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reporteindigo.comTrump contra el medio ambiente
Mariana Recamier
La agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Administración
Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) de Estados
Unidos anunciaron la semana pasada la suspensión de las normas
ambientales obligatorias que había impuesto la administración del
expresidente Barack Obama a la industria automotriz.
Ambos reguladores propusieron una iniciativa con nuevas reglas menos estrictas que pueden provocar que aumente la contaminación en Estados Unidos y por lo tanto en el resto del globo.
El también especialista en movilidad urbana sustentable menciona que esta decisión puede ocasionar más partículas en el ambiente y otros contaminantes que son dañinos para la salud.
“Es lamentable que este personaje siga anteponiendo sus intereses económicos sobre una agenda global que ha costado tanto trabajo colocar en las personas que toman decisiones”, opina el director regional del organismo.
Ante esta decisión de las autoridades estadounidenses, Baranda también señala que las organizaciones civiles tienen que pedir que se respeten los acuerdos y las agendas internacionales que buscan defender el medio ambiente.
“Tenemos que exigir que se cumplan los acuerdos y señalar este tipo de políticas que van en contra de lo que ya se había acordado desde el acuerdo de París y otras instancias. Vamos a tratar de revertir estas decisiones”, asegura el director.
En el mismo sentido, Daniel Baker, integrante de la organización ambientalista Safe Climate Campaign, señala que la suspensión de las normas desembocará en más vehículos contaminantes, más costos para los consumidores y daños en la salud de las personas.
En este sentido, son muchos los efectos a corto y a largo plazo que la contaminación atmosférica provocada por los automóviles puede ejercer sobre la salud de las personas, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo internacional también señala que la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares.
La OMS añade que los efectos más graves se producen en las personas que ya están enfermas. Además, los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso limitado a la asistencia médica son más susceptibles a los efectos nocivos de dicho fenómeno, según el organismo.
Las normas de Obama pretendían alcanzar un objetivo de 100 kilómetros por cada 4.32 litros de gasolina en 2025.
Esta iniciativa también suspende a los fabricantes de automóviles de construir más vehículos menos contaminantes y más eficientes en el consumo de combustible, incluidos coches híbridos y eléctricos.
En conjunto, la propuesta es una medida para desarticular lo que algunos ecologistas consideran uno de los esfuerzos más potentes en todo el mundo por combatir el cambio climático.
Sin embargo, para el presidente Donald Trump, quien priorizó la eliminación de las reglamentaciones, las normas vehiculares representan una solución.
“Estamos cumpliendo la promesa del presidente Trump a los estadounidenses de dar una solución sobre el tema del ahorro del combustible y los estándares de emisiones de dióxido de carbono”, afirmó Andrew Wheeler, el titular de EPA.
Wheeler agregó que la propuesta del gobierno estadounidense busca lograr un equilibrio regulatorio basado en la información más reciente e implementar una solución que permita a más estadounidenses comprar un vehículo menos contaminante, seguro, nuevo y más barato
Las dos agencias federales anunciaron que las normas del gobierno de Obama contribuyeron a elevar el precio promedio de los automóviles, lo que lleva a los consumidores a no cambiar de vehículo.
Esto hace que se priven de contar con nuevos automóviles equipados con las últimas tecnologías que los hacen más seguros.
En consecuencia, estiman las autoridades reguladoras, la suspensión de esos estándares permitirá a los estadounidenses ahorrar miles de dólares y reducir el número de muertes en las carreteras.
No obstante, las normas de la era Obama habrían evitado la emisión de 570 millones de toneladas de gases con efecto invernadero para 2030, el equivalente a la eliminación de las emisiones en un año de 140 plantas de carbón, según datos de EPA.
“California luchará contra esta (decisión) estúpida con todos los medios a su disposición”, publicó en Twitter Jerry Brown, el gobernador de California.
Esta decisión intensificará la batalla legal del gobierno federal con California y con una docena de otros estados que han adoptado las normas de emisión californianas y representan alrededor de un tercio del mercado automotriz de los Estados Unidos.
No es gratuito el esfuerzo del gobierno de California para reducir la contaminación. Este estado presenta el mayor número de ciudades con altos niveles de polución del aire en el país norteamericano, según reveló la Asociación Pulmonar de Estados Unidos a través de un informe ambiental.
Más de la mitad del ranking de urbes más irrespirables tanto por partículas contaminantes como por niveles de ozono están en California.
La publicación de la propuesta del gobierno de Trump da inicio a un periodo de 60 días de comentarios públicos sobre el tema. Las nuevas normas, que deben aún ajustarse y modificarse, entrarán en vigor a finales del presente año.
No es la primera vez que Trump toma una decisión que impacta al medio ambiente. En junio de 2017, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París contra el cambio climático.
Ambos reguladores propusieron una iniciativa con nuevas reglas menos estrictas que pueden provocar que aumente la contaminación en Estados Unidos y por lo tanto en el resto del globo.
“Es una muestra más del desprecio de Trump hacia toda la agenda ambiental que está respaldada por muchos países. Esto va a traer consecuencias de más emisiones y más gases de efecto invernadero”Baranda agrega que la suspensión de las normas implementadas por Obama provocará problemas internacionales porque Estados Unidos es un consumidor importante de combustibles fósiles.
- Bernardo Baranda
Director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo
El también especialista en movilidad urbana sustentable menciona que esta decisión puede ocasionar más partículas en el ambiente y otros contaminantes que son dañinos para la salud.
“Es lamentable que este personaje siga anteponiendo sus intereses económicos sobre una agenda global que ha costado tanto trabajo colocar en las personas que toman decisiones”, opina el director regional del organismo.
Ante esta decisión de las autoridades estadounidenses, Baranda también señala que las organizaciones civiles tienen que pedir que se respeten los acuerdos y las agendas internacionales que buscan defender el medio ambiente.
“Tenemos que exigir que se cumplan los acuerdos y señalar este tipo de políticas que van en contra de lo que ya se había acordado desde el acuerdo de París y otras instancias. Vamos a tratar de revertir estas decisiones”, asegura el director.
En el mismo sentido, Daniel Baker, integrante de la organización ambientalista Safe Climate Campaign, señala que la suspensión de las normas desembocará en más vehículos contaminantes, más costos para los consumidores y daños en la salud de las personas.
En este sentido, son muchos los efectos a corto y a largo plazo que la contaminación atmosférica provocada por los automóviles puede ejercer sobre la salud de las personas, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo internacional también señala que la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares.
La OMS añade que los efectos más graves se producen en las personas que ya están enfermas. Además, los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso limitado a la asistencia médica son más susceptibles a los efectos nocivos de dicho fenómeno, según el organismo.
“Esta propuesta aumentará sustancialmente la contaminación y costará a la familia estadounidense promedio cientos de dólares adicionales al año en gasolina”En el mismo tenor, Rhea Suh, titular del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales considera que el plan de la administración de Trump va en contra de lo que los consumidores quieren y lo que el medio ambiente necesita.
- Fred Krupp
Presidente del Fondo para la Defensa Ambiental
¿Cuáles son los cambios?
El principal cambio que proponen las agencias estadounidenses de Protección Ambiental y de Seguridad Vial es limitar los requisitos de ahorro de combustible a un promedio de 50 kilómetros por galón de gasolina a partir de 2020.Las normas de Obama pretendían alcanzar un objetivo de 100 kilómetros por cada 4.32 litros de gasolina en 2025.
Esta iniciativa también suspende a los fabricantes de automóviles de construir más vehículos menos contaminantes y más eficientes en el consumo de combustible, incluidos coches híbridos y eléctricos.
En conjunto, la propuesta es una medida para desarticular lo que algunos ecologistas consideran uno de los esfuerzos más potentes en todo el mundo por combatir el cambio climático.
Sin embargo, para el presidente Donald Trump, quien priorizó la eliminación de las reglamentaciones, las normas vehiculares representan una solución.
“Estamos cumpliendo la promesa del presidente Trump a los estadounidenses de dar una solución sobre el tema del ahorro del combustible y los estándares de emisiones de dióxido de carbono”, afirmó Andrew Wheeler, el titular de EPA.
Wheeler agregó que la propuesta del gobierno estadounidense busca lograr un equilibrio regulatorio basado en la información más reciente e implementar una solución que permita a más estadounidenses comprar un vehículo menos contaminante, seguro, nuevo y más barato
Las dos agencias federales anunciaron que las normas del gobierno de Obama contribuyeron a elevar el precio promedio de los automóviles, lo que lleva a los consumidores a no cambiar de vehículo.
Esto hace que se priven de contar con nuevos automóviles equipados con las últimas tecnologías que los hacen más seguros.
En consecuencia, estiman las autoridades reguladoras, la suspensión de esos estándares permitirá a los estadounidenses ahorrar miles de dólares y reducir el número de muertes en las carreteras.
No obstante, las normas de la era Obama habrían evitado la emisión de 570 millones de toneladas de gases con efecto invernadero para 2030, el equivalente a la eliminación de las emisiones en un año de 140 plantas de carbón, según datos de EPA.
Conflicto con California y otros estados
Las dos agencias también proponen revocar la autoridad del gobierno de California para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en su territorio. En la actualidad, este estado tiene reglas ambientales más estrictas que el resto de Estados Unidos.“California luchará contra esta (decisión) estúpida con todos los medios a su disposición”, publicó en Twitter Jerry Brown, el gobernador de California.
Esta decisión intensificará la batalla legal del gobierno federal con California y con una docena de otros estados que han adoptado las normas de emisión californianas y representan alrededor de un tercio del mercado automotriz de los Estados Unidos.
No es gratuito el esfuerzo del gobierno de California para reducir la contaminación. Este estado presenta el mayor número de ciudades con altos niveles de polución del aire en el país norteamericano, según reveló la Asociación Pulmonar de Estados Unidos a través de un informe ambiental.
Más de la mitad del ranking de urbes más irrespirables tanto por partículas contaminantes como por niveles de ozono están en California.
La publicación de la propuesta del gobierno de Trump da inicio a un periodo de 60 días de comentarios públicos sobre el tema. Las nuevas normas, que deben aún ajustarse y modificarse, entrarán en vigor a finales del presente año.
No es la primera vez que Trump toma una decisión que impacta al medio ambiente. En junio de 2017, Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París contra el cambio climático.
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