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Se filtró una conversación secreta entre Cristina y Maduro: “Me encanta cómo estás manejando la economía, Nicolás”
Por Rodrigo Figueroa Reyes 6 de agosto de 2017
6-8 minutes
El tema de Venezuela se torna inevitable en plena campaña para entender
qué posición tomarán los candidatos ante la crisis más grande que haya
vivido el país caribeño en toda su historia. Cristina sabe que cualquier
gesto, por pequeño que sea, suma. Y como cada voto cuenta, esta
semana se dedicó a fortalecer los lazos con ese 5% de fundamentalistas
del kirchnerismo que ven al eje formado por Cuba y Venezuela como la
Disneylandia del socialismo. Una semana crítica si sumamos que
el secretario general de la OEA, Luis Almagro, calificó a las elecciones
de la Asamblea Nacional Constituyente como "el fraude electoral más
grande de la historia de Latinoamérica", luego de que la empresa
encargada del recuento de votos denunciara que hubo una grosera
manipulación de los datos por parte del regimen de Maduro y retirara a
todos sus empleados del país.
Acontecimientos que dieron pie a una conversación secreta entre ambos
líderes globales, que mantuvieron a través del teléfono rojo con el que
se manejaban Néstor y Hugo. "¿Pero a qué le debo este honor?, mi querida
Cristina Fernández de Kirchner". La ex mandataria no se quedó atrás:
"¿Necesito algún motivo para saludar a un amigo en tiempos difíciles?".
Maduro
es un caballero y le devolvió la gentileza: "Pues no, señora, de hecho
quiero agradecerle que me llame en medio de las PASO donde está en juego
el futuro de la Argentina ante la amenaza de la dictadura macrista".
Fuentes confiables cuentan que la charla mantuvo un tono cordial, que
cruzaron datos sobre los comicios del pasado domingo donde el régimen
chavista asegura haber obtenido 8 millones de votos y la oposición
denuncia que no fueron más de 1.8 millones. "¿A quién puede importarle
esa mínima diferencia? Al imperialismo yanqui y al dictador que tienes
en tu país mi reina. Estoy muy preocupado por ti, Cristina. ¿Hay
suficiente comida en los supermercados?
"¿Cuál
era el botón que tenía que apretar para hacer una conferencia entre
tres?", parece preguntarse Evo Morales, quien se impacienta por
participar de la charla con Maduro y Cristina para tomar medidas en
conjunto por el avance fascista de Macri.
Maduro tocó un tema sensible. Es que Cristina está furiosa con el rumbo
económico del maravilloso país que dejó en manos de este ser sin alma,
quien sólo gobierna para los ricos. "Cómo extraño el cepo cambiario,
Nicolás. No soporto la manía que tiene la clase media de acumular
dólares para gastarlos en Miami. Tenés que verlos a todos en las redes
sociales sacándose fotos en las vacaciones de invierno. ¿A cuánto está
el blue en Venezuela?".
Con evidente orgullo, Maduro le contesta que el dólar oficial ronda los
10 bolívares mientras que el paralelo toca los 16.000, y que la
inflación este año va a estar en el orden del 350%, algo que le hace muy
bien a la economía ya que los billetes queman en las manos. "Pero mirá
vos, están casi iguales a Santa Cruz". A pesar de tener una pésima
relación con su vicepresidente, su figura se hace presente: "Diosdado
está en su salsa, tú conoces a ese malparido. Cuando los medios
opositores nos llaman represores por el uso de ballenas hidrantes para
dispersar las manifestaciones, él les responde que en realidad es el
baño semanal que se merecen esos terroristas".
Ambos ríen a carcajadas, entonces Cristina aprovecha para explicarle
que la situación en Argentina es bien distinta dado que los agitadores
son unos abnegados trabajadores que necesitan taparse la cara y portar
palos ante el avance de un gobierno que va por sus derechos adquiridos. "¿Leíste el comentario de Filmus comparando la represión de Pepsico con lo que pasa en Venezuela?".
Los pocos testigos privilegiados de esta conversación aseguran que fue
el único momento en que Maduro se quebró: "Pues mándale muchos saludos a
Daniel. Lo admiro por su valentía y por esa tenacidad de presentarse
sabiendo que va a salir segundo cómodo. Daniel es un soldado de la
causa, defendiendo el modelo ante la burguesía de la Capital Federal.
Ese muchacho es un ejemplo de derrota digna".
"Me
sobraron 4.000 marines que trajo Obama de Irak que piden a gritos
invadirte. Si no liberas a Leopoldo López te los largo ya", dicen que le
soltó el Presidente de los Estados Unidos en una conversación muy poco
amigable.
Cuando surgió el tema de Donald Trump, hubo un silencio sepulcral. "No
me digas que los rumores son ciertos" le comentó Cristina. Ante una
pregunta directa, una respuesta sincera: "A tí no te puedo mentir mi
amor. Fíjate que el muy descarado me llamó engañado para hablar del
precio del barril de petróleo y apenas le dije 'Jelou Donal' me lanzó
una ráfaga de infamias acerca de que Leopoldo López y Antonio Ledezma
–tu sabes, el alcalde de Caracas- son presos políticos de una dictadura,
cuando lo único que hemos hecho fue sacarlos de sus casas en
plena madrugada en pijama y encerrarlos por esa pésima costumbre que
tienen de opinar del movimiento socialista del siglo XXI sin fundamento
alguno".
Sólo una cosa inquieta a Cristina y está relacionada con el Vaticano.
"Qué raro que no te llamó Francisco, a él que le gusta estar en medio de
todo lo que genere rating". Sabiendo la incidencia que tiene la
Iglesia Católica en un país con millones de fieles, el sucesor de Hugo
Chávez le cuenta que "llegó una carta de la Santa Sede donde dice que
suspenda no se qué pero no debe ser él ya que nunca nos regaña. Lo que espero es que no nos envíe a Gustavo Vera a que nos dé un sermón. Lo prefiero a Trump".
"¿Ve
qué fácil es? Lo suma al Whatsapp y, si no quiere hablar con Maduro, le
puede enviar un mensaje o un audio y él lo recibe al instante", le
explicaron al Papa Francisco, quien prefiere ir a lo seguro: cartas
enviadas por barco, aunque lleguen a destiempo.
Antes de cortar, hablaron sobre un ruidito molesto que se repitió
durante toda la conversación. "Debe ser la CIA" disparó un paranoico
Maduro. "Olvidate, seguro que es Evo que todavía no aprendió a usar el
smartphone que le regalé". Como sea, acordaron que cuando Cristina
vuelva a ser presidente en el 2019 harán una cumbre en la Habana, donde
reunirán a Lula, Evo, Ortega y Raúl Castro para festejar el triunfo de
la Patria Grande. Lo único que podría empañar ese acontecimiento sería
que la justicia empezara a funcionar y terminen presos por delitos que
nunca cometieron. Mientras tanto se permiten soñar. Y sí, en el fondo
son unos idealistas.
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