domingo, 17 de agosto de 2014

La vuelta de Orwell y el Gran Hermano a la guerra en Palestina, Ucrania y contra la verdad

La vuelta de Orwell y el Gran Hermano a la guerra en Palestina, Ucrania y contra la verdad


Orwell
Por John Pilger
La otra noche vi 1984, de George Orwell, representada en los escenarios de Londres. Pese a que pide a gritos una interpretación contemporánea, las advertencias de Orwell sobre el futuro se presentaron como una obra perteneciente a un periodo remoto e inofensivo. Parecía como si Edward Snowden nunca hubiera hecho públicas sus revelaciones, el Gran Hermano no fuera hoy un espía digital y el propio Orwell nunca hubiera dicho aquello de «para dejarse corromper por el totalitarismo no hace falta vivir en un país totalitario».
La producción, aclamada por la crítica, se me antojó una medida de nuestros tiempos culturales y políticos. Cuando se encendieron las luces, el público estaba ya en pie de camino hacia la puerta de salida. Todos parecían indiferentes o, quizás, absortos en otros asuntos. «Menudo rompecabezas», escuché que decía la chica de enfrente, mientras encendía su teléfono.
Cuando las sociedades avanzadas se despolitizan, los cambios se producen de forma tan sutil como espectacular. En el discurso del día a día, el lenguaje político está invertido, tal y como Orwell profetizó en 1984. «La democracia» es ahora un artefacto retórico. La paz es una «guerra perpetua». «Global» significa imperial. El concepto de «reforma», que una vez resultó esperanzador, hoy equivale a regresión e incluso destrucción. «Austeridad» es la imposición del capitalismo extremo a los pobres y la concesión del socialismo a los ricos: un sistema bajo el cual la mayoría está al servicio de las deudas de unos pocos.
En las artes, la hostilidad a la verdad política se ha convertido en un artículo de fe burguesa. Un titular del diario Observer prefigura «El periodo rojo de Picasso y por qué los políticos no hacen buen arte». Cabe mencionar que este titular se publicó en un periódico que saludaba el baño de sangre en Iraq a modo de cruzada liberal. La incesante oposición de Picasso al fascismo se contempla como una nota a pie de página, de igual forma que el radicalismo de Orwell ha desaparecido del premio que se apropió de su nombre.
Hace unos pocos años, Terry Eagleton, entonces profesor de literatura inglesa en la Universidad de Manchester, consideró que «por primera vez desde hace dos siglos no hay poeta, dramaturgo o novelista británico que esté preparado para cuestionar los fundamentos del estilo de vida occidental». Ya no se escriben discursos como los de Shelley a los pobres, sueños utópicos como los de Blake, condenas como las de Byron a la corrupción de la clase gobernante, ni hay un Tomas Carlyle o un John Ruskin que descubran los desastres morales del capitalismo. Ni William Morris, Oscar Wilde, HG Wells o George Bernard Shaw conocen equivalentes hoy. Harold Pinter fue el último en alzar su voz. Entre las insistentes voces del feminismo, ninguna hace eco a Virginia Woolf, quien describió extensamente «el arte de dominar a los demás… de gobernar, matar o adquirir tierras y capital».
En el Teatro Nacional, una obra nueva, Gran Bretaña, propone una sátira sobre el escándalo de las intervenciones telefónicas por el que varios periosdistas han sido juzgados y condenados, incluyendo a un antiguo editor del periódico News of the World de Rupert Murdoch. Descrita como «una comedia con colmillos afilados [que] pone a toda la incestuosa cultura [mediática] en el banquillo de los acusados y la somete a un ridículo despiadado», el punto de mira de la obra está puesto en los «agraciados y divertidos» personajes de los tabloides británicos. Todo ello está muy bien y resulta familiar. Pero, ¿cuál de los medios que no son tabloides y se consideran respetables y creíbles no sirve a la función paralela de brazo del estado y de los poderes corporativos, tal y como ocurre con la promoción de guerras ilegales?
Tony Blair
Las indagaciones de Leveson en torno a las intervenciones telefónicas mostraron lo que era inmencionable. Tony Blair se encontraba declarando, protestando ante su señoría por el acoso del tabloide a su mujer, cuando una voz lo interrumpió desde la galería . David Lawley-Wakelin, un conocido director de cine, exigía el arresto de Blair y su enjuiciamiento por ser culpable de numerosos crímenes de guerra. Hubo un espacioso silencio: la conmoción que siempre produce la verdad. Lord Leveson dio un salto sobre sus pies, ordenó que se expulsara al divulgador de verdades y pidió disculpas al criminal de guerra. Lawley-Wakelin fue enjuiciado y Blair salió en libertad.
Los cómplices de Blair son su invariable respetabilidad. Cuando la presentadora de la BBC Kirsty Wark lo entrevistó en el décimo aniversario de su invasión a Iraq, le obsequió con un momento con el que jamás podía haber soñado: le permitió mostrarse agonizante por la «difícil» decisión en torno a Irak, en vez de pedirle cuentas por el épico crimen. Me recordó al desfile de periodistas de la BBC, quienes en 2003 declararon que Blair podía sentirse «libre de culpa» y consiguientemente se emitió la serie «seminal» de la BBC, The Blair Years, para la que eligieron a David Aaronovitch como guionista, presentador y entrevistador. Aaronovitch, lacayo de Murdoch, elogió con pericia la campaña de ataques militares a Irak, Libia y Siria.
Desde la invasión de Irak – ejemplo de agresión no provocada que el fiscal de Nuremberg Robert Jackson denominó «el crimen internacional supremo, que se ha distinguido de otros crímenes de guerra únicamente por contener en sí mismo el mal acumulado de la totalidad» – a Blair y a su portavoz y principal cómplice, Alastair Campbell, les concedieron un espacio generoso en el periódico Guardian para restablecer su reputación. Descrito como la «estrella» del Partido Laborista, Campbell se ha granjeado la simpatía de los lectores por su depresión y ha expuesto sus intereses, aunque no su reciente nombramiento como consejero de Tony Blair, sobre la tiranía militar de Egipto.
Al tiempo que Irak se desmembra a causa de la invasión Blair/Bush, un titular de Guardian reza: «Fue correcto derrocar a Saddam, pero nos hemos retirado demasiado pronto». Este coincidió con otro prominente artículo del 13 de junio, escrito por un antiguo funcionario de Blair, John McTernan, quien también sirvió al nuevo dictador de Irak designado por la CIA Iyad Allawi. En su llamamiento a reiterar la invasión del país que su antiguo maestro ayudó a destruir, no hizo referencia alguna a las muertes de al menos 700.000 personas, la huida de cuatro millones de refugiados y una revuelta sectaria en un país que antes se jactaba de su tolerancia comunitaria.
«Blair personifica la corrupción y la guerra», escribió el columnista radical del Guardian Seumas Milne en un vehemente artículo del 3 de julio. Esto, en la profesión, se conoce como «equilibrio». Al día siguiente, el periódico publicó el anuncio de un bombardero furtivo estadounidense a página completa. Sobre la amenazante imagen del bombardero se leían las palabras: «F-35. El GRAN de Bretaña». Esta otra personificación de «la corrupción y la guerra» costará a los contribuyentes británicos 1.300 millones de libras, con el lastre adicional de que los predecesores de este modelo F han masacrado a miles de personas en el tercer mundo.
En un pueblecito de Afganistán, habitado por los más pobres de los pobres, grabé a Orifa, arrodillada frente a las tumbas de su marido, Gul Ahmed, un tejedor de alfombras, otros siete miembros de su familia, entre ellos seis niños, y dos niños que fueron asesinados en la casa vecina. Una bomba de «precisión» de 500 libras cayó directamente sobre su casita de barro, piedra y paja, dejando un cráter de 15 metros de ancho. Lockheed Martin, el fabricante del avión, obtuvo un puesto de honor en el anuncio del Guardian.
La anterior secretaria de estado y aspirante a presidente de los EEUU, Hilary Clinton, apareció hace poco en el programa Women´s Hour de la BBC. La presentadora, Jenni Murray, introdujo a Clinton como el paradigma del éxito femenino. No recordó a sus oyentes la obscenidad proferida por Clinton de que Afganistán fue invadida para «liberar» a mujeres como Orifa. No preguntó a Clinton sobre la campaña de terror de su administración en la que se emplearon aviones no tripulados para masacrar a mujeres, hombres y niños. No se mencionó la amenaza de Clinton de «eliminar» a Irán en su campaña por ser la primera mujer presidente, ni tampoco su apoyo a la vigilancia masiva ilegal o a la búsqueda de delatores.
Sí le hizo, sin embargo, una pregunta comprometedora. ¿Había perdonado Clinton a Monica Lewinski por la aventura con su marido? «El perdón es una elección», dijo Clinton, «para mí fue, absolutamente, la elección adecuada». Esto me recordó a los años 90 y la perpetua obsesión por el «escándalo» Lewinsky. El presindente Bill Clinton se encontraba entonces invadiendo Haití y bombardeando los Balcanes, África e Irak. También se dedicaba a destruir vidas de niños iraquíes; Unicef informó de la muerte de medio millón de menores de cinco años, como resultado del embargo impuesto por EEUU y Gran Bretaña.
Los niños eran los nadies mediáticos, de la misma manera que las víctimas de las invasiones que apoyó y promovió Hilary Clinton – Afganistán, Irak, Yemen, Somalía – son nadies mediáticos. Murray no los mencionó. La página web de la BBC muestra una fotografía de ella junto a su distinguida invitada, en la que ambas aparecen radiantes.
En política, como en periodismo y en arte, parece que la discrepancia que antes el «público» toleraba se ha revertido y convertido en disidencia: una clandestinidad metafórica. Cuando comencé mi carrera en Fleet Street de la Gran Bretaña de los años 60, la crítica del poder occidental como fuerza rapaz era aceptable. Se podían leer los celebrados informes de James Cameron sobre la explosión de la bomba de hidrógeno en Bikini Atoll, la atroz guerra de Korea y los bombardeos estadounidenses de Vietnam del Norte. El gran espejismo de hoy es el de pertenecer a una era de la información cuando, en realidad, vivimos en una era mediática en la que la incesante propaganda corporativa resulta insidiosa, contagiosa, eficaz y liberal.
En su ensayo de 1859 Sobre la Libertad, al cual los liberales modernos rinden homenaje, John Stuart Mill escribió: «El despotismo es una forma legítima de gobierno cuando se lidia con bárbaros, siempre que su fin sea una mejora de las condiciones y los medios se justifiquen haciendo efectivo tal fin». «Bárbaros» eran amplios sectores de la humanidad de quienes se requería una «obediencia implícita». «Es un mito afable y conveniente que los liberales se consideren pacificadores y los conservadores belicistas», escribió el historiador Hywel Williams en el 2001, «pero el imperialismo de la mecánica liberal puede resultar más peligroso dada su naturaleza no concluyente, su convicción de que representa una forma de vida superior». Él tenía en mente un discurso de Blair en el que el entonces primer ministro prometió «reordenar el mundo que nos rodea» según sus propios «valores morales».
Richard Falk, respetada autoridad en derecho internacional y Relator Especial de la ONU en Palestina, lo describió una vez como una «pantalla moral/legal unidireccional y santurrona [con] imágenes positivas de los valores e inocencia occidentales presentados como gravemente amenazados, justificando así una campaña de violencia política sin restricción». Está «tan ampliamente asumida que se ha vuelto virtualmente inamovible».
La tenacidad y el clientelismo premian a los guardianes. En la Radio 4 de la BBC, Razia Iqbal entrevistó a Toni Morrison, la premio Nobel Afro-Americana. Morrison se preguntaba por qué tantas personas estaban tan «enfadadas» con Barack Obama, pues era «guay» y deseaba construir «una economía y un sistema sanitario sólidos». Morrison se enorgullecía de haber hablado por teléfono con su héroe, el cual había leído uno de sus libros, y la había invitado a su inauguración.
oabam nazi
 
Ni ella ni su entrevistador mencionaron las siete guerras perpetradas por Obama, incluyendo su campaña de terror con aviones no tripulados, por la cual familias enteras, sus rescatadores y deudos fueron asesinados. Lo que parecía importar de verdad era que un hombre de color con un «discurso muy refinado» había conseguido alcanzar las imponentes alturas del poder. En Los condenados de la Tierra, Frantz Fanon escribió que la «misión histórica» de los colonizados era servir como «línea de transmisión» de los que gobernaban y oprimían. En la era moderna, el uso de la diferencia étnica en los sistemas de poder y propaganda occidentales se contempla como un elemento esencial. Obama parece ser la encarnación de este elemento, aunque el gabinete de George W. Bush – su camarilla belicista – fue el más multiracial en la historia de la presidencia.
Cuando la ciudad iraquí de Mosul cayó bajo el mando de los yihadistas de ISIS, Obama dijo que «el pueblo americano ha hecho grandes inversiones y sacrificios para conceder a los iraquíes la oportunidad de trazar un destino mejor». ¿No es «guay» esa mentira? Qué discurso tan «refinado» dio Obama en la academia militar de West Point del 28 de mayo. En su exposición del «estado del mundo» en la ceremonia de graduación de los que «asumirán el liderazgo de América» a lo largo y ancho del mundo, Obama dijo que «los Estados Unidos emplearán la fuerza militar, de forma unilateral si es necesario, cuando nuestros principales intereses así lo exijan. La opinión internacional nos importa, pero América nunca pedirá permiso…»
Repudiando el derecho internacional y los derechos de las naciones independientes, el presidente de los Estados Unidos reivindica una divinidad basada en el poder de su «indispensable nación». Es el consabido mensaje de la impunidad imperial, que pese a todo resulta siempre animoso. Evocando el resurgimiento del fascismo en 1930, Obama dijo: «Creo en la excepcionalidad americana con cada fibra de mi ser». El historiador Norman Pollack escribió: «Para los militaristas, substitúyase la aparentemente más inocua militarización de la cultura total. Para el grandilocuente líder, tendremos al reformista frustrado, trabajando despreocupadamente, planeando y llevando a cabo asesinatos y sonriendo todo el tiempo».
En febrero, los EEUU organizaron uno de sus golpes de estado «coloristas» contra el gobierno legítimo de Ucrania, explotando las protestas genuinas contra la corrupción en Kiev. La secretaria de estado de Obama Victoria Nuland escogió personalmente al líder del «gobierno interino». Lo apodó «Yats».
El vicepresidente Joe Biden viajó a Kiev, igual que hizo el director de la CIA John Brennan. Las tropas de choque de su golpe de estado fueron fascistas ucranianos.
Por primera vez desde 1945, un partido neo-nazi, abiertamente antisemita, controla las áreas clave de poder en una capital europea. Ningún líder de la europa occidental ha condenado este resurgimiento del fascismo en la tierra fronteriza a través de la cual las tropas de invasión hitlerianas asesinaron a millones de rusos. Obtuvieron el apoyo del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), responsable de la masacre de judíos y rusos, que ellos llamaban «alimañas». El UPA es la inspiración histórica del actual partido Svoboda y su aliado el Pravy Sektor. El líder de Svoboda Oleh Tyahnybok ha hecho un llamamiento para purgar Ucrania de la «mafia moscovita-judía» y demás «escoria», como gays, feministas y grupos de izquierdas.
Desde el colapso de la Unión Soviética, los Estados Unidos han sitiado a Rusia con bases militares, aviones de guerra nucleares y misiles, como parte de su Proyecto de Ampliación de la OTAN. Imcumpliendo la promesa hecha al presidente soviético Mikhail Gorbachev en 1990 de que no se extendería «un solo centímetro hacia el este», la OTAN, de hecho, ha ocupado la europa oriental. En el antiguo Cáucaso soviético, la expansión de la OTAN representa la mayor construcción militar desde la Segunda Guerra Mundial.
El Plan de Acción de Membresía de la Otan es la concesión de Washington al régimen golpista de Kiev. En Agosto, la «Operación Tridente Rápido» situará a las tropas estadounidenses y británicas en la frontera Rusia-Ucrania y el ejercicio militar «Sea Breze» enviará buques de guerra estadounidenses a vista de los puertos rusos. Uno puede imaginarse la reacción si estos actos de provocación o intimidación se llevaran a cabo en las fronteras estadounidenses.
Al reclamar Crimea – que Nikita Kruschev separó ilegalmente de Rusia en 1954 – los rusos no hacen más que defenderse, como han estado haciendo desde hace casi un siglo. Más del 90 por ciento de la población de Crimea votó a favor de devolver el territorio a Rusia. Crimea es el hogar de la Flota del Mar Negro y su pérdida podría significar el final para la Marina Rusa y un premio para la OTAN. Habiendo confundido las partes de guerra en Washington y Kiev, Vladimir Putin retiró las tropas de la frontera Ucraniana y urgió a las etnias rusas del este de Ucrania a abandonar las ideas de separatismo.
De una forma muy orwelliana, a todo esto se le ha dado la vuelta en occidente convirtiéndolo en «amenaza rusa». Hillary Clinton comparó a Putin con Hitler.
Sin ninguna ironía, los comentaristas políticos de la derecha alemana profirieron las mismas palabras. En los medios, se limpia la imagen de los neo-nazis ucranianos llamándolos «nacionalistas» o «ultra nacionalistas». Lo que temen es que Putin esté buscando una solución diplomática y que pueda encontrarla. El 27 de junio, en respuesta al último acuerdo de Putin – su petición al Parlamento Ruso de rescindir la legislación que le otorgaba el poder de intervenir en nombre de la etnia rusa de Ucrania – , el Secretario de Estado John Kerry lanzó otro de sus ultimatums. Rusia debe «actuar en las próximas horas, literalmente» para acabar con la revuelta en Ucrania del este. A pesar de que a Kerry se lo conoce como un bufón, el grave objetivo de tales «advertencias» era propiciar que Rusia obtuviera el estatus de paria y reprimir las noticias de la guerra del régimen de Kiev contra su propio pueblo.
Un tercio de la población de Ucrania es de habla rusa y bilingüe. Hace tiempo que el pueblo persigue una federación democrática que refleje la diversidad étnica de Ucrania y sea tanto autónoma como independiente de Moscú. La mayoría no es «separatista» ni «rebelde», sino ciudadanos que desean vivir seguros en su patria. El separatismo no es más que una reacción a los ataques que sufren por parte de la junta de Kiev, que ha enviado al exilio en Rusia a unos 110.000 (según datos de la ONU). En general, se trata de mujeres y niños traumatizados.
Como los niños del embargo a Irak y las mujeres y niñas «liberadas» de Afganistán, este pueblo étnico de Ucrania, aterrorizado por los caudillos de la CIA, son los nadies mediáticos de occidente; su sufrimiento y las atrocidades que han sufrido han sido minimizadas hasta casi desaparecer. Tampoco se ha informado en los medios de comunicación oficiales de occidente de la escala de los ataques del régimen. Esto no carece de precedentes. Volví a leer la magistral The First Casualty: the war correspondent as hero, propagandist and mythmaker, de Phillip Knightle, con admiración renovada por Morgan Philips Price del Manchester Guardian, el único reportero occidental que permaneció en Rusia durante la revolución de 1917 e informó de la desastrosa invasión de los aliados occidentales. Justo y valeroso, Philips Price agitó él solo lo que Knightley denomina el «oscuro silencio» anti-ruso de occidente.
El 2 de mayo, en Odessa, 41 personas de etnia rusa fueron quemadas vivas en la sede de un sindicato ante la mirada impasible de la policía. Existe un video terrible que lo prueba.
Ucrania incendio
El líder de Pravy Sektor Dmytro Yarosh saludó la masacre como «otro día brillante de nuestra historia nacional». En los medios de comunicación británicos y estadounidenses se transmitió la noticia como una «tragedia turbia» resultante de los «enfrentamientos» entre «nacionalistas» (neo-nazis) y «separatistas» (el pueblo que recogía firmas para convocar un referendum por una Ucrania federal). El New York Times la entrerró, desechando como propaganda rusa sus advertencias sobre las políticas fascistas y antisemitas de los nuevos clientes de Washington. El Wall Street Journal condenó a las víctimas – «Fuego Mortal Ucraniano Probablemente Detonado por los Rebeldes, Según el Gobierno». Obama felicitó a la junta por su «refrenamiento».
El 28 de junio, el Guardian dedicó casi una página entera a las declaraciones del «presidente» del régimen de Kiev, el oligarca Petro Poroshenko. De nuevo se aplicó la ley de inversión de Orwell. No hubo golpe de estado; no hubo guerra contra la minoría de Ucrania; los rusos tenían la culpa de todo. «Quiero modernizar mi país», dijo Poroshenko. «Queremos introducir la paz, la democracia y los valores Europeos. Hay personas a quienes no les gusta. Hay personas a quienes no gustamos».
El reportero del Guardian Luke Harding obviamente no puso en duda tales aseveraciones, ni mencionó la atrocidad cometida en Odesa, los ataques aéreos y de artillería del régimen en las áreas residenciales, el rapto y asesinato de periodistas, el bombardeo de la redacción de un periódico de la oposición y su amenaza de «liberar Ucrania de escoria y parásitos». El enemigo son «rebeldes», «militantes», «insurgentes», «terroristas» y secuaces del Kremlin. Si congregamos a los fantasmas de la historia de Vietnam, Chile, Timor del Este, África Austral o Irak, podremos identificar las mismas etiquetas. Palestina es el imán de este inamovible engaño. El 11 de julio, tras la última matanza en Gaza – 80 personas, entre ellas seis niños de la misma familia – perpetrada por el ejército de Israel equipado con armamento estadounidense, un general israelí escribió un artículo en el Guardian bajo el titular «Una muestra de fuerza necesaria».
En los años 70, conocí a Leni Riefenstahl, a quien pregunté sobre las películas que había rodado para glorificar a los nazis. Utilizando una cámara y unas técnicas de iluminación revolucionarias, produjo un documental en un formato que fascinó a los alemanes: era el Triunfo de la Voluntad, donde al parecer vehiculaba las maldiciones de Hitler. Le pregunté sobre la propaganda en sociedades que se imaginaban superiores al resto. Ella respondió que los «mensajes» de sus películas no estaban subordinados a las «órdenes de arriba» sino al «vacío sumiso» de la población alemana. «¿Incluye eso a la burguesía liberal e instruida?» Le pregunté. «A todo el mundo», contestó, «y, por descontado, a la intelligentsia».
John Pilger, nacido en 1939 en Australia, es uno de los más prestigiosos documentalistas y corresponsales de guerra del mundo anglosajón. Particularmente renombrados son sus trabajos sobre Vietnam, Birmania y Timor, además de los realizados sobre Camboya, como Year Zero: The Silent Death of Cambodia y Cambodia: The Betrayal.
Fuente: http://johnpilger.com/articles/the-return-of-george-orwell-and-big-brothers-war-on-palestine-ukraine-and-truth
Traducción para www.sinpermiso.info: Vicente Abella
Visto en  : Sott.net

Descubren una manera de convertir un ‘smartphone’ en un ‘espía’

Descubren una manera de convertir un ‘smartphone’ en un ‘espía’



Científicos de la Universidad de Stanford, EE.UU., y el Centro Nacional de Investigación y Modelación Rafael, en Israel, han desarrollado una forma de convertir casi cualquier ‘smartphone’ en un dispositivo de escuchas.
El equipo estadounidense-israelí propuso utilizar en lugar de un micrófono un giróscopo integrado, del que disponen la mayoría de los teléfonos inteligentes, como un detector de vibraciones de sonido. Según los investigadores, la sensibilidad del giróscopo, que sirve para determinar la posición del dispositivo en el espacio, es suficiente para fijar las vibraciones del sonido, informa Wired.
Para probar su teoría, los científicos crearon una aplicación especial para Android que saca la información sobre las microvibraciones del giróscopo y las graba en un archivo. Después los datos se procesan en un ordenador utilizando una aplicación diseñada para el reconocimiento de voz.
Los autores del estudio subrayan que la tecnología permite detectar el sexo de la persona, cuya voz ha sido grabada con el giróscopo, con una precisión de hasta el 84%, así como detectar hasta el 65% del texto que ha hablado. Al mismo tiempo, aun no se puede hablar sobre un reconocimiento completo del habla: de momento se pueden aislar solo frases sueltas.
El acceso a la lectura de los datos desde el giróscopo está abierto casi para todas las aplicaciones, advierten los desarrolladores de la tecnología. Además, el acceso no tiene restricciones, ni siquiera se necesita un permiso del usuario.
RT

EE.UU diseña un cañón láser capaz de derribar aviones y drones a baja altura

EE.UU diseña un cañón láser capaz de derribar aviones y drones a baja altura



El contratista de defensa estadounidense Raytheon anunció esta semana que ha empezado a probar un cañón láser capaz de derribar aviones que vuelan a baja altura.

 

Raytheon, uno de los mayores contratistas de defensa de Estados Unidos, anunció este miércoles que el Cuerpo de Marines han empezado las pruebas del nuevo cañón de láser capaz de derribar aviones o drones a baja altitud.
La compañía Raytheon firmó un contrato de 11 millones de dólares en el marco del programa científico llevado a cabo a instancias de la Marina de guerra. El programa incluye pruebas de un cañón láser de alcance corto con capacidad mínima de 25 kW que podrá ser montado sobre un vehículo multifuncional Humvee, informa el sitio de Raytheon.
El nuevo cañón láser, informa el portal ‘Business Insider’, debe corresponder a las exigencias del Cuerpo de Marines en cuanto a tamaño, peso y capacidad. La nueva arma, conocida como defensa antiaérea terrestre o GBAD (por sus siglas en inglés), podrá derribar helicópteros, aviones o drones que vuelen a baja altura.
“La muestra del láser de alta energía montado sobre un Humvee evidencia que Raytheon está preparando el terreno para los sistemas de energía dirigida que podrán utilizarse en un futuro cercano”, sostiene vicepresidente de Raytheon, Bill Hart, en su declaración.
“Esperamos que en el futuro los misiles no puedan ser más ágiles que un rayo de láser preciso de alta energía que viaja a la velocidad de la luz”, dijo almiral Matthew Klunder en una declaración publicada en el sitio web de la Marina de Estados Unidos.
Este video muestra cómo funcionan las tecnologías láser actualmente utilizadas por la Marina estadounidense, Sus principios son los mismos que los Cuerpos de Marines esperan poder aplicar para sus objetivos de defensa:

La compañía Raytheon es uno de los líderes mundiales en el ámbito de las tecnologías de defensa y seguridad, con un volumen de ventas en 2013 de 24 billones de dólares. La empresa con la sede en Waltham, estado de Massachusets, se ocupa del diseño de sistemas electrónicos, tecnologías de control, mando e inteligencia.


RT

EEUU pretende justificar su intervención militar en Irak

EEUU pretende justificar su intervención militar en Irak


 Publicado domingo, agosto 17, 2014

 EEUU pretende justificar su intervención militar en Irak

 EEUU pretende justificar su intervención militar en Irak El hecho de que el Gobierno de Washington presenta al grupo baasista-takfirí Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL o Daesh, en árabe) como una amenaza para los intereses de EE.UU., no es más que una “estratagema engañosa” que busca justificar una intervención militar en Irak. Así sostuvo el activista por la paz y analista de asuntos internacionales Rick Rozoff en una entrevista concedida el sábado a la cadena iraní en lengua inglesa, PressTV. Según el también fundador de la organización Stop NATO (OTAN), lo que sucede en el norte de Irak tan trágico y violento, de ninguna manera, representa una amenaza directa e incluso indirecta para EE.UU. A su juicio, se trata de un juego de la Casa Blanca que intenta ganarse la confianza de la nación estadounidense para que se alinee junto a sus políticas bélicas. La semana pasada, los funcionarios estadounidenses advirtieron que la creciente amenaza del EIIL en Irak hace necesario la toma de medidas urgentes en el territorio del país árabe. En paralelo a estas advertencias, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizó ataques aéreos contra el EIIL en Irak; según analistas, el objetivo principal de estas incursiones es proteger los intereses de la Casa Blanca y el personal norteamericano desplegado en ese país medio oriental. Desde el pasado 10 de junio, el territorio iraquí es escenario de actos terroristas y desestabilizadores, protagonizados por miembros del EIIL, los cuales han acabado con la vida de unas 2000 personas, en su mayoría civiles, además de obligar a miles a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras regiones. El EIIL, que dispone de miles de millones de dólares y casi 15 mil mercenarios, lucha en dos frentes, en Siria e Irak, pues pretende crear un país propio entre estas dos naciones árabes. Hispantv

Los partidarios de la paz con Gaza se manifiestan en Tel Aviv

Los partidarios de la paz con Gaza se manifiestan en Tel Aviv

Publicado domingo, agosto 17, 2014

 

 Los partidarios de la paz con Gaza se manifiestan en Tel Aviv Miles de israelíes salieron este sábado por la noche a las calles de Tel Aviv con el fin de instar al Gobierno de Israel a reanudar las conversaciones de paz con Palestina. Esta manifestación se considera el mayor evento a favor de la paz desde el inicio de la operación terrestre israelí en la Franja de Gaza el 8 de julio, señala el periódico 'Le Monde'. En su organización participaron los partidos opositores de izquierda de orientación pacifista: Meretz, la organización no gubernamental Paz Ahora y Hadash (Frente Democrático para la Paz y la Igualdad), un partido de izquierda radical judío-árabe. Los manifestantes criticaron duramente al Gobierno de Benjamín Netanyahu, acusándolo de romper las negociaciones con el presidente de Palestina, Mahmud Abbás. En su opinión, tal política ha dado como resultado el fortalecimiento de los movimientos radicales en Palestina, especialmente de Hamás. Zehava Gal-On, la líder del Meretz, instó a Netanyahu a dimitir afirmando que "no pudo dar a nuestro país ni seguridad ni paz… arrastrando a Israel en una guerra que habrían podido evitar", reporta el medio francés. En los carteles que sostenían se leía: "Judíos y árabes se niegan a ser enemigos", "Digamos 'sí' a una solución política" y "Hasta que comencemos a negociar, esta guerra no va a terminar nunca". RT