miércoles, 26 de julio de 2017

Venezuela. Maduro en la mira de la CIA

Venezuela. Maduro en la mira de la CIA

Por Geraldina Colotti (desde Caracas) Resumen Latinoamericano, 26.07.2017
“Encontrémonos para evitar la catástrofe”.  Desde la ceremonia por el natalicio de Simón Bolívar que ha abierto la semana histórico-cultural por los 450 años de Caracas, el Presidente Nicolás Maduro hace un apelación solemne a la oposición.  En el palco, los vértices del gobierno y de las Fuerzas Armadas.  Gestos, discursos y mensajes vierten sobre la independencia y sobre la determinación a defenderla en un momento particularmente delicado para la República Bolivariana.  “No estamos más en los tiempos del colonialismo”, dice una vez más Maduro, denunciando que “la CIA prepara un golpe en Venezuela con la complicidad de México y Colombia” y pidiendo a los dos gobiernos latinoamericanos de expresarse al respecto.  La denuncia se basa sobre las declaraciones de Mike Pompeo, Director de la CIA, y sobre las advertencias de Washington en mérito a lo que podría suceder durante “72 horas” en Caracas.  “He estado en Bogotá y México hace dos semanas -ha declarado Pompeo durante un forum sobre la seguridad en Aspen el 20 de julio pasado-  y he evocado el tema de una transición política en Venezuela, buscando ayudarla a entender que cosa podría hacer para obtener resultados mejores en este ángulo del mundo”.
Luego ha llegado la desmentida de México y Colombia, pero las palabras de Pompeo no son tomadas a la ligera, ni en Venezuela ni afuera.  La oposición ha rechazado en bloque la propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) definiéndola “una prostituyente” y ha convocado 48 horas de paro general, amenazando impedir con la fuerza a los ciudadanos ir a votar.  El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha dispuesto medidas de seguridad para garantizar a los ciudadanos que viven en barrios de oposición donde más fuertes son las violencias (19 chavistas han sido quemados vivos por los extremistas)  de votar en otras juntas.  Para las derechas -apoyadas por Trump, por la “comunidad internacional” y por las jerarquías ecleciásticas que temen la instauración “del socialismo cubano” – el camino es otro: aquel de un gobierno paralelo a poner en marcha en etapas forzadas, para uso y consumo del escenario internacional.
Por esto, ya han nombrado otros jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la instancia asignada al equilibrio de los 5 poderes de los que se compone la república presidencial.  El criterio es el de un único color, que contradice abiertamente el camino de nombramiento “desde abajo” vigente en Venezuela.  Uno de los magistrados ha sido ya arrestado, los otros han anunciado que operarán desde la clanestinidad.  La MUD (Mesa de la Unidad Democrática) ha presentado una especie de programa del “gobierno de transición” que ha ya suscitado peleas dentro de la litigante coalición, y ha anunciado que en breve se desarrollarán las primarias para definir el nombre del “presidente”.
El gobierno ha denunciado en la ONU las amenazas de Trump y de Federica Mongherini por la Unión Europea de imponer nuevas y pesadas sanciones si Maduro no rescinde de la Asamblea Nacional.  Hoy y mañana, también el Parlamento italiano, por petición del PD (Partido Democrático), toma nuevamente posición a favor del “gobierno paralelo”.  En videoconferencia, los representantes del Parlamento, de mayoría opositora luego de las elecciones de diciembre del 2015.  El PD apoya “con fuerza la propuesta de mediación hecha por el Primer Ministro Italiano, Paolo Gentiloni junto con el Presidente Español Mariano Rajoy, con las condiciones que todos los organismos internacionales considerarán irrenunciables :  la liberación inmediata de los detenidos políticos, apertura de un canal para la ayuda humanitaria, respeto a las prerrogativas constitucionales del Parlamento y convocatoria de libres elecciones a voto universal”.  Un calendario electoral ha sido ya fijado, también el líder de las derechas, Leopoldo López (Voluntad Popular) ha dejado la cárcel por el arresto domiciliario.  Pero las derechas y sus partidarios, tienen urgencia de liberarse de la constitución bolivariana para regresar a la vía neoliberal.  Después de un período de empeño en otras áreas más turbulentas del planeta, los Estados Unidos de Trump y de los petroleros han decidido meter mano en el “patio trasero”.  El primer objetivo son los extraordinarios recursos de Venezuela,  desde el petroleo, al oro, pero hay otro motivo más contingente para Trump:  el de desviar la atención de sus numerosos rompecabezas internos, rehaciendo “la unidad nacional” contra “el peligro rojo”.  “No hay una alternativa al diálogo y a la búsqueda de consenso.  Cualquier alternativa lleva a un conflicto grave, muy grave”, ha declarado el expresidente español Zapatero, jefe de los mediadores entre gobierno y oposición.  “No puedo ser más explícito -ha añadido Zapatero-  pero el diálogo entre las partes ha existido, existe y existirá no obstante todo lo que está ocurriendo”, y el calendario electoral fijado será respetado.
El 30 de julio se votará por la Asamblea Nacional Constituyente, propuesta por Maduro para relanzar la paz con justicia social a tres meses del ataque de los grupos extremistas, que han provocado ya 100 muertos y daños por millones a las estructuras y al territorio.  Mañana se cierra una campaña electoral que ha puesto en marcha las energías más fecundas de la sociedad venezolana.  Candidatos y candidatas propuestas por las bases y no por los partidos han presentado sus propuestas para impulsar la democracia participativa, colmando los retardos, los burocratismos, los pasos falsos, y capitalizándo los aspectos duraderos.  Las propuestas conciernen la economía, la organización social, la justicia y los derechos sociales -como el matrimonio gay o el aborto – que no ha sido posible incluir en la más avanzada constitución de 1999 por la fuerte oposición de la iglesia católica.  El slogan, que anima melodías en todas las salsas es este:  “La constituyente sí va”.
Traducción Gabriela Pereira

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