resulta herido "crítico" tras ser abatido en otro intento de apuñalamiento; asimismo, dos israelíes resultan heridos en los asaltos, uno de ellos grave. El día anterior, en la misma ciudad, una menor palestina de 17 años también fue abatida a tiros supuestamente cuando intentaba acuchillar a los soldados.
- 27 de octubre: Un soldado israelí resulta herido y tres palestinos son abatidos en dos intentos de apuñalamiento en Cisjordania, según el Ejército israelí. Además, fallece en Jerusalén un israelí de 76 años, Richard Leiken, que resultó herido de gravedad en el atentado a un autobús israelí dos semanas antes.
28 de octubre: Un palestino es abatido y otro es arrestado tras sendos ataques con cuchillo casi simultáneos en Cisjordania, en el que ha resultado herida una israelí. El presidente de Palestina, Mahmud Abás, reclama en la ONU la creación urgente de "un régimen internacional de protección del pueblo palestino", así como un plan concreto y con plazos para poner fin a la ocupación israelí.
- 29 de octubre: Las fuerzas de seguridad israelíes matan en Hebrón a dos palestinos que supuestamente habían intentado llevar a cabo ataques con cuchillos.
- 30 de octubre: Un bebé palestino de ocho meses muere tras ser intoxicado por gas lacrimógeno lanzado por fuerzas israelíes cerca de Belén. Otros dos palestinos han muerto también por fuego israelí, ambos al tratar de perpetrar apuñalamientos.
- 2 de noviembre: Un palestino muere y otro es detenido durante un presunto intento de apuñalamiento en el puesto de control israelí de Jalama, en el norte de Cisjordania, según la Policía.
- 4 de noviembre: Un palestino muere tras atropellar, aparentemente de forma intencionada, al menos a un israelí en el cruce del bloque de asentamientos judíos de Gush Etzion, en la Cisjordania ocupada, según la Policía israelí.
- 5 de noviembre: Soldados israelíes matan a un palestino que supuestamente intentó un ataque con arma blanca en una parada de autobús de la colonia judía de Gus Etzion, cerca de Jerusalén.
- 6 de noviembre: Soldados israelíes matan a una mujer palestina de 71 años en Hebrón. Los militares aseguran que la mujer intentó atropellarles con su vehículo. En Gaza, un hombre muere por disparos israelíes mientras en el asentamiento judío de Bet El, en Cisjordania, un israelí es herido de arma blanca. El agresor consigue huir.
- 8 de noviembre: Seis israelíes resultan heridos y dos supuestos agresores palestinos muertos por disparos de fuerzas de seguridad en al menos tres ataques registrados en Cisjordania. Además, muere un agente de la Guardia de Fronteras israelí a causa de las heridas sufridas en un atropello premeditado el pasado miércoles cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón. Se trata del sargento Benjamin Yaakovovich, de 19 años.
- 9 de noviembre: Una palestina es tiroteada tras intentar apuñalar con un cuchillo a guardas israelíes en un puesto de control en el territorio ocupado de Cisjordania, según el Ministerio de Defensa israelí. La mujer fue identificada como Rasha Muhamad Oweisi, de 24 años y natural de Kalilia, según la agencia de noticias palestina "Maan".
- 10 de noviembre: Soldados israelíes matan a un palestino que supuestamente iba a acuchillarles, cerca de la ciudad vieja de Jerusalén. También en esta ciudad, dos adolescentes palestinos (12 y 13 años) resultan heridos de bala tras apuñalar al guardia de un tranvía.
- 12 de noviembre: Soldados israelíes infiltrados (los conocidos como mustarabim, que actúan vestidos de civiles) matan a un joven palestino en un hospital de Hebrón. El hombre se encontraba en la habitación cuando los soldados la han asaltado para detener a su primo, Azzam Shalaldeh, al que Israel acusa de acuchillar a un israelí el 25 de octubre.
- 13 de noviembre: Mueren dos colonos judíos por disparos cerca del asentamiento de Otniel, en Hebrón. Asimismo, tres palestinos mueren en los enfrentamientos con los soldados israelíes cerca de Hebrón y un cuarto fallece a causa de las heridas recibidas un día antes.
16 de noviembre: El Ejército israelí mata a dos palestinos que abrieron fuego contra sus fuerzas durante la demolición de la vivienda de un hombre que llevó a cabo un atentado el pasado junio, en el campo de Qalandia, en Cisjordania.
17 noviembre: Un palestino muere y otros dos son detenidos después de que supuestamente dispararan contra un vehículo militar israelí cerca de la localidad cisjordana de Turmusaia.
18 de noviembre: Aparatos israelíes bombardean en Gaza instalaciones vinculadas al grupo islamista Hamás, sin causar daños, horas después del disparo de un cohete desde este territorio contra Israel, dijeron funcionarios de seguridad en la Franja.
19 de noviembre: Una de las jornadas más sangrientas, con cinco muertos en diversos ataques: tres israelíes, un palestino y un ciudadano estadounidense.
- 22 de noviembre: Una mujer israelí y tres palestinos (entre ellos, una chica de 17 años) mueren en diversos ataques en Cisjordania.
- 23 de noviembre: Un soldado israelí mata a una palestina que supuestamente había acuchillado a un comerciante en un mercado de Jerusalén Oeste. Otra mujer palestina resulta herida. Un palestino es abatido en Nablus cuando, supuestamente, se acercaba a los soldados con un cuchillo.
- 25 de noviembre: Un palestino muere a causa de los disparos recibidos después de apuñalar y herir de gravedad a un soldado israelí cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón. Además, un adolescente palestino de 16 años muere a causa de las heridas sufridas dos semanas atrás durante enfrentamientos con el Ejército israelí en las inmediaciones de la ciudad cisjordana de Ramala, en los que recibió disparos en el corazón.
26 de noviembre: Dos palestinos mueren en Cisjordania por disparos de soldados israelíes, uno en los enfrentamientos resgistrados en Qatanna y otro en una protesta en Hebrón. Otro palestino es abatido en un cruce cerca de Nablús cuando, según la versión israelí, intentaba acuchillar a un guardia de fronteras.
- 27 de noviembre: Dos palestinos mueren abatidos en Cisjordania tras sendos intentos de atropello, que se saldan con siete soldados israelíes heridos, según la policía y el Ejército de Israel.
- 29 de noviembre: Dos palestinos muertos en Jerusalén: uno, supuestamente, tras apuñalar a un policía de fronteras; el otro, un adolescente de 16 años, en enfrentamientos con los soldados israelíes durante la protesta por demoliciones de casas.
3 de diciembre: Dos palestinos muertos: uno abatido a tiros tras, supuestamente, herir de bala a dos personas en un puesto de control en la aldea de Himeh, al norte de Jerusalén. Otro tras acuchillar a un Policía en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
- 4 de diciembre: Tres palestinos abatidos de madrugada en Cisjordania. Según la versión israelí, los tres abatidos participaron en ataques con cuchillos. Dos israelíes, uno de ellos un soldado, resultaron heridos.

Perú emitirá pasaportes biométricos a partir de febrero


telesurtv.net

Perú emitirá pasaportes biométricos a partir de febrero

 

 

Ciudadanos de la nación andina podrán visitar países de la Unión Europea sin necesidad de visado, según el acuerdo alcanzado entre el Gobierno suramericano y el bloque.
El ministro de Interior de Perú,  José Luis Pérez Guadalupe, informó el miercoles sobre la emisión de los primeros cinco mil pasaportes biométricos que permitirán el acceso a ciudadanos de ese país a naciones de la Unión Europea (UE) sin necesidad de visado.
Por su parte, el vicecanciller Eduardo Martinetti señaló que la medida forma parte de acuerdo alcanzado en mayo con autoridades del bloque comunitario, cuya última fase corresponde a procesos administrativos.
Se espera que el próximo lunes sean revisados los formatos enviados por el presidente Ollanta Humala, quien se comprometió a su pronta implementación  para dar por finalizado el proceso de negociación con la Unión Europea.
La alta representante del bloque europeo en materia de Política Exterior, Federica Mogherini, reiteró a Humala la voluntad de los 28 países integrantes de la Unión Europea por culminar exitosamente el proceso.
EL DATO
Los ciudadanos que deseen viajar a algún país de la UE deberán poseer un pasaporte válido como mínimo tres meses después de la fecha prevista de regreso, boletos de viaje de ida y vuelta, reservas de hotel o invitaciones de amigos familiar; así como suficiente recursos para costear la estadía.
Fuera de esta exención queda cualquier acción relacionada con viajes que incluyan alguna remuneración por la realización de labores profesioales que vaya a realizar un civil peruano.
El tratado abarcará a los siguientes países: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Suecia, República Checa, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Holanda, Polonia, Portugal y Grecia.
Además, otras cuatro naciones extracomunitarios están incluidos en la exención: Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Lea también: Colombianos podrán viajar a Europa sin visa.

Un documento confidencial muestra el secretismo de la Comisión con el TTIP

Un documento confidencial muestra el secretismo de la Comisión con el TTIP




La negociación del tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea sigue siendoterritorio restringido a la ciudadanía de los Estados implicados. En un documento filtrado hoy, titulado TTIP: posibles pasos para facilitar el acceso de los Estados miembros de la UE a ciertos documentos clasificados del TTIP, la Dirección General de Comercio, dirigida por Cecilia Malmström, señala los límites para la consulta de algunos aspectos que se negocian con Estados Unidos.
El equipo Malmström limita el acceso a los documentos de las negociaciones del TTIP.
El documento es una respuesta a la demanda de varios Estados miembros de mayor facilidad de acceso a los documentos de las negociaciones del Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP). En él, la Dirección General de Comercio responde a la demanda de esos Estados miembros, expresada en una reunión el 4 de septiembre, y señala que la única forma de acceder a esos documentos por parte de los Estados será a través de la puesta en marcha de nuevas salas de lectura ”reading rooms” en las capitales de los Estados miembro. Esto supondrá un acceso más difícil y con más restricciones a los documentos, que hasta ahora se enviaban por correo a responsables de comercio desde el Comité de Representantes Permanentes de los Gobiernos de los Estados miembros.
A partir de ahora, agentes de seguridad en cada país gestionarán el acceso a estas salas. Asimismo, el documento publicado por Diagonal añade cláusulas como la suspensión de las salas de lectura de los Estados en las que se produzcan eventuales filtraciones y la puesta en marcha de una investigación a cargo del Estado miembro. Además, los documentos estarán señalados con un membrete que indique a qué Estado pertenecen para evitar la divulgación de las distintas informaciones.
Actualmente la reading room (sala de lectura) del Parlamento Europeo ya ha mostrado las dificultades de acceso a documentos de las negociaciones. Los europarlamentarios sólo pueden acceder a ellas acompañados de personal de seguridad, sin dispositivos que permitan hacer fotografías o escaneados de las páginas.
Amenazas veladas de la Dirección de Comercio a los Estados que permitan filtraciones en su Reading Room.
Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, considera que estas restricciones “impiden a los miembros del Parlamento Europeo y de los Gobiernos de los Estados miembros iniciar un análisis detallado del acuerdo”. Asimismo, según recuerda, hay tres tipos de documentos: los que llegan a los Estados, los que están en la sala de lectura y un tercer tipo que ni siquiera llega a la Reading Room.
Entre los documentos hurtados por completo al escrutinio de los miembros del Parlamento y a los Estados miembro están los contactos de los negociadores de la Comisión Europea con representantes de la industria y las actas de dichas reuniones, o la postura que la Comisión Europea ha mantenido en algunos de los aspectos más delicados de las negociaciones.
Según denuncia Ecologistas en Acción, entre la información censurada está una serie de pasajes de la reunión que miembros de la DG de Comercio mantuvo con representantes de la banca Goldman Sachs el 17 de diciembre de 2014. Kucharz explica asimismo que, ni el jefe negociador, Ignacio García-Bercero, ni los 36 funcionarios que negocian las diferentes áreas del TTIP, tienen que cumplir con las reglas de desglosar sus reuniones con el lobby industrial.
Vulneración del Tratado de Funcionamiento de la UE
El documento divulgado hoy responde al malestar de algunos Estados miembros tras el intento por parte de Malmström de restringir la información después del fin de la 10ª ronda de negociación en julio. La filtración de esta nota coincide con el comienzo de la ronda 11ª, que se abre este lunes en Miami (Florida).
Ecologistas denuncia que la información se maneja como si fueran "secretos de guerra" y no políticas comerciales.
Desde Ecologistas en Acción, se denuncia como una “farsa” el anuncio de Malmström de ofrecer transparencia en la negociación. Esta organización señala que la comisaria de Comercio miente cuando dice que el Parlamento Europeo tiene acceso a toda la documentación sobre las negociaciones: “Los documentos sobre el TTIP han sido escondidos de la opinión pública, como por ejemplo la demanda del Gobierno estadounidense para abrir el mercado de la educación universitaria en la UE”.


Para Kucharz, la política de opacidad de la Comisión Europea es “inaceptable y antidemocrática”. Esta organización compara el secretismo de las negociaciones con el “manejo de secretos de guerra y no a políticas comerciales que afectan cada uno de los aspectos de nuestras vidas cotidianas”. Desde Ecologistas se recuerda que todos estos documentos deberían ser accesibles “según el artículo 218 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, a cualquier ciudadano”.
También según Ecologistas en Acción: “Las restricciones de acceso a los documentos de las negociaciones vulneran igualmente el fallo del Tribunal de Justicia del 3 de julio de 2014 (asunto C 350/12 P) que dice que los dictámenes jurídicos del Consejo relativos a los acuerdos internacionales no deben ser automáticamente ‘clasificados’ y eximidos de su publicación y que el Consejo ‘debe primero explicar cómo la desclasificación podría dañar concreta y efectivamente el interés [público]‘”.
Documento TTIP: posibles pasos para facilitar el acceso de los Estados miembros de la UE a ciertos documentos clasificados del TTIP
Enlace con el artículo

NO ES BROMA: EXPERTOS TURCOS ESTUDIAN SI COMPARAR A ERDOGAN CON GOLLUM MERECE PENA DE CÁRCEL

 
Un grupo de expertos de Turquía, está estudiando si comparar al presidente Erdogan con el personaje de Gollum del Señor de los Anillos debe ser penado por la ley.
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Aunque parezca mentira, un tribunal de la ciudad turca de Aydin ha pedido a un comité de expertos que evaluen si el presidente del país fue insultado por Bilgin Ciftci, un médico, quien fue despedido en octubre después de compartir un meme comparando las expresiones faciales de Recep Tayyip Erdogan con el personaje de Gollum.
El personaje de Gollum será investigado a fondo por un equipo de expertos designados para determinar si la comparación es realmente insultante.
breu 1 b
“El tribunal ordenó que la investigación la llevara a cabo un grupo compuesto por dos profesores universitarios, dos científicos o psicólogos conductuales y un experto en producciones de cine y televisión”.
El juez principal d3el caso, llamó a los expertos después de confesar que nunca había visto ninguna de las 3 películas de El Señor de los Anillos y pospuso la audiencia hasta el próximo 13 de febrero 2016.
En caso de ser considerado insultante, el médico podría enfrentarse hasta a 2 años de carcel.
Fuente: http://sputniknews.com/europe/20151203/1031160365/turky-gollum-meme-erdogan-prison.html#ixzz3tH1iCAcT



El destructor USS Ross de EEUU se dirige a Bulgaria, afirma fuente diplomática

El destructor USS Ross de EEUU se dirige a Bulgaria, afirma fuente diplomática

© AFP 2015/ US Navy photo

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El destructor USS Ross de la Marina de Guerra de EEUU ha tomado rumbo a Bulgaria tras entrar en el mar Negro, ha asegurado este viernes a RIA Novosti una fuente diplomática.

"El buque entró el miércoles en el mar Negro después de cruzar los estrechos de Dardanelos y Bósforo. Al parecer se dirige al puerto búlgaro de Varna", precisó la fuente.
El 20 de octubre, el Ross interceptó exitosamente un misil balístico en la parte norte del Atlántico, donde se llevaron a cabo unas pruebas del componente marítimo del sistema estadounidense de defensa antimisiles.
Los destructores de clase USS Arleigh Burke, a la que pertenece Ross, llevan a bordo dos sistemas de lanzamiento Aegis, capaces de portar hasta 56 misiles de crucero Tomahawk con ojivas nucleares, así como un helicóptero SH-60 Seahawk; su tripulación es de 337 personas.
Al mismo tiempo, la fuente desmintió el supuesto ingreso del grupo naval de la OTAN conformado por las fragatas Winnipeg (Canadá), Francisco de Almeida (Portugal) y Blas de Lezo (España) en el mar Negro, como lo comunicaban varios medios.
"El grupo naval de la OTAN ha cruzado el estrecho de los Dardanelos, pero no atravesó el Bósforo; el grupo se encuentra frente al litoral turco", señaló.

La ONU Busca Implementar la Identificación Biométrica Universal.

La ONU Busca Implementar la Identificación Biométrica Universal.



LA AGENDA ILLUMINATI DE CONTROL SOCIAL A NIVEL MUNDIAL SIGUE SU CAMINO INDOMABLE. MEDIANTE LA MARCA DEL ANTICRISTO, EL CONTROL DE LAS NACIONES SERÁ UNA REALIDAD.
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"Y nadie podrá comprar o vender, sino aquel que posea la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre".
Apocalipsis 13: 17.
EL HORRENDO PLAN DE LAS NACIONES UNIDAS.
Las Naciones Unidas tienen la intención de que cada hombre, mujer y niño del planeta, disponga de una tarjeta de identificación biométrica en el año 2030.
Una base de datos central situada en Ginebra, Suiza, recogerá los datos de muchas de estas tarjetas.
Según múltiples medios alternativos, estos planes formarían parte de los "Objetivos globales" que la ONU puso en marcha a finales de septiembre y que de hecho, representan la base para la instauración de un "Nuevo Orden Mundial".
Por ejemplo, el Objetivo 16.9 establece lo siguiente:
"Para el año 2030, se deberá proporcionar identidad legal para todos, incluyendo el registro de nacimientos".
De hecho, la ONU ya está trabajando duro para poner en práctica este objetivo, particularmente entre las poblaciones de refugiados.
 La ONU se ha asociado con Accenture para implementar un sistema de identificación biométrica que reporta la información, "a una base de datos central en Ginebra".
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Accenture. Empresa de Tecnología de Control Social.
El siguiente es un extracto de un artículo que fue publicado en findbiometrics.com…
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) está avanzando con sus planes de utilizar la tecnología biométrica para identificar y realizar un seguimiento de los refugiados, y ha seleccionado un proveedor para el proyecto.
Accenture, un proveedor internacional de servicios de tecnología, ha ganado el proceso de licitación y se encargará de supervisar la aplicación de la tecnología en un contrato de tres años.
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ACNUR. Naciones Unidas para los Refugiados.
ACNUR utilizará el Sistema de identificación biométrica de Accenture (Accenture’s Biometric Identity Management System o BIMS).
BIMS se puede utilizar para recoger datos biométricos faciales, del iris, y huellas digitales, y también se utilizará para proporcionarle a muchos refugiados su única documentación oficial de identificación.
 El sistema funcionará en conjunto con la Plataforma de Servicios de Identidad Unique de Accenture (UISP), enviando esta información a una base de datos central en Ginebra, permitiendo que las oficinas del ACNUR en todo el mundo, puedan coordinarse eficazmente con la autoridad central del ACNUR en el seguimiento de los refugiados.
Como vemos, las crisis de los refugiados pueden ser utilizadas o instrumentalizadas para alcanzar diferentes fines y objetivos.
E impulsar el control biométrico masivo de la población, es uno de ellos.
Estas nuevas tarjetas de identificación biométrica no serán sólo para los refugiados.
 De acuerdo con otro informe de FindBiometrics, las autoridades esperan que esta tecnología les permitirá alcanzar la meta de utilizar este tipo de identificación para cada persona del planeta en el año 2030…
Una sinopsis del informe señala que alrededor de 1800 millones de adultos de todo el mundo, carecen de cualquier tipo de documentación oficial en la actualidad.
 Eso puede excluir a las personas del acceso a los servicios esenciales, y también puede provocar serias dificultades a la hora de identificar a las personas cuando cruzan las fronteras.
Este problema es el que Accenture ha estado abordando en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, emitiendo tarjetas de identidad biométricas a las poblaciones de desplazados en campos de refugiados en Tailandia, Sudán del Sur y otros lugares.
 Las tarjetas de identificación son importantes para ayudar a garantizar que los refugiados pueden tener acceso a los servicios, y para hacer el seguimiento de las poblaciones de refugiados.
Por otra parte, la naturaleza de los despliegues ha requerido una solución económicamente factible, y ha demostrado que, las tarjetas de identificación biométricas fiables y asequibles, se pueden utilizar en gran escala.
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ID4D: Identificación para el Desarrollo del Banco Mundial.
Ofrece esperanza para la Agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que busca conseguir identificación legal para cada persona del planeta en el año 2030, con su iniciativa de Identificación para el Desarrollo (ID4D).
La iniciativa de Identificación para el Desarrollo (ID4D), fue originalmente impulsada por el Banco Mundial, y están orgullosos de trabajar codo con codo con la ONU para conseguir dicho objetivo de identificación global para todos los habitantes del planeta.
Así es como nos venden el producto en la página Web oficial del Banco Mundial…
Proporcionar identidad legal para todos (incluyendo el registro de nacimientos) para el año 2030, es un objetivo compartido por la comunidad internacional como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (meta 16.9).
El Grupo del Banco Mundial (GBM) quiere ayudar a nuestros países clientes a lograr este objetivo: garantizar una identidad legal única y habilitar los servicios basados en Identificación digital para todos.
Por supuesto todo esto se está presentando a la opinión pública como una gran tarea humanitaria y como una manera de ayudar a los más necesitados.
De momento, nadie habla del control masivo a escala planetaria de toda la población que esto representa.
Y nadie habla de un asunto esencial:
¿Qué pasaría si usted se negara a aceptar estos métodos de identificación para usted o su familia?..
Ya sabemos lo que sucede cuando no se dispone de una "identificación legal": uno no puede:
- ocupar un puesto de trabajo
- obtener una nueva cuenta bancaria
- solicitar una tarjeta de crédito
- una hipoteca
- recibir pagos oficiales…
Cualquier persona que se niegue en el futuro a disponer de esta "ID universal", se convertiría en un paria de la sociedad y probablemente será considerado sospechoso, un delincuente potencial o un terrorista.
 Como ya sucede en España, con el DNI 3.0, una herramienta de control total de la población.
Que nadie se deje engañar. No hay nada de 'humanitario' en todo esto:
lo que la élite quiere hacer es asegurarse de que todo el mundo está "en el sistema". Un sistema que ellos controlan y manipulan para sus propios fines.
Esta es, de hecho, una de las razones principales por las que se está persiguiendo poco a poco, el uso de dinero en efectivo en todo el mundo.
Todo forma parte de la misma maniobra de control masivo.
Cada vez que las élites proponen algo que nos presentan como "bueno", "necesario" o "humanitario", curiosamente siempre acaba traduciéndose en un mecanismo que les otorga a ellos un mayor poder y control sobre la población.
En el mundo del futuro no habrá lugar para los Robin Hood.
Ya no habrá rebeldes ocultos en bosques o cuevas
Ya no habrá poblados remotos en los que ocultarse, ni países exóticos a los que huir en caso de persecución
No habrá cofres con monedas que enterrar, ni dinero escondido bajo el colchón para afrontar imprevistos
Quieren convertir el mundo en una gran prisión en la que no te puedas ocultar y de la que no puedas huir.
Las élites psicópatas que controlan el mundo están construyendo un paraíso a su medida… el problema es que su paraíso será nuestro infierno…
Fuente: BibliotecaPléyades.com

¿Por qué callan que Cuba reclama a EEUU a decenas de terroristas, como el colaborador de CNN y “El País” Carlos Alberto Montaner?



Cubainformación TV – Basado en un texto de Arthur González – Blog “Heraldo Cubano”.- Importantes medios de comunicación afirman que un escollo para el diálogo entre Cuba y EEUU sería la protección de La Habana a algunas personas huidas desde EEUU.
Es el caso de la militante de las “Panteras Negras” Assata Shakur, o del independentista puertorriqueño William “Guillermo” Morales, refugiados políticos en la Isla desde hace décadas.
Mientras, estos mismos medios callan la política norteamericana de asilo a terroristas cubanos de ultraderecha, desde el mismo Triunfo de la Revolución. El caso más sangrante es el de Luis Posada Carriles, autor de la voladura de un avión civil cubano con 73 personas a bordo.
Es el caso, también, del agente de la CIA Carlos Alberto Montaner, hoy analista internacional en medios como CNN o “El País”. Montaner es prófugo de la justicia cubana desde 1961, cuando colocó una petaca incendiaria en un centro comercial de La Habana.
La lista de asesinos y torturadores de la dictadura de Batista, acogidos como “refugiados políticos” que “huyeron del comunismo”, es interminable. La Habana lleva décadas reclamando su extradición por asesinatos masivos, prácticas de tortura y escandalosas violaciones de derechos humanos. Pero hasta hoy.
Mientras, el Gobierno de Cuba, a través de su representante Josefina Vidal, lo ha dejado bien claro: los militantes y perseguidos políticos estadounidenses que residen en la Isla bajo el estatus de refugiados políticos no serán moneda de cambio.
Aunque sigan ladrando algunos medios internacionales.

cubainformacion.tv
Texto original
De extradiciones, mucho qué contar
Arthur González – Blog “Heraldo Cubano”.- De acuerdo con informaciones de algunos medios de prensa de Estados Unidos y Europa, las delegaciones de Washington y La Habana sostuvieron recientemente, una nueva ronda de negociaciones en busca de un mejor entendimiento entre ambas naciones, en la cual se abordó el espinoso tema de la solicitud de extradición por Estados Unidos, para lograr detener a algunos ciudadanos reclamados por la justicia y que se encuentran supuestamente en Cuba.
Anteriormente, Josefina Vidal Ferreiro, directora de la dirección general de Estados Unidos de la cancillería cubana, había declarado que los estadounidenses reclamados se encontraban bajo el estatus de refugiados políticos y no eran negociables.
Una de las reclamadas es Joanne Chesimard, agregada desde hace dos años por el Buró Federal de Investigación, a la lista de los terroristas más buscados, por “asesinar” a un agente estatal en Nueva Jersey en 1973.
Chesimard, conocida también por el sobrenombre de  fue sentenciada a cadena perpetua en 1977, pero logró escapar y supuestamente vive en Cuba.
Otro de los reclamados es William “Guillermo” Morales, independentista puertorriqueño sentenciado a diez años de cárcel en 1979 por fabricar bombas, que logró huir a México y más tarde a Cuba, según la página Web del FBI.
El cuarteto de legisladores de origen cubano, miembros de la mafia terrorista anticubana, el senador Marco Rubio, el corrupto Bob Menéndez, la representante Ileana Ros-Lehtinen y el Mario Díaz-Balart, presionan al presidente Barack Obama para que insista en la reclamación al gobierno cubano.
El asunto se tornará más peliagudo si la parte cubana exige, con similares argumentos, a un número de fugitivos de la justicia cubana, que, a pesar de las reclamaciones oficiales, Estados Unidos jamás ha respondido, aunque quizás se pudiera llegar a un acuerdo y hacer un intercambio de prófugos.
Entre los reclamados por Cuba pudiera estar Carlos Alberto Montaner, prófugo de la justicia al fugarse de una estación de policía en la Habana, poco después de ser detenido in fraganti cuando colocaba una petaca incendiaria con C-4, en un centro comercial por instrucciones de la CIA, asilándose en la embajada de Brasil, desde donde viajó primero a España y posteriormente a Estados Unidos.
Otro caso connotado es el del asesino terrorista cubano, Luis Posada Carriles, autor de la voladura de un avión civil cubano con 73 personas a bordo, fugado de la cárcel de Caracas, vinculado estrechamente a los planes de acción encubierta de la CIA, el cual jamás ha sido devuelto a las autoridades venezolanas.
La lista es amplia por los casos de asesinos y torturadores que bajo las órdenes del dictador Fulgencio Batista, mataron y mutilaron a centenares de personas, solo por tener ideas políticas contrarias al régimen, encontrando refugio seguro en Estados Unidos desde el 1ro de enero de 1959, entre ellos los padres de algunos de los congresistas anticubanos.
Entre esos asesinos reclamados, prófugos y no devueltos por Estados Unidos están:
-Jesús Blanco Hernández, ex comandante de la marina de guerra batistiana, requerido en Nota diplomática del 26.01.1959, donde se solicita a las autoridades su detención provisional, al encontrarse prófugo de la justicia.
– Conrado Carratalá Ugalde, ex jefe del Departamento de la Dirección de la policía batistiana y sentenciado por tribuna cubano en la Causa No. 3 de 1959.
– José Ramón Conte Hernández, prófugo sancionado a 30 años de prisión en la Causa No. 448 de 1959, por el asesinato del estudiante y obrero, Antonio Díaz Santana, desde Estado Unidos se enroló en la invasión a Cuba de la brigada 2506.
– Sotero Delgado Méndez. Prófugo de la justicia sancionado en la causa No. 321/57 por el delito de asesinato del Dr. Pelayo Cuervo Navarro. Fue reclamado oficialmente el 27 de mayo de 1959, bajo el amparo del Tratado de Extradición entre ambas naciones, de fecha 6 de abril de 1904.
-Rafael M. A. Gutiérrez Martínez. Sancionado en la causa No. 321/57, por el asesinato del Dr. Pelayo Cuervo Navarro. Prófugo de la justica fue reclamado oficialmente el 27 de mayo de 1959.
-Orlando Piedra Nogueruela, Mariano Faget Díaz y Rafael M. A. Gutiérrez Martínez, esbirros de Batista y prófugos de la justicia, también fueron reclamados bajo la solicitud de extradición de fecha 27 de marzo de 1959.
– Martín Díaz Tamayo, General de Brigada del ejército de Batista, prófugo de la justicia en la causa No. 30/59 por el delito de deserción y otros. Se asiló en la embajada de Ecuador el 23 de febrero de 1959.-
-Armentino Feria Pérez. Huyó de Cuba y fue reclamado a las autoridades competentes de Estados Unidos, en nota diplomática del 12 de enero de 1959, por la comisión de distintos y gravísimos delitos de asesinato. Fue miembro de los llamados “Tigres de Masferrer”.
– José Franco Mira, prófugo de la justicia, sancionado a 30 años en la causa 833/61, refugiándose en Estados Unidos. Es el asesino de los ciudadanos cubanos Sergio González “El Curita”, de Efraín Alfonso Liriano y de Raúl Mercuello Barrios.
-Nicolás Hernández Méndez. Asesino del ciudadano Mario Cardet Pérez y de otros revolucionarios más. Fue miembro de las bandas represivas y gansteriles del asesino Rolando Masferrer, también huyó de Cuba hacia Estados Unidos. Sancionado a 30 años de prisión se enroló en la brigada 2506.
-Julio Stelo Laurent Rodríguez. Teniente de navío de la dictadura batistiana solicitada su extradición mediante nota diplomática del 21 de octubre de 1959. Fue procesado por el Juez de Instrucción de Manzanillo en la Causa 600/59 por múltiples crímenes, entre otros el asesinato del capitán Jorge Agostini.
Numeroso es el listado, sin embargo, a todos Estados Unidos les otorgó el estatus de refugiados políticos debido a que “huían del comunismo”
Como se conoce, Assata Shakur, era miembro del grupo político opositor “Panteras Negras” y en un enfrentamiento con la política estadounidense, que los perseguía y acosaba por sus ideas políticas y reclamos por la igualdad de los derechos civiles de los negros, murió un policía blanco, pero en su caso Estados Unidos no la considera una disidente.
El tema es manipulado por la prensa norteamericana para crear rechazo hacia los negros que tienen ideales políticos diferentes, a pesar de que el propio presidente Barack Obama, declaró el 17 de enero de 2014 al informar el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba que:
“…No me hago ilusiones con respecto a los continuos obstáculos a la libertad que aún enfrenta el ciudadano cubano común. Los Estados Unidos consideran que ningún cubano debe ser víctima de acoso, arresto o golpizas, solo por ejercer el derecho universal de hacer que su voz se escuche. Continuaremos apoyando a la sociedad civil allí”.
Mientras a Cuba le exigen, ellos no permiten en su país que se ejerza el derecho a la libertad de pensamiento y menos aun cuando esos se oponen al sistema político de Estados Unidos.
Esa es la llamada democracia que pretenden imponer a todos, como supuestos “campeones y paladines” de principios democráticos y reformas, esperemos como quedará el asunto de las extradiciones por que Cuba también tiene sus razones.
Por eso José Martí aseguró:
“Cuando se va más allá de la razón para defender algo, es que no se halla dentro de la razón manera de defenderlo”.
Enlace: http://www.cubainformacion.tv/

AFGANISTÁN 1979-1992. La jihad norteamericana (capítulo 53 de 'Asesinando la esperanza', de William Blum)

 
 
 
 4/12/2015 4:30:00 a.m.
Cuando la CIA parió la bestia del integrismo islámico. 2 de febrero de 1983, el presidente Ronald Reagan, recibe, en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, bajo el retrato de George Washington, a los líderes de los llamados "Luchadores por la libertad", integristas radicales islámicos financiados y armados por la CIA. Los mujahidínes (o muyahidines) en el Islam son los combatientes de la Yihad (guerra santa). Fue el origen de Al-Qaeda y de los talibanes afganos, que con el tiempo se volverían contra EE.UU. Ronald Reagan en aquella reunión oficial dijo de los futuros talibanes allí presentes: "Tienen la misma altura moral que los padres fundadores de los Estados Unidos de Norteamérica". Fuente de la imagen: tomada de Wikipedia.


Referencia documental:
Original en inglés. Blum, William: "Afghanistan 1979-1992: America's Jihad", en Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II. Common Courage Press, 2004.
Traducción y edición en castellano. "Afganistán 1979-1992. La jihad norteamericana", capítulo 53 de Asesinando la Esperanza. Intervenciones de la CIA y del Ejército de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial), páginas 407 a 423. Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005. 
Izda.: edición original en inglés de Killing Hope
Drcha.: la edición en castellano de Ed. Oriente (Cuba).

Fuente de digitalización y correcciones (cítese y manténgase el hipervínculo en caso de reproducción): blog del viejo topo
Nota del blog: hemos utilizado la traducción cubana que solo existe en edición en papel. Muy puntual y excepcionalmente hemos introducido alguna mejora sintáctica o léxica en la traducción cubana, sin que ello afecte al sentido del texto. Para quien desee leer el texto original en inglés, está íntegro en el siguiente pdf:
http://vho.org/aaargh/fran/livres8/BLUMkillinghope.pdf
Añadidos: todas las imágenes con sus correspondientes pies de foto, la negrita y cuadros de texto que acompañan a este texto, son un añadido nuestro.

*   *   *


Arriba: estudiantes de la Universidad de Kabul durante la ceremonia de graduación en los años 60, con abundante presencia femenina. Afganistán fue el primer país de la región en incorporar a las mujeres a la educación superior. Abajo: mujeres afganas hoy en día; el burka para las mujeres es obligatorio fuera de casa, siendo una de las primeras imposiciones de los integristas islámicos que se levantaron contra el gobierno revolucionario afgano; también prohibieron a las mujeres asistir a la escuela y volvió a ser legal el matrimonio con niñas, que había sido prohibido por el gobierno socialista.

Afganistán 1979-1992. La jihad norteamericana
William Blum
Sus seguidores llamaron la atención por primera vez al arrojar ácido en la cara de las mujeres que se negaban a usar el velo. Los funcionarios del Departamento de Estado y de la CIA con los que he hablado lo califican de “miedoso”, “vicioso”, “un fascista”, “con condiciones definitivas para la dictadura". (1)
Esto no impidió que el Gobierno de EE. UU. hiciera llover sobre ese hombre grandes cantidades de ayuda para pelear contra el Gobierno de Afganistán sostenido por los soviéticos. Su nombre era Gulbudin Hekmatyar, era el jefe del Partido Islámico y odiaba a los norteamericanos casi tanto como a los rusos. Sus seguidores gritaban “Muerte a Norteamérica” junto con “Muerte a la Unión Soviética”, sólo que los rusos no les enviaban ayuda. (2)

Washington comenzó a apoyar a los fundamentalistas islámicos afganos en 1979 a pesar del hecho de que en febrero de ese año algunos de ellos secuestraron al embajador estadounidense en Kabul, lo que condujo a su muerte al intentar rescatarlo. El apoyo continuó incluso después que sus hermanos fundamentalistas islámicos de lrán se apoderasen de la Embajada de EE.UU. en Teherán en noviembre y mantuviesen a 55 norteamericanos como rehenes por más de un año. Después de todo, Hekmatyar y sus colegas combatían contra el imperio soviético del mal, de modo que era un importante miembro de esas fuerzas que Ronald Reagan llamaba “luchadores por la libertad”.


El 27 de abril de 1978, un golpe escenificado por el Partido Democrático del Pueblo derrocó el gobierno de Mohammad Daoud. Este a su vez habia derrocado a la monarquía cinco años antes y había establecido una república, aunque era miembro de la familia real. Habia sido apoyado por la izquierda en este empeño, pero con el tiempo la sangre real de Daoud demostró tener más peso que su vena democrática.

Cuando su régimen dio muerte al jefe del PDP, arrestó al resto de sus dirigentes y expulsó a cientos de sospechosos de simpatizar con el partido de sus puestos en el Gobierno, el PDP, ayudado por partidarios en el ejército, se rebeló y tomó el poder.

Afganistán era una nación atrasada: una expectativa de vida de alrededor de cuarenta años, mortalidad infantil de 25 %, una estructura sanitaria absolutamente primitiva, desnutrición generalizada, analfabetismo de más de 90 %, muy pocas carreteras, ni un kilómetro de ferrocarril, la mayoría de la gente viviendo en tribus nómadas o como empobrecidos granjeros en aldeas de barro, más identificados con grupos étnicos particulares que con un concepto político de mayor alcance: una vida muy parecida a la que había llevado muchos siglos atrás. El nuevo Gobierno ambicionaba llevar a cabo reformas de corte socialista: reforma agraria (aunque conservando la propiedad privada), controles sobre los precios y las ganancias y reforzamiento del sector público, al igual que la separación de la Iglesia y el Estado, erradicación del analfabetismo, legalización de los sindicatos y la emancipación de la mujer en una tierra casi por completo musulmana.

La frontera de Afganistán con la URSS, de mil millas de largo, ha provocado por siempre una relación especial. Incluso en tiempos de la monarquía el país había estado bajo la fuerte influencia de su poderoso vecino del norte, que había sido por mucho tiempo su mayor socio comercial, donante de ayuda y suministrador militar. Pero el país nunca había sido engullido por los soviéticos, un hecho que da visos de veracidad tal vez a la con frecuencia repetida declaración de la URSS de que su hegemonía sobre Europa del Este era sólo para crear una barrera entre el Occidente (a menudo invasor) y su país.

No obstante, por varias décadas Washington y el sha de Irán trataron de presionar y sobornar a Afganistán para contrarrestar la influencia rusa en su territorio. Durante el régimen de Daoud, Irán, alentado por EE.UU., buscó reemplazar a la URSS como el mayor donante de Kabul, con un acuerdo de ayuda económica por valor de 2.000 millones, y urgió a Afganistán a unirse a la Cooperación Regional para el Desarrollo, constituida por Irán, Pakistán y Turquía (esta organización fue acusada por la Unión Soviética y sus amigos en el país afgano de ser “una rama de la OTNAC” [Organización del Tratado de Naciones de Asia Central], el pacto de seguridad regional creado en los años 50 como parte de la política norteamericana de “contención” de la URSS). Al mismo tiempo, la infame policía secreta de Irán, SAVAK, estaba ocupada buscando a los sospechosos de simpatizar con los comunistas en el Gobierno afgano y en su Ejército. En septiembre de 1975, Daoud fue presionado por lrán, lo que condicionó su ayuda a determinada política; despidió a 40 oficiales entrenados en la URSS y dio pasos para reducir la dependencia futura del país en este aspecto al iniciar acuerdos para entrenamientos militares con India y Egipto. Lo más importante, a los ojos de los soviéticos, fue que Daoud rompió poco a poco su alianza con el PDP; anunció que formaría su propio partido y prohibiría toda otra actividad política bajo una nueva Constitución en proyecto. (3)

Selig Harrison, el especialista en Asia del sur del Washington Post, escribió un articulo en 1979 titulado: “El sha, no el Kremlin, provocó el golpe afgano”, y concluía:
La toma de poder comunista en Kabul [abril de 1978] se produjo en ese momento y en la forma en que lo hizo, porque el sha perturbó el delicado equilibrio que había existido en Afganistán entre la Unión Soviética y Occidente por casi tres décadas. A los ojos norteamericanos e iraníes, la ofensiva de Teherán estaba destinada simplemente a hacer más real el status no alineado de Kabul, pero fue mucho más lejos que eso. Dada su excepcionalmente larga frontera con Afganistán, la Unión Soviética realizaría a las claras grandes esfuerzos para evitar que Kabul se moviera de nuevo hacia una situación pro occidental." (4)
Cuando el sha fue derrocado en enero de 1979, EE.UU. perdió a su aliado principal y guardián de la región limítrofe con la URSS, al igual que sus instalaciones militares y las estaciones de monitoreo electrónico dirigidas 'hacia la URSS. Los guerreros fríos de Washington sólo podían contemplar a Afganistán con más recelo que nunca. Después de la revolución de abril, el nuevo Gobierno bajo el presidente Noor Mohammed Taraki declaró su compromiso con el Islam dentro de un Estado seglar, y con el no alineamiento en su política exterior. Mantuvo que el golpe no había sido inspirado desde el extranjero, que no había una toma de poder comunista y que no eran comunistas ellos mismos sino nacionalistas y revolucionarios (no habia existido nunca en Afganistán un partido comunista oficial o tradicional) (5). Pero a causa de su programa radical de reformas, su discurso sobre la lucha de clases y el anti-imperialismo, su apoyo a todos los sospechosos habituales (Cuba, Corea del Norte, etc.), su firma de un tratado de amistad y otros acuerdos de cooperación con la URSS, y dada la creciente presencia en el país de asesores civiles y militares soviéticos (aunque probablemente en número menor a los que EE.UU. tenía en Irán en esa misma etapa), fue calificado de comunista por los medios de prensa mundiales y por sus opositores internos. 

Si podía o no ser llamado comunista en realidad el nuevo Gobierno afgano y no representaba gran diferencia, las lineas estaban trazadas para la batalla política, militar y propagandística: una jihad (guerra santa) entre fundamentalistas musulmanes e “impíos ateos comunistas”; entre el nacionalismo afgano y el Gobierno “bajo dominio soviético”; entre los grandes terratenientes, jefes tribales, hombres de negocios, la extendida familia real y otros, y las reformas económicas del Gobierno. El primer ministro dijo acerca de esta élite que resultaba necesaria para mantener el funcionamiento del pais: “[...] haremos todos los esfuerzos para atraerlos. Pero queremos reeducarlos de manera tal que deban pensar en el pueblo y no, como antes, sólo en si mismos: tener una buena casa y un lindo auto mientras otra gente muere de hambre” (6)

El Gobierno afgano trataba de traer al país al siglo XX. En mayo de 1979 el científico político Fred Halliday observó que “ha habido más cambios en el campo probablemente en este último año que en los dos siglos desde que se estableció el Estado”. Se habían cancelado las deudas de los campesinos con los terratenientes, fue abolido el sistema de usura (que mantenía a los campesinos en perpetuo endeudamiento al tener que pedir dinero contra la cosecha venidera), y cientos de escuelas y clínicas médicas fueron construidas en el campo. Halliday también reportaba que un programa sustancial de redistribución de la tierra se estaba llevando a cabo, y que la mayoría de las 200.000 familias planificadas para recibir terrenos en el mismo ya estaban en posesión de ellos. Pero esto último debe ser asumido con reserva. La reforma agraria revolucionaria es siempre una empresa extremadamente compleja y precaria, incluso en las condiciones ideales, y el Afganistán atrasado y atado a la tradición, en medio de una incipiente guerra civil, difícilmente podía ofrecer las condiciones ideales para experimentos sociales.

Las reformas también se encaminaron a la sensible área de la subyugación islámica de la mujer al ¡legalizar el matrimonio en la niñez y la entrega de una mujer en matrimonio a cambio de dinero o bienes; al enseñar a las mujeres a leer, en un momento en que ciertos sectores islámicos estaban pidiendo abiertamente el fortalecimiento de la purdah (segregación de la mujer de la observación pública). Halliday hacía notar que el Partido Democrático del Pueblo veía a la URSS como la única fuerza de apoyo real para la tan esperada modernización (7). Después de todo, los primos soviéticos de la misma etnia de los analfabetos afganos, eran con frecuencia graduados universitarios y profesionales.

El argumento de los rebeldes “mujaidines” (“guerreros santos”) acerca de que el Gobierno “comunista” les limitaría su libertad religiosa nunca tuvo base real en la práctica. Año y medio después del cambio de gobierno, la revista británica conservadora The Economist reportaba que “no se han impuesto restricciones a la práctica religiosa” (8). Antes el New York Times había afirmado que el tema religioso “esta siendo utilizado por algunos afganos que en realidad objetan más los planes del presidente Taraki para la reforma agraria y otros cambios en esa sociedad feudal” (9)Muchos de los clérigos musulmanes eran de hecho ricos terratenientes (10). Los rebeldes, concluía un reportero de la BBC que había pasado cuatro meses entre ellos, estaban “peleando por conservar su sistema feudal y detener las reformas de izquierda del gobierno de Kabul, las cuales consideran antíslámicas” (11).

Las otras dos naciones que compartían una larga frontera con Afganistán, y que eran aliadas cercanas de EE.UU., expresaban sus temores sobre el nuevo Gobierno. Hacia el oeste, Irán, todavía bajo el sha, se preocupaba acerca de “amenazas de un Afganistán hostil y expansionista” (12). Un antiguo embajador norteamericano en Afganistán lo describió como parte de un “movimiento de pinza gradual dirigido a cerrarse sobre Irán y las regiones petroleras del Medio Oriente” (13). Ninguno de estos temores demostró tener sustancia o evidencia en que apoyarse, pero para la mentalidad anticomunista esto probaba que los rusos y sus títeres afganos debían ser detenidos a tiempo. 

Dos meses después del golpe de abril de 1978, se formó una alianza por un grupo de facciones islámicas conservadoras que comenzó una guerra de guerrillas contra el Gobierno (14). Hacia la primavera de 1979, los combates tenían lugar en muchos frentes, y el Departamento de Estado alertaba a la URSS que sus asesores en Afganistán no debían intervenir en una lucha civil. Una de estas advertencias, hecha por el portavoz del Departamento de Estado Hodding Carter, resultó otro de esos monumentos de Washington al descaro: “Esperamos que el principio de no intervención sea respetado por todas las partes en el área, incluida la Unión Soviética” (15). Esto mientras los soviéticos acusaban a la CIA de armar a los exiliados afganos en Pakistán, y el Gobierno de Kabul acusaba a Pakistán e lrán de ayudar a los guerrilleros e incluso de cruzar la frontera para tomar parte en los combates. Pakistán habia efectuado recientemente su propio giro radical hacia la estricta ortodoxia musulmana, deplorado por el Gobierno afgano que lo calificó de “fanático” (16), mientras que en enero Irán había establecido un Estado musulmán después de derrocar al sha (en oposición a los fundamentalistas afganos luchadores por la libertad, los fundamentalistas iraníes islámicos son calificados en Occidente de terroristas, ultrarreaccionarios y antidemocráticos).

Una “táctica favorita” de los luchadores por la libertad afganos era “torturar a sus víctimas [a menudo soviéticos] cortándoles primeros las narices, orejas y genitales, para luego despellejarlos”, hasta llevar a una “muerte lenta, en extremo dolorosa" (17).

Los mujaidines también dieron muerte a un turista canadiense y a seis germano-occidentales, entre ellos dos niños, y un agregado militar norteamericano fue sacado a rastras de su auto y golpeado, todo debido al parecer por la incapacidad de los rebeldes de distinguir a los rusos de otros europeos (18).

En marzo de 1979 Taraki fue a Moscú a presionar a los soviéticos para que enviasen tropas de infantería en ayuda del Ejército afgano para derrotar a los mujaidines. Se le prometió asistencia militar, pero no soldados de infantería. El primer ministro Kosiguin dijo al líder afgano: “La entrada de nuestras tropas en Afganistán irritaría a la comunidad internacional y desataría una cadena de consecuencias en extremo negativas en muchas áreas diferentes. Nuestros enemigos comunes están sólo esperando el momento en que los soldados soviéticos aparezcan en Afganistán. Eso les dará la excusaq ue necesitan para enviar bandas armadas al interior del país” (19). En septiembre la cuestión se volvió completamente académica para Taraki pues fue expulsado (y su muerte pronto anunciada) en medio de una lucha interna de su partido, para ser reemplazado por su propio primer ministro delegado, Hafizulah Amin.

Aunque Taraki había sido severo en ocasiones al implementar la reforma agraria y se habia buscado opositores incluso entre los beneficiarios de la misma, resultó moderado en comparación con Amin, quien trató de instituir el cambio social arremetiendo contra la tradición y la autonomía étnica y tribal.

El Kremlin estaba disgustado con Amin. El haber estado implicado en el derrocamiento y muerte del favorecido Taraki ya era bastante malo, pero los soviéticos también lo consideraban inadecuado para la tarea sine qua non de Moscú: evitar que se erigiera en Afganistán un Estado islámico anticomunista. Amin dio una pésima reputación a las reformas. La estación de la KGB en Kabul, al presionar por la destitución de Amín, señaló que su usurpación de poder llevaría a “crueles represiones y, en respuesta, la activación y consolidación de la oposición” (20). Además, como veremos, los soviéticos tenían muchas reservas acerca de las convicciones ideológicas de Amín. 

De este modo, lo que era impensable en marzo, se convirtió en realidad en diciembre: las tropas soviéticas comenzaron a llegar a Afganistán alrededor del 8, y ha sido objeto de mucha discusión y controversia si acudían a solicitud de Amin, o con su aprobación, de lo que dependía que se hablara de “invasión” o no. El 23, el Washington Post comentaba: “No ha habido acusaciones [del Departamento de Estado] de que los soviéticos hayan invadido Afganistán, pues al parecer las tropas fueron invitadas” (21). Sin embargo, en una reunión con embajadores del bloque soviético en octubre, el ministro de Relaciones Exteriores de Amin habia criticado abiertamente a la URSS por interferir en asuntos afganos. El propio Amin insistió en que Moscú sustituyera a su embajador (22). A pesar de ello, el 26 de diciembre, mientras el grueso de las tropas soviéticas llegaba a Afganistán, Amin dio una “relajada entrevista” a un periodista árabe. Dijo en ella: “Los soviéticos suministran a mi país ayuda militar y económica, pero al mismo tiempo respetan nuestra independencia y nuestra soberanía. No interfieren en nuestros asuntos internos”. También se expresó con aprobación acerca de la disposición de la URSS de aceptar su veto sobre las bases militares (23). Al día siguiente, una fuerza militar soviética violentó el Palacio Presidencial y dio muerte a Amín (24). Fue sustituido por Babrak Karmal, quien había sido vicepresidente y primer ministro delegado en el Gobierno revolucionario de 1978.

Moscú negó haber tenido parte alguna en la muerte de Amín, aunque no pretendieron lamentarla, tal como lo hizo ver Brezhnev:
Las acciones de los agresores contra Afganistán fueron facilitadas por Amin, quien, al apoderarse del poder, inició una cruel represión contra amplios sectores de la sociedad afgana, partidos y cuadros militares, miembros de la intelectualidad y del clero musulmán, esto es, las mismas secciones en las que se apoyaba la revolución de abril. Y la gente bajo la dirección del Partido Democrático del Pueblo, encabezado por Babrak Karmal, se alzó contra la tiranía de Amín y le puso fin. Ahora en Washington y otras capitales están de duelo por Amín. Eso muestra su hipocresía con particular claridad. ¿Dónde estaban esos dolientes cuando Amín llevaba a cabo represiones masivas, cuando destituyó a la fuerza y asesinó a Taraki, el fundador del nuevo Estado afgano? (25)
Después de la expulsión y ejecución de Amín, el pueblo llenó las calles con “espíritu festivo”. “Si Karmal pudiera haber derrocado a Amín sin los rusos, hubiera sido considerado un héroe del pueblo”, observó un diplomático occidental (26). El Gobierno soviético y la prensa se referían reiteradamente a Amín como un “agente de la CIA", acusación que fue recibida con gran escepticismo en EE.UU. y en todas partes (27). Sin embargo, hay suficiente evidencia circunstancial que la sustenta, por lo que tal vez no deba ser descartada del todo: entre fines de los 50 y principios de los 60, Amín había asistido a la Escuela de Maestros de la Universidad de Columbia y a la Universidad de Wisconsin (28). Este era un período de auge para la CIA que reclutaba con regularidad —por medio de sobornos y amenazas impresionantes— estudiantes extranjeros en EE.UU. para que actuasen como agentes al regresar a sus países. Durante esta etapa, al menos uno de los presidentes de la Asocíación de Estudiantes Afganos (AEA ), Zia H. Nurzay, trabajaba con la CIA en EE.UU. y luego se convirtió en presidente del Tesoro estatal afgano. Uno de los estudiantes a quien Nurzay y la CIA trataron en vano de reclutar, Abdul Latíf Hotaki, declaró en 1967 que un buen número de los principales funcionarios en el Gobierno afgano que estudiaron en Norteamérica “habían sido entrenados o adoctrinados por la CIA. Algunos son miembros del gabinete” (29).  Se ha informado que en 1963 Amín encabezó la AEA, pero esto no ha sido confirmado (30). No obstante, se sabe que la AEA recibía parte de sus fondos de la Fundación Asia, principal frente de la CIA en Asia durante muchos años, y que en un momento dado Amín estuvo asociado con esta organización (31).

En septiembre de 1979, el mes en que Amín tomó el poder, el encargado de Negocios norteamericano en Kabul, Bruce Amstutz, comenzó a efectuar reuniones amistosas con él para asegurarle que no tenía que preocuparse por sus disgustados aliados soviéticos en tanto EE.UU. tuviera una fuerte presencia en Afganistán. La estrategia puedo haber funcionado pues más tarde en ese mismo mes, Amín convocó especialmente a Amstutz para mejorar sus relaciones con EE.UU. Dos días después. en Nueva York, el ministro de Relaciones Exteriores afgano expresó discretamente esos mismos deseos a funcionarios del Departamento de Estado. A fines de octubre, la Embajada norteamericana en Kabul informó que Amín estaba “dolorosamente conciente de la dirigencia exiliada que los soviéticos mantenían bajo la manga”, una referencia a Karmal, radicado por entonces en Checoslovaquia (32). Bajo circunstancias normales, los encuentros entre Amín y Norteamérica podían haber sido vistos como inocentes contactos diplomáticos de rutina, pero las circunstancias no eran normales: el Gobierno afgano estaba inmerso en una guerra civil y EE.UU. apoyaba al bando opuesto. Además, puede decirse que Amín, con su falta de escrúpulos, estaba haciendo exactamente lo que se esperaría de un agente norteamericano: desacreditar al PDP, a las reformas del partido, al concepto del socialismo o comunismo y a la URSS, todo en un mismo paquete. Amín también llevó a cabo purgas en el cuerpo de oficiales del Ejército que debilitaron seriamente la capacidad de combate del mismo. Pero, ¿por qué Amín solicitaría el apoyo militar soviético en varias ocasiones si estaba conspirando en realidad con los norteamericanos? La razón principal parece haber sido que los altos niveles del PDP lo presionaban para hacerlo y tenía que cubrir las apariencias. Babrak Karmal ha sugerido otras motivaciones más maquiavélicas. (33)

La administración Carter saltó ante el tema de la “invasión” soviética y pronto inició una campaña de justa indignación e impuso lo que el presidente llamó “castigos”, desde paralizar la entrega de granos a la URSS hasta retirarse de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. Los rusos respondieron que EE.UU. estaba furioso con la intervención porque Washington había planeado convertir el país en una base norteamericana para sustituir la pérdida de Irán (34). No es de sorprender que en este asunto anticomunista al parecer tan definido, el público y los medios norteamericanos se alinearan rápidamente con el presidente. El Wall Street Journal llamó a una reacción “militar”, al establecimiento de bases en el Medio Oriente, a la “reinstauración del registro de reclutamiento”, al desarrollo de un nuevo misil y a dar a la CIA mayor libertad de acción, a lo que añadió: “Es claro que debemos mantener abierta la oportunidad de dar ayuda encubierta a los rebeldes afganos” (35). Esto último, lo supiera el periódico o no, se estaba llevando a cabo desde hacía algún tiempo. Durante un período anterior a la invasión soviética la CIA había estado transmitiendo propaganda radial en Afganistán y cultivando alianzas con lideres guerrilleros exiliados a los que donaban medicinas y equipos de comunicaciones (36). Los funcionarios del servicio exterior norteamericano se habían reunido con dirigentes mujaidines para determinar sus necesidades desde fecha tan temprana como abril de 1979 (37). Y en julio el presidente Carter habia firmado una autorización para ayudar a los rebeldes clandestinamente, lo que llevó a facilitarles dinero en efectivo, armas, equipos y abastecimientos, y a participar en operaciones de propaganda y psicológicas en general a favor suyo en Afganistán (38)

La intervención en la guerra civil afgana por parte de EE.UU., Pakistán, Irán, China y otros, provocó en los rusos graves preocupaciones acerca de quién iba a detentar el poder en la casa de al lado. lnvocaron continuamente estas “fuerzas imperialistas agresivas" para justificar su propia intervención, que constituía la primera vez en que tropas de infantería soviéticas entraban en acción en cualquier parte del mundo fuera de los límites de la Europa del Este. El establecimiento potencial de un Estado islámico anticomunista en la frontera con las propias repúblicas asiáticas de la URSS, hogar de cuarenta millones de musulmanes, no podía ser contemplado con ecuanimidad por el Kremlin, del mismo modo que Washington habría saltado ante una toma de poder comunista en México. 

Como hemos visto reiteradamente, EE.UU. no limitaba su perímetro de defensa a sus vecinos inmediatos, ni siquiera a Europa occidental, sino-que incluía en él todo el planeta. El presidente Carter declaró que el área del Golfo Pérsico era “ahora amenazada por tropas soviéticas en Afganistán”, que esta área era sinónimo de intereses estadounidenses y que EE.UU. la “defendería” contra cualquier peligro con todos los medios necesarios. Calificó la acción soviética como “la mayor amenaza a la paz desde la Segunda Guerra Mundial”, una afirmación que ignoraba un largo trecho de historia de postguerra. Pero 1980 era un año de elecciones.

Por otro lado, Brezhnev declaró que “los intereses nacionales o la seguridad de Estados Unidos y otros estados no se ven afectados en modo alguno por los hechos en Afganistán. Todo intento de presentar las cosas de otra manera es pura tontería” (39). La administración Carter desestimó igualmente las preocupaciones soviéticas. El asesor de Seguridad Nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski señaló más tarde que "el problema no era cuáles podían haber sido los motivos subjetivos de Brezhnev para entrar en Afganistán sino‘ as consecuencias objetivas de una presencia militar soviética mucho más cerca del Golfo Pérsico" (40).

La escena quedó lista para doce años del más terrible tipo de enfrentamiento, una serie de atrocidades diarias para la mayoría del pueblo afgano que nunca quiso ni pidió esta guerra. Pero la URSS estaba determinada a proteger sus fronteras, el Gobierno afgano estaba comprometido con su aspiración de lograr un Afganistán laico y reformado, y EE.UU. estaba decidido a hacer de éste el Vietnam de los soviéticos, desangrándolos lentamente como les había ocurrido a los norteamericanos. Al mismo tiempo, los estrategas políticos en Washington no podían dejar de saber —aunque no se atrevían a decirlo en público— que el apoyo a los mujaidines (muchos de los cuales llevaban consigo retratos del ayatola Khomeini) podía llevar al establecimiento de un Estado islámico fundamentalista tan represivo como el de la vecina Irán, declarada Enemigo Público Número Uno en Norteamérica durante los 80. Tampoco la palabra “terrorista” cruzaba los labios de los funcionarios estadounidenses al hablar de sus nuevos aliados-clientes, aunque esta misma gente derribara aviones de pasajeros y pusiera bombas en el aeropuerto. En 1986, la primera ministra británica Margaret Thatcher, cuyas invectivas apasionadas contra los “terroristas” no eran superadas por nadie, dio la bienvenida a Abdul Haq, un líder rebelde afgano que admitió haber ordenado la colocación de una bomba en el aeropuerto de Kabul en 1984, donde murieron al menos veintiocho personas (41). Así eran de escrupulosos los anticomunistas de la Guerra Fría a fines del siglo XX. De la misma forma que Anastasio Somoza había sido “nuestro hijo de puta", los mujaidines eran ahora “nuestros terroristas fanáticos”.

Al principio se concedió cierta reflexión a la moralidad de esta politica. “La cuestión aquí era si resultaba moralmente aceptable que, para desequilibrar a los soviéticos, que era la causa de la operación, era permisible hacer uso de otras vidas en favor de nuestros intereses geopolíticos”, dijo un alto funcionario de la administración Carter (42). Pero tales sentimientos no podían durar. Afganistán era el sueño del guerrero frío: la CIA y el Pentágono, por fin,  tenían a uno de sus ejércitos satélites en enfrentamiento directo con las fuerzas del Imperio del Mal. No habia precio demasiado alto para este juego de Super Nintendo, ni las vidas de cientos de miles de afganos, ni la destrucción de esa sociedad, ni los 3.000 millones (sic) de dólares de los contribuyentes que fueron arrojados a un pozo sin fondo, buena parte de ellos sirvió sólo para enriquecer a unos pocos afganos y paquistaníes. El Congreso estaba igualmente entusiasmado —sin tener siquiera la incertidumbre moral que los hizo ser precavidos en entregar armas a los contras nicaragüenses— y se convirtió en un verdadero cuerno de la abundancia al asignar más y más dinero cada año. El representante Charles Wilson, de Tejas, expresó un sentimiento típico de la oficialidad de Washington cuando declaró: “Hubo 58.000 muertos en Vietnam y le debíamos una a los rusos [...]. Tengo una ligera obsesión con eso a causa de Vietnam. Pienso que los soviéticos debían tener su dosis [...]. He sido de la opinión que este dinero estaba mejor empleado en herir a nuestros adversarios que cualquier otro en el presupuesto del Departamento de Defensa” (43)

La CIA se convirtió en el gran coordinador: comprando o encargando la manufactura de armas de estilo soviético a Egipto, China, Polonia, lsrael y cualquier parte, o abasteciendo a los rebeldes con las suyas propias; contratando entrenadores militares norteamericanos, egipcios chinos e iraníes; pidiendo donaciones a los países del Medio Oriente, en particular Arabia Saudita que aportó muchos cientos de millones de dólares en ayuda cada año, hasta llegar posiblemente a 1.000 millones; presionando y sobornando a Pakistán —con el que se habían deteriorado las relaciones norteamericanas en fecha reciente- para alquilar su país como un área de tránsito militar y refugio; incluyendo en su nómina al director de operaciones militares paquistaní, brigadier Mian Mohammad Afzal, para asegurar la cooperación de su país (44). A Pakistán se le dijo que se le devolvería la ayuda militar y económica que había sido suspendida, si se unían a la gran cruzada. Sólo un mes antes de la intervención soviética, multitudes antinorteamericanas habían quemado y saqueado la Embajada de EE.UU. en lslamabad y centros culturales estadounidenses en otras dos ciudades paquistaníes (45).

El embajador norteamericano en Libia reportó que Muammar el-Khadafi estaba enviando a los rebeldes 250.000 dólares, pero se presume que no lo hizo a solicitud de la CIA (46).

Washington dejó a los paquistaníes decidir a cuál de los diversos grupos guerrilleros afganos harían beneficiario de la mayor parte de esta generosidad. Como dijo un observador: "Según la sabiduría convencional de la época, Estados Unidos no iba a repetir el mismo error de Vietnam —microdirigir una guerra en una cultura que no entendía” (47). No todos en Pakistán fueron comprados. El diario independiente de lslamabad, Muslim, acusó en más de.una ocasión a EE.UU. de estar decidido a "pelear hasta el último afgano”. “No nos halaga ser llamados Estado de la linea del frente por Washington”; “Washington no parece tener disposición alguna para buscar un acuerdo rápido a una guerra cuyos beneficios cosecha sin costo para los soldados norteamericanos” (48). No está realmente claro si hubo pérdidas de vidas norteamericanas en la guerra. En varias ocasiones a fines de los 80 el Gobierno de Kabul anunció que habían muerto norteamericanos en los combates (49),” y en 1985 un periódico londinense reportó que unas dos docenas de musulmanes negros norteamericanos estaban en Afganistán, peleando junto a los mujaidines en una jihad, que la interpretación fundamentalista del Corán prescribe que todos los creyentes islámicos deben librar al menos una vez en sus vidas (50). Varios de esos musulmanes negros regresaron a EE.UU. después de haber sido heridos. 

Agresión soviética... invasión soviética... la URSS tragándose a otro inocente Estado como parte de su plan para conquistar al mundo, o al menos al Medio Oriente. Esta fue la lección predominante y perdurable impartida por los pronunciamientos oficiales de Washington y por la corriente principal de los medios norteamericanos acerca de la guerra, así como la suma total de conocimientos para el estadounidense promedio, aunque Afganistán había conservado su independencia durante sesenta años de convivencia pacífica junto a la URSS. Zbigniew Brzezinski, aunque implacablemente antisoviético en sus memorias, habla en ellas reiteradamente de la “neutralidad” de Afganistán (51). El país había sido neutral incluso durante la Segunda Guerra Mundial. 

Había que buscar con empeño entre las informaciones y la retórica ofrecidas al público norteamericano a seguidas de la intervención soviética para derivar siquiera un indicio de que la guerra civil era esencialmente una lucha sobre reformas sociales profundamente arraigadas, pues una discusión real acerca del tema no existía prácticamente. Antes de la intervención, se podía tener un asomo de esto, al estilo del siguiente párrafo publicado por el New York Times:
La reforma agraria trata de debilitar a sus jefes de aldeas. Retratos de Lenin amenazan a sus líderes religiosos. Pero fue la concesión por parte del Gobierno revolucionario de Kabul de nuevos derechos a las mujeres lo que empujó a los musulmanes ortodoxos a tomar sus armas en las aldeas de Pashtún al este de Afganistán [...] “El gobierno dice que nuestras mujeres tienen que asistir a reuniones y nuestros niños tienen que ir a la escuela. Eso amenaza a nuestra religión. Tenemos que pelear” [...] “El gobierno impuso varias ordenanzas que autorizan a las mujeres a casarse libremente con quien escojan sin el consentimiento de sus padres” (52)
Durante toda la década de 1980, los regímenes de Karmal y» luego Najibulah, a pesar de las exigencias de la guerra, siguieron un programa de modernización y ampliación de su base al llevar electricidad a las aldeas, junto con centros de salud, una reforma-agraria parcial y la alfabetización; también liberaron a numerosos prisioneros encarcelados ilegalmente por Amín, incorporaron al Gobierno a los mulahs y a otras personas sin ser miembros del partido, trataron de llevar a cabo todo con moderación y sensibilidad, en lugar de entrar en conflicto con las estructuras tradicionales; reiteraron su compromiso con el Islam, reconstruyeron y construyeron mezquitas, eximieron de la reforma agraria las tierras en poder de dignatarios e ¡nstituciones religiosas; en fin, trataron de evitar los graves errores del gobierno de Amín con su prisa por hacer a la gente tragar los cambios (53).

Selig Harrison escribió en 1988:
Los comunistas af ganos se ven a sí mismos como nacimonalistas y modernizadores [...] Justifican su colaboración con los rusos como la única forma disponible de consolidar su revolución frente a la “interferencia” extranjera [...] El compromiso de los comunistas con la rápida modernización les permite ganar la tolerancia a regañadientes de muchos miembros de la clase media de mentalidad moderna, quienes se sienten atrapados entre dos fuegos: los rusos y los fanáticos musulmanes opuestos a las reformas sociales (55).
El programa de Kabul logró motivar con el tiempo a numerosos voluntarios para empuñar las armas en su defensa, pero se trataba de una lucha a contracorriente, pues para los anti-reformistas y sus padrinos extranjeros era fácil convencer a las grandes masas de campesinos de las "malas intenciones” del Gobierno al confundirlo con su dogmático y detestado antecesor, en particular dado el énfasis, que hacía el PDP en proclamar la continuidad de la revolución de abril de 1978 (55). De lo que sí no hay duda es de que ni los campesinos ni los anti-reforrnistas fueron informados de las conexiones de Amín con EE.UU. Otro problema que enfrentaba Kabul para conquistar las mentes y corazones de su pueblo era, por supuesto, la presencia de las tropas soviéticas, aunque debe recordarse que la oposición islámica al Gobierno de izquierda comenzó mucho antes de que llegaran éstas; de hecho, el más extremista de los líderes mujaidines, Hekmatyar, habia dirigido una rebelión contra el Gobierno de derecha en 1975, sobre la base de que en Kabul gobernaba un “régimen impío dominado por los comunistas” (56).

Mientras las tropas soviéticas permanecieran en el país, el conflicto afgano podía ser presentado a los norteamericanos como poco más que una batalla entre los invasores rusos y los luchadores de la resistencia afgana, como si no existieran Gobierno y ejército en el país, o como si no hubiera una buena parte de la población, tal vez incluso la mayoría, a favor de las reformas, gente que no deseaba vivir bajo un gobierno islámico fundamentalista. Mohammed Hakim, alcalde de Kabul, un general entrenado en los años 70 en bases militares en EE.UU. y que pensaba que éste era “el mejor pais”, comentó: “Tal vez la gente en realidad tampoco nos quiere, pero nos prefieren a los extremistas. Eso es lo que no entienden los países occidentales. Sólo esperamos que el señor Bush y el pueblo de Estados Unidos nos miren con atención. Piensan que somos comunistas muy fanáticos, que no somos seres humanos. No somos fanáticos. Ni siquiera somos comunistas” (57).

En los medios de prensa norteamericana, cualquier funcionario del Gobierno afgano, o el propio Gobierno en conjunto, era etiquetado a priori como “comunista", o “marxista”, o “pro-comunista”, o “pro marxista”, sin explicación ni definición que lo sustentara. Najibulah, que sucedió a Karmal cuando éste abandonó la presidencia en 1986, fue confirmado en su puesto en 1987 bajo una nueva Constitución islámica que fue depurada de todo discurso socialista y que estaba llena de referencias al lslam y al Corán. “Este no es un país socialista revolucionario. No queremos construir una sociedad comunista”, dijo en su discurso inaugural (58).

¿Podía EE.UU. ver más allá de la ideología de la Guerra Fría y entrar a considerar las necesidades del pueblo afgano? En agosto de 1979, tres meses antes de la intervención soviética, un Informe del Departamento de Estado clasificado señalaba: “[...] los mayores intereses de Estaos Unidos [...] se beneficiarían con la caída del régimen de Taraki-Amín, a pesar de los retrocesos que esto pudiera significar para las futuras reformas sociales y económicas en Afganistán [...] el derrocamiento de la. R.D.A. [República Democrática de Afganistán] mostraría al resto del mundo, en particular al Tercero, que el enfoque soviético acerca de que el desarrollo histórico del socialismo es inevitable, no es exacto” (59).
Durante los años 80, e incluso antes, la URSS había insistido repetidas veces en que no se encontraría una solución al conflicto mientras EE.UU. y otras naciones continuaran apoyando a los mujaidines. Estados Unidos por su parte, insistía en que los soviéticos debían primero retirar sus tropas de Afganistán. Finalmente, después de varios años de negociaciones auspiciadas por la ONU, se firmó un acuerdo en Ginebra el 14 de abril de 1988, bajo el cual el Kremlin se comprometía a iniciar la retirada de los l115.000 soldados que se estimaba estaban en el país a partir del 15 de mayo, hasta completar el proceso el 15 de febrero del año siguiente. El presidente Gorbachov había dicho que Afganistán se había convertido en “una herida sangrante”. En febrero, una vez que las últimas tropas soviéticas abandonaron el territorio afgano, Gorbachov urgió a EE.UU. a apoyar un embargo sobre los embarques de armas hacia Afganistán y un cese al fuego entre los dos bandos. Ambas propuestas fueron rechazadas por la nueva administración Bush, que alegó que el Gobierno afgano había quedado en posesión de grandes cantidades de equipamiento militar.

No está claro por qué si los rebeldes habían sido capaces de mantenerse a pesar de la poderosa presencia del Ejército soviético, Washington sentía ahora que quedarían en desventaja al retirarse los rusos. La clave de la respuesta norteamericana puede radicar en la declaración del Departamento de Estado acerca de que el Gobierno de Kabul por sí mismo no podría retener el poder más de seis meses (60). Al plantear la cuestión del desbalance de armamentos (fuera real o no), Washington aseguraba la continuidad de la carrera armamentista en Afganistán —un microcosmos de la Guerra Fría. Al mismo tiempo, el Gobierno de EE.UU. llamó a los soviéticos a apoyar a “un Afganistán independiente y no alineado”, aunque era esto precisamente lo que sucesivas administraciones habían tratado de impedir durante décadas. Dos días después, el presidente Najibulah criticó el rechazo estadounidense a la propuesta de Gorbachov y ofreció devolver las armas entregadas por la URSS si los rebeldes deponían las suyas e iniciaban negociaciones. No se informó acerca de respuesta alguna a esta oferta, ni por parte de EE.UU. ni de los rebeldes, que ya habían rechazado propuestas similares anteriormente.

Parecería que Washington estaba pensando en plazos más largos que los de treguas y negociaciones. El mismo día en que Najibulah lanzó su proposición, EE.UU. anunció que había entregado 500.000 libros de texto, elaborados en Norteamérica, para ser utilizados en la enseñanza de los grados primero al cuarto en las escuelas de Afganistán. Los libros, que algunos “críticos dijeron bordeaban el panfleto propagandístico”, hablaban de la lucha de los rebeldes contra la URSS y tenían ilustraciones de guerrilleros dando muerte a soldados soviéticos (61). Desde el inicio de la guerra, los mujaidines habían reservado las peores torturas para los rusos; Washington tenía informes confirmados de que los rebeldes habían drogado y torturado entre 50 y 200 prisioneros soviéticos y los habían enjaulado como a animales “viviendo en un horror indescriptible" (62). Otra versión, dada por un reportero de la conservadora Far Eastern Economic Review, relataba: “Un grupo [de soviéticos] fue asesinado, despellejado y colgado en un gancho de carnicería. Un cautivo se encontró convertido en el centro de un juego de buzkashi, esa forma ruda y revolcada del polo afgano en que se acostumbra a usar una cabra decapitada como balón. En su lugar se utilizó al prisionero. Vivo. Terminó literalmente hecho pedazos” (63).

Mientras tanto, para gran sorpresa de EE.UU. y del resto del mundo, el Gobierno de Kabul no mostró señales de derrumbarse. Las buenas noticias para Washington eran que desde que las tropas soviéticas habian salido (aunque se mantuvieron algunos asesores militares) la relación “costo-beneficio” había mejorado (64),  y el costo era medido enteramente en muertes y sufrimiento de no estadounidenses, pues los rebeldes hacían explotar carros bombas con regularidad y lanzaban cohetes contra áreas residenciales de la capital, destruían escuelas y clínicas construidas por el Gobierno y asesinaban a los maestros alfabetizadores (exactamente igual a como lo habían hecho los contras nicaragüenses al otro lado del mundo y por la misma razón: eran símbolos de la benevolencia del Estado). La muerte y la destrucción causadas por los soviéticos y las tropas del Gobierno durante la guerra fueron también considerables, como por ejemplo el bombardeo a numerosas aldeas, pero las historias sobre atrocidades individuales deben ser tomadas con reserva debido a la ya conocida propensión y habilidad de la CIA para difundir desinformación anticomunista, con frecuencia de la más variada especie, prácticamente sin límites. Al ser la URSS el adversario directo, la bombilla de la creatividad debe haber estado encendida todo el tiempo en Langley.

Amnistía Internacional, con sus acostumbrados métodos de cuidadosa recopilación de información, reportó a mediados de los 80 que las autoridades de Kabul hacían uso frecuente de la tortura y la detención arbitraria (65). Pero ¿qué debemos pensar, por ejemplo, del informe, sin identificación de fuente, del columnista Jack Anderson —vinculado al grupo de presión afgano-norteamericano— de que las tropas soviéticas a menudo marchaban sobre las aldeas rebeldes en Afganistán y masacraban a todo hombre, mujer y niño?" (66). ¿O de la versión del New York Times y del testimonio de un ciudadano afgano acerca de cómo los soldados del Gobierno "habían cegado deliberadamente a cinco niños y luego los habían estrangulado, mientras un partidario del Gobierno que los acompañaba se reía? Debe reconocerse que el periódico añadía: "No había forma de confirmar esta historia. Es posible que el hombre que la contó estuviera tratando de desacreditar al régimen. Tenía, sin embargo, los ojos de quien ha contemplado horrores” (67). También estaba la acusación de un congresista en 1985 de que los soviéticos habían utilizado explosivos con forma de juguetes para mutilar a los niños afganos (68), la misma historia que se contaba acerca de los izquierdistas en cualquier parte del mundo durante la Guerra Fria, y repetida una vez más en 1987 por la cadena de televisión CBS, con fotos ilustrativas. El New York Times informó después sobre la denuncia de un productor de la BBC de que la bomba-juguete había sido fabricada por el camarógrafo de la CBS (69).

También estaba el Fondo de Piedad Afgano, supuestamente una agencia de beneficencia, pero sobre todo una empresa de propaganda, que informó que los soviéticos habían quemado a un niño vivo, que disfrazaban las minas como barras de chocolate y dejaban otras con aspecto de mariposas para atraer a los pequeños. Luego se comprobó que las minas mariposas eran copias de una mina diseñada en EE.UU. y utilizadas en la guerra de Vietnam (70). Pakistán y Washington denunciaron igualmente el derribo de un avión de combate paquistaní sobre Afganistán en mayo de 1987 —aun sabiendo que la denuncia era falsa— como resultado de un misil soviético. Más tarde se supo que el avión habia sido derribado por error por otro caza paquistaní (71).

Durante los años iniciales y hasta mediados de los 80, la administración Reagan proclamó que los rusos estaban esparciendo sustancias tóxicas sobre Laos, Camboya y Afganistán —la llamada “lluvia amarilla”— y que habían causado más de diez mil muertes sólo en 1982 (incluidas 3.042 muertes solamente en Afganistán atribuidas a 47 incidentes distintos entre el verano de 1979 y el de 1981, así de precisa era la información). El secretario de Estado Alexander Haig era el primero en difundir este tipo de historias, y el propio presidente Reagan hizo este tipo de denuncias contra la URSS en más de quince ocasiones en discursos y documentos (72). La “lluvia amarilla” resultó ser ocasionada por las heces polinizadas de enormes enjambres de abejas que volaban a gran altura. Más tarde se supo que la administración Reagan habia formulado sus acusaciones a pesar de que científicos del Gobierno en aquel momento habían señalado que no podían confirmarlas, y que en su opinión las evidencias eran endebles y confusas (73). Y todavía algo más sospechoso: los importantes estudios científicos que examinaron más tarde las denuncias de Washington hablaban tan sólo de Laos, Camboya y Tailandia, no se hacia mención alguna de Afganistán. Era como si el Gobierno —quizás sinceramente equivocado al principio sobre Indochina- hubiera añadido al país centroasiático a la lista sabiendo en ese caso que su acusación era falsa. 

Tales campañas de desinformación a menudo son utilizadas con fines internos. Considérese la contribución del senador Robert Dole a esta discusión, cuando habló en 1980 ante el Congreso, de la “evidencia convincente” que le habían aportado acerca de “que los soviéticos han desarrollado una capacidad química que va mucho más allá de nuestros mayores temores [...] [un gas que] no es detenido por [...] nuestras máscaras antigases y deja a nuestros soldados indefensos”. Y añadió: “Sugerir siquiera una nivelación de los gastos de defensa de nuestra nación por parte de la administración Carter en un momento tan crítico de nuestra historia es insondeable“ (74)Y en marzo de 1982, cuando la administración Reagan lanzó la acusación sobre los 3.042 afganos muertos, el New York Times hizo notar: “El presidente Reagan ha decidido que Estados Unidos reasuma la producción de armas químicas y ha solicitado un incremento sustancial en el presupuesto militar para tales armas” (75).

El dinero necesario para extender las campañas propagandísticas norteamericanas hacia el resto del mundo manaba del cuerno de la abundancia del Congreso con tanta fluidez como el destinado a satisfacer las aspiraciones militares: en un momento dado se destinaron 500.000 dólares para entrenar a periodistas afganos para hacer uso de los medios a favor de su causa (76). Debe destacarse que en junio de 1980, antes de que se hiciera ninguna de las acusaciones contra la URSS a causa de la “lluvia amarilla”, el Gobierno de Kabul había acusado a los rebeldes y a sus padrinos extranjeros de haber empleado gas venenoso, mencionaban un incidente en el que habían sido víctimas 500 estudiantes de Secundaria y sus profesores en diversas escuelas; no se reportó la muerte de ninguno (77).

Una razón por la cual la victoria continuaba eludiendo a los mujaidines era que se hallaban terriblemente divididos entre sí por disputas étnicas y tribales desde hacía siglos, al igual que el alza reciente del fundamentalismo islámico enfrentado al más tradicional, aunque ortodoxo, Islam. Las diferencias con frecuencia conducían a la violencia. En un incidente ocurrido en 1989, siete altos comandantes mujaidines y más de 20 otros rebeldes fueron asesinados por un grupo guerrillero rival. Esta no fue ni la primera ni la última de tales acciones (78). Hacia abril de 1990, catorce meses después de la retirada soviética, Los Angeles Times describía la situación de los rebeldes de esta manera: 
En las últimas semanas han dado muerte a más de los suyos que a enemigos [...] Los comandantes de la resistencia rival han sido baleados al estilo gansteril en la ciudad fronteriza de Peshawar [Pakistán], área de tránsito de la guerra. Hay informes persistentes de matanzas políticas a gran escala en los campos de refugiados [...] Una reciente ejecución  tuvo tanto que ver con las drogas como con la política [...] Otros comandantes, en Afganistán y en los campamentos de la frontera, simplemente se están negando a luchar. Dicen en privado que prefieren a Najibulah a los fundamentalistas mujaidines de linea dura dirigidos por Gulbuddin Hekmatyar (79).
Los rebeldes también cayeron en la corrupción a causa de las enormes cantidades de armas que afluían hacia ellos. El periodista de investigación Tim Weiner informó lo siguiente:
La tuberia de la CIA tiene filtraciones. Graves. Ha esparcido grandes cantidades de armas sobre una de las áreas más anárquicas del mundo. Primero las fuerzas armadas paquistaníes tomaron lo que querían de los cargamentos de armas. Luego jefes guerrilleros afganos corruptos robaron y vendieron cientos de miles de dólares en fusiles antiaéreos, misiles, granadas autopropulsadas, rifles automáticos AK-47, municiones y minas del arsenal de la CIA. Algunas de las armas cayeron en manos de bandas criminales, de traficantes de heroína y de la facción más radical del ejército iraní [...] Mientras sus soldados sobreviven con dificultad en las montañas y el desierto de Afganistán, los dirigentes políticos de las guerrillas mantienen hermosas mansiones en Peshawar y flotas de automóviles a su orden. La CIA se mantiene en silencio mientras los politiqueros afganos convierten las armas de la Agencia en dinero en efectivo. (80)
Entre las armas que los mujaidines vendieron a los iraníes estaban los altamente sofisticados misiles antiaéreos Stinger termodirigidos, con los cuales los rebeldes habían derribado varios cientos de aviones militares rusos, al igual que ocho aviones de pasajeros. El 8 de octubre de 1978, los Guardias Revolucionarios de una cañonera iraní dispararon uno de estos misiles contra helicópteros norteamericanos que patrullaban el Golfo Pérsico, pero no dieron en el blanco (81).

Un poco antes ese mismo año, la CIA dijo al Congreso que al menos 20% de su ayuda militar a los mujaidines había sido escamoteada por jefes rebeldes y funcionarios paquistaníes. El columnista Jack Anderson señaló por entonces que su estimado conservador acerca del volumen de armas desviadas era 60%, mientras que un líder rebelde dijo al asistente de Anderson en su visita a la frontera que dudaba que siquiera 25% de las armas estuviera llegando a su destino. Otras versiones evalúan esta cantidad en 20%. Si realmente los mujaidines estaban en inferioridad en cuanto a armamento con respecto al Gobierno, esta debía ser la razón principal para ello. Sin embargo, la CIA y otros funcionarios gubernamentales lo consideraron como simples gajes del oficio al ejercerlo en esta zona del mundo (82). Como muchos otros clientes de la CIA, los rebeldes eran financiados también mediante el tráfico de drogas y la Agencia se preocupaba al parecer muy poco por esto, mientras los muchachos se mantuvieran contentos. Los comandantes mujaidines dentro de Afganistán controlaban personalmente grandes campos de amapolas, de la cual se extrae el opio, que refinado da la heroína. Camiones entregados por la CIA, al igual que mulas, utilizados para entrar las armas al país, hacían el camino de regreso cargados de opio a los numerosos laboratorios a lo largo de la frontera afgano-paquistaní, donde se procesaban toneladas de heroína con la cooperación del ejército de este último país. Se estimaba que esta producción constituía entre un tercio y la mitad de la heroína consumida anualmente en EE.UU. y tres cuartos de la consumida en Europa occidental. Funcionarios norteamericanos admitieron en 1990 que no habían investigado ni tomado medidas contra la operación de la droga para no ofender a sus aliados afganos y paquistaníes (83). En 1993, un funcionario de la DEA llamó a Afganistán la nueva Colombia del mundo de la droga (84).

La guerra, con todo su tormento, continuó hasta la primavera de 1992, tres años después de la partida de las tropas soviéticas. Se puso en vigor un acuerdo para terminar con el suministro de armas firmado por la URSS y EE.UU. Las dos superpotencias habían abandonado el conflicto. La URSS ya no existía, y el pueblo afgano contaba con más de un millón de muertos, tres millones de discapacitados y cinco millones en campamentos de refugiados, en total casi la mitad de su población. Para entonces, una tregua gestionada por la ONU debía transferir el poder a una coalición gubernamental transitoria hasta que se convocaran elecciones. Pero esto no ocurriría. El Gobierno de Kabul se desintegró virtualmente en medio de motines por hambre y revueltas militares, y los guerrilleros entraron violentamente en la capital y establecieron el primer régimen islámico en el país desde que éste se había transformado en una nación independiente a mediados del siglo XVIII. Un factor clave en la caída del Gobierno fue la deserción a última hora del general Abdul Rashid Dostum, quien se pasó a los guerrilleros. Los medios norteamericanos lo habían llamado anteriormente “general comunista”, y pasó a ser de inmediato “general ex comunista".

Los mujaidines habían ganado y se volvieron unos contra otros con toda su furia. Cohetes y fuego de artillería hicieron desaparecer barriadas completas en Kabul. Hacia el mes de agosto al menos mil quinientas personas habían muerto o estaban heridas, en su mayoría civiles (para 1994 sumarían 10.000). De todos los jefes rebeldes, ninguno se mostraba menos proclive a la negociación, o más decidido a una solucion militar, que Gulbudín Hekmatyar. Robert Neumann, antiguo embajador en Afganistán, observó en aquel momento: “Hekmatyar es un tonto, un extremista y un hombre muy violento. Fue aupado por los paquistaníes. Por desgracia, nuestro gobierno se alineó con los paquistaníes. Les entregábamos el dinero y las armas, pero ellos orientaban la politica”. Washington sentía ahora gran preocupación ante una posible toma de poder de Hekmatyar. lrónicamente les asustaba que de lograrlo, su tendencia extremista se extendería a las antiguas repúblicas soviéticas de Asia, con grandes masas de musulmanes en su población y las desestabilizaría, es decir, el mismo temor que había llevado a los soviéticos a intervenir en la guerra civil afgana (85). Fue precisamente a las fuerzas de Hekmatyar que el “general comunista” Dostum terminó uniéndose.

Suleiman Layeq, poeta e izquierdista, además de “ideólogo” del régimen caído, contemplaba desde su ventana como los mujaidines avanzaban por la ciudad conquistando edificio tras edificio. Dijo de ellos: “Sin excepción, siguen la via de los objetivos fundamentalistas y las metas del lslam. Y no es el Islam. Es una especie de teoría contra la civilización, contra la civilización moderna” (86). lncluso antes de tomar el poder, los mujaidines prohibieron todas las agrupaciones no musulmanas. Ahora la nueva ley fue impuesta: todo consumo de alcohol estaba prohibido en la República islámica; las mujeres no saldrían a la calle sin velo, y las violaciones serían castigadas por azotes, amputaciones y ejecuciones públicas. Y esto provino de los más “moderados”, no de Hekmatyar. Hacia septiembre se llevaron a cabo los primeros ahorcamientos públicos. Ante una entusiasta muchedumbre de 10.000 personas, tres hombres fueron colgados. Habían sido juzgados a puertas cerradas y no se sabia qué crimenes habían cometido (87).
En febrero de 1993, un grupo del Medio Oriente provocó una poderosa explosión en el World Trade Center de Nueva York. La mayoria de ellos eran veteranos de los mujaidines; otros de estos veteranos llevaban a cabo asesinatos en El Cairo, explosiones de bombas en Bombay, sangrientas revueltas en las montañas de Cachemira y guerra de guerrillas en Filipinas. Éste era, por entonces, el poder y la gloria de los “luchadores por la libertad” del presidente Reagan, que se habían vuelto más anti-norteamericanos en los últimos años, y muchos de ellos apoyaron a Saddam Hussein en elconflicto del Golfo Pérsico en 1990-91. Con seguridad incluso Reagan y Bush habrian preferido la compañía de reformadores “comunistas” como el presidente Taraki, el alcalde Hakim o el poeta Layeq. Pero la URSS había sangrado y lo había hecho en abundancia. Para EE.UU. también se había tratado de una “guerra santa”.


William Blum
Edición digital: blog del viejo topo, a partir de la edición en papel de la traducción al castellano realizada por la Editorial Oriente, de Cuba. 


Notas
(1) Tim Weiner: Blank Check: The Pentagon's Is Black Budget. Warner Books, New York, 1990, p. 149.
(2) Ibid., pp. 149-150. 
(3) 
a) Selig Harrison: “The Shah, Not the Kremlin, Touched off Afghan Coup”, en Washington Post, 13de mayo de 1979, p. C1; contiene otros ejemplos de la campaña llevada a cabo por EE.UU. y el sha. 
b) Hannah Negaran: “Afghanistan: A Marxist Regime in a Muslim Society", en Current HistoryFiladelfia, abril 1979, p. 173. 
c) New York Times, 3 de febrero de 1975, p. 4. 
d) Para un resumen desde el punto de vista soviético de los intentos de Occidente de atraer a Afganistán durante los años 50 y 60 ver, The Truth About Afghanistan: Documents, Facts, Eyewitness Reports. Novosti Press, Moscú, 1981, pp, 60-65.
e) Dwight D. Eisenhower: The White House Years: Waging Peace 1956-1961. New York, 1965, pp. 493, 495, 498; expone su preocupación acerca de la influencia soviética sobre Afganistán.
(4) Harrison: op. cit. 
(5) New York Times, 4 de mayo de 1978, p. 11: Louis Dupree: "A Communist Label is Unjustifiedf", carta al New York Times, 20 de mayo de 1978, p. 18. Dupree había sido un antropólogo que vivió en Afganistán por muchos años; fue también durante una etapa consultor del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. y un activista, tanto en Pakistán como en EE.UU., contra el Gobierno afgano de izquierda que lo declaró persona non grata en 1978. 
(6) New York Times Magazine, 4 de junio de 1978, p. 52 (cita del primer ministro).
(7) New York Times, 18 de mayo de 1979, p. 29, articulo de Fred Halliday, asociado al Instituto Transnacional en Amsterdam y autor de varios libros sobre el sudeste asiático.
(8) The Economist, Londres, 11 de septiembre de 1979, p. 44.
(9) New York Times, 13 de abril de 1979, p. 8.
(10) Newsweek, 16 de abril de 1979, p. 64.
(11) CIA’s Foreign Broadcast Information Service, 31 de diciembre de 1979, p. S-13, citado en la revista CounterSpy, Vol, 4, No. 2, Washington, primavera de 1980, p. 36. 
(12) New York Times, 16 de junio de 1978, p. 11.
(13) Robert Neumann, en Washington Review of Strategic and International Studies, julio de 1978, p. 117.
(14) New York Times, 1 de julio de 1978, p. 4.
(15) San Francisco Chronicle, 4 de agosto de 1979, p. 9. 
(16) New York Times, 24 de marzo de 1979, p. 4; 13 de abril de 1979, p. 8. 
(17) Washington Post, 11 de mayo de 1979, p. 23. Funcionarios de inteligencia norteamericanos confirmaron que rebeldes islámicos asesinaron a civiles soviéticos, hombres y mujeres, y mutilaron sus cuerpos, reportó el New York Times, el 13 de abril de 1979, p. 8.
(18) New York Times, 11 de septiembre de 1979, p. 12.
(19) Washington Post, 15 de noviembre de 1992, p. 32; tomado de las actas oficiales de la conversación, entre los documentos desclasificados del Politburó que obtuvo el periódico.
(20) Ibid., cita un articulo publicado en 1992 por el ex jefe delegado de la estación de la KGB.
(21) Ibid., 23 de diciembre de 1979, p. A8. 
(22) Selig Harrison: “Did Moscow Fear an Afghan Tito?”, en New York Times, 13 de enero de 1980, p. E23.
(23) The Sunday Times, Londres, 6 de enero de 1980, reporta la entrevista con Amín del periódico Al Sharq Al Awast, publicada en Londres y en la Meca. 
(24) Washington Post, 15 de noviembre de 1992, p. 32, cita a una versión “reciente” en el periódico moscovita Komsomolskaya Pravda.
(25) The Truth About Afghanistan, p. 15, tomado de Pravda, 13 de enero de 1980.
(26) The Times, Londres, 5 de enero de 1980. 
(27) New York Times, 15 de enero de 1980, p. 6. El periódico señala que las acusaciones parecen haber sido desestimadas por los soviéticos en aquel momento, quizás por la incrédula reacción del mundo ante las mismas. Pero pronto fueron retomadas, posiblemente como respuesta al articulo del Times
(28) Philip Bonosky: Washington's Secret War Against Afghanistan. International Publishers, New York, 1985, pp. 33-34. El Washington Post también menciona que Amín estudió en la escuela de maestros de Columbia (23 de diciembre de 1979, p. A8). 
(29) “How the CIA Turns Foreign Students Into Traitors”, en revista Ramparts, San Francisco, abril de 1967, pp. 23-24. Esto fue un mes después de que la revista publicara su famosa revelación de los extendidos vínculos de la CIA con la Asociación Nacional de Estudiantes, la organización principal de estudiantes norteamericanos. 
(30) Bonosky, p. 34. Cuando el autor habló con Mr. Bonosky en 1994 acerca del tema, éste dijo que no podía recordar la fuente, pero que podía haber sido algo que le fue informado durante su estancia en Afganistán en 1981.
(31) Charles G. Cogan: “Partners in Time: The CIA and the Afghanistan since 1979”, en World Policy Journal, New York, verano de 1993, p. 76. Cogan era jefe de la División del Sudeste Asiático y Cercano Oriente del Directorio de Operaciones de la CIA (Servicios Clandestinos), desde 1979 a 1984. Se refiere a la conexión de Amín con la Fundación Asia como “una especie de asociación informal”, y no dice nada más, pero dada su posición entonces, pudiera ser que no estuviera dispuesto a revelar un punto esencial del conflicto afgano, o tal vez el artículo fue censurado por la CIA cuando Cogan lo entregó para su revisión, algo que habría tenido que hacer. 
(32) Cables del Departamento de Estado clasificados, 11, 22, 23, 27 y 29 de septiembre de 1979; 28 y 30 de octubre de ese mismo año; estaban entre los documentos encontrados cuando la toma de la Embajada norteamericana en Teherán el 4 de noviembre de 1979, que fueron gradualmente publicados en varios volúmenes durante los años siguientes bajo el titulo: Documents from the Den of Espionage; de aquí en lo adelante nos referiremos a ellos como Documentos de la Embajada. Los cables a que se hace referencia en esta nota provienen del volumen 30. Los mismos y los siguientes están citados en Covert Action Information Bulletin, No. 30, verano de 1988, artículo de Steve Galster, pp. 52-54. Excepto en citas textuales, la versión resumida del contenido de los documentos pertenece a Galster. 
El partido de Amín supo de estas actividades encubiertas mucho antes de que los documentos fueran publicados. El 16 de enero de 1980, un vocero del PDP dijo a la Agencia de Noticias Afgana: “En septiembre de 1979, Amín comenzó a preparar el terreno para un acercamiento con los EE.UU. Sostuvo reuniones confidenciales con funcionarios norteamericanos, envió emisarios a EE.UU., hizo llegar sus mensajes personales orales al presidente Carter”. Citado en Bonosky, p. 52.
(33) Entrevista a Karmal en World Marxist Review, Toronto, abril de 1980, p. 36.
(34) New York Times, 2 de enero de 1980, p. 1.
(35) Wall Street Journal, 7 de enero de 1980, p. 12.
(36) Weiner, p. 145. 
(37) Entre los Documentos de la Embajada, Vol. 29, p. 99: cable del Departamento de Estado del 14 de mayo de 1979, se refiere a una reunión anterior con un líder rebelde en Islamabad el 23 de abril de 1979. 
(38) Robert Gates (ex director de la CIA): From The Shadows. New York, 1996, p. 146.
(39) The Truth About Afghanistan, pp. 16-17. 
(40) Zbigniew Brzezinski: Power and Principle: Memoirs of the National Security Adviser, 1977-1981. New York, 1983, p. 430.
(41) The Guardian, Londres, 5 de marzo de 1986. 
(42) Washington Post, 13 de enero de 1985, p. A30. El funcionario no identificado puede haber sido el director de la CIA Stansfield Turner, quien es citado con palabras muy semejantes en Weiner, pp. 146-147. 
(43) Ibid.
(44) Entre los Documentos de la Embajada: Informe de campo clasificado por la CIA, 30 de octubre de 1979, Vol. 30.
(45) New York Times, 22 de noviembre de 1979, p. 1.
(46) Weiner, p. 146.
(47) John Balbach, ex director de personal del Grupo de Trabajo del Congreso sobre Afganistán, artículo en Los Angeles Times, 22 de agosto de 1993.
(48) Citado en The Guardian, Londres, 28 de diciembre de 1983 y 16 de enero de 1987, p. 19.
(49) Los Angeles Times, 17 de octubre de 1988, 13 de marzo de 1989, 16 de marzo de 1989.
(50) The Daily Telegraph, Londres, 5 de agosto de 1985.
(51) Brzezinski, p. 356, mencionado tres veces en esta sola página.
(52) New York Times, 9 de febrero de 1980, p. 3, aunque escrito después de la invasión soviética, el artículo se refiere a abril de 1979.
(53) Para un análisis sobre estos y otros temas relacionados ver Selig Harrison: “Afghanistan: Soviet lntervention, Afghan Resistance and the American Role”, en Michael Klare y Peter Kornbluh, eds.: Low Intensity Warfare: Counterinsurgency, Proinsurgency and Antiterrorism in the Eighties. Pantheon Books, New York, 1988, pp. 188-190.
(54) Ibid. , p. 188; la parte referida a la clase media fue atribuida por Harrison a un artículo de un periodista alemán, Andreas Kohlschutter, de Die Zeit.
(55) Para un análisis más completo de estos temas ver los tres artículos en The Guardian de su corresponsal jefe en el extranjero, Jonathan Steele, del 17 al 19 de marzo de 1986.
(56) Lawrence Lifschultz: “The not-so-new rebellion”, en Far Eastern Economic Review, Hong Kong, 30 de enero de 1981, p. 32. 
(57) Los Angeles Times, 22 de abril de 1989, pp. 12, 13.
(58) Ibid., 1 de diciembre de 1987, p. 8.
(59) Entre los Documentos de la Embajada, Vol. 30: informe del Departamento de Estado del 16 de agosto de 1979. 
(60) Los Angeles Times, 17 de febrero de 1989, p. 8. 
(61) Sobre Najibulah y los libros de texto ver Ibid., 18 de febrero de 1989, p. 18.
(62) Washington Post, 13 de enero de 1985, p. A30. El artículo habla de 70 prisioneros rusos “viviendo un horror indescriptible”; al parecer, aunque no es seguro, los mismos estaban incluidos en las cifras de entre 50 y 200 antes mencionadas. 
(63) John Fullerton: The Soviet Occupation of Afghanistan. Londres, 1984.
(64) Los Angeles Times, 28 de julio de 1989.
(65) Amnistia Internacional: Torture in the Eighties, Londres, 1984, capítulo sobre Afganistán.
(66) Columna de Jack Anderson en San Francisco Chronicle, 4 de mayo de 1987. Sobre sus vínculos y los de otros muchos, con el grupo de presión afgano ver Sayid Khybar: “The Afghani Contra Lobby”, en Covert Action Information Bulletin, No. 30, verano de 1988, p.65.
(67) New York Times, 11 de septiembre de 1979, p. 12.
(68) Washington Post, 13 de enero de 1985, p. A30. 
(69) Citado por Extra!, New York, octubre-noviembre de 1989, p. 1, en referencia a una serie de artículos en el New York Post a partir del 27 de septiembre de 1989. 
(70) Mary Williams Walsh: “Strained Mercy”, en la revista The Progressive, Madison, Wisconsin, mayo de 1990, pp. 23-26. Walsh habia atendido Afganistán como corresponsal principal del Wall Street Journal en el sur y el sudeste asiáticos. El Journal se negó a publicar este texto, lo que la llevó a renunciar.
(71) San Francisco Chronicle, 20 de julio de 1987. 
(72) New York Times, 9 de marzo de 1982, p. 1; 23 de marzo, pp. 1, 14; The Guardian, Londres, 3 de noviembre de 1983, 29 de marzo de 1984; Washington Post, 30 de mayo de 1986. 
(73)  Julian Robinson et al.: "Yellow Rain: The Story Collapses", en Foreign Policy, otoño de 1987, pp. 100-117; New  York Times, 31 de agosto de 1987, p. 14.
(74) Congressional Record, 6 de junio de 1980, pp. S13582-13583.
(75) New York Times, 29 de marzo de 1982, p. 1.
(76) San Francisco Chronicle, 16 de septiembre de 1985, p. 9.
(77) The Truth About Afghanistan, pp. 85, 89, con una foto de las supuestas víctimas yaciendo en el suelo y otra foto de una granada química norteamericana. 
(78) Los Angeles Times, 28 de julio de 1989.
(79) Ibid., 30 de abril de 1990, pp. 1 y 9.
(80) Weiner, pp. 150, 152. 
(81) Weiner, p. 151; Los Angeles Times, 26 de mayo de 1988. Sobre el derribo de aviones de pasajeros ver New York Times, 26 de septiembre de 1984, p. 9; 11 de abril de 1988, p. 1.
(82) San Francisco Chronicle, columna de Jack Anderson el 29 de abril y el 2 de mayo de 1987; 13 de julio de 1987; revista Time, 9 de diciembre de 1985; Washington Post, 13 de enero de 1985, p. A30.
(83) Sobre las drogas, los mujaidines y la CIA ver:
a) Weiner, pp. 151-152.
b) New York Times, 18 de junio de 1986.
c) William Vomberger: “Afghan Rebels and Drugs”, en Covert Action Information BulletinNo. 28, verano de 1987, pp. 11-12. 
d) Los Angeles Times, 4 de noviembre de 1989, p. 14.
e) Washington Post, 13 de mayo de 1990, p. 1.
(84) Los Angeles Times, 22 de agosto de 1993.
(85) Ibid., 21 de abril de 1992.
(86) Ibid., 24 de mayo de 1992.-
(87) lbid., 4 de enero, 24 de mayo, 8 de septiembre de 1992.



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Índice del libro Asesinando la esperanza
(Los capítulos con hipevínculo están publicados en el blog; pulsa sobre ellos para acceder al contenido)
1. China. De 1945 hasta los años 60: ¿Estaba Mao Tse-tung realmente paranoico?
3. Grecia. De 1947 hasta inicios de la década de 1950: de cuna de la democracia a estado cliente.
4. Filipinas. décadas de 1940 y 1950: la colonia más antigua de Norteamérica.
5. Corea 1945-1953: ¿fue todo lo que pareció ser?
6. Albania 1949-1953: el correcto espía inglés.
7. Europa del Este 1948-1956: operación factor fragmentante.
9. lrán 1953. Dándole seguridad al rey de reyes.
l0. Guatemala l953-l954. Con el mundo por testigo.
11. Costa Rica. Mediados de los 50. Tratando de derribar a un aliado. Parte I.
12. Siria 1956-l957. Comprando un nuevo gobierno.
13. Medio Oriente 1957-1958. La Doctrina Eisenhower reclama otro patio para Norteamérica.
14. Indonesia 1957-1958. Guerra y pornografía. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
16. Guayana Británica 1953-l964. La mafia sindical internacional de la CIA.
18. Italia. Años 50 a los 70. Apoyando a los huérfanos del cardenal y al tecnofascismo. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
20. Camboya 1955-1973. El príncipe Sihanouk camina en al cuerda floja de la neutralidad.
21. Laos 1957-1973. L’Armée Clandestine.
22. Haítí 1959-1963. Los marines desembarcan de nuevo.
23. Guatemala 1960. Un buen golpe merece otro.
24. Francia-Argelia. Años 60. L’état, c’est la CIA (El Estado es al CIA).
25. Ecuador l960-l963. Un manual de trucos sucios.
26. El Congo 1960-1964. El asesinato de Patricio Lumumba.
27. Brasil 1961-1964. Presentando el maravilloso mundo de los Escuadrones de la Muerte.
28. Perú l960-l965. Fort Bragg se traslada a al selva.
29. República Dominicana 1960-1966. Deshacerse de la democracia para salvarla del comunismo.
30. Cuba. l959 hasta los años 80. La revolución imperdonable. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
31. Indonesia 1965. Eliminando a Sukarno… y a otros 500.000. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
32. Ghana 1966. Kwane Nkrumah se sale de la línea.
33. Uruguay 1964-1970. Tortura, tan norteamericana como el pastel de manzana.
35. Grecia 1964-l974. “Gáguense en el Parlamento y en la Constitución”, dijo el presidente de Estados Unidos. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
36. Bolivia l964-l975. Tras la huella del Che Guevara en la tierra del coup d´état.
37. Guatemala. 1962 hasta los 80. Una “solución final” menos publicada.
38. Costa Rica 1970-1971. Tratando de derribar a un aliado, parte II.
39. lraq 1972-1975. Las acciones encubiertas no deben ser confundidas con trabajo de misioneros.
40. Australia 1973-1975. Otra elección libre que muerde el polvo.
4l. Angola. 1975 hasta los años 80. El juego de póker de las grandes potencias.
42. Zaire 1975-1978. Mobutu y la CIA, un matrimonio hecho en el cielo.
43. Jamaica 1976-1980. El ultimátum de Kissinger.
44. Seychelles 1979-1981. Otra área más de gran importancia estratégica.
45. Granada 1979-1984. La mentira, una de las pocas industrias surgidas en Washington. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
46. Marruecos 1983. Una jugada sucia con vídeo.
47. Surinam 1982-1984. Una vez más el famoso cubano.
48. Libia 1981-1989. Ronald Reagan encuentra la horma de su zapato.
49. Nicaragua 1980-1990. Desestabilización en cámara lenta. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
50. Panamá 1969-1991. Traicionando a nuestro suministrador de drogas.
51. Bulgaria 1990-Albania 1991. Enseñándole a los comunistas de qué se trata la democracia.
52. Iraq 1990-1991. El holocausto del desierto.
54. El Salvador 1980-1994. Derechos humanos al estilo de Washington.
55. Haití 1986-1994. ¿Quién me librará de este cura revoltoso?
56. El imperio norteamericano desde 1992 hasta el presente. PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG
Notas 
Anexo l. Así es como circula el dinero.
Anexo 2. Casos de utilización de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el extranjero desde 1798 hasta 1945.  PRÓXIMAMENTE EN EL BLOG