domingo, 15 de octubre de 2017

BRICS aprovecha para integrar al país Azteca


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BRICS aprovecha para integrar al país Azteca

 

 


Trump va echar a México del TLCAN y lo arrojará a los brazos del BRICS; las empresas prefieren irse a México

El gobierno mexicano es muy iluso o muy tonto, o ambas cosas, pero la cuestión es que creyeron que los mexicanos le importabamos al gobierno estadounidense y canadiense; creyeron que eran nuestros “amigos”, pero con el arribo de Trump a la Casa blanca se han caído las caretas y han mostrado sus verdaderos sentimientos hacia México.
Donald Trump ya advirtió, en más de una ocasión, que no quiere a los mexicanos como “socios” de los EEUU; pero en cambio si quiere a los canadienses como socios y aliados.
Y eso es así desde que México es México y EEUU es EEUU.
Nunca los gabachos nos han querido como amigos, vecinos o socios, jamás; siempre nos han visto como seres inferiores, como seres a los que se les puede despojar, humillar y explotar.
El mexicano y el estadounidense son diferentes desde su misma concepción, pues mientras aquí gobernaron los españoles, y además hubo una mezcla de razas indígenas, europeas, asiáticas y españolas, allá básicamente hubo un exterminio de los habitantes autóctonos de esa región, y los que se pudieron salvar fueron confinados a “reservas” o, en otras palabras, a guetos.
También nos diferencia la religión, pues mientras aquí el catolicismo romano fue impuesto como única religión durante la colonia, allá básicamente dominó el protestantismo desde sus inicios, aunque siempre hubo una cierta tolerancia a la diversidad religiosa, la que aquí se combatió ferozmente desde la colonia. Esa diferencia de religión es fundamental para entender el desarrollo de ambos países.
También allá básicamente dominó la raza anglosajona con adición de algunas otras razas europeas; aquí básicamente fue la española y la indígena, lo que también explica la diferencia de mentalidad, ideología, entre ambas sociedades.
Pero eso también explica por qué los gringos no quieren a los mexicanos y básicamente nos ven como mano de obra barata a la que hay que explotar. Y también eso explica por qué los estadounidenses si quieren a los canadienses, o al menos los toleran y los ven como socios, mientras con los mexicanos es todo lo contrario.
La afinidad ideológica entre estadounidenses y canadienses es obvia, mientras que las diferencias con los mexicanos son notables. Son dos diferentes maneras de pensar, de ver el mundo.
Y eso se comenzó a gestar desde la misma invasión europea de América, pues eran dos imperios que trataban de ocupar todo el mundo, en este caso América, y que luchaban entre sí por los nuevos territorios, vastos territorios, que querrían ocupar y explotar. Así, en el norte de América quedaron los ingleses y franceses, entre otros grupos europeos; y en el sur quedaron españoles y portugueses. Españoles y portugueses eran afines culturalmente, mientras que ingleses, franceses y holandeses eran más afines entre ellos.
Así, la cultura, la ideología, la idiosincrasia, que se forjó en ambos hemisferios quedó muy marcada y diferenciada.
Mientras en Norteamérica prevalecía un espíritu emprendedor e imperialista, en el sur prevaleció un espíritu más bien conformista, y en algunos casos derrotista, porque en Norteamérica básicamente eran europeos con una minoría africana e indígena esclavizada, mientras en Sudamérica era una mezcla de razas entre indígenas (indígenas derrotados y sometidos que se les mantenía en la ignorancia), con españoles y portugueses, y con alguna que otra adición de razas africanas y asiáticas. Eso moldeo la psique de ambas regiones.


Pero como vuelvo a repetir, quizá el factor decisivo que moldeó la forma de pensar de ambos fue la religión; y también fue la diferencia más marcada.
La religión católica hacia oda a la pobreza, tanto material como espiritual. La jerarquía católica predicaba la humildad mientras ellos nadaban en opulencia. Le decían a la gente que Dios amaba a la gente humilde, pobre, para ellos quedarse con toda la riqueza del pueblo.
Eso influyó de forma definitiva en la forma de pensar del mexicano y, en general, del latinoamericano.

También otra cosa que nos trajo el hecho de que fueran los españoles los que gobernaran por muchos siglos en estas tierras fue la indisciplina, el egoísmo, el conformismo, pues Dios no quería gente rica, sino pobre; gente sumisa que se dejara manipular por la jerarquía eclesiástica.
Pero las disputas entre el imperio español y portugués contra los ingleses se verían reflejadas en los países que surgieron de esos imperios. Así, México desde un principio se vio hostigado por los estadounidenses, pues ellos querían nuestras tierras, tierras que por otro lado México no supo aprovechar ni explotar; las descuidó y casi las abandonó; nunca, o casi nunca, se desarrolló un plan serio para poblar esos territorios y para impulsar su desarrollo. Pero eso era lo normal en el México post colonial, pues aquí reinaban las rencillas, los egoísmos, las disputas entre mexicanos, pues cada quien quería jalar para su lado y nunca hubo unidad, cosa de la que se aprovecharon los estadounidenses para arrebatarnos nuestro territorio. además, México cometió el error de permitir la inmigración anglosajona a Texas, Nuevo México, Arizona, California, etcétera; y no solo la permitió, sino que la fomentó en un afán por poblar esas tierras y explotarlas, solo que no consideró que los anglosajones no querrían pertenecer a México, ni simpatizaban con los mexicanos y que buscarían la separación, pues pensaban de manera diferente que los mexicanos y, además, no nos querrían, a excepción de los irlandeses; irlandeses que lucharon por México, por pertenecer a México, pues nos unía la religión y la animadversión a los ingleses estadounidenses.
Pero volviendo a los tiempos actuales: Trump ya lo volvió a repetir; él no quiere a los mexicanos como socios y prefiere pactar un tratado bilateral de libre comercio con Canadá pero sin México, pero nuestro gobierno sigue ahí de necio queriendo que los EEUU nos traten de iguales, de “amigos”, cuando el Trompas ya se los ha repetido en más de una ocasión: no nos quiere.

Aunque los gobiernos anteriores estadounidenses no es que nos quisieran, ellos solo nos veían como suministradores de mano de obra barata y de materias primas.
También les interesaba mantener a México dentro del área de influencia de Washington, pues no deseaban un posible rival en el sur; pero principalmente lo que no deseaban era la posible instalación aquí de alguna potencia extranjera, como Rusia o china.
Y eso de que solo nos veían cómo fuente de materias primas, mano de obra barata y petróleo, queda completamente comprobado si consideramos la reforma energética impulsada por el gobierno de Peña Nieto y por la entonces secretaria de estado estadounidense, Hillary Clinton.
Por eso el gobierno mexicano querría que Hillary Clinton quedara de presidenta, pues tenían acuerdos con ella para explotar los recursos naturales de México en beneficio de la elite estadounidense y de los políticos corruptos mexicanos. Por eso cuando ganó Trump, acá se rasgaron las vestiduras los gobernantes y las televisoras al servicio de este estado corrupto y apátrida. También con el gobierno de Bill Clinton, y después con el de Obama, se pactó un acuerdo de seguridad regional conocido como iniciativa Mérida, posteriormente renombrado cómo Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN).
Ese acuerdo de seguridad regional pretendía insertar a México dentro del plan estadounidense de seguridad nacional y su posterior introducción a la OTAN.
Pero el arribo de Trump ha trastocado todos esos planes del establishment estadounidense y de la clase política corrupta y apátrida mexicana. 

Trump hace lo qué hace porque él no es parte del sistema, o al menos no del todo, y él no entiende, o no le hacen saber, los planes de la elite; por eso él quiere acabar con el TLCAN y con el ASPAN. Pero lo hace más que, por otra cosa, por sus prejuicios que mantiene contra los mexicanos y por sus promesas de campaña, pues él prometió acabar con el TLCAN, construir un muro fronterizo que pagaran los mexicanos, y por devolverle los trabajos a los estadounidenses; promesas todas que tienen que ver con México.
Él supone que al dejar a México fuera del tratado de libre comercio muchas empresas estadounidenses, y algunas extranjeras, que se han establecido en México regresarán a EEUU, pero lo que no entiende es que no es así de sencillo.

Si las empresas estadounidenses, y de otras partes del mundo, se han establecido en México es por sus bajos salarios, por la disponibilidad de materias primas y energía, y por las facilidades que les brinda el gobierno mexicano; claro que también es por el TLCAN, pero no solo es por ese factor.
Así que, si Trump cumple su palabra y echa a México del tratado de libre comercio, no todas las empresas regresarán a EEUU, es más, muchas emigrarán a México, pues prefieren mantener el comercio con el resto del mundo que solo con EEUU; prefieren el mercado mundial que solo el estadounidense. Además, si se establecen en EEUU tendrán que pagar mayores impuestos y mayores salarios, muy superiores a los que se pagan en México; Así mismo, los insumos, materias primas y energía serán bastante más caras que en México; esa es una gran razon para permanecer en este país.
Ese es el motivo de por qué Trump exige como condición para mantener el TLCAN que México homologue sus salarios con los de EEUU y Canadá, para que así el país pierda competitividad con respecto a ellos y de esa manera consideren las empresas regresar a EEUU. Con Canadá no tienen ese problema, pues los precios y salarios son similares a los de EEUU.
Esta propuesta, o exigencia, de Trump, sin duda es magnífica para los mexicanos, aunque él la proponga solo por cuestiones económicas que beneficiarán supuestamente a EEUU. Pero parece que los políticos negreros mexicanos no la van aceptar con lo cual el tratado comercial está condenado al fracaso.
Lástima por los compatriotas que veían una luz para que se les subieran los salarios a un nivel digno, pero estos políticos apátridas mexicanos nos quieren mantener en la pobreza e ignorancia, como siempre ha sido.
Pero otra consecuencia que traerá la presidencia de Trump será la salida de México de la esfera de influencia de Washington y su posterior unión a los BRICS.
Ya en la pasada reunión de los BRICS en Pekín, donde se acordó la eliminación del Dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, México participó como observador con opción a formar parte del grupo. Ya entonces el gobierno mexicano preveía lo que iba a pasar con el TLCAN y con Trump, por eso se anticiparon a los hechos y buscaron la alianza con los BRICS.
De esta manera se hace oficial la inclusión de México en los BRICS y se inaugura de forma definitiva un nuevo orden financiero mundial.

Trump va traer la ruina para los EEUU, pues por su egoísmo va a perder a un aliado importante, y por su soberbia llevará a los EEUU a una guerra atómica que podría desembocar en una guerra mundial.
Esto, desde el inicio de la presidencia de Trump lo anticipé y tal parece que los eventos se dirigen hacia ese desenlace.
En el Facebook les pregunté que si querían saber por qué Trump sería una bendición para México, pues esta es la respuesta.
Otra cosa que traerá para México Trump será una probable contra reforma energética, pues los políticos mexicanos buscarán asociarse con los rusos y chinos más que con los estadounidenses; por lo tanto, anularán la previa reforma energética que contemplaba entregar los recursos naturales y el petróleo del país a las empresas anglosajonas y crearán una contra reforma para buscar alianzas con los BRICS.
Aunque lo mejor, cosa que no entienden los políticos corruptos mexicanos, o sí lo entienden pero les vale, es que los recursos naturales continuaran siendo solo de los mexicanos y, por lo tanto, crear una contrarreforma energética para anular todos los acuerdos vinculantes con el establishment estadounidense y con sus empresas; así como para modernizar la administración de Pemex y eliminar tanta sanguijuela que chupa de la sangre del país; aunque las primeras sanguijuelas son precisamente ellos.
Por el momento Carrier inicia recorte de empleos en EU que mudará a México

Carrier comenzó el recorte de alrededor de 600 empleos en su fábrica de Indianápolis, como parte de un plan previamente anunciado para reubicar la producción de ventiladores, anunció la firma este miércoles.

Carrier inició recortes de empleos en la fábrica de Indianápolis que se convirtió en un blanco del presidente Donald Trump durante su campaña por planes de la compañía de trasladar trabajo a México.
Alrededor de 300 empleados se irán esta semana como parte de un plan previamente anunciado para reubicar la producción de ventiladores, dijo Carrier en un comunicado este miércoles. Un total de 600 empleos serán eliminados durante los próximos meses, dijo la unidad de United Technologies.
Carrier dijo que sigue cumpliendo un compromiso de emplear a cerca de mil 100 personas en la planta de hornos de gas. El fabricante acordó a finales del año pasado detener los planes de mudar trabajos al extranjero después de una tormenta de críticas de Trump. La medida atrajo el interés nacional durante la campaña presidencial después de que un video del anuncio a los empleados grabado por un trabajador con su celular se volvió viral en las redes sociales.
Los empleados que perderán sus empleos recibirán un pago único, una indemnización por despido y seis meses de seguro médico, dijo Carrier. Más de 30 cursarán estudios bajo un programa de la compañía.
United Technologies también fabrica motores a reacción Pratt & Whitney y elevadores Otis.
Carrier, empresa dedicada a construir aparatos electrónicos para el hogar como ventiladores, aire acondicionado y equipo de refrigeración, entre otros, anunció el 10 de febrero de 2016 sus planes de mover su planta de Indiana a Nuevo León, en un tiempo estimado de tres años.
Tras esto, durante su campaña, el presidente de Estados Unidos convirtió a Carrier en uno de sus blancos favoritos y amenazó con imponer aranceles de 35 por ciento a cada aparato de aire acondicionado que importara desde México.
En diciembre del año pasado, Donald Trump logró persuadir a Carrier a mantener cerca de mil empleos en Indiana. Sin embargo, de acuerdo con información de Bloomberg y The Wall Street Journal, la compañía de todas formas informó que abriría mil 300 plazas en México: 600 de la planta en Indianápolis y otras 700 de una segunda fábrica que cerrará en Huntington, también en Indiana.
Con información de: http://www.elfinanciero.com.mx/empresas/carrier-inicia-recorte-de-empleos-en-eu-que-mudara-a-mexico.html

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