jueves, 4 de octubre de 2018

Odebrecht y el México corrupto


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Odebrecht y el México corrupto

 

 


Apenas el 11 de septiembre fue publicado el Reporte 2018 de Transparencia Internacional Exporting Corruption: Asssesing Enforcement of OECD Anti Bribery Convention, en el cual se establece que a pesar de que en México se ha construido el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), se mantiene como desde 2014 en que comenzó esta medición, entre las economías exportadoras que tienen un cumplimiento casi nulo de la Convención Internacional de Combate a la Corrupción y al Soborno.
Mejor Brasil, Argentina y Chile han subido en la escala de combate a la corrupción que nuestro país. El caso Odebrecht parece ser el estandarte que muestra al mundo que mientras 15 jurisdicciones han sancionado con base en la testificación de los 77 ejecutivos involucrados en el procedimiento anticorrupción en Brasil, Estados Unidos y Suiza, aquí la PGR cuyo encargado es Alberto Elías, sale con que en Brasil no le han enviado las pruebas ni le han comprobado nada al imputado.
Esto a pesar de que el exprocurador (removido del cargo para que no fuera fiscal carnal), admitió poco antes de dejar la dependencia que el expediente estaba completo y que el Inai, que preside Francisco Javier Acuña, ha resuelto en 14 diferentes momentos que se haga pública la información del expediente.
En el caso de México, el ECUIndex de Transparencia Internacional, cuyo Consejo Rector preside María Marván y dirige Eduardo Bohórquez, muestra el nulo avance en los casos de corrupción porque los abre, pero no los cierra ni los persigue ni los castiga. Este es el problema.
El punto clave es que en México se persigue mal el delito de corrupción hacia adentro, no se hace una persecución con el sistema de cooperación internacional para combatir la corrupción, cuando corporaciones mexicanas sobornan fuera de nuestras fronteras para obtener contratos.
Vea los casos señalados además del de Odebrecht: el de Cemex, que dirige Fernando González, es una denuncia abierta del Departamento de Justicia de Estados Unidos por supuestamente haber pagado 20 millones de dólares a la empresa que le provee de forma exclusiva de cemento y mineral para su planta de producción.
El de Grupo México y el caso de la mina de cobre en Sevilla, España (país que se encuentra entre los diez más corruptos) y el de Odebrecht, con Pemex en la administración de Emilio Lozoya, que ha implicado multas por dos mil 600 millones de dólares a la empresa y su filial Braskem en procesos en Suiza, Brasil y Estados Unidos, la penalización de 77 directivos incluyendo al entonces representante de la firma en México, Luis Weyll.
Un cuarto caso es la implicación en la red de sobornos de Teva Pharmaceutical Industries de Israel por haber admitido el pago de sobornos en Rusia, Ucrania y México, que resultó en el pago de multas por 519 millones de dólares, pero en México ni siquiera se han tomado la molestia de investigar.
El caso de Endesa y su filial Enel acusados de corrupción y, en México, ambas son concesionarias eléctricas y han ganado licitaciones petroleras.
Sabe cómo concluye el expediente: entre 2014 y 2017, México inició sólo tres investigaciones, pero no ha cerrado ningún caso. Esto sólo relacionado con la conducta en materia de sobornos en el sector privado.
Obvio que cuando nos ponemos frente a sobornos, desvíos y procesos en el sector público, pues evidentemente todos los casos se abren, pocos se cierran, la mayoría se extraditan a Estados Unidos y, prácticamente el sistema de investigación se pone al servicio del acusado y sus abogados, llega diluido o no llega al judicial (vea el caso Duarte, el soldado de EPN como le dijo en entrevista a Manuel López San Martín el exgober pugilista).
Hay una esperanza, y es que Morena con su mayoría legislativa, tendrá que dejar de ser ocurrente para comenzar a trabajar en un sistema, que no sólo investigue, sino que cierre casos y meta a la cárcel a quien deba pagar por corrupto. Lo demás será más de lo mismo y la urna cobra facturas.
DE FONDOS A FONDO
#Repsol… Le adelanto que hoy (jueves 4 de octubre) la firma Repsol, que en México dirige Esteban Gimeno, anunciará que han alcanzado la cifra de 100 estaciones de servicio abiertas en el país, tras la apertura de cinco nuevas instalaciones en Oaxaca y Guanajuato.
La compañía ha logrado este número en sólo seis meses, además como parte de su plan de expansión en el país, ya tienen presencia en 12 estados: Veracruz, Estado de México, Jalisco, Baja California Sur, Chiapas, Ciudad de México, Tlaxcala, Puebla, Tabasco e Hidalgo, y los ya mencionados Oaxaca y Guanajuato
Repsol cuenta con acuerdos firmados para alcanzar las 200 estaciones de servicio abiertas en México a finales de año, de las que 9% serán de nueva creación, con lo que cumpliría con el objetivo fijado al presentar el proyecto el pasado mes de marzo en el cual señalaban que tenían estimado realizar una inversión de ocho mil millones de pesos para en 2022 llegar entre 200 a 250 estaciones; sin embargo, al ritmo que llevan podrían superar la cifra.
De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía, que preside Guillermo García Alcocer, la empresa de origen español ya es la cuarta compañía extranjera más relevante de acuerdo con su número de estaciones.

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