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Las mentiras del Poder argelino, por Thierry Meyssan
- Hace unos 20 años que la mayoría de los dirigentes argelinos vienen falsificando sus biografías. Todos dicen haber luchado por la liberación nacional batiéndose contra el colonialismo francés pero son pocos los que realmente lo hicieron. Los verdaderos héroes fueron apartados hace mucho tiempo.
¿Quién defiende qué
en el poder argelino?
Esos clanes libran entre sí una batalla feroz que les ha impedido no sólo ponerse de acuerdo sobre quién será el sucesor del presidente saliente sino incluso para designar un primer ministro. Por eso han optado por designar 3 personajes para ocuparse de esa función. Se trata de Noureddine Bedoui, quien ocupará oficialmente ese cargo; Ramtane Lamamra, nombrado oficialmente viceprimer ministro, mientras que Lakhdar Brahimi los supervisará a los dos.
Veamos cómo se reparten los papeles:
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Brahimi ni siquiera es la persona que dice ser. Proveniente de una familia de colaboradores del ocupante francés, Lakhdar Brahimi ha logrado hacer creer en su propio país que proviene, al contrario, de una familia que luchó por la independencia de Argelia.
• En 1965, Lakhdar Brahimi fue la última persona que recibió al líder marroquí Mehdi Ben Barka. Informó a los servicios secretos marroquíes sobre los planes de Ben Barka y facilitó así el secuestro y asesinato del secretario de la Tricontinental.
• En 1982, en el marco de los esfuerzos de Argelia, Marruecos y Arabia Saudita, Lakhdar Brahimi fue el artífice de los Acuerdos de Taif, que pusieron fin a la guerra civil en Líbano a cambio de la instauración de un sistema de gobierno de tipo confesional, que hace del Líbano un país totalmente ingobernable, poniéndolo de hecho bajo el eterno control de las grandes potencias regionales e internacionales.
• A finales de 1991, Brahimi fue uno de los 10 miembros del Alto Consejo de Seguridad argelino que destituyó al presidente Chadli Bendjedid, anuló las elecciones municipales y abrió a Abdelaziz Bouteflika el camino hacia el poder [3].
• En 2000, Brahimi concibió y favoreció la creación de un servicio de inteligencia en el seno de la administración de la ONU [4].
• En 2001, a pedido de Washington, Brahimi concluyó los Acuerdos de Bonn poniendo fin a la intervención de Estados Unidos y Gran Bretaña en Afganistán y llevando a la instalación de Hamid Karzai y los narcotraficantes en el poder afgano [5].
• En 2012, después de la dimisión de Kofi Annan como mediador en Siria, Lakhdar Brahimi fue nombrado conjuntamente por la ONU y la Liga Árabe no mediador sino «representante especial». Lejos de aplicar el plan de paz Lavrov-Annan, que había sido aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, Brahimi trabajó para aplicar el plan secreto de su jefe, el estadounidense Jeffrey Feltman, número 1 en la jerarquía de la ONU, plan que implicaba una capitulación total de la República Árabe Siria [6].
El papel de los islamistas
Hay varias narraciones diferentes sobre el decenio negro de Argelia (1991-2002), que dejó entre 60 000 y 150 000 muertos en ese país. La único seguro, si se estudia ese largo periodo, es que las obras sociales wahabitas sustituyeron al Estado argelino en las regiones rurales, que el terrorismo islamista fue un intento británico de poner fin a la influencia de Francia y que el ejército argelino salvó el país mientras que algunos militares se pasaban al bando de los «degolladores».
Cuando todo terminó, en 2004, el presidente Bouteflika estableció una alianza personal con los «degolladores» (los islamistas) [7] en contra de los «erradicadores» (los militares). Bouteflika se presentó como un viejo soldado capaz de llegar a la paz con sus enemigos. En realidad, lo que hizo fue establecer una alianza personal con los islamistas para quitar prerrogativas al ejército y a los servicios de inteligencia que lo habían puesto en el poder.
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La nominación de Lakhdar Brahimi encaja perfectamente en ese contexto. Cuando estaba a cargo del tema sirio como enviado de la ONU y de la Liga Árabe, Brahimi trató de imponer una «solución política» que incluía arrestar al presidente Bachar al-Assad y poner en su lugar a Burhan Ghalioun, un expatriado sirio que había sido profesor en la conocida universidad de la Sorbona, en Francia. Ghalioun, colaborador de la National Endowment for Democracy (la NED, que es una pantalla de la CIA) y presentado oficialmente como un laico partidario de una Siria no confesional, había sido el escritor de discursos de Abbassi Madani, el jefe del FIS, durante su exilio en Qatar.
La Argelia independiente se contruyó inicialmente en el secretismo inherente a la lucha de liberación nacional. Pero esa característica se mantuvo y ciertos personajes la han utilizado para construirse una leyenda atribuyéndose actuaciones gloriosas que nunca tuvieron. Repetido durante décadas, ese engaño ha impedido al pueblo entender los acontecimientos y ha permitido a esos personajes hacerse indispensables alimentando simultáneamente el peligro (los «degolladores») y la protección (los «erradicadores»). Hoy en día, prisioneros de su propio engaño, se ven obligados a aceptar el chantaje de Francia y de Estados Unidos.
[1] Bouteflika, une imposture algérienne, Mohamed Benchicou, Le Matin, 2003.
[2] «La posposición de la elección en Argelia y la bomba Brahimi», por Khalida Bouredji, Red Voltaire , 15 de marzo de 2019.
[3] Islam and democracy: the failure of dialogue in Algeria, Frédéric Volpi, Pluto Press, 2003 (p. 55 y siguientes).
[4] «Informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas», Naciones Unidas A/55/305, o S/2000/809.
[5] «El opio, la CIA y la administración Karzai», por Peter Dale Scott, Red Voltaire, 27 de diciembre de 2010 . «El socio afgano de Monti», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 12 de noviembre de 2012.
[6] «Alemania y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 28 de enero de 2016.
[7] Para nosotros, hay una clara diferencia entra la religión musulmana y la manipulación política de esa religión que es el islamismo formulado por la Hermandad Musulmana. Nota de la Redacción.
[2] «La posposición de la elección en Argelia y la bomba Brahimi», por Khalida Bouredji, Red Voltaire , 15 de marzo de 2019.
[3] Islam and democracy: the failure of dialogue in Algeria, Frédéric Volpi, Pluto Press, 2003 (p. 55 y siguientes).
[4] «Informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas», Naciones Unidas A/55/305, o S/2000/809.
[5] «El opio, la CIA y la administración Karzai», por Peter Dale Scott, Red Voltaire, 27 de diciembre de 2010 . «El socio afgano de Monti», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 12 de noviembre de 2012.
[6] «Alemania y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 28 de enero de 2016.
[7] Para nosotros, hay una clara diferencia entra la religión musulmana y la manipulación política de esa religión que es el islamismo formulado por la Hermandad Musulmana. Nota de la Redacción.
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