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Vacuna para el virus chino - El planeta transformado en conejillo de Indias y preso de un enorme experimento
Los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. (NIH)
están lanzando un programa de urgencia para el desarrollo de una vacuna
contra el coronavirus chino. ¿El objetivo? Tener una vacuna lista para ser probada en humanos dentro de un tiempo record de 90 días.
El NIH está asociado con la compañía de vacunas Moderna, Inc. de los Estados Unidos.
La vacuna es un nuevo tipo llamado ARN. Según Reuters ("Con el código genético del virus de Wuhan a su disposición, los científicos se ponen a trabajar sobre una vacuna", 24 de enero de 2020), "[estas son] vacunas basadas en el ácido ribonucleico (ARN) - un mensajero químico que contiene instrucciones para la fabricación de proteínas".
La Fundación PHG/Universidad de Cambridge nos lo explica con más detalle: "A diferencia de una vacuna normal, las vacunas del ARN funcionan mediante la introducción de una secuencia del mARN (la molécula que da la orden a las células de lo que tienen que construir) que viene codificada para un antígeno específico de la enfermedad [virus]; una vez producido dentro del cuerpo, el antígeno [virus] es reconocido por el sistema inmunológico, preparándolo para luchar contra el verdadero invasor".
Echemos un vistazo a Moderna (twitter), la compañía encargada de fabricar y probar la nueva vacuna del ARN contra el coronavirus chino. En el comunicado de prensa del 23 de enero, su página web publica lo siguiente: "Moderna anuncia la concesión de financiación de la CEPI (Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias) con el fin de acelerar el desarrollo del mensajero del ARN (ARNm) contra el nuevo coronavirus".
Financiado por el CEPI. ¿A qué se dedican? Su sitio web reporta: "CEPI es una innovadora asociación mundial entre organizaciones públicas, privadas, filantrópicas y la sociedad civil. Trabajamos juntos para acelerar el desarrollo de vacunas contra las enfermedades infecciosas emergentes y para facilitarles a las personas el acceso equitativo a estas vacunas en épocas de brotes".
Otra cita más relevante: "La CEPI se fundó en Davos por los gobiernos de Noruega y la India, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Wellcome Trust, y el Foro Económico Mundial".
Bill Gates... ¿No confiaríamos con los ojos cerrados en este personaje?
Pero todo no acaba aquí. Volviendo a la página web de Moderna Inc. - en la parte inferior del comunicado de prensa al que se hace referencia arriba, encontramos una declaración MUY interesante, en una sección titulada, "Nota especial sobre las declaraciones prospectivas": "...nunca hubo un producto comercial que aprobara la aplicación de la tecnología mRNA ..."
Y ahí lo tenemos. La vacuna que está siendo explotada por el gobierno de EE.UU... bajo el cuidado de sus Institutos Nacionales de la Salud... a través de la compañía farmacéutica Moderna... nunca ha sido utilizada en pacientes. No tiene licencia para uso público.
Las vacunas y la tecnología que utilizan son totalmente experimentales.
Y este es el tipo de vacuna en vía de fabricación acelerada, 90 días, ni más, ni menos.
¿Cómo es posible?
Una forma de averiguarlo sería inyectarla en millones de personas e ir observando lo que sucede.
La Fundación PHG (Fundación para la Genomia y la Salud Pública) de la Universidad de Cambridge arroja una pista sustancial: "... se necesita una mejor comprensión de los efectos adversos de la vacuna [ARN], los cuales son susceptibles de ocasionar inflamaciones o reacciones autoinmunes."
Reacciones autoinmunes: el sistema inmunológico humano ataca los elementos y procesos naturales del propio cuerpo. El cuerpo entra en guerra consigo mismo.
Seguro que ustedes se ofrecerían como voluntarios para la prueba de la vacuna, ¿verdad? Seguro que implicarían a sus hijos en este experimento del siglo, ¿o quizás no?
Y si usted es doctor mientras lee este artículo, puede que no dudara en inyectar la vacuna en los pacientes desprevenidos, ¿cierto? Es que la conciencia puede llegar a ser muy molesta, ¿verdad?
¿VERDAD?
Podría usted tener al mundo entero haciendo las veces de conejillo de Indias. ¿Me equivoco?
El NIH está asociado con la compañía de vacunas Moderna, Inc. de los Estados Unidos.
La vacuna es un nuevo tipo llamado ARN. Según Reuters ("Con el código genético del virus de Wuhan a su disposición, los científicos se ponen a trabajar sobre una vacuna", 24 de enero de 2020), "[estas son] vacunas basadas en el ácido ribonucleico (ARN) - un mensajero químico que contiene instrucciones para la fabricación de proteínas".
La Fundación PHG/Universidad de Cambridge nos lo explica con más detalle: "A diferencia de una vacuna normal, las vacunas del ARN funcionan mediante la introducción de una secuencia del mARN (la molécula que da la orden a las células de lo que tienen que construir) que viene codificada para un antígeno específico de la enfermedad [virus]; una vez producido dentro del cuerpo, el antígeno [virus] es reconocido por el sistema inmunológico, preparándolo para luchar contra el verdadero invasor".
Echemos un vistazo a Moderna (twitter), la compañía encargada de fabricar y probar la nueva vacuna del ARN contra el coronavirus chino. En el comunicado de prensa del 23 de enero, su página web publica lo siguiente: "Moderna anuncia la concesión de financiación de la CEPI (Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias) con el fin de acelerar el desarrollo del mensajero del ARN (ARNm) contra el nuevo coronavirus".
Financiado por el CEPI. ¿A qué se dedican? Su sitio web reporta: "CEPI es una innovadora asociación mundial entre organizaciones públicas, privadas, filantrópicas y la sociedad civil. Trabajamos juntos para acelerar el desarrollo de vacunas contra las enfermedades infecciosas emergentes y para facilitarles a las personas el acceso equitativo a estas vacunas en épocas de brotes".
Otra cita más relevante: "La CEPI se fundó en Davos por los gobiernos de Noruega y la India, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Wellcome Trust, y el Foro Económico Mundial".
Bill Gates... ¿No confiaríamos con los ojos cerrados en este personaje?
Pero todo no acaba aquí. Volviendo a la página web de Moderna Inc. - en la parte inferior del comunicado de prensa al que se hace referencia arriba, encontramos una declaración MUY interesante, en una sección titulada, "Nota especial sobre las declaraciones prospectivas": "...nunca hubo un producto comercial que aprobara la aplicación de la tecnología mRNA ..."
Y ahí lo tenemos. La vacuna que está siendo explotada por el gobierno de EE.UU... bajo el cuidado de sus Institutos Nacionales de la Salud... a través de la compañía farmacéutica Moderna... nunca ha sido utilizada en pacientes. No tiene licencia para uso público.
Las vacunas y la tecnología que utilizan son totalmente experimentales.
Y este es el tipo de vacuna en vía de fabricación acelerada, 90 días, ni más, ni menos.
¿Cómo es posible?
Una forma de averiguarlo sería inyectarla en millones de personas e ir observando lo que sucede.
La Fundación PHG (Fundación para la Genomia y la Salud Pública) de la Universidad de Cambridge arroja una pista sustancial: "... se necesita una mejor comprensión de los efectos adversos de la vacuna [ARN], los cuales son susceptibles de ocasionar inflamaciones o reacciones autoinmunes."
Reacciones autoinmunes: el sistema inmunológico humano ataca los elementos y procesos naturales del propio cuerpo. El cuerpo entra en guerra consigo mismo.
Seguro que ustedes se ofrecerían como voluntarios para la prueba de la vacuna, ¿verdad? Seguro que implicarían a sus hijos en este experimento del siglo, ¿o quizás no?
Y si usted es doctor mientras lee este artículo, puede que no dudara en inyectar la vacuna en los pacientes desprevenidos, ¿cierto? Es que la conciencia puede llegar a ser muy molesta, ¿verdad?
¿VERDAD?
Podría usted tener al mundo entero haciendo las veces de conejillo de Indias. ¿Me equivoco?
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