jueves, 21 de junio de 2018

Triunfa AMLO y lo que sigue



1. Desde que tomó posesión del gobierno en 1958 López Mateos (sexto presidente electo del PRI) y me hice consciente de la política, jamás me interesé acerca de lo que pasaría por un cambio de gobierno. Sabía desde entonces que en cada sexenio sólo cambiaban de nombre los funcionarios y todo permanecía igual; me hice consciente de que en México no solo había una dictadura de partido, que era una dictadura de clase social: la gran burguesía. Hoy sí estoy realmente preocupado porque ya estamos hasta la madre, pero con López Obrador llegaría a la Presidencia la centro/izquierda y se esperan cambios muy importantes en beneficio de la población. Los sectores de izquierda tenemos la obligación de participar buscando presionar con movimientos de masas por lo menos, para parar las acometidas de la burguesía y el imperio. 
2. El intelectual Enrique Krauze, a partir del casi seguro triunfo electoral de López Obrador el 1 de julio, se convertirá en el ideólogo formal –porque desde hace al menos dos décadas lo ha sido en los hechos- de la derecha, del conservadurismo mexicano. Él se ha autocalificado como liberal clásico, es decir, como los liberales del siglo XIX; sin embargo los liberales de nuestros tiempos –aunque vinieran de Juárez y Melchor Ocampo- se transformaron con el capitalismo, en los más grandes burgueses explotadores y opresores. Mientras exista la desigualdad social, las clases sociales y la lucha de clases, sólo existirán las dos rutas de siempre: a) Los que se organizan con los trabajadores del campo y la ciudad buscando la liberación y la igualdad, b) los que caminan junto a la burguesía explotadora y opresora reafirmando el conservadurismo.
3. Así como la derecha política y empresarial mantendrá sus argumentos ideológicos y políticos para obligar al entonces presidente López Obrador a seguir una política privatizadora que les beneficie, así también surgirán otras organizaciones para exigirle al presidente otros caminos que buscarán beneficios parciales. La realidad es que del primero de julio hasta el primero de diciembre, cuando formalmente tome posesión AMLO, habrán sido los cinco meses para que se presenten todos los programas, planes y proyectos que comenzarán a ponerse en práctica los primeros tres meses. Espero que el triunfo de López Obrador sea abrumador con el fin de que todas las medidas más urgentes sean aprobadas en las cámaras; que por lo menos en los tres primeros años no existan “contrapesos” como en las falsas democracias.
4. También existirá una o varias oposiciones de izquierda cuyo objetivo será presionar para que los cambios o reformas de AMLO se hagan más rápido evitando concesiones a la derecha. Todas las demandas de la izquierda son favorables al pueblo porque buscan la igualdad; sin embargo lo que suele retrasar es que la izquierda discute mucho: horas, días, semanas, para llegar a acuerdos por aquello de la desconfianza, las traiciones, la honestidad y la experiencia. Otra vez se me presenta aquella dualidad: el oportunismo de quienes buscan dinero y poder, y el sectarismo de quienes se oponen a todo sin pensar y diferenciar. ¿Qué se resolverá de la construcción del Nuevo Aeropuerto, de la privatización del petróleo, del “salario máximo de 100 mil”, de un congreso nacional de maestros, del cupo al 100 por % en las universidades, etcétera?
5. ¿Serán capaces la burguesía mexicana y el imperio de impedir los cambios más urgentes que el pueblo de México necesita? Esa puta asesina combinación de derechas, burguesías empresariales e imperialismo de EEUU, no fallan. A cada gobierno en el mundo el imperio yanqui “le lee la carta” diciéndole: “puedes hacer reformas, pero que de ninguna manera toquen mis intereses y los de mis protegidos”. ¿Puede olvidarse acaso aquella “Carta de Intención” del FMI que firmó en 1982 el presidente De la Madrid obligando a México a privatizar todo y a retirar apoyos sociales? ¿Qué le pasó a la URSS, a Cuba, a China, a Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, a países árabes, si no intervenciones de diversos tipos encabezadas por EEUU y sus burguesías empresariales? Siempre han sido cínicos al acusar de dictadores a los gobiernos antimperialistas, autocalificándose de demócratas.
6. Si la izquierda y centro/izquierda no son capaces de organizar un fuerte movimiento de masas en las calles y centros de trabajo para batallar por las demandas necesarias y defender lo que el pueblo tiene, López Obrador y su partido Morena serán fácilmente engullidos, tragados sin poner mucha resistencia, por los grandes empresarios y el imperio. López Obrador, en estas últimas semanas de campaña ha aflojado, ha dado pasos atrás frente a la cometida empresarial. Lo apruebo porque son los últimos pasos para ganar la Presidencia; pero si después sigue haciendo concesiones a la clase dominante para ganarse “su buena voluntad”, entonces se acabaron los “chances”. En vez de ponerse a llorar hay que continuar en las mil batallas aunque otros muchos ya cansados prefieran y decidan bajarse del tren.
Blog del autor: http://pedroecheverriav.wordpress.com
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