domingo, 20 de diciembre de 2015

30% de los republicanos apoyan bombardear Agrabah, ciudad que no existe; 50% no se decide


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30% de los republicanos apoyan bombardear Agrabah, ciudad que no existe; 50% no se decide

Redacción / Sin Embargo


La compañía Public Policy Polling incluyó la pregunta sobre el país imaginario tras el reciente debate del Partido Republicano, que se centró mayormente en Oriente Medio y en la amenaza que representa el islamismo radical, y la encuesta se llevó a cabo el 16 y 17 de diciembre de este año.

Agrabah. Foto: Especial
Agrabah, la ciudad en la que vive Aladín. Foto: Especial
Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).– Una encuesta hecha a los simpatizantes republicanos en el Congreso de Estados Unidos sobre sí debería o no bombardearse la ciudad de Agrabah, ha puesto al descubierto los prejuicios de los gobernantes estadounidenses.
Sí se preguntan por qué, la respuesta es simple, dicha ciudad ni siquiera existe. Es un lugar creado por Walt Disney para la película de Aladín en 1992.
El sondeo, que se ha hecho público en esta semana, ratifica que Donald Trump es uno de los predilectos para ganar las elecciones a Presidente de Estados Unidos. Y aunque el precandidato ha recibido múltiples críticas por sus polémicos comentarios, lo que queda claro es que al menos el 40 por ciento de la población tiene la firme convicción de que el el asesinato en masa es justificable siempre y cuando se goce de un buen argumento político.
Los resultados sobre si se debe o no bombardear la ciudad fueron los siguientes: 30 por ciento voto a favor del bombardeo, 13 por ciento se opuso y 57 por ciento dijo no estar seguro.
Lo que lleva a la idea de que quizá el problema radique en la procedencia. En este caso, se podría pensar que era inevitable el considerar a los musulmanes como un verdugo después de los ataques en París.
La compañía Public Policy Polling incluyó la pregunta sobre el país imaginario tras el reciente debate del Partido Republicano, que se centró mayormente en Oriente Medio y en la amenaza que representa el islamismo radical, y la encuesta se llevó a cabo el 16 y 17 de diciembre de este año.
Entre las preguntas se mencionaban cuestiones como si se debe prohibir la entrada a EU a los musulmanes, como propuso Trump. Y una vez centrados en la cuestión del terrorismo, la empresa tuvo la idea de ver hasta qué punto se puede extender el apoyo al bombardeo de algo que suene remotamente a Oriente, así lo afirmó Jim Williams, portavoz del PPP, al blog de noticias Mashable.
Las cifras recogidas por el sondeo demuestran el interés belicista de la sociedad norteamericana contra cualquier enclave que suene a Medio Oriente. Y peor aún, demuestra el apoyo que tendría el gobierno de EU en caso de declarar abiertamente la guerra en contra del islamismo.
Terrorismo o no, lo cierto es que las personas responden al miedo. EU es el mejor ejemplo para ello, pues no se puede esperar que un país dónde los niños deben llevar chaleco antibalas para sobrevivir pueda sentirse tranquilo, ni mucho menos seguro.
Trump ha recibido muchas criticas por sus comentarios, no sólo por su deseo de prohibir la entrada de musulmanes en EU, sino por su abierto rechazó a la comunidad latina en el país y por su repudio hacia los refugiados, que, huyendo de una guerra, deben soportar los maltratos de sus acogedores bajo el argumento de supuestos terroristas.
Después de los atentados en Francia, las redes sociales se llenaron de odio hacia la cultura islamista, sin considerar, que no todo musulmán es terrorista, así cómo no todo político es deshonesto.
Centenas de musulmanes, siendo residentes o no de EU, reaccionaron ante la violencia propiciada en Europa, sin embargo, no encontraron cabida en los medios de comunicación.
Ahora toda respuesta viene dirigida en torno a la violencia. Inició con París y de ahí se extendió. Primero llego a Connecticut, donde hubo disparos contra una Mezquita en Meriden; luego llegó a Nebraska, donde alguien lanzó una piedra por la puerta principal de otra mezquita en Omaha. Después se traspasó a Texas, donde una mezquita en Pflugerville fue hallada llena de heces y páginas destrozadas del Corán en el suelo.
El odio no se limita a las iglesias; se extrapola a cualquier persona que parezca musulmana. Como aquel conductor de Uber en Carolina del Norte, Samson Woldemichael, que fue atacado por un pasajero después de que este supusiera que era musulmán, siendo que era cristiano.
Otro ejemplo claro son las cuatro personas que bajaron de un avión con destino a Chicago por parecer musulmanes. Y a pesar de que todos fueron puestas en libertad, primero tuvieron que ser interrogados y examinados por las autoridades para garantizar que no eran una amenaza.
Los casos siguen y siguen, desde un hombre que en Florida dejó mensajes llenos de blasfemias en la Sociedad Islámica de San Petersburgo y en la Sociedad Islámica del condado de Pinellas, hasta las campañas en internet que han proliferado después del 11 de septiembre.
Los ataques contra musulmanes y mezquitas se producen en una época en la que el número de crímenes de odio en Estados Unidos ha bajado en general, pero los crímenes en contra de los musulmanes han subido en un 14 por ciento, según el informe sobre estadísticas de crímenes de odio del FBI, el cual se realiza cada año.
Uno de cada cuatro de los encuestados por el PPP dijo que el Islam debería ser ilegal en los EU y que apoyan la política estadounidense de internamiento japonés durante la Segunda Guerra Mundial, es latente el eminente deseo de exterminación de una cultura milenaria.
De momento no ha habido declaraciones ni comentario alguno sobre la encuesta.

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