El Poder manda, el populacho obedece
Artículo anterior del 12 de Dic. compare el antes y el despues.
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Lo
tenemos delante de nuestros ojos pero sorprendentemente no nos
percatamos del truco que el mago de turno realiza, no es magia, es
habilidad. Eso mismo ocurre con la política, supuestamente democrática,
que consiste en llevar a la gente frente a una urna y que vote.
Para votar han de existir opciones y es ahí donde se esconde el conejo en la chistera.
La primera engañifa consiste en saber quien se oculta en la trastienda
de las opciones que se presentan a las elecciones. No hay mucho que
descubrir, se trata del poder económico que en esta democracia aparente
lo ocupa todo como si del aire se tratara.
Es el poder económico
quien mueve los hilos para que parezca que el muñeco se mueve por si
mismo y hable por la voz del ventrílocuo que anima la fiesta.
Eso sí, durante la precampaña y la agobiante campaña los partidos
políticos ponen toda la carne en el asador con toda clase de ofertas, de
las que se proponen desdecirse, o lo que es peor, ni tan siquiera
piensan molestarse en cumplir.
Una vez tienen el voto en el bolsillo se olvidan del “puedo prometer y prometo …” y se rinden a los pies del poder económico que les ha pagado la campaña electoral
y les asegura, para la cúpula, el paso por la puerta giratoria. Así,
tal cual, se ha construido el capitalismo de amigos inseparables con
sobornos a la orden del día y con tesoreros de los partidos políticos
señalados como recaudadores de fondos. En definitiva, una vez que se ha
montado el circo de la elección de marionetas se cita al populacho para
la próxima convocatoria dentro de cuatro años y vuelta a lo mismo.
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Para
obtener un buen puñado de votos que permita llegar al poder se necesita
dinero. Es ahí, donde los señores del dinero esperan a los candidatos
para darles el beneplácito o la negación. Al igual que los emperadores
romanos levantaban el pulgar hacia arriba en señal de que el gladiador
viva o hacia abajo cuando debería morir.
La banca, el lugar de
peregrinación de los partidos políticos para obtener el pasaporte a la
contienda electoral, discrimina a quien le presta el dinero y a quien le
niega el pan y la sal. ¿Puede funcionar un sistema así? ¿Somos
imbéciles? Sí, lo somos y se aprovechan los tahúres del sistema de la
actuación torpe de las masas que se dejan influir por lo que les dicen
los medios de comunicación que son los que ganan o pierden elecciones.
La banca no tan sólo abre o cierra la puerta al candidato si no que si le conviene “fabrica” uno a su gusto.
A este elegido lo mima y lo cuida como un tesoro, se le proporciona
todo el dinero que haga falta para una campaña a nivel nacional,
mítines, carteles, spots, folletos …., lo que haga falta y más, se le
abren las puertas de los medios de comunicación que controlan y se pone
en marcha la caterva de periodistas y opinadores apaniguados que le
reirán todas las gracias al candidato y al incipiente partido.
La
opción manufacturada por el poder económico, rápida y
sorprendentemente, aparecerá en las encuestas como una fuerza
arrolladora respaldada por el favor de una buena mayoría de votantes.
¿Lo descrito es ficción o realidad? Real como la vida misma, el poder
económico, capitaneado por la banca, no es la primera vez que fabrica
una candidatura.
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Ocurrió
en las elecciones generales del 22 de junio de 1986, se trataba de la
Operación Roca que tenía que llevar en volandas al Partido Reformista
Democrático (PDR) liderado por Miguel Roca a La Moncloa. Con el
patrocinio de la banca, la Operación Roca estaba diseñada para colocar
en la presidencia del gobierno al político que le daba nombre a través
de un pacto entre Alianza Popular, PRD y CiU, formaciones que
constituirían un frente común que no permitiera renovar la mayoría
absoluta socialista mantenida desde 1982.
La operación empezó a estructurarse en el mismo momento en que Felipe González llegó a La Moncloa.
Los diez millones de votos conseguidos por los socialistas preocupaban
seriamente a la derecha tradicional. Manuel Fraga había alcanzado su
techo electoral con Alianza Popular, la Unión de Centro Democrático
estaba desintegrada y no parecía entreverse una fuerza de oposición que
pudiera frenar al socialismo. No se regatearon medios para colocar al
PRD en las encuestas. Se organizaron más de 1.700 actos electorales en
37 provincias, una verdadera campaña a la americana. Pero todo este
despliegue de recursos y esfuerzos no se vio recompensado. Ni tan
siquiera se obtuvo un triste escaño que pudiera lucir en la solapa el
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logotipo
del PRD. Frente al fracaso solo quedaron las deudas. A la mañana
siguiente, los acreedores hacen cola en el despacho de Miguel Roca.
Detrás del PRD estaba Convergencia Democrática de Catalunya (CiU) y las
instrucciones de Pujol son concisas: que cobre todo el mundo excepto la
banca. Los acreedores son legión en toda España. Los créditos de la
banca son punto y aparte. Ascienden a casi 4.000 millones.
Pero entre los banqueros no cunde el mismo pánico que entre los acreedores ordinarios. El cobro esta asegurado;
poco importa que las garantías del crédito sindicado ya no existan y
que el PRD no haya conseguido ninguna cuota de poder. Disponen de una
garantía mayor; una hipoteca, en sentido figurado, sobre una
administración que en aquellas fechas ya moviliza bastante más de medio
billón de pesetas.
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Los
fondos públicos vuelven a ser la medicina que cura todos los males
convergentes. El doctor Pujol (no es un sarcasmo: Pujol estudio la
carrera de Medicina) solo prescribe una receta, la milagrosa medicina
del
curalotodo.
El mecenazgo de la banca tendrá su rentabilidad. Cobrara hasta la última peseta,
aunque no por la vía directa, es decir, depositando en sus entidades
dinero contante y sonante. La vía será otra, la indirecta, a través de
sus empresas participadas. La Operación Roca supuso una hipoteca más que
añadir a esa singular fusión -que no se sabe donde empieza ni donde
acababa- de partido, Generalitat, Pujol y Cataluña.
La beneficiaria de tal hipoteca fue la gran banca:
el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya, Banesto, el Banco Hispano
Americano, el Banco Central, el Banco Popular… y también tenían su parte
La Caixa de Pensions, el Banco de Sabadell y Banca Catalana. Su
montante no era ciertamente escaso: ascendía a 5.900 millones de
pesetas. En el caso del Banco Hispano Americano se conoce la vía de
cobro. A una de sus empresas, la constructora Ferrovial, le fue
adjudicada la construcción y explotación de la autopista Terrasa-Manresa
por decisión personal y directa de Pujol. El proyecto, presentado a
ultima hora por Ferrovial, estaba inacabado, no cumplía con los
requisitos de la adjudicación v no podía competir con las otras ofertas,
por lo que ya estaba descartado por los técnicos. Pero Pujol lo
resucito.
La historia se repite
![1449316731_556921_1449352404_album_normal[1]](https://ataquealpoder.files.wordpress.com/2015/12/1449316731_556921_1449352404_album_normal1.jpg?w=578&h=384)
La
desastrosa gestión del Partido Popular le ha llevado de la mayoría
absoluta en esta legislatura, que ya acaba, a unas encuestas que
pronostican nubes de tormenta. En Cataluña el PP no se come ni un rosco,
es el furgón de cola con una representación de risa. Es, precisamente,
en Cataluña donde el PP ha metido la pata hasta la ingle para ganar
fuera unos votos con su mala leche aplicada a la
catalanofobia que se ha traducido en una maquina de fabricar independentistas. La cosa iba medio de broma ya que Rajoy anunciaba
urbe et orbe
que todo estaba bajo control mientras los catalanes iban ganando
terreno a su hoja de ruta. Llegó un momento que el poder económico, que
tiene mucho que perder con la secesión de Cataluña, se puso manos a la
obra. Había que reconducir los acontecimientos y matar dos pájaros de un
tiro. El otro pájaro se llama Podemos con un líder que se sabe explicar
y a lo tonto a lo tonto las encuestas le han llegado a dar en
estimación de voto, sin cocina, como primera fuerza elegible.
Las alarmas sonaron en las cúpulas del PP y PSOE y en los despachos de caoba del IBEX-35, los chicos de Podemos, sobretodo el de la coleta, son una amenaza.
Al poder político como al económico les aterroriza la perspectiva de que puedan perder su privilegiada posición,
ya que son tantas las atrocidades cometidas contra el populacho que se
las inventan todas con tal de seguir chupando del bote. No se trata de
manipular los resultados, sino de la manipulación a través del
“comecocos” de los medios de comunicación que
se cuidarán de
transmitir la buena nueva de un nuevo mesías que trae bajo el brazo
soluciones instantáneas que acaban con los problemas de la población
entera.
![1449316731_556921_1449352257_album_normal[1]](https://ataquealpoder.files.wordpress.com/2015/12/1449316731_556921_1449352257_album_normal1.jpg?w=519&h=345)
El
nuevo mesías se llama Albert Rivera, catalán para más señas, y líder de
Ciudadanos que es el elegido por el poder económico para apalancar al
Partido Popular que hace aguas en las previsiones de voto. Rivera, les
cubre la oposición al independentismo desde el mismo Parlament de
Catalunya y se puede batir el cobre con Pablo Iglesias, el ogro que roba
votos a todo el arco parlamentario. Dicho y hecho, en esta ocasión la
Operación Rivera no puede fracasar como fracaso el PRD
, la banca
pondrá toda la carne en el asador, e incluso el presidente del BBVA,
Francisco González, señalará a Rivera como el candidato ideal y
denostará al de la coleta. Me da la sensación que Ciudadanos no ocupará
el paraíso que le tienen preparado, las encuestas están infladas y todo
lo que la banca pueda
manufacturar es algo parecido al cuento
de la lechera. Igual me equivoco, pronto lo sabremos. Para aquellos que
no lo sepan, Ciudadanos (Ciudadans en catalán) nació bajo el auspicio de
una pequeña asociación, que controlaba a distancia Alejo Vidal Cuadras
que fue presidente del PP catalán, llamada: Asociación por la
Tolerancia.
Por aquel entonces se agrupaban a su alrededor varios profesores (de institutos y universidad)
que se oponían
a
que las clases se dieran en catalán. Resultó que en 1988 apareció mi
libro Jaque al Virrey que ponía de vuelta y media al presidente de la
Generalitat, Jordi Pujol, el partido e hijos. Todo o parte de
lo que un servidor decía hace 27 años de la cuadrilla de los Pujol ha
salido a la luz ahora ¡Qué vergüenza de país!
este feo asunto de
los Pujol es la acreditación de una democracia de mierda en la que los
que mandan están compinchados unos con otros. A lo que iba, la
Asociación por la Tolerancia les pareció ver en mi persona alguien afín y
me invitaron a sus actos. Allí conocí al vicepresidente, José Domingo y
le animé a que dirigieran sus reivindicaciones hacia la constitución de un partido,
al principio lo veían como utópico pero fue Fransceç Carreras, profesor
de Derecho Constitucional, quien eligió a uno de sus alumnos y le
propuso ser el cabeza de lista de Ciudadans. Se entonces de buena tinta,
por haber estado presente e impulsor de la constitución del partido que
se iniciaba con una mano delante y otra detras, precisamente la imagen
del cartel de propaganda electoral en el que aparecía Albert Rivera en
“pelotas” con una mano delante y otra detrás.
Al igual que en la
Operación Roca, en esta operación, para colocar su candidato a la
presidencia de la nación, la banca se cobrará su hipoteca y con creces. ¡Viva la democracia de pacotilla! ¡Viva la oligarquía!.
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Para
aquellos que tengan la curiosidad de saber como se lo montaron los
señores del dinero en la Operación Roca y el batacazo que se pegaron
esta descrito en
Jaque al Virrey que dejo a continuación.
Por cierto, Podemos no financia su campaña electoral con préstamos bancarios que la banca se cobra en especie.
NOTA: El próximo post será pasada las fiestas.
CUANDO ROCA SE QUEDO DE PIEDRA
El proyecto de extender el pujolismo más allá de los límites de
Cataluña acabó por ser el mas sonado de los fracasos electorales de
cuantos se puedan contabilizar en la etapa democrática. La estrepitosa
derrota del Partido Reformista Democrático, debida a la indefinición
política que subyacía en la denominada Operación Roca, se intento
enmascarar a través de ese recurso multiuso que parece servir para
justificarlo todo: el hecho diferencial catalán. La operación de
prefabricar un líder y catapultar un partido con la sola fuerza del
capital, planeada en el más puro estilo americano, no se vio
recompensada con el refrendo de los votos. Por muy abundante que sea, el
dinero no lo es todo. En ocasiones prevalecen otros factores que lo
neutralizan, como la simple coherencia. Las consecuencias del fracaso de
una iniciativa -y más cuando es escandaloso- afectan profundamente a la
dignidad de sus promotores. La grandeza de las personas solo puede
evaluarse en función de la posición que asumen ante la adversidad.
Cuanto mayor es esta, mayor es la oportunidad de valorar la categoría
del individuo o del colectivo de que se trate. Los convergentes fueron
los mayores impulsores del reformismo, situando a su número dos al
frente de la operación y con Pujol como valedor de la iniciativa. Tras
conocer unos resultados electorales que suponían la dilapidación de más
de 5.000 millones de pesetas sin haber conseguido un solo escaño, los
dirigentes de Convergencia se desmarcan en pleno de la operación. Sin
esperar a consensuar y repartir la parte alícuota del fracaso que
corresponde a cada cual, como si la hecatombe no fuese propia, Miquel
Roca habla en tercera persona de que “ellos ···han de seguir adelante”.
El “nosotros” queda reservado para los momentos de gloria. Fue tal el
desmarque de los convergentes con respecto a la Operaci0n Roca que los
múltiples acreedores radicalizaron en seguida sus exigencias de cobro
inmediato, ante la posibilidad de no recuperar las ingentes cantidades
que se habían invertido en carteles y páginas de publicidad.
La Operación Roca supuso una hipoteca mas que añadir a esa singular
fusión -que no se sabe donde empieza ni donde acaba- de partido,
Generalitat, Pujol y Cataluña. La beneficiaria de tal hipoteca era la
gran banca: el Banco de Bilbao, el Banco de Vizcaya, Banesto, el Banco
Hispano Americano, el Banco Central, el Banco Popular… y también tenían
su parte La Caixa de Pensions, el Banco de Sabadell y Banca Catalana. Su
montante no era ciertamente escaso: ascendía a 5.900 millones de
pesetas. Las garantías del crédito se desintegraron nada más conocerse
los resultados electorales. Al PRD apenas le correspondían 12 millones
por la subvención oficial del Ministerio del Interior por los 195.115
votos obtenidos., Se preveía conseguir entre 20 y 25 escaños, pero, al
devenir las previsiones en utopia y no conseguirse ni tan siquiera uno,
las garantías se evaporaron, aunque el compromiso de pago persistía.
La Operación Roca tenía que llevar a la presidencia del gobierno al
político que le daba nombre a través de un pacto entre AP, PRD y CiU,
formaciones que constituirían un frente común que no permitiera renovar
la mayoría absoluta socialista mantenida desde 1982. La operación empezó
a estructurarse en el mismo momento en que Felipe González llegó a La
Moncloa. Los diez millones de votos conseguidos por los socialistas
preocupaban seriamente a la derecha tradicional. Fraga había alcanzado
su techo electoral con Alianza Popular, la Unión de Centro Democrático
estaba desintegrada y no parecía entreverse una fuerza de oposición que
pudiera frenar al socialismo. Sólo Pujol había conseguido mantener su
hegemonía, por lo que fue hacia Cataluña hacia donde se dirigieron los
cantos de sirena. Roca, a la sazón portavoz de la minoría catalana en el
Congreso de Diputados, empezó a recibir propuestas y mensajes que debía
hacer llegar al todopoderoso Pujol. Extender los horizontes de poder
era uno de los objetivos. Pero a este se debían añadir otros motivos. El
experimento podría embarcar a Miquel Roca en un proyecto que le haría
relegar a un segundo termino sus aspiraciones de sucesión a la
presidencia de la Generalitat. Más tarde, pero dentro de la fase
embrionaria del proyecto, aún se añadió otro incentivo: el de poder
demostrar a los socialistas, destinatarios de la embestida, el error que
supuso su posición ante el caso Banca Catalana.
La operación Roca estaba ya bendecida por la Generalitat, por el
partido, por Pujol y por Cataluña. Sin embargo, como sucedía en muchos
de los proyectos de Pujol, la indefinición se combinaba con la
incoherencia. Miquel Roca participaba en el PRD a titulo personal, sin
ninguna representatividad de Convergencia Democrática de Catalunya. El
PRD no intervendría en Cataluña, ya que se consideraba representado por
CDC. Tampoco lo haría en el País Vasco, donde el PNV tenia su feudo,
aunque esta formación política no participase en el proyecto. Las
comunidades autónomas eran los ámbitos de referencia. En Galicia los
reformistas se apoyaban en Coalición Gallega, en Baleares en Unio
Mallorquina, en Extremadura se presentaban junto a Extremadura Unida. La
operación era, en definitiva, la exportación del concepto nacionalista
catalán al resto de comunidades. Se pretendió incorporar al proyecto
reformista al ex presidente del gobierno Adolfo Suarez, pero este
declinó la invitación. Es más, trató de disuadir a Roca de la operación,
ya que la consideraba un fracaso anunciado. Sin embargo, a Miquel Roca
las palabras de Suárez le parecieron un intento de eliminar competidores
dentro de ese trozo del pastel electoral que representaba la tendencia
de centro. Se creía -y este era el canto de sirena compartido por la
gran banca- que el espacio de centro aún persistía, y que había sido la
desintegración interna de la propia UCD la que había dado lugar a la
caída del voto centrista. La Operación Roca siguió sin Suárez. La gran
banca, convencida de las opciones del reformismo como partido bisagra
que permitiría romper con el bipartidismo aunque tuviera solamente
veinte diputados, consideraba que ese resultado podría otorgar la
hegemonía suficiente, por lo que no se regatearon créditos.
Ya estaba próximo el que tenia que ser el gran día del reformismo.
Las elecciones estaban anunciadas para el 22 de junio de 1986. La
maquinaria electoral convergente había dado al PRD toda la asistencia
logística y estratégica de la que disponía. Francesc Gordo se hizo cargo
de la intendencia, la disposición financiera era sobrada, los
estrategas de las campañas electorales de CiU multiplicaron esfuerzos y
Joaquín Lorente, el publicista de todas las campañas de la coalición,
diseño también la del PRD. No se regatearon medios. Se organizaron más
de 1.700 actos electorales en 37 provincias, una verdadera campaña a la
americana. Pero todo este despliegue de recursos y esfuerzos no se vio
recompensado. Ni tan siquiera un triste escaño que pudiera lucir en la
solapa el logotipo del PRD. Frente al fracaso solo quedaron las deudas.
La cobarde actitud de los convergentes en la noche electoral sorprendió a
propios y extraños. Se desmarcaron descaradamente de la operación. Fue
un mazazo, aunque, eso si, anunciado por las encuestas previas, que ya
adelantaban el resultado de cero escaños. Con el rostro desencajado y
visiblemente afectado, Miquel Roca se dirigió a los medios de
comunicación en tercera persona; “A los reformistas les ha ido mal”.
Refiriéndose a la coalición, CiU, decía en cambio; “Nosotros hemos
tenido éxito”. Pujol ni siquiera hace referencia al desastre. Los
acreedores que habían confiado sus trabajos y servicios pendientes de
cobro por la garantía, no ya al PRD, que era un producto manufacturado
de nueva circulación, sino a Pujol y, por extensión, a Roca,
reaccionaron indignados al escuchar atónitos las manifestaciones
publicas en el sentido de que el fracaso correspondía a otros. Se
desencadeno un pánico generalizado, como si de un hundimiento de la
bolsa a pequeña escala se tratara.
A la mañana siguiente, los acreedores hacen cola en el despacho de
Roca. Ante la presión a la que es sometido y con el varapalo de los
electores del día anterior, la cabeza de la Operación Roca se derrumba.
Es Francesc Gordo quien toma el relevo. Las instrucciones de Pujol son
concisas: que cobre todo el mundo excepto la banca. Los acreedores son
legión en toda España. Las cantidades de mayor cuantía son largamente
aplazadas. Bajo ningún concepto debe aparecer en los documentos de
reconocimiento de deuda que es Convergencia Democrática de Catalunya la
que paga las facturas del PRD. Los créditos de la banca son punto y
aparte. Ascienden a casi 4.000 millones. Pero entre los banqueros no
cunde el mismo pánico que entre los acreedores ordinarios. El cobro esta
asegurado; poco importa que las garantías del crédito sindicado ya no
existan y que el PRD no haya conseguido ninguna cuota de poder. Disponen
de una garantía mayor; una hipoteca, en sentido figurado, sobre una
administración que en aquellas fechas ya moviliza bastante más de medio
billón de pesetas.
Los fondos públicos vuelven a ser la medicina que cura todos los
males convergentes. El doctor Pujol (no es un sarcasmo: Pujol estudio la
carrera de Medicina) solo prescribe una receta, la milagrosa medicina
del curalotodo. El mecenazgo de la banca tendrá su rentabilidad. Cobrará
hasta la última peseta, aunque no por la vía directa, es decir,
depositando en sus entidades dinero contante y sonante. La vía será
otra, la indirecta, a través de sus empresas participadas. En el caso
del Banco Hispano Americano se conoce la vía de cobro. A una de sus
empresas, la constructora Ferrovial, le fue adjudicada la construcción y
explotación de la autopista Terrasa-Manresa por decisión personal y
directa de Pujol. El proyecto, presentado a ultima hora por Ferrovial,
estaba inacabado, no cumplía con los requisitos de la adjudicación v no
podía competir con las otras ofertas, por lo que va estaba descartado
por los técnicos. Pero Pujol lo resucito. La maniobra de saldar créditos
pendientes derivados de la hecatombe de la Operación Roca, sirvió a la
vez para realizar una operación de limpieza de deudas convergentes.
Apelando al aforismo según el cual no hay mal que por bien no venga, en
el mismo saco de las deudas reforrmistas se incluyeron las propias. La
cuantía de los créditos era tal que ya no se trataba de cien millones
mas o menos. E1 Banco de Bilbao, a través de su empresa participada
Papelera Española S.A., limpio la deuda de papel pendiente de pago que
tenia por parte del diario convergente,
El Correo ,Catalán, por
más señas propiedad del propio Pujol. Lo que se desconoce es como se
saldó este doble mecenazgo del Banco de Bilbao, aunque, conocida la
metodología aplicada en el caso del Banco Hispano Americano, pocas
pueden ser las diferencias existentes.
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