martes, 28 de agosto de 2018

El sistema financiero se prepara para "cambios tectónicos"


elespiadigital.com

El sistema financiero se prepara para "cambios tectónicos"



¿Por qué Rusia está sustituyendo los dólares por oro? Los expertos lo explican en detalle.
Rusia continúa adquiriendo oro para enfrentarse a las sanciones occidentales: este mes ha adquirido 26,1 toneladas de oro. Ello hace que sus reservas totales alcancen las 2.170 toneladas y un el valor total de 77.400 millones de dólares, comunica Bloomberg, citando IFM.
Por su parte, el Banco Central de Rusia informa de que ha decidido ralentizar la compra de moneda extranjera en el mercado con "el fin de mejorar la previsibilidad de las autoridades monetarias y la reducción de la volatilidad de los mercados financieros".
Rusia ya redujo sus depósitos de billetes, pagarés y bonos de EE.UU. en abril y mayo de este año en casi un 80 %, reemplazándolos con oro. Ello dio pábulo a las especulaciones de que el país estaba vendiendo activos occidentales para protegerse del creciente riesgo de una amplificación de las sanciones.
El oro es "una garantía ante el 100 % de los riesgos legales y políticos", declaró el primer vicepresidente del Banco Central de Rusia, Dmitry Tulin, cuyas declaraciones recoge el citado medio.
"Es una jugada inteligente de Putin, Rusia está en una guerra financiera, se están librando de dólares de EE.UU. e invirtiendo en oro; esto los aísla de las congelaciones de sus reservas de dólares y de las sanciones", explica James Rickards, autor y editor de Strategic Intelligence en una entrevista con Bloomberg.
"Los estadounidenses están armando el dólar de EE.UU. y es absolutamente correcto que Rusia quiera diversificar sus tenencias de divisas", explica desde Londres John Meyer, socio de SP Angel, una empresa de investigación económica. "El oro es la última inversión líquida si no quieres exposición al dólar", comenta Meyer, en declaraciones que recoge Bloomberg.
"Cambios tectónicos" en un "período de inestabilidad estratégica"
El escritor y empresario ruso Dmitry Lekuj opina en un artículo de RIA que la economía global está entrando en un 'período de inestabilidad estratégica', que podría completamente  modificar la configuración actual del sistema financiero y económico, y, desde a este punto de vista, las reformas de las reservas de Rusia, resultan lógicas.
Lekuj considera que no solo Rusia, sino "el mundo entero, está asustado por lo imprevisible del gobierno actual de EE.UU.". Como ejemplo más reciente, menciona la iniciativa de Alemania de crear una alternativa independiente al SWIFT, el sistema estadounidense de comunicaciones financieras interbancarias, para proteger las compañías europeas de las posibles sanciones de EE.UU. contra Irán.
Además, el escritor destaca que Rusia no está sola en sus intenciones de reformar sus reservas de oro y divisas: varios países, China en particular, también dieron pasos importantes en este sentido.
A juicio de Lekuj, las iniciativas mencionadas, que podrían haber parecido imposibles hace un tiempo, pueden causar "cambios tectónicos" a nivel mundial y afectar las bases de Bretton Woods, el sistema económico y político que garantiza el dominio del dólar desde 1944 hasta el día de hoy.
"Y en general, en su forma actual, el sistema de Bretton Woods, que resultaba inquebrantable hace un tiempo, comienza a parecer bastante frágil", resume el autor ruso.
Así combate Putin la hegemonía del dólar
El Kremlin quiere poner fin a la 'dictadura' de la moneda estadounidense en medio de las tensiones entre Moscú y Washington, afirma Die Welt.
Según una reciente publicación del diario alemán, Moscú aumenta sus reservas de oro para renunciar al dólar y, de esta manera, proteger su economía ante las sanciones antirrusas.
"Putin tiene un plan estratégico. El presidente ruso compra oro porque el dólar se usa como un arma contra Rusia", explicó al medio el consejero político James Rickards.
Sin embargo, Moscú ha estado aumentando sistemáticamente sus reservas de oro desde 2008. En la última década han pasado de las 457 toneladas a las 1.944. Actualmente, Rusia es el quinto país del mundo por sus reservas de este metal precioso.
Según el medio, para hacer realidad su plan de lucha contra el dólar, el líder ruso "está dispuesto a aceptar pérdidas económicas".
De acuerdo con el experto en economía Steve Hanke, de la Universidad Johns Hopkins, citado por el medio alemán, "Rusia se ve obligada a protegerse contra las sanciones financieras que ponen en riesgo su seguridad nacional". El economista subrayó también que "el oro no es emitido por un Estado y, por consiguiente, no representa una amenaza política".
En 1997, el Premio Nobel de Economía Bob Mundell predijo que el oro desempeñaría un papel más importante en el sistema monetario internacional del siglo XXI. Las políticas del presidente estadounidense Donald Trump, que usa el dólar como un arma contra otros países, son capaces de convertir en realidad esta predicción, concluyó el autor del artículo, Holger Zschäpitz.
Asia desbanca a EEUU como proveedor de Rusia de componentes electrónicos
MOSCÚ (Sputnik) — Los países del Sudeste asiático desplazaron a Estados Unidos como proveedor de componentes electrónicos para la industria rusa, aseguró el ministro de Industria y Comercio, Denís Mánturov.
"En lo que se refiere a los componentes de 28 nanómetros y menos, a día de hoy los importamos de las grandes fábricas del Sudeste asiático, que no imponen restricciones como los estadounidenses", dijo el titular a Sputnik.
El 27 de agosto entró en vigor el nuevo paquete estadounidense de limitaciones a Rusia por su supuesta implicación en el caso Skripal.
Las sanciones prohíben a las compañías estadounidenses exportar a Rusia artículos de doble uso civil y militar.
"En cuanto a los componentes electrónicos para uso espacial, las restricciones estadounidenses duran ya décadas", señaló.
El Gobierno de Washington lleva años imponiendo sanciones unilaterales a Rusia con distintos argumentos.
El último paquete de restricciones, anunciado a principios de este mes, fue justificado con el supuesto envenenamiento del exagente del espionaje británico Serguéi Skripal y su hija Yulia con una toxina mortal en la ciudad británica de Salisbury, en marzo pasado.
Los hechos se registraron a pocos kilómetros del laboratorio militar de Porton Down, el más secreto del Reino Unido, en el que se desarrollaron armas químicas durante la guerra fría.
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongará por varios meses, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del suceso.
Rusia rechaza las acusaciones de Reino Unido, que considera infundadas, y sigue reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación.
También insiste en que las autoridades británicas permitan a los diplomáticos rusos visitar a los Skripal, habida cuenta de que los dos mantienen la nacionalidad rusa.
¿Es factible para EEUU asfixiar la economía Rusa?
La política de sanciones de Washington se encamina a causar el máximo daño posible a Moscú. Sin embargo, este camino es resbaloso, opina el colaborador de Bloomberg Leonid Bershidsky al analizar las posibles consecuencias de esta política. Durante la sesión del Senado estadounidense del 21 de agosto, el senador republicano John Kennedy exigió saber qué iba a hacer la Administración Trump si el presidente ordena «poner la economía rusa de rodillas».
Los altos cargos de la Administración Trump responsables de las sanciones respondieron que habría que estudiar más las consecuencias de tal paso, algo que enfadó al senador que no considera que las medidas vigentes sean eficaces, escribe Bershidsky. Para el autor, la frustración del político es comprensible, ya que a pesar de todas las medidas introducidas, Rusia no hace concesiones en ningún aspecto de su política exterior contra el que apunta Washington.
«Es evidente que las medidas estadounidenses son inconvenientes a varios niveles. Lograron disminuir las inversiones extranjeras [en Rusia], forzaron que varios proyectos energéticos se aplazarán. También sufrieron daños los rusos acaudalados y sus empresas«, señala el colaborador de Bloomberg. Pero todo esto no logró que se cumplieran los objetivos de EEUU, que es cambiar el rumbo de la política de Rusia, constata Bershidsky. El Kremlin no está dispuesto a ceder y eso está impulsando a algunos en Washington a contemplar reforzar la presión.
Actualmente hay un proyecto de ley en el Senado norteamericano que propone sancionar las inversiones en los proyectos energéticos —sobre todo, el gasoducto Nord Stream 2—, la deuda soberana y básicamente cualquier cooperación en la industria informática y de ciberseguridad, recuerda el autor.
Otra opción sería repetir el enfoque hacia Irán y tratar de sancionar todos los intercambios con Rusia. Eso afectaría los contactos de la banca rusa con la internacional y dificultaría la venta de su crudo y gas natural. Pero «Rusia es el mayor exportador de gas natural y produce tres veces más petróleo que Irán. Sacarla del mercado causaría una crisis energética global», advierte Bershidsky.
Según el analista, algo parecido para los mercados ocurriría si se trata de sancionar la deuda externa de Rusia que es de unos 486.000 millones de dólares. Entre otros elementos, hay que ver qué pasará con las grandes empresas estadounidenses que operan en Rusia. Según la edición rusa de Forbes, los 50 compañías de EEUU más grandes presentes en Rusia recaudan unos 16.000 millones de dólares anualmente. Hasta la fecha, el Kremlin no ha involucrado a estas empresas en su contienda con la Casa Blanca, pero esto puede cambiar de surgir la necesidad.
«A medida que EEUU esté contemplando una guerra comercial a gran escala, tendrá que responder a dos preguntas estratégicas: qué está dispuesto a pagar para sacar concesiones del Gobierno ruso y cuánto tiempo está dispuesto a esperar por ellas«, subraya el autor.
Desde el punto de vista macroeconómico, Rusia, con sus grandes reservas financieras y una inflación y desempleo bajos, apenas sufriría bajo la presión sin que EEUU causara una crisis financiera o energética global, opina Bershidsky. Sin que Washington vaya a por todo, Rusia podría sobrevivir durante años pagando el precio de un crecimiento relativamente bajo. Y si EEUU aplica el máximo dolor y nada cambia en Moscú, «sería un fracaso doloroso para la superpotencia», concluye.

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