martes, 13 de diciembre de 2016

Siria y el guardaespaldas de mentiras

Siria y el guardaespaldas de mentiras



Obama le dice al yihadista que no se quite el disfraz de oveja: "No, por el momento yo dejaría la chaqueta, hermano". Sobre la piel de oveja: "Hermanos musulmanes". "Jabhat Fateh al-Sham" es el nuevo nombre que ha tomado el Frente Al-Nusra, organización terrorista que forma parte de Al-Qaeda. Con el cambio de denominación, la organización islamista facilitó el trabajo de los medios occidentales, que nos presentan a los terroristas de dicho grupo como "rebeldes moderados". En el artículo que sigue, John Wight habla de la "naturaleza goebbelsiana" de esta falsificación de la verdad: los terroristas son presentados como una especie de "resistencia francesa" o de "heroicos partisanos de la II Guerra Mundial", y los que tratan de liberar Siria del terrorismo islámico son presentados como "terroristas", nos dice el escritor escocés. 

Referencia documental
Original (fuente). John Wight: "Syria and the Bodyguard of Lies", publicado en CounterPunch  el 9-12-2016 (URL en hipervínculo)
Traducción: blog del viejo topo 
Añadidos. Negrita, imágenes y pies de foto son añadidos nuestros. Los hipervínculos o enlaces son del original y se han respetado tal cual figuran. La reseña biográfica del final es nuestra.




____


Siria y el guardaespaldas de mentiras
John Wight

Galina Mikhailova y Nadezhda Durachenko, miembros del equipo médico del hospital
de campaña ruso bombardeado el pasado día 5 en Alepo, muertas durante el ataque
.

Los heridos y muertos entre los miembros del equipo médico ruso, asesinados en un ataque con cohetes contra un hospital militar de campaña en Alepo, plantea de nuevo la cuestión de quién está prestando activamente apoyo a los terroristas en Siria, presentados en Occidente como "moderados" en una inversión monstruosa de la verdad.

Tal ha sido la naturaleza goebbelsiana de la cobertura mediática occidental del conflicto en Alepo, que el Frente Al-Nusra (ahora llamado Jabhat Fateh al-Sham) ha pasado de ser una organización terrorista, cuya metodología y objetivos son casi indistinguibles del ISIS, para transformarse en una versión reciente de la resistencia francesa o de los prestigiosos partisanos de la Segunda Guerra Mundial. En el proceso, los únicos realmente moderados involucrados en el conflicto en Siria -el Ejército Árabe Sirio, Rusia, Irán y otros aliados- han sido demonizados, acusados de atacar y aterrorizar a la población civil, incluyendo a los niños, cuando de hecho ellos son sus liberadores.

La historia no será benévola con aquellos que han propagado la mentira de sostener que en Siria se puso en marcha algo parecido a una revolución democrática. Por el contrario, el país y su pueblo han sufrido los estragos del Jemer Rojo Islámico, con la intención de "purificar" una sociedad multicultural y multirreligiosa de comunidades minoritarias, cuya existencia en esta parte del mundo se remonta a más de un milenio.

La inmensa mayoría de los sirios, sin cuyo apoyo el gobierno se habría derrumbado hace mucho tiempo, rechazan completamente la ideología de estos extremistas. Miles de estos tan siquiera son sirios, sino que han llegado de diferentes países del mundo musulmán como si fuesen una plaga de langostas, aprovechando la desestabilización de la región provocada por Washington y sus aliados en los últimos años.

El aspecto siniestro del conflicto en Siria, que el ataque al hospital de campaña militar ruso plantea, es en qué medida estos llamados rebeldes han contado con el apoyo de las potencias occidentales y regionales. ¿De qué otra manera podemos explicar la forma en que han sido capaces de sobrevivir durante tanto tiempo? ¿Quién les ha suministrado armamento, dinero, material, inteligencia y apoyo logístico que les ha permitido hacer lo que han hecho?

Rusia, en particular, ha sido vilipendiada en Occidente por su papel en el conflicto. En efecto, una ofensiva de propaganda anti-rusa neo-Macarthiana ha tenido lugar por toda Europa en respuesta a la misión militar de Rusia en el país. Se trata de una ofensiva de propaganda que se ha intensificado recientemente en paralelo con la operación de liberación de Alepo. Hemos visto a los medios de comunicación rusos, tales como RT y Sputnik Internacional, siendo objetivo de estos ataques, y cómo sus representantes han sido llevados ante comités parlamentarios específicos en el Reino Unido para "explicarse", acusados de vender propagando pro-rusa en lugar de noticias. También hemos visto portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., John Kirkby, negarse a contestar una pregunta legítima de un corresponsal de RT, atacando sus credenciales.

A este nivel, hay un elemento insidioso sin precedentes en la flagelación a la que Occidente somete a Rusia, y es que no es el gobierno de Rusia el que está siendo demonizado, sino Rusia misma - con la clara inferencia de que el carácter ruso es inherentemente deshonesto, malvado, perverso, etc.

Basta, ya es suficiente.

Ya no es creíble, y mucho menos ético, describir como terroristas a personas involucradas en actos de asesinatos masivos y matanzas en París, Londres, Bruselas o en Estados Unidos, al tiempo que se describe a los responsables del mismo tipo de asesinatos y masacres en Siria como 'rebeldes'. De hecho, es obsceno más allá de cualquier medida.

Al igual que en Afganistán, como en Irak, y al igual que en Libia, en Siria un grotesco experimento ha dado lugar a la desesperación humana, en el que el asesinato y el extremismo se han presentado como resistencia y revolución, y los que luchan para proteger a los civiles del terrorismo son presentados como terroristas. En este sentido, el mismo George Orwell no lo habría hecho mejor que esta cobertura realizada por los medios de comunicación occidentales.

Usted puede apoyar a los que están luchando contra el extremismo religioso y el sectarismo, o puede estar con los extremistas y los sectarios. Lo que no se puede hacer es ambas cosas a la vez; es decir, mantener retóricamente una posición contraria al extremismo mientras actúa contra aquellos que están arriesgando sus vidas luchando contra él en el terreno. Por ello el enemigo de la gente en Reino Unido, Francia y EE.UU. es la hipocresía de sus propios gobiernos y sus acólitos medios de comunicación.

Siria, gracias a la tenacidad de sus fuerzas armadas, no seguirá el mismo camino que los países ya mencionados - Afganistán, Irak y Libia - y verá su sociedad desfigurada, su desarrollo destruido, y despojada su cultura al servicio de una agenda hegemónica que ha sido responsable del sufrimiento humano a gran escala. Si bien puede tardar años en ser reconstruida, dada la magnitud y la naturaleza brutal del conflicto que la ha engullido, será reconstruida.

Lo que nunca será reconstruida es la reputación y la integridad de aquellos que han escrito una nueva página en los anales de la mentira y del doble juego engañoso que han sustentado las palabras y las acciones de Occidente cuando se trata de Alepo y del conflicto sirio en su conjunto.

Parafraseando nada menos que a Winston Churchill, en Occidente la verdad cuando se trata de Siria está siendo protegida por un guardaespaldas de mentiras.

John Wight
CounterPunch
_____


Escocés de nacimiento, John Wight es un articulista que ha publicado en periódicos y sitios web de muchos países. También es comentarista habitual en RT y BBC-Radio. Es el autor de unas "irreverentes y políticamente incorrectas" memorias sobre Hollywood, con el título Dreams That Die (Sueños que mueren), en las que narra sus experiencias de joven como guionista en el mundo del cine, sus "aventuras" y "desventuras". Tras el 9/11, Wight se unió al movimiento contra la guerra iniciada por Bush en Irak, una etapa de su vida que también recoge en estas memorias. Ha escrito también hasta cinco novelas y actualmente trabaja en un libro sobre el papel de Occidente en las llamadas primaveras árabes.
Lo puedes seguir en Twitter en @JohnWight1  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario