El mercado de la papa fresca
Hasta antes de las negociaciones del TPP, la papa fresca de Estados
Unidos era uno de los últimos productos agrícolas que enfrentaban
severas restricciones para su importación, no de tipo arancelario, sino
fitosanitario. Aunque las presiones de Washington para la apertura de la
frontera a este producto datan de 1994, cuando se firmó el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, éstas se recrudecieron desde que el
Partido Acción Nacional asumió la Presidencia, hace más de una década.
Las restricciones a este producto se debían a que “las autoridades
de [la] Sagarpa [Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación] han determinado numerosas plagas cuarentenarias asociadas
al tubérculo de papa, entre las que se incluyen 24 virus, cinco
fitoplasmas, tres bacterias, siete hongos, nueve nematodos y 15 insectos
de riesgo alto, con consecuencias severas”, indica el Balance de costos y beneficios de la importación de papa fresca procedente de Estados Unidos, elaborado en octubre pasado por la consultora GEA.
Fechadas en 2012, informaciones oficiales de la propia Sagarpa –que
encabeza Francisco Mayorga– documentan científicamente que las papas
frescas de origen estadunidense sí están contaminadas. Entre los
peligros fitosanitarios detectados en esos productos se encuentran el
pomovirus (no presente en México) y el potyvirus (que sí hay presencia
en dos localidades mexicanas con plantaciones comerciales, por presunta
contaminación proveniente de semillas canadienses, según la autoridad).
Los documentos elaborados por el Servicio Nacional de Sanidad,
Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) indican que en el primer
caso “se ha reportado que la infección en papa puede ocasionar una
disminución del rendimiento; el efecto más serio se ha reportado en
Europa, y ha sido sobre la calidad del cultivo, particularmente en
variedades que son ampliamente usadas para procesamiento”.
En el segundo caso señala que “es uno de los virus de papa más
dañinos. [Las] pérdidas debidas a la reducción de la calidad y el
rendimiento pueden ser catastróficas, con reducciones del rendimiento
del 10 al 80 por ciento. La infección comúnmente lleva a reducciones
significativas en la rentabilidad del cultivo de papa”.
La contaminación que podrían causar en México las plagas asociadas a
la papa fresca importada de Estados Unidos provocaría pérdidas de hasta
100 mil millones de pesos, calcula la Confederación Nacional de
Productores de Papa (Conpapa), donde se agrupan los principales
agroempresarios afectados por la nueva medida.
Al respecto, el reporte de la consultora GEA, elaborado a petición
de la Conpapa, refiere que “el costo directo (pérdida de producción más
costo de remediación) asociado a la pérdida potencial de otros cultivos
ascendería en el caso de menor impacto relativo a 11.9 mil millones de
pesos, y en el caso catastrófico a 89.8 mil millones”.
Bruno Ferrari, secretario de Economía del gobierno calderonista, es
quien “cambió la entrada de papa fresca por una silla en el Acuerdo [de
Asociación] Transpacífico y está entregando este sector. Ése es el
problema que tenemos”, dice en entrevista con Contralínea el empresario Bosco de la Vega, coordinador de Negociaciones de la Conpapa.
—¿Cuántos productores estarían en riesgo y qué cantidad de tierras?
—De [producción de] papa estamos hablando de 55 mil hectáreas. Somos 8 mil 700 productores en 22 estados del país. Pero, ojo, en el caso de que impacte a toda la cadena [productiva], estamos hablando de daños por 100 mil millones de pesos.
El ingeniero Bosco de la Vega explica que esas plagas también
pueden afectar la producción de tomate, chile, berenjena y tabaco. “Si
entra la papa a todo el país, vienen los problemas asociados. Por eso
Estados Unidos no la acepta [la importación de papa fresca] desde 1938.
Es decir que no acepta el riesgo [fitosanitario], pero sí quiere
mandarlo [aquí]”.
—¿México está en condiciones de revertir esta situación?
—El acuerdo es político, [por tanto] es lógico que sí está en condiciones [de revertirlo]. Todavía no lo publica en el Diario oficial [de la federación]; tenemos los acuerdos, necesitamos que se respeten, nada más. Y si firmaron algo en lo oscuro y lo tienen guardado por 12 años, pues a ver cómo lo solucionan.
Al referirse a los acuerdos que se deben cumplir, De la Vega
muestra la copia de una minuta, en papel membretado de la Secretaría de
Economía, identificada como “Reunión con la Confederación Nacional de
Productores de papa”, con fecha del 1 de marzo de 2012. En ella se
apunta que a la reunión habrían asistido por esa Secretaría, Bruno
Ferrari, Lorenza Martínez Trigueros, y Oliver Flores Parra Bravo;
mientras que por el Senasica, su titular, Javier Trujillo Arriaga.
Durante la reunión, y a nombre del gobierno federal, los servidores
públicos se habrían comprometido ante los agroempresarios mexicanos a
no negociar la fitosanidad, a no a ceder a presiones políticas ni a
intercambio de sectores; también, a comunicar a la Conpapa cualquier
solicitud de los representantes del condado de Colorado al presidente
Calderón para abrir la frontera a dicho tubérculo.
Acerca de lo que los funcionarios habrían firmado al margen de la
sociedad, Bosco de la Vega indica que se trata de una carta de intención
respecto de la importación al territorio mexicano de papa fresca
estadunidense, firmada por la Sagarpa y la Secretaría de Economía, así
como por el Departamento de Agricultura y la Oficina del Representante
Comercial de Estados Unidos, misma que la dependencia a cargo de Ferrari
ha reservado por 12 años para no “dañar la relación bilateral”.
—¿Qué resguardan en ese documento?
—Tenemos la certeza de que ahí dice que la condición para negociar el TPP era negociar la papa. Eso es lo que dice.
Empresarios y políticos estadunidenses también han coincidido en
que el tema de la papa fresca es de carácter político. El informe Idaho, agriculture trade issues report 2012,
detalla que a inicios de este año la industria de ese país confiaba en
la pronta exportación de sus productos, conseguida gracias a las
gestiones políticas de sus autoridades.
Descubre, además, las negociaciones en las que habría participado
directamente el secretario Mayorga Castañeda. Éste se reunió en
diciembre de 2011 y en enero de 2012 con su homólogo estadunidense, Tom
Vilsack, para tratar los temas del TPP y de la papa fresca.
A pesar de estas evidencias, el 22 de octubre de 2012 el secretario
Ferrari dijo que “es falso que se haya formalizado un acuerdo con el
gobierno de Estados Unidos que implique un daño a los productores de
papa mexicanos, a la industria o al sector agropecuario nacional, y
mucho menos que comprometa la salud fitosanitaria del país”.
El servidor público “rechazó de manera tajante y categórica la
afirmación de quienes aseguran que se ha negociado el libre acceso de
papa proveniente de Estados Unidos como parte de la incorporación de
México a las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico”,
indica el comunicado conjunto 572/ 12 de la Secretaría de Economía y la
Sagarpa.
Sin embargo, eas declaraciones se dieron en el marco de la
liberación del Proyecto del Acuerdo por el que se Establecen las Medidas
de Mitigación de Riesgo para Importación de Tubérculo de Papa a los
Estados Unidos Mexicanos, el primer paso para la importación masiva de
ese producto.
Al respecto, Bosco de la Vega dice: “Nunca un funcionario de ese nivel nos había tratado así”.
—¿Han pedido reunirse con el presidente o con el secretario de Economía nuevamente?
—El señor [Ferrari] nos acusa de proteccionistas, de que mentimos.
Desde 1991 estamos organizados como Confederación, y hemos tratado a
secretarios panistas, priístas y ninguno había mentido como lo está
haciendo él. Es un caso grave de comportamiento profesional. Entonces,
con alguien que miente, que dice que no existe [el acuerdo de la minuta]
no puedes sentarte [a dialogar].
El Acuerdo de Asociación Transpacífico es un proyecto regional de
libre comercio negociado entre Estados Unidos, Australia, Brunei,
Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam,
refiere el análisis The Trans-Pacific Partnership negotiations and issues for Congress, elaborado por el servicio de investigación del Congreso estadunidense.
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