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México: corrupción política protegida por los Estados Unidos - John Ackerman con Rubén Luengas
Redacción Entre Noticias
Sin disidencia no hay democracia. Muchos
cacarean en México estar comprometidos con la democracia, pero se rasgan
las vestiduras ante disidentes como el investigador de la UNAM John
Ackerman, a quien tuve la oportunidad de entrevistar en mi programa de
radio Contragolpe a propósito de su libro más reciente, “El mito de la
transición democrática”.
No digo que se rasgan las vestiduras porque hagan una defensa legítima de ideas y posturas contrarias a las de Ackerman, sino porque desde el autoritarismo persistente, hacen todo lo posible para que prevalezca el pensamiento único, ante el cual, quienes se atrevan activamente a disentir, corren el riesgo de la denostación o la calumnia.
El monopolio y la unanimidad de pensamiento, en cualquier país y sin distinción de ideología, es algo muy peligroso porque termina en dictadura. Por eso celebro la voz disidente de Ackerman, que de ninguna forma pierde valor por identificarse abiertamente con las propuestas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Puede estarse de acuerdo con él o no, pero voces como la de Ackerman, entre otras, son indispensables en un país donde los grandes medios de comunicación demuestran todos los días con sus contenidos propagandísticos, que la temática de su libro es justa y necesaria, porque sin auténtica pluralidad, sin verdadera libertad de expresión, sin genuina disidencia, no puede existir la pretendida democracia.
Desde la academia, desde sus textos, desde su activismo, Ackerman se planta contra lo hegemónico, contra lo asumido, contra lo confeccionado por los medios, dentro y fuera de México. No le tiembla la voz, por ejemplo, al expresar opiniones como la de que “existe un proyecto para generar apatía en los mexicanos y desarticular comunidades”, o sobre “una protección abierta desde Estados Unidos a la clase política corrupta de México”.
Ackerman ha viajado a la ciudad de Los Ángeles para la presentación de su libro en el Colegio de Pomona, entre otros sitios. Un día antes de su viaje hablé con él en Contragolpe, que se transmite los miércoles por la noche en la estación de la radio pública KPFK.
No digo que se rasgan las vestiduras porque hagan una defensa legítima de ideas y posturas contrarias a las de Ackerman, sino porque desde el autoritarismo persistente, hacen todo lo posible para que prevalezca el pensamiento único, ante el cual, quienes se atrevan activamente a disentir, corren el riesgo de la denostación o la calumnia.
El monopolio y la unanimidad de pensamiento, en cualquier país y sin distinción de ideología, es algo muy peligroso porque termina en dictadura. Por eso celebro la voz disidente de Ackerman, que de ninguna forma pierde valor por identificarse abiertamente con las propuestas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Puede estarse de acuerdo con él o no, pero voces como la de Ackerman, entre otras, son indispensables en un país donde los grandes medios de comunicación demuestran todos los días con sus contenidos propagandísticos, que la temática de su libro es justa y necesaria, porque sin auténtica pluralidad, sin verdadera libertad de expresión, sin genuina disidencia, no puede existir la pretendida democracia.
Desde la academia, desde sus textos, desde su activismo, Ackerman se planta contra lo hegemónico, contra lo asumido, contra lo confeccionado por los medios, dentro y fuera de México. No le tiembla la voz, por ejemplo, al expresar opiniones como la de que “existe un proyecto para generar apatía en los mexicanos y desarticular comunidades”, o sobre “una protección abierta desde Estados Unidos a la clase política corrupta de México”.
Ackerman ha viajado a la ciudad de Los Ángeles para la presentación de su libro en el Colegio de Pomona, entre otros sitios. Un día antes de su viaje hablé con él en Contragolpe, que se transmite los miércoles por la noche en la estación de la radio pública KPFK.
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