miércoles, 3 de octubre de 2012

MUY COSTOSO PARA PEMEX, PERFORAR EN AGUAS PROFUNDAS

Esther Arzate Perforar pozos petroleros en aguas profundas es equiparable a ir a la Luna, ha dicho más de una vez el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel. La comparación no es exagerada: es complejo, peligroso y muy caro, ya que se utilizan plataformas de última generación que perforan pozos a más de 10,000 metros de profundidad y cuyo costo anual le representa a la paraestatal una erogación superior a 180 millones de dólares (mdd). Los restos del Titanic, por dar una idea, se ubican a casi 4,000 metros de profundidad del mar. Dependiendo de las características del pozo, se pueden perforar hasta 3,000 metros de tirante de agua, y después en el lecho marino hasta 7,000 metros o más. Allá abajo ningún humano puede llegar, no hay luz y las corrientes marinas y la temperatura son extremas. Llegan, sin embargo, los equipos especiales de perforación de las plataformas de sexta generación dotadas con posicionamiento dinámico, porque se realiza vía satélite con un alto rango de precisión y un nivel de automatización que elevan la estabilidad de la plataforma, el control y la seguridad en las operaciones. Pemex ha aforado 24 pozos (22 concluidos y 2 en proceso) en aguas profundas (más de 500 metros de tirante de agua) del Golfo de México, para lo cual ha requerido millones de dólares, ya que contratar los servicios de plataformas de última generación cuesta alrededor de 500 mil dólares, y a la venta su precio es de alrededor de 700 millones de dólares por unidad. De 2003 a la fecha, PEP ha contratado los servicios de seis plataformas para aguas profundas por periodos de dos a cinco años, las denominadas Ocean Worker, Ocean Voyager y Max Smith de cuarta generación, así como la Centenario, Bicentenario y la West Pegasus, de sexta generación, donde laboran alrededor de 160 personas por embarcación. Como Pemex contrata la plataforma con personal a bordo encargado del control de los equipos y operaciones, 85% de los especialistas son de otras nacionalidades, y el resto son trabajadores adscritos a PEP. En febrero próximo llegará una plataforma gemela a la Bicentenario que se construye en Corea y servirá para explotar el primer yacimiento de gas en aguas profundas denominado Lakach. La plataforma, al igual que la Centenario, pertenece al consorcio mexicano Grupo R. Para el presidente del Grupo Ingenieros Constitución de 1917, Francisco Garaicochea Petrirena, la renta de plataformas para aguas profundas es un mal negocio para PEP, porque le saldría más barato comprarlas que rentarlas. Considerando que PEP gasta 182 mdd al año, en promedio, por los servicios de una plataforma, en 4 años liquidaría 730 mdd, y con una tasa de interés anual de 26% podría recuperar su inversión en 4 años. Sin embargo, el director de PEP, Carlos Morales Gil, asegura que el problema matemático no es tan sencillo. Admite que se han rentado plataformas de cuarta y sexta generación para perforar pozos en aguas profundas por periodos de dos a cinco años, pero señala que operar una plataforma cuesta mucho más que adquirirla. El costo de tener una plataforma y operarla implica altos gastos de seguros y la supervisión y garantía de que los equipos electrónicos y las válvulas funcionen perfectamente. El periodo de vida de los "fierros" es de 20 a 30 años, pero los equipos electrónicos y de automatización deben ser renovados constantemente, explicó. Aceptó que ese tipo de instalaciones permiten recuperar la inversión en 7 años, pero sólo si están en operación constante. "5 años no les da chance (a los propietarios de las plataformas) de recuperar la inversión y el costo financiero. "La función de PEP es extraer reservas y buscarlas, no garantizar que un equipo no se pare. Si me dedico a comprar plataformas, mi negocio será que estén trabajando en lugar de cuidar la explotación eficiente de los yacimientos o el descubrimiento de nuevas reservas." Además, PEP no tiene un plan de largo plazo para la perforación en aguas profundas. Se empiezan a descubrir yacimientos en el Golfo de México, pero todavía no hay garantía de que se ocuparán plataformas en los próximos 20 o 30 años. "Con los campos en aguas someras (yacimientos a menos de 500 metros de profundidad) es diferente. Tenemos grandes necesidades de jacobs (ocho plataformas autoelevables para aguas someras) porque tenemos la certeza de que vamos a ocuparlas." Estimó que si PEP confirma el potencial de la zona conocida como Perdido, frente a las costas de Tamaulipas, cerca de la frontera marítima con Estados Unidos, donde podría haber hasta diez mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente (petróleo y gas), así como de Lakach, el área gasífera más grande en aguas profundas hasta ahora descubierta, haría sentido adquirir una o dos plataformas de sexta generación. Morales recordó que si se confirmara la existencia, en las profundidades del Golfo de México, de recursos prospectivos de petróleo y gas por alrededor de 30,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (bdpce), sí sería necesario comprar las plataformas. Sin embargo, en el mediano plazo los pasos siguen firmes. PEP contempla perforar 31 pozos de 2012 al 2016, para lo cual se requerirían inversiones superiores a 73,000 millones de pesos. Los 22 pozos exploratorios concluidos tienen un éxito comercial de 41% (reservas comercialmente recuperables) y geológico de 55%, que han derivado en el descubrimiento de reservas por 1,100 millones de bdpce. Fierros actuales Actualmente está en perforación el pozo Trión-1, donde PEP utiliza la plataforma Bicentenario de sexta generación, propiedad del Grupo R. Con la West Pegasus, de Sea Drill, realiza los trabajos del pozo Supremus I, cuya perforación será de casi dos mil 900 metros de tirante de agua. El Trión-1 es perforado a 28 kilómetros del límite internacional de aguas territoriales entre México y EU, a 62 kilómetros del pozo Great White-1 de ese país. A ello la paraestatal destina 150 millones de dólares. Con la perforación del pozo Supremus-1, en la misma zona, PEP espera encontrar petróleo ligero, como sucedió con Trión-1, donde tuvo información de los campos petroleros próximos en EU denominados Silvertip, Trident y Great White. FUENTE EL FINANCIERO

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