Siguen produciéndose en Polonia las movilizaciones llamadas el 'Maidán polaco'. Sin embargo, parece que las autoridades —del partido Ley y Justicia— tienen más oportunidades de triunfar en el pulso que las fuerzas de la oposición, opinó Vladímir Vereténnikov, autor de un artículo para el diario Vzglyad.
Varsovia está siendo escenario de una dura batalla entre el partido conservador Ley y Justicia y la oposición liberal, representada por la Plataforma Cívica, el partido Moderna y el partido Campesino Polaco, además de otras organizaciones.

Las protestas callejeras comenzaron a mediados de diciembre, después de que las autoridades polacas decidieran restringir la actividad de los periodistas dentro del hemiciclo del Sejm —Parlamento polaco—.

Además, para forzar la aprobación de los presupuestos del año 2017, el presidente del Parlamento convocó una reunión en una sala aparte, sin sistema de votación electrónica, donde los diputados sacaron adelante diversas leyes.

Después de estas maniobras, la oposición salió a las calles de Varsovia bajo los lemas: "¡En defensa de la democracia!", "¡El Sejm es nuestro!" y "¡Medios libres!". Los manifestantes prometieron rodear el Parlamento incluso durante las vacaciones.

El secretario de la Sociedad Cultural y Educativa de Rusia en Polonia, Andréi Romanchuk, enfatizó que la Plataforma Cívica y el partido Moderna habían preparado estas protestas de antemano al crear el Comité para la Protección de la Democracia inmediatamente después de perder las elecciones. En este sentido, el proyecto de ley sobre la limitación del trabajo de los periodistas en las reuniones del Parlamento fue solo un pretexto.

"Los círculos gobernantes ya han dado un paso atrás y han cancelado todas las enmiendas que provocaron esta ola de indignación. Pero la oposición no se ha calmado. Los diputados de los partidos opositores han organizado guardias de 24 horas en la sala de sesiones del Sejm. Y así será hasta el próximo 11 de enero, día de la primera reunión del Parlamento de 2017".

Sin embargo, el experto no califica de 'Maidán' estos movimientos, sino de tensiones dentro de los círculos políticos y mediáticos polacos.

"El 90% de la población de Polonia ve todo esto con indiferencia y espera, de forma pasiva, lo que sucederá después. Ahora hay que ver qué pasará el 11 de enero. Si la oposición no logra organizar una manifestación de entre 15.000 y 20.000 personas en Varsovia para esta fecha, habrán hecho el ridículo", afirmó Romanchuk al diario.

El politólogo Stanislav Stremidlovski también destacó que la limitación del trabajo de los periodistas polacos en el Sejm es solo un pretexto formal para iniciar las movilizaciones, pero lo que realmente las provocó fue la aprobación del presupuesto para 2017 en ausencia de la oposición.

Mientras tanto, las encuestas reflejan el aumento de apoyos del partido Moderna, encabezado por Ryszard Petru. El experto señala que este partido tiene ideas bastante radicales como la autodisolución del Sejm si el partido gobernante no cumple con las exigencias de la oposición y no celebra una segunda votación sobre el presupuesto de 2017.

"El crecimiento en la popularidad del partido gobernante y la oposición radical demuestra que en Polonia sigue produciéndose un proceso de polarización política", opinó Stremidlovski.

Según el analista, en el conflicto actual, "van en cabeza" las fuerzas gobernantes, porque en la coalición de la oposición polaca pueden iniciarse luchas intestinas que la hagan colapsar.

Si evalúan la situación con seriedad, los opositores más clarividentes no apostarán por un rápido derrocamiento del actual Gobierno polaco, sino por un "asedio correcto", sugirió Mijaíl Neyzhmákov, analista principal de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas.

"Considerar que los acontecimientos actuales en Polonia son similares al 'euromaidán' sería demasiado, aunque a menudo se compara ambos movimientos", señaló.

"Sin embargo, los organizadores de las movilizaciones en Polonia recordarán cómo en Ucrania, a finales de diciembre de 2013, las protestas decayeron, y en 2014, la oposición tuvo otro motivo para movilizar a sus partidarios: las llamadas 'leyes del 16 de enero'. Es muy probable que la oposición polaca espere a que las propias autoridades les den pretextos para protestar en el nuevo año", observó el politólogo.


Comentario: Y por supuesto, en Ucrania, la oposición de extrema derecha fue patrocinada por Occidente y terminó derrocando al presidente electo y colocando en el poder a un puñado de neo-nazis anti-rusos.


El autor del artículo añade que el partido Ley y Justicia siempre ha sido percibido en Polonia como euroescéptico, aunque moderado. Teniendo en la Iglesia y en los votantes conservadores y nacionalistas a su electorado más fiel, no están en contra de que el país eslavo sea miembro de la UE, pero intentan limitar la intervención de Bruselas en los asuntos de Polonia, con una clara preferencia por mantener buenas relaciones con Washington.

Entre otras líneas de actuación, el partido Ley y Justicia se opone al asilo de refugiados procedentes de Oriente Próximo, lucha ferozmente contra la corrupción, aprueba la prohibición del aborto y promueve el patriotismo nacional. Sus oponentes, por el contrario, se mueven en unos parámetros políticos propios del liberalismo europeo.

"Teniendo en cuenta esta diferencia, el choque de las distintas fuerzas es totalmente natural. La pregunta es si el enfrentamiento se endurecerá o si tendrán lugar incidentes sangrientos, como en Ucrania. Hasta el momento, este escenario no parece muy probable", concluye el artículo.