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¿Por qué luchamos en Siria?
por Alexander Dugin – El 31 de octubre de 2015, el avión de pasajeros ruso Airbus A321, vuelo charter 7K9268, que volaba desde el balneario egipcio de Sharm el-Sheij con destino a San Petersburgo, se estrelló en la península del Sinaí. Las 224 personas a bordo murieron. Casi todas eran ciudadanos rusos. El avión sólo estuvo en el aire unos 20 minutos antes de que se estrellara. La organización terrorista “Estado islámico” (EI) se atribuyó la responsabilidad del derribo inmediatamente después del desastre.
Los “Soldados del Califato han logrado derribar un avión ruso en la provincia de Sinaí”, declaró el grupo. Más de 220 “cruzados” a bordo murieron. El ataque fue un acto de venganza en contra de la intervención militar rusa en Siria. Expertos en asuntos exteriores rusos han descartado que hubiera un “tiroteo”, pero los investigadores creen que una bomba estalló a bordo de la aeronave provocando la caída.
La organización terrorista “Estado islámico” ya había declarado la guerra a Rusia el año pasado. Y, como una organización terrorista, el EI mata a civiles y disfruta con la muerte de civiles. Matar civiles es la esencia del terrorismo. Los terroristas matan a víctimas inocentes para lograr un objetivo político. Esto también corresponde a la naturaleza del “Estado islámico”, que no tiene nada que ver con el Islam o con un estado. Después de todo, la muerte de civiles inocentes es inaceptable para un musulmán devoto. Sin embargo, la muerte de civiles es el precio que Rusia tendrá que pagar hoy, y probablemente en el futuro, por su ayuda militar a Siria. Los terroristas del “Estado islámico” ven a todos los rusos como enemigos, no sólo a los militares de este país. En las redes sociales, algunos comentaristas occidentales también expresaron abiertamente su regocijo por el derribo del avión.
Pero ¿por qué Rusia proporciona ayuda militar a Siria? En primer lugar, se trata de un conflicto geopolítico. El frente entre atlantistas y euroasiáticos pasa por Siria. Después del colapso de la Unión Soviética se creó un vacío político en el Este y en el Medio Oriente. Los EEUU persiguieron allí un proyecto centrado en la destrucción de las naciones-estado llamado “Proyecto del Gran Medio Oriente”. Destruyendo incluso estados que se habían comportado más o menos fielmente respecto a Washington. Los EEUU crean el caos para proyectarse como una potencia hegemónica. En la década de 1990, Rusia era débil y no reaccionó, pero en la década de 2000 comenzó a recuperarse lentamente. Hoy, Vladimir Putin ha decidido oponerse activamente a la política estadounidense de caos en el Medio Oriente. La ayuda militar de Rusia contra el terrorismo en Siria puede ser vista como un acto de geopolítica euroasianista. Siria está situada en el centro de la batalla entre los representantes de un orden mundial unipolar (EEUU) y uno multipolar (Rusia).
Pero más allá de eso tenemos que percibir al “Estado islámico” como una amenaza directa a la Federación Rusa. Esta organización terrorista es un producto de la política estadounidense creado para difundir el caos y proporcionar a los Estados Unidos, en cualquier momento, un patrón para su propia intervención militar, como se puede ver en el ejemplo de Siria. No obstante, el “Estado islámico” no sólo está presente en Irak y Siria, sino también en Asia Central. Bandas terroristas que tienen los mismos patrocinadores y la misma ideología que el “Estado islámico” en Siria e Iraq, están activas en Afganistán, Tayikistán y Uzbekistán, cerca de las fronteras rusas. Estos grupos también operan en el Cáucaso Norte dentro de la propia Federación Rusa. Vladimir Putin entiende muy bien que con esto se trata de crear condiciones caóticas utilizando al “Estado islámico” y a grupos terroristas similares en Asia Central y en el Cáucaso.
La lógica detrás de la intervención militar rusa está, por tanto, clara. Si no contenemos el terrorismo creado y apoyado por los Estados Unidos en Siria, pronto tendremos que luchar en nuestras propias fronteras e incluso en nuestra propia tierra. Siria es nuestra línea externa de defensa. La siguiente línea está en el territorio de la Unión Euroasiática e incluso dentro de la Federación Rusa.
Por otra parte, la intervención militar rusa en Siria, en contraste con la así llamada “campaña antiterrorista” liderada por Estados Unidos, es absolutamente legítima. Moscú coopera estrechamente con Damasco, por lo cual el gobierno sirio ha solicitado oficialmente el apoyo de Rusia. La Fuerza Aérea de Rusia está trabajando con el ejército sirio, mientras que los ataques liderados por Estados Unidos se llevan a cabo en contra de la voluntad y a pesar de las protestas del gobierno sirio. El Dr. Bashar al-Assad es el presidente legítimo y electo de Siria, con el apoyo de más del 50 por ciento de la población siria. Esto significa que en Siria luchamos junto con nuestros aliados sirios en contra de la expansión del “Estado islámico”.
Debemos tener en cuenta lo que conllevaría el colapso total de Siria. Éste desencadenaría automáticamente el colapso de todos los otros estados musulmanes de la región; incluso el norte de África sería completamente arrojado al caos, como ya hemos visto en Libia. Podemos, por lo tanto, hablar de una reacción en cadena o de un efecto dominó en caso de colapso de Siria. Esto, a su vez, significaría que millones de refugiados y de migrantes marcharían hacia Europa, porque no habría futuro para estas personas en un caos total.
El caos creado por los estadounidenses está dirigido por tanto no sólo contra el Medio Oriente y Asia Central, sino también contra Europa. Cuanto más caos y desorden en el Medio Oriente y en el Norte de África, más inmigrantes llegarán a Europa. Esto, a su vez, conducirá a la desestabilización de la infraestructura social y, por lo tanto, a la parálisis política en el continente europeo. Y aquí no deberíamos olvidar que miles de terroristas desembocan en Europa como parte del proceso de migración. De continuar esta tendencia, y con la futura llegada de 10, 20 o incluso 30 millones de inmigrantes marchando a Europa, esto en realidad significaría el fin de Europa. El continente europeo no sería “islamizado” per se, ni se construiría un “Califato”, pero en cambio Europa se hundiría en el caos total y sería eliminada.
Hoy en día Rusia está luchando contra este proceso, que afecta a los intereses de Europa. Rusia necesita a Europa y Europa necesita a Rusia. El colapso de Europa es malo para Rusia, y la misma idea se aplica a la inversa, aun cuando esto no es aceptado por muchos gobiernos europeos actuales que incluso trabajan en contra de tal idea. También hay cierta continuidad histórica: en el pasado Rusia vio a Europa como un escudo contra el expansionismo turco otomano. Una Europa hundiéndose en el caos significaba automáticamente una Rusia siendo amenazada en sus fronteras occidentales y meridionales. De ahí que la protección de Europa está entre los intereses de la Federación Rusa. Con el fin de preservar a Europa de caer en el caos, Rusia es hoy el escudo del continente europeo.
Por lo tanto, Rusia está luchando en Siria a varios niveles: estamos asumiendo activamente la lucha contra las aspiraciones globales y hegemónicas de los EEUU; estamos protegiendo nuestros propios intereses de seguridad nacional y los de Eurasia, combatiendo al enemigo antes de que pueda venir a nosotros; estamos preservando a Europa frente a su decadencia, porque tal desarrollo sería perjudicial para nosotros también.
(Traducción Página Transversal).
Este artículo fue publicado originalmente en alemán en la revista de actualidad Zuerst!
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