martes, 18 de febrero de 2020

ULTIMAS NOTICIAS...PLATAFORMA DISTRITO CERO...feb 18 (22)

 



ULTIMAS NOTICIAS...PLATAFORMA DISTRITO CERO...feb 18 (22)

Las ambiciones de Alemania en el Gran Medio Oriente, por Thierry Meyssan


voltairenet.org

Las ambiciones de Alemania en el Gran Medio Oriente, por Thierry Meyssan

Thierry Meyssan,Red Voltaire

JPEG - 37.2 KB
Conforme al plan redactado en 2013 par Volker Perthes, Alemania se prepara para reemplazar a ‎los soldados estadounidenses en el Gran Medio Oriente (o Medio Oriente ampliado). Y resopla ‎impaciente después de haberse visto privada durante 75 años de una plaza internacional a ‎su altura. Se trata, para Alemania, de una cuestión de honor nacional. ‎
Después de haberse visto obligada a soportar el peso de las guerras que perdió el nazismo, ‎Alemania tiene ahora intenciones de utilizar su ejército para imponer la paz en algún lugar. ‎
Primero abrigó la esperanza de entrar victoriosa en Damasco, la capital siria, junto a los bravos ‎‎«demócratas» de Idlib. Pero… al final resultó que eran yihadistas. Después quiso tomar el lugar ‎que los soldados estadounidenses dejaban en el norte de Siria, cuando Donald Trump anunció –‎por segunda vez– que retiraba sus tropas. Pero, cediendo ante las presiones del Pentágono, Trump acabó ‎‎enviando otra vez sus soldados a Siria. ‎
Alemania se abstuvo de intervenir durante la operación militar turca iniciada contra el PKK/YPG en ‎el noreste de Siria –Berlín estimó que era mejor no intervenir allí, para evitar problemas con la ‎importante población inmigrante turca y kurda que reside en suelo alemán. Así que prefirió ‎recurrir al pretexto humanitario para justificar su presencia en Siria y presentó en el Consejo ‎de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución que se estrelló contra los vetos indignados de ‎Rusia y China. ‎
En octubre de 2019, Alemania envió discretamente varios expertos a tantear el terreno con ‎el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sissi y con el emir de Qatar Tamim ben Hamad Al-Thani. Y ‎acabó concentrándose en el tema de Libia, con la organización de una conferencia en Berlín el 19 ‎de enero de 2020. ‎
Y otra vez, los esfuerzos alemanes acabaron teniendo el mismo efecto que un sablazo en el agua. ‎Los dos principales contendientes libios, el presidente Fayez el-Sarraj y el mariscal Khalifa Haftar, ‎ni siquiera aceptaron dirigirse la palabra. Pero la canciller alemana Angela Merkel al menos ‎recibió en esta ocasión el apoyo unánime de su clase dirigentes a su «compromiso en pro de la ‎paz». El comunicado final del encuentro expone la visión imaginaria de un alto al fuego –que ‎nadie quiere– y de un ejército alemán que supuestamente lo garantiza. ‎
El problema es que no resulta fácil entender el Medio Oriente ampliado para un país que durante ‎‎75 años estuvo alejado no sólo de esa región sino de la escena internacional. ‎
Alemania encontrará quizás una nueva oportunidad con su aliado militar de siempre, que es ‎Turquía. Pero no será fácil ya que la Unión Europea ha acumulado un retraso de 2 600 millones ‎de euros en sus pagos a Turquía correspondientes al Pacto sobre las Migraciones, según ha ‎revelado el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu. Las disputas entre Berlín y Ankara ‎han sido constantes desde el intento de golpe de Estado de 2016 contra el presidente turco ‎Recep Tayyip Erdogan y el medio millón de arrestos subsiguientes –entre los arrestados ‎se cuentan 59 alemanes que todavía están detenidos. Y ahora ha surgido una nueva disputa ‎germano-turca, relacionada esta vez con la explotación de yacimientos de gas en el ‎Mediterráneo. ‎
A pesar de todo, son numerosos los vínculos históricos entre Alemania y Turquía. Por ejemplo, ‎antes de convertirse en jefe del campo de exterminio de Auschwitz, el futuro criminal de guerra ‎nazi Rudolf Hoss participó en el genocidio perpetrado por los Jóvenes Turcos contra los ‎no musulmanes –acabó condenado a muerte por el Tribunal de Nuremberg. También tienen ‎vínculos humanos ya que la mayor comunidad turca fuera de Turquía es la que reside ‎en Alemania desde la guerra fría. La República Federal de Alemania recibió en su suelo a líderes ‎de la Hermandad Musulmana después del intento de golpe de Estado de la ciudad siria de Hama, ‎en 1982, e incluso les dedicó una oficina especial en el ministerio federal de Relaciones Exteriores ‎al principio de la guerra contra Siria. ‎
Así que ahora la canciller alemana Angela Merkel viajó a Estambul para asistir a la inauguración de ‎un nuevo campus en la universidad germano-turca. Y aprovechó la ocasión para expresar ‎nuevamente la voluntad de Alemania de «ayudar» a la región. Propuso, por ejemplo, construir ‎‎10 000 alojamientos para las personas que lleguen de Idlib. Pero, ¿hablaba de civiles o de ‎yihadistas? ‎
Fuente
Al-Watan (Siria)

Grecia entrega sus bases militares a ‎Estados Unidos, por Manlio Dinucci


voltairenet.org

Grecia entrega sus bases militares a ‎Estados Unidos, por Manlio Dinucci

Manlio Dinucci,Red Voltaire

JPEG - 38.6 KB
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y el ministro de Defensa griego, ‎Nikolaos Panayotopoulos, firmaron en Atenas, el 5 de octubre de 2019, “Acuerdo de ‎Cooperación de Defensa Mutua” (Mutual Defense Cooperation Agreement).‎
El parlamento de Grecia ratifició un «Acuerdo de Cooperación de Defensa Mutua» que concede a ‎Estados Unidos el uso de todas las bases militares griegas. Esas bases servirán a las fuerzas ‎armadas estadounidenses no sólo para almacenar armamento y como centros de ‎aprovisionamiento y de entrenamiento sino también para la realización de operaciones de ‎‎«respuesta rápida», o sea como trampolín para misiones de ataque. ‎
Particular importancia revisten la base de Larissa, donde la US Air Force ya mantiene drones ‎MQ-9 Reaper, y la de Stefanovikio, donde el ejército de Estados Unidos ya tiene desplegados ‎helicópteros Apache y Black Hawk.‎
El ministro de Defensa griego, Nikolaos Panayotopoulos, ha definido el acuerdo como «ventajoso ‎para nuestros intereses nacionales porque incrementa la importancia de Grecia en la planificación ‎estadounidense». ‎
Esa importancia, Grecia la tenía ya desde hace tiempo. Basta con recordar el sangriento “golpe de ‎los coroneles”, organizado en 1967 en el marco de la operación stay-behind de la CIA [1], y el subsiguiente periodo de masacres terroristas iniciado con el sangriento atentado de la ‎Piazza Fontana, en 1969 [2].‎
Aquel mismo año se instaló en Grecia, en la base de Souda Bay, en la isla de Creta, un ‎destacamento naval de la US Navy (la marina de guerra de Estados Unidos), proveniente de la ‎base de Sigonella, en Sicilia (Italia) y bajo las órdenes del Mando estadounidense con sede en ‎Nápoles, también en Italia. La base naval de Souda Bay es hoy una de las más importantes para ‎Estados Unidos y la OTAN en el Mediterráneo y ha sido utilizada en las guerras de ‎Estados Unidos en el Medio Oriente y el norte de África. ‎
Ahora, el Pentágono invertirá en Souda Bay 6 millones de euros, además de los 12 millones que ‎invertirá en la base de Larissa, según anuncia el ministro griego de Defensa, presentando todo ‎esto como un gran negocio para Grecia. ‎
Sin embargo, el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis anuncia que su gobierno ya firmó con ‎el Pentágono un acuerdo para modernizar los aviones de combate F-16 de Grecia, lo cual ‎costará al país 1 500 millones de dólares. También hizo saber que Grecia se plantea la compra a ‎Estados Unidos de drones y de aviones de combate F-35. ‎
Grecia es, después de Bulgaria, el miembro de la OTAN que desde hace tiempo consagra al sector ‎militar el más alto porcentaje de su PIB: un 2,3%. ‎
El acuerdo que Grecia acaba de firmar garantiza además a Estados Unidos «el uso ilimitado del ‎puerto de Alejandrópolis» [3]. Ese puerto griego se halla en el Mar Egeo, al borde del estrecho de los ‎Dardanelos. Este último, al conectar el Mediterráneo con el Mar Negro, constituye una vía ‎fundamental de tránsito marítimo, sobre todo para Rusia. Además, la región de Tracia oriental (la ‎pequeña parte de territorio europeo de Turquía) es precisamente el punto de llegada, a través del ‎Mar Negro y desde Rusia, del gasoducto Turk Stream. ‎
La «inversión estratégica» que Washington ya está realizando en la infraestructura portuaria ‎griega tiene como objetivo convertir Alejandrópolis en una de las bases militares más importantes ‎de la región, capaz de bloquear el acceso de los navíos rusos al Mediterráneo y, ‎simultáneamente, de contrarrestar los esfuerzos de China por hacer del puerto del Pireo una ‎importante escala de la Nueva Ruta de la Seda. ‎
‎«Estamos trabajando con otros socios democráticos en la región para rechazar actores maléficos ‎como Rusia y China, sobre todo Rusia, que utiliza la energía como instrumento de su influencia ‎maléfica» [4], declara el embajador ‎de Estados Unidos en Atenas, Geoffrey Pyatt, subrayando a la vez que ‎«Alejandrópolis tiene un ‎papel crucial para la seguridad energética y la estabilidad de Europa». ‎
‏En ese marco se inserta el Acuerdo de Cooperación de Defensa Mutua firmado entre Grecia y ‎Estados Unidos, acuerdo que el parlamento griego ratificó con 175 votos a favor, emitidos por los partidos ‎de centro-derecha que conforman el actual gobierno –Nueva Democracia y otros– por 33 votos ‎en contra –del Partido Comunista y algunos aliados– mientras que otros 80 diputados dijeron ‎‎«presente», como se hace en el Congreso estadounidense, lo cual, equivale, en el parlamento ‎griego a optar por la abstención. ‎
Y fue Syriza, la Coalición de la Izquierda Radical lidereada por Alexis Tsipras, quien optó por la ‎abstención, una formación política que estuvo en el poder y que ahora está en la oposición, en un ‎país que –después de haber sido obligado a vender barato su propia economía– ahora también ‎vende barato no sólo sus bases militares sino además lo poco que le queda en términos de ‎soberanía. ‎
Traducido al español por Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio

Turquía en busca de poder, por Thierry Meyssan


voltairenet.org

Turquía en busca de poder, por Thierry Meyssan

Thierry Meyssan,Red Voltaire

JPEG - 83.6 KB
Maqueta del “Palacio Blanco”, el gigantesco complejo presidencial construido en Ankara. ‎Turquía trata de compensar su incapacidad para definirse adoptando una forma de delirio de grandeza.‎
La Turquía actual es heredera, al mismo tiempo, de las hordas de Genghis Kan, del Imperio ‎Otomano y del Estado laico fundado por Mustafá Kemal Ataturk. Esta Turquía rechazó la ‎definición de sí misma que se planteaba en el Tratado de Sevres (1920) e impuso por la fuerza las ‎modificaciones que serían recogidas después –en 1923– en el Tratado de Lausana, pero hoy ‎sigue creyéndose incomprendida y despojada de una serie de territorios griegos, chipriotas, sirios ‎e iraquíes que aún sigue reivindicando como suyos. Esta Turquía persiste en la negación de los ‎crímenes que perpetró en el pasado, como el genocidio contra los no musulmanes. ‎
Después de un siglo sin lograr definirse, Turquía aplica una política exterior que se compone de ‎reacciones sucesivas ante las correlaciones de fuerzas regionales y mundiales, con lo cual da la ‎impresión, errónea, de que su voluntad es errática. ‎
El brusco cambio de posición que Turquía acaba de realizar ante Rusia no es resultado de un ‎capricho momentáneo sino, por el contrario, de la continuación de su continua búsqueda de ‎identidad en un entorno inestable. ‎

1- La desaparición de la URSS (1991)


Turquía, que no había pensado en consolidarse como miembro del bando vencedor de la guerra ‎fría, se vio a sí misma carente de una razón de ser ante la disolución de la URSS, el 26 de ‎diciembre de 1991. ‎
El hecho es que Turquía se había planteado modernizarse incorporándose a la comunidad ‎europea, pero los europeos no tenían ninguna intención de aceptarla y se han limitado a prolongar ‎interminablemente las negociaciones, permitiéndole alcanzar sólo el estatus de Estado Asociado a la Comunidad Económica Europea –‎desde 1963– y convertirse en candidato a la membresía –desde 1987.‎
Al mismo tiempo, Turquía tenía ante sí una segunda opción: encabezar el mundo musulmán, ‎siguiendo así las huellas del Imperio Otomano. Pero los sauditas, que presiden la Conferencia ‎Islámica, se oponían a ello. Aparecía entonces una tercera opción para Turquía: restablecer sus ‎vínculos con las poblaciones turcoparlantes de cultura mongola, que se habían hecho ‎independientes en Asia Central. ‎
Demasiado indecisa, Turquía dejó pasar el momento oportuno para la tercera variante. ‎Al ponerse a la cabeza de la Operación Tormenta del Desierto para expulsar a Irak de Kuwait, ‎el presidente estadounidense George Bush padre creó un orden regional estable basándose en el ‎triunvirato conformado por Arabia Saudita, Egipto y Siria. Tratando de ganarse un espacio, ‎Turquía estableció entonces una relación privilegiada con el otro huérfano del Medio Oriente, ‎o sea con Israel, que comparte la obsesión turca de reclamar territorios [1].‎

2- El 11 de septiembre de 2001


Al destruir los dos principales enemigos de Irán –Afganistán e Irak–, el presidente George ‎Bush hijo permitió que ese país volviera a desempeñar un papel en la región. Teherán se puso ‎entonces a la cabeza del “Eje de la Resistencia” (Irán, Irak, Siria, Líbano y Palestina) ante todos ‎los demás países de la región, organizados alrededor de Arabia Saudita e Israel. A pesar de las apariencias y contradiciendo la lectura simplista que prevalece en Occidente, no se trataba de ‎una oposición entre proestadounidenses y antiestadounidenses, ni tampoco entre chiitas y ‎sunnitas, sino de un conflicto regional ficticio, alimentado por el Pentágono, siguiendo el ‎esquema que ya había aplicado durante la década de la inútil guerra entre Irak e Irán. Pero ‎esta vez, el objetivo final no era debilitar a los dos bandos sino lograr que las poblaciones de la ‎región destruyeran las estructuras de sus propios Estados, conforme a la estrategia ‎Rumsfeld/Cebrowski [2].‎
Siendo el único Estado de la región que entendió a tiempo esa estrategia del Pentágono ‎estadounidense, Turquía optó por protegerse manteniendo buenas relaciones con ambos bandos y ‎predicando el desarrollo económico en vez de la guerra civil regional. Así que se distanció ‎de Israel. ‎

JPEG - 47.6 KB
Mapa del estado mayor estadounidense publicado en 2006 por el coronel ‎Ralph Peters. En contradicción con todas las previsiones, Estados Unidos se dispone a ‎desmantelar Turquía, considerada “aliado” de Washington, mediante la creación de un ‎‎“Kurdistán libre” que abarcaría vastos territorios turcos.
En 2006, cuando el coronel Ralph Peters publicó un mapa sobre los planes del estado mayor de ‎Estados Unidos, pudo verse que Estados Unidos se disponía a desmembrar Turquía mediante la ‎fundación de un “Kurdistán libre” [3] vagamente basado en el Kurdistán cuya creación se había previsto ‎en 1920. Parte de los generales turcos cuestionó entonces el alineamiento de Turquía del lado ‎de Washington y aconsejó establecer otra alianza. Estos generales tantearon el terreno del lado ‎de Pekín –Moscú no había recuperado aún su lugar como potencia militar mundial. Algunos ‎dieron un paso, abriendo un canal de discusión con China y comprando algún armamento a ‎ese país, pero fueron arrestados en 2008, junto a los responsables del Partido de los ‎Trabajadores (İsci Partisi, formación política de corte kemalista y maoísta), en el marco del ‎escandalo Ergenekon. Casi todos los oficiales del estado mayor turco fueron condenados a ‎largas penas de cárcel, supuestamente por espionaje a favor de Estados Unidos, antes de que ‎la verdad acabara por salir a la luz, con lo cual se anularon todos los juicios contra ellos. ‎
Fue en ese momento cuando Ankara aceptó crear un mercado común con la vecina Siria, para ‎protegerse de un eventual desmembramiento de su territorio, que tendría como pretexto el ‎llevado y traído tema del “Kurdistán libre”. ‎

3- Las «primaveras árabes» (2011)


En definitiva, durante la operación anglosajona de las llamadas «primaveras árabes», que tenían ‎como objetivo poner a la Hermandad Musulmana en el poder en todos los países del ‎Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente), Turquía creyó poder aprovechar el hecho que el ‎entonces primer ministro y hoy presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, era miembro de esa ‎cofradía para escapar al caos anunciado. Así que Turquía “despertó” en Libia la tribu otomana de ‎los misratas y ayudó la OTAN a derrocar al líder libio Muammar el-Kadhafi, a pesar de ser este ‎último un aliado de Ankara. Después, Turquía entró en guerra contra Siria… que también era ‎su socio comercial. Pero esas dos aventuras dieron al traste con la hasta entonces floreciente ‎economía turca. ‎

JPEG - 24.1 KB
Mientras se esconde de los militares turcos que tratan de matarlo ‎por cuenta de la CIA, en julio de 2016, el presidente turco Erdogan se las arregla para ‎transmitir un mensaje a la población a través de un teléfono celular que la presentadora de ‎televisión sostiene ante las cámaras. El 15 de julio, Erdogan logra neutralizar a los golpistas y ‎recupera el control del país.
Pero cuando Rusia acude en ayuda de Siria y derrota a los yihadistas del Emirato Islámico ‎‎(Daesh), Turquía decide alejarse de las potencias occidentales. Se acerca a Moscú, compra los ‎sistemas antiaéreos rusos S-400 y la central atómica de Akkuyu, se compromete con el proceso ‎de paz en Siria durante los encuentros de Sochi y de Astaná. La CIA responde manipulando la ‎organización del predicador islamista turco Fetullah Gulen y financiando el HDP (Partido de las ‎Minorías) contra el AKP (el partido islamista del presidente Erdogan. En resumen, van al historial de ‎la CIA contra Turquía el derribo de un avión ruso de combate Sukhoi-24 en la frontera turco-‎siria, al menos un intento de asesinar a Erdogan, un intento fallido de golpe de Estado y el ‎asesinato del embajador ruso Andrei Karlov, entre otros hechos. ‎
Aturdida, Turquía respondió con una extensa cacería de brujas, llegando incluso a encarcelar ‎medio millón de personas por un intento de asesinato en el que estuvieron implicados ‎cuando más algunos cientos de militares. ‎
Turquía se situó entonces a medio camino entre Washington y Moscú, buscando su ‎independencia pero corriendo el peligro de verse aplastada en cualquier momento por algún tipo ‎de acuerdo entre los Dos Grandes. Al mismo tiempo, Turquía se posicionó de tal manera que ‎apoyaba y a la vez obstaculizaba a sus dos padrinos: o sea participó en la guerra contra Siria y ‎simultáneamente apoyó a Irán e instaló bases militares en Qatar, Kuwait y Sudán. ‎
Además de que no es posible mantener mucho tiempo ese tipo de postura, Turquía se vio ‎dividiendo sus esfuerzos entre 5 frentes al mismo tiempo: la Unión Europea, al firmar con esta un ‎acuerdo sobre los migrantes; el mundo árabe, al cual dice defender ante Israel; Asia Central, ‎que trata de mantener bajo su ala; la OTAN, de la cual sigue siendo miembro; y Rusia, a la que ‎trata de seducir.‎

4- El asesinato del general iraní Qassem Suleimani


El mundo entero creyó –erróneamente– que, extenuado, Estados Unidos se retiraba del ‎Medio Oriente ampliado, dejando el campo libre a Rusia. En realidad, Washington retiraba ‎sus tropas, pero mantenía su intención de conservar el control de la región a través de sus ‎intermediarios armados, entrenados y numerosos: los yihadistas. ‎
Ante la voluntad estadounidense de proseguir en el norte de África el plan de destrucción ya ‎iniciado en la parte asiática del Medio Oriente ampliado y estimando que fue probablemente el ‎gobierno iraní –no Israel– quien ayudó el Pentágono a concretar el asesinato del general Qassem ‎Suleimani, el gobierno turco volvió a revisar sus planes. ‎
Turquía está de regreso en la órbita de Estados Unidos. Después de haber negociado la paz ‎en Siria, el 13 de enero en Moscú, Turquía desafía ahora bruscamente a Rusia con el asesinato, ‎el 1º de febrero, de 4 oficiales rusos del FSB, en la región siria de Alepo [4]. ‎
El ejército turco, la tribu de los misrata (descendientes de otomanos) en Libia y los yihadistas aún ‎atrincherados en la región siria de Idlib –de los cuales al menos 5 000 fueron trasladados ‎en mes y medio por los servicios secretos turcos– ya comenzaron a desangrar Libia, con la colaboración quizás involuntaria del mariscal libio Khalifa Haftar. El objetivo es que todas ‎las partes se desgasten al máximo [5].‎

El bando francés de la colonización ‎al asalto de Siria y Mali, por Thierry Meyssan


voltairenet.org

El bando francés de la colonización ‎al asalto de Siria y Mali, por Thierry Meyssan

Thierry Meyssan,Red Voltaire

Este artículo es parte del libro De la impostura del 11 de septiembre a ‎Donald ‎Trump. ‎Ante nuestra ‎mirada, la gran farsa de las primaveras árabes.‎


JPEG - 46.5 KB

26- La segunda guerra contra Siria


El 18 de julio, una explosión destruye la sede del Consejo de Seguridad Nacional en Damasco. ‎El general Daud Rajha, ministro de Defensa; el general Assef Chawkat, jefe de la inteligencia ‎militar y cuñado del presidente Assad; y el general Hassan Turkmani, presidente del Consejo ‎de Seguridad sirio mueren en ese atentado. El general Hicham Ikhtiar, jefe del contraespionaje, ‎fallece poco después debido a la gravedad de sus heridas. Al parecer, un traidor había instalado ‎una bomba en una lámpara cenital, pero no es imposible que se tratara en realidad de un misil ‎disparado desde un drone. Ese atentado decapita las fuerzas armadas y los servicios de ‎seguridad sirios. Los combates se extienden por toda la ciudad y citadinos mueren en las calles. ‎La mayoría de los habitantes huyen de la capital siria. ‎

JPEG - 33.8 KB
Los generales Hassan Turkmani, Daud Rajha y Assef Chawkat, asesinados el 18 ‎de julio de 2012, en el atentado perpetrado contra la sede del Consejo de Seguridad Nacional ‎sirio.‎
Al referirse al atentado que ha costado la vida a los miembros del Consejo de Seguridad Nacional ‎sirio, los dirigentes occidentales se niegan a condenar el terrorismo. Estiman que las víctimas de ‎este atentado sólo tuvieron lo que merecían. ‎
Los mercenarios que atacan la capital siria traen planes y blancos bien definidos. Una unidad ‎ataca mi domicilio, en el barrio de Mezzeh, al extremo de la ciudad, frente a un extenso campo ‎de nopales. El ejército instala un mortero en la azotea de mi edificio, para mantenerlos a raya. ‎Tres días después, al terminar la batalla, los cuerpos hallados en el campo de nopales son ‎identificados como pakistaníes y somalíes. En otros lugares de la capital, los mercenarios ‎muertos son tunecinos y afganos, entre otras nacionalidades. Son hombres que sólo habían ‎pasado un breve periodo de adiestramiento en el manejo de armas, en Jordania, a veces no más ‎de una semana. Las unidades estaban organizadas por nacionalidades, pero no constituían un ‎ejército en el verdadero sentido de esa palabra, ya que carecen de estructura jerárquica. Muchos ‎de sus miembros no saben absolutamente nada de Siria, algunos incluso creen que están ‎salvando a los palestinos de Israel. ‎

JPEG - 27.8 KB
Conferencia de prensa del general Robert Mood sobre la batalla ‎de Damasco, enfrentamiento que este general noruego, enviado de la ONU, “observa” desde ‎la habitación de su hotel.
Se instala un estudio de televisión en los sótanos del hotel Dama Rose, el mismo hotel donde el general noruego ‎Robert Mood y los observadores de la ONU esperan cómodamente a que todo termine. ‎Su presencia allí, garantiza la seguridad del inmueble. El gobernador del Banco Central sirio, Adib ‎Mayaleh, comparece ante las cámaras para desmentir las informaciones de las televisiones Al-‎Jazeera, de Qatar, y Al-Arabiya, de Arabia Saudita, que anuncian un derrumbe de la libra siria. ‎ArabSat y NileSat cierran las transmisiones de las televisiones sirias que aún salían al aire a través de esos dos satélites. Mientras tanto, la CIA piratea la cuenta de Twitter del canal sirio Ad-‎Dounia para anunciar la retirada del Ejército Árabe Sirio y la caída del régimen. Cuando ‎las televisiones sirias “reaparecen” en ArabSat y NileSat, las señales ya no vienen de Siria sino ‎de Australia y se transmiten desde una base de la National Security Agency (la hoy célebre NSA ‎estadounidense). En Qatar, France24 participa en las reuniones del pool de medios de difusión ‎convocados para transmitir la propaganda de la OTAN. El plan prevé la difusión coordinada de un ‎conjunto de reportajes, filmados en estudios o al aire libre, o fabricados con imágenes ‎computarizadas, que “muestran” la huida del presidente Assad y la caída de la «dictadura ‎alauita» [1]. A pesar de todo, el Estado sirio resiste y los mercenarios se repliegan de Damasco. ‎
En el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China oponen su tercer veto a un proyecto de ‎resolución que pretendía autorizar una intervención militar occidental. Estados Unidos retrocede. ‎Los reportajes de las falsas televisiones sirias que supuestamente muestran la fuga del presidente ‎Assad nunca llegarán a transmitirse. ‎

JPEG - 17.3 KB
Gravemente herido en un atentado, el príncipe saudita Bandar ben Sultan ‎desaparece de la escena política por más de un año. Su regreso será catastrófico y el príncipe ‎‎“Bandar Bush” nunca llegará a retomar sus actividades.
El 24 de julio, el rey Abdallah de Arabia Saudita recompensa al príncipe Bandar ben Sultán por el ‎ataque contra Damasco y lo nombra jefe de los servicios secretos del reino. Sólo 4 días ‎después, una explosión destruye la oficina del príncipe Bandar, que resulta gravemente herido, y ‎yo anuncio prematuramente su muerte. En realidad, quien muere en la explosión es Mishaal al-‎Qani, el segundo del príncipe Bandar. El príncipe tendrá que pasar todo un año hospitalizado y ‎nunca logrará recuperar todas sus facultades [2]. ‎
La prensa revela que el presidente Barack Obama ha firmado una directiva que autoriza una ‎intervención militar secreta bajo la coordinación de la OTAN. Consciente de que todos ‎sus esfuerzos serán aprobados públicamente y saboteados en secreto, Kofi Annan renuncia, el 2 ‎de agosto, a sus funciones como mediador. ‎

JPEG - 30.9 KB
Como desertor, el “primer ministro” sirio Riad Hijab resultará tan inútil como el general, también ‎desertor, Manaf Tlass. Como primer ministro, Riad Hijab sólo dirigía un equipo gubernamental ‎pero no tenía absolutamente ningún poder real.‎
El 5 de agosto, el «Primer Ministro» sirio, Riad Hijab, huye del país, con ayuda de la DGSE ‎francesa [3]. La nueva deserción tiene más valor simbólico que la del ‎general Manaf Tlass, pero carece de importancia a nivel ejecutivo. Hay que recordar que Siria es ‎el Estado más antiguo del mundo. Constituida hace 6 000 años en una tierra de tránsito donde ‎confluyen múltiples culturas, Siria aprendió a perdurar organizándose de manera secreta. ‎Hoy en día, el presidente Bachar al-Assad es el único jefe visible del Ejecutivo. Assad responde ‎ante el pueblo y preside 3 círculos concéntricos. En primer lugar, el Gobierno, que dirige ‎la administración. Sus ministros son de hecho equivalentes a los directores de la administración ‎central en un país como Francia. Más arriba están los consejeros del Palacio, con autoridad sobre ‎los ministros. Y luego, los consejeros privados del Presidente, con quienes este último toma sus ‎decisiones. Es un régimen republicano, ya que el Ejecutivo actúa en función del interés general y ‎el Pueblo puede sancionarlo, pero no es democrático en la medida en que las decisiones más ‎importantes no se discuten en público. Riad Hijab nunca fue un verdadero “Primer Ministro” –función que ‎no existe en la Constitución siria– sino secretario del Consejo de Ministros, lo cual es muy ‎diferente en ese sistema. Su función consistía en recibir el orden del día y las directivas ya ‎trazadas por el Palacio para transmitirlas a los ministros y recibir de estos la información sobre las ‎actividades de sus ministerios. Contrariamente a la muerte de los miembros del Consejo de ‎Seguridad Nacional, la deserción de este personaje carece de importancia. ‎
Aún recuerdo incluso mi asombro cuando, en una reunión a la que asistí meses antes, el general ‎Hassan Turkmani me preguntó qué aconsejaba yo sobre un asunto de gran importancia. ‎Al responder sugerí, entre otras cosas, que habría que poner al tanto al “Primer Ministro” Hijab. ‎El general me respondió, con una sonrisa: «Es una decisión demasiado grave para que ‎lo molestemos a él.»‎
‎‎
Para París todo es válido, hasta los golpes más bajos. La DGSE logra reclutar a un consejero del ‎presidente Assad, pero esa fuente no tiene acceso a los secretos de Estado. Más tarde, el 17 de ‎agosto de 2012, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, declara públicamente: «Estoy ‎consciente de la fuerza de lo que estoy diciendo: el señor Bachar al-Assad no merecería estar ‎sobre la tierra.» Se trata de una posición que resulta como mínimo sorprendente de parte de un ‎ministro a cargo de la diplomacia de un Estado contrario a la pena de muerte. ‎
En septiembre, el presidente Hollande y el propio Fabius se reúnen en Nueva York con ‎el entonces primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan para organizar los homicidios de sus ‎homólogos sirios: el presidente Bachar al-Assad y el ministro de Exteriores Walid Moallem ‎‎ [4]. ‎
No es la primera vez que la Francia de la V República trata de asesinar a un presidente extranjero. ‎En 2008, el entonces presidente Nicolas Sarkozy envió a Caracas un equipo de asesinos ‎encabezado por «Frederic Laurent Bouquet», encargado de matar al presidente venezolano ‎Hugo Chávez [5]. Aquella misión no tuvo éxito, ‎como tampoco lo tendrá la ordenada contra el presidente de Siria. La DGSE trata de utilizar el ‎personal de limpieza del Palacio, varios kurdos a los que cree poder manipular. Pero el complot ‎es descubierto. ‎
El 12 de diciembre, mientras participa en la 4ª conferencia de los «Amigos de Siria», en ‎Marrakech, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, muestra su descontento ante la ‎decisión de la Casa Blanca de incluir el Frente al-Nusra (vinculado a al-Qaeda) en la lista de ‎organizaciones terroristas. En la conferencia de prensa final de la reunión, Fabius afirma que ‎‎«todos los árabes están resueltamente en contra» de la posición estadounidense «porque, en ‎el terreno, ellos [al-Qaeda] están haciendo un buen trabajo». «Eso es muy claro, y esa es ‎también la línea del presidente de la Coalición», agrega Fabius, refiriéndose al presidente de la ‎Coalición Nacional Siria, que reúne a la oposición externa [6]. ‎
En menos de 10 años, Francia –el país que había sido aclamado en el Consejo de Seguridad de ‎la ONU cuando Dominique de Villepin pronunció su discurso contra la invasión de Irak– se ‎ha rebajado a la categoría de «Estado renegado» o «Estado canalla», recurriendo al asesinato ‎político –o al menos, en lo que me concierne, a los intentos de asesinato– y apoyando ‎terroristas islamistas contra un Estado laico. Peor aún, Francia ya ni siquiera disimula su regreso ‎a inconfesables ambiciones: el 25 de septiembre, el presidente Hollande solicita en la ONU ‎autorización para «proteger las zonas liberadas», o sea el restablecimiento paulatino del ‎mandato colonial que la Sociedad de las Naciones había concedido a Francia de 1923 a 1944. ‎


Durante el siguiente año, Francia mantiene la ficción de que los elementos que luchan contra el ‎gobierno sirio son militares sirios desertores. Ese es el mito del llamado «Ejército Sirio Libre» ‎‎(ESL), cuyos miembros supuestamente luchan por la democracia. Sin embargo, en 5 años de ‎conflicto nunca se ha presentado absolutamente ninguna imagen de alguna manifestación donde ‎se reclame democracia. Lo máximo que podría encontrarse es algún que otro eslogan a favor de ‎la «libertad». Pero no se trata de la Libertad que reclamaban los revolucionarios franceses –‎cuyo ejemplo inspira al Baas sirio– sino de todo lo contrario ya que esos manifestantes lo que ‎reclaman es el derecho de aplicar «libremente» su propia interpretación de la sharia, o sea de ‎la ley islámica. ‎
Varios escándalos incluso contradicen la narrativa occidental sobre lo que sucede en Siria. El 13 ‎de mayo de 2013, uno de los cabecillas de la Brigada al-Faruk (del «Ejército Sirio Libre») divulga ‎un video donde se le ve comer las entrañas de un soldado del Ejército Árabe Sirio mientras ‎declara: «Juramos ante Dios que devoraremos los corazones e hígados de ustedes, soldados ‎de Bachar. ¡Oh, héroes de Baba Amro, masacrad a los alauitas y sacadles el corazón para ‎comerlo!». La imagen del «Ejército Sirio Libre» queda también muy malparada cuando ‎sus miembros perpetran la matanza de cristianos de al-Duvair.‎
El 11 de enero de 2013 surge una nueva contradicción en la política exterior francesa, ya no entre ‎la retórica y la práctica sino en el seno mismo de sus alianzas. Según dice el proverbio, «el ‎apetito viene cuando empezamos a comer» y Francois Hollande decide iniciar una intervención ‎militar en Mali. No es este otro episodio de la primavera árabe sino de una consecuencia directa ‎de la destrucción de la Yamahiriya Árabe Libia, consecuencia que Mohamed Siala, ministro de la ‎Cooperación de Muammar el-Kadhafi y administrador del fondo soberano libio, había anunciado ‎con gran antelación [7].‎

JPEG - 49 KB

Los tuaregs son un pueblo nómada que vive en el Sahara Central y en los bordes del Sahel, ‎enorme territorio que comparten Libia y Argelia, así como Mali y Níger. El pueblo tuareg obtuvo ‎la protección de Libia y de Argelia, mientras que Mali y Níger lo abandonaban a su suerte. Es por ‎eso que, desde los años 1960, los tuaregs han venido impugnando la soberanía de Mali y Níger ‎sobre el territorio que ellos habitan. Muy lógicamente, los grupos armados por Francia ‎finalmente decidieron hacer valer sus reclamos en Mali. El Movimiento Nacional para la ‎Liberación de Azawad (MNLA) toma entonces el poder en casi todo el norte de Mali, donde viven ‎los tuaregs. Pero Ansar Dine, un grupúsculo de tuaregs islamistas entrenado por Arabia Saudita y ‎vinculado al AQMI (al-Qaeda en el Magreb Islámico) aprovecha la situación para imponer ‎la sharia en varias localidades. ‎

JPEG - 35.4 KB
El presidente francés Francois Hollande y su ministro de Exteriores Laurent ‎Fabius viajan a Bamako para entronizar a Dioncounda Traoré, convertido en presidente ‎de Mali sin elecciones.
El 21 de marzo, se produce en Mali un extraño golpe de Estado [8]. Un misterioso «Comité Nacional para la Rectificación de la Democracia y ‎la Restauración del Estado» (CNRDRE) derroca al presidente Amadou Toumani Touré y declara ‎querer restaurar la autoridad maliense en el norte del país. La asonada en realidad crea la ‎mayor confusión ya que los golpistas son incapaces de explicar de qué manera su golpe ‎de Estado puede mejorar la situación. El derrocamiento del presidente resulta tanto ‎más extraño cuanto que faltaban sólo 5 semanas para la elección presidencial y que ‎el presidente depuesto ni siquiera aspiraba a la reelección. El CNRDRE, que se compone de ‎oficiales formados en Estados Unidos, impide la elección presidencial y pone en el ‎poder a uno de los candidatos, el francófilo Dioncounda Traoré. Esta pirueta recibe el aval de la ‎Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), cuyo presidente de turno ‎no es otro que Alassane Ouattara, a quien las tropas francesas habían puesto en el poder ‎el año anterior en Costa de Marfil. ‎
El golpe de Estado acentúa la división étnica en Mali. Las unidades de élite del ejército –‎entrenadas en Estados Unidos– cuyos comandantes son tuaregs se unen a la rebelión con todo ‎su armamento y medios de combate. ‎


Con el apoyo de otros grupos islamistas, Ansar Dine ataca la ciudad de Konna, saliendo así del ‎territorio tuareg para extender la ley islámica en el sur de Mali. El presidente impuesto por ‎los golpistas de marzo, Dioncounda Traoré, proclama el estado de emergencia y pide ayuda ‎a Francia. En cuestión de horas, París interviene militarmente en Mali para impedir la caída ‎de Bamako, la capital del país. El presidente Hollande ya había preposicionado en Mali ‎elementos del 1er Regimiento Paracaidista de Infantería de Marina (conocida en Francia como ‎‎«La Colonial») y del 13er Regimiento de Dragones Paracaidistas, varios helicópteros del Mando ‎de Operaciones Especiales (COS, siglas en francés), 3 aviones de guerra Mirage 2000D, ‎‎2 Mirage F-1, 3 aviones de transporte C135 y 2 aviones más de transporte militar –un C130 ‎Hercule y un C160 Transall.‎
JPEG - 34.7 KB
La prensa francesa asume sin complejos el carácter colonial de la ‎‎“Operación Serval” iniciada en Mali. El 29 de enero de 2013, el diario “Le Monde” anuncia ‎en primera plana: “El ejército francés toma Tombuctú”.‎
Es una operación militar bien ejecutada, pero que designa como enemigo a al-Qaeda, cuando ‎en realidad apunta contra los independentistas tuaregs. Pero se trata del mismo al-Qaeda que, ‎según Fabius, «está haciendo un buen trabajo» en Siria y que constituye el «Ejército Libre ‎Sirio»… respaldado por Francia. Presa del pánico, la presidencia de Francia ordena al ejército ‎francés que interrumpa su avance en Mali para que los consejeros militares qataríes de ‎los yihadistas puedan replegarse. Qatar rompe sus relaciones privilegiadas con Francia mientras ‎que, en el escenario sirio, el «Ejército Libre Sirio» organiza manifestaciones donde se corea: ‎‎«Los franceses son cochinos. Nuestra nación [islámica] saldrá victoriosa». ‎
‎‎
Francois Hollande trata de reparar su estúpido error reconciliándose con su benefactor, el emir ‎qatarí al-Thani. Viaja apresuradamente a Doha, donde la acogida es glacial. Sin embargo, ‎como la naturaleza no aprecia el vacío, Arabia Saudita y Turquía se apresuran a tomar el lugar ‎de Qatar.‎
‎(Continuará)‎