miércoles, 3 de julio de 2019

La Unión Europea en la estrategia ‎nuclear del Pentágono, por Manlio Dinucci


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La Unión Europea en la estrategia ‎nuclear del Pentágono, por Manlio Dinucci


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El general Joseph Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, participó el 13 ‎de junio en la entrega de diplomas a los graduados de la Universidad de la Defensa Nacional, ‎ocasión que aprovechó para declarar que «toca a los oficiales generales dirigir el cambio en un ‎mundo inseguro». ‎
Los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN fueron convocados a Bruselas, el 26 ‎y el 27 de junio, para aprobar las nuevas medidas de «disuasión» contra Rusia, acusada ‎sin pruebas de haber violado el Tratado INF.
En definitiva esos ministros acabarán alineándose ‎detrás de Estados Unidos, país que –después de retirarse definitivamente de ese tratado el 2 de ‎agosto de 2018– ahora prepara el despliegue en Europa de misiles estadounidenses de alcance ‎intermedio (entre 500 y 5 500 kilómetros), similares a los misiles de los años 1980 –Pershing II– ‎que habían sido eliminados, junto a los SS-20 soviéticos precisamente por el Tratado INF firmado ‎en 1987 por los presidentes de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbatchev, y de Estados Unidos, Ronald ‎Reagan. ‎
Las principales potencias europeas, cada vez más dividas en el seno de la Unión Europea, se ‎reagrupan en la OTAN –bajo las órdenes de Estados Unidos– para apoyar sus intereses ‎estratégicos comunes. Esa misma Unión Europea, que cuenta entre sus 27 miembros 21 países ‎que son también miembros de la OTAN, ha rechazado en la ONU la proposición rusa de mantener ‎el Tratado INF. Sobre ese tema de gran importancia, los gobiernos y los grandes medios de ‎difusión mantienen deliberadamente a la opinión pública europea en la mayor ignorancia. Razón por la ‎cual los europeos no perciben el creciente peligro en que se encuentran: la posibilidad cada vez ‎mayor de que se llegue un día a recurrir al uso de armamento nuclear. ‎
Eso es lo que confirma el más reciente documento estratégico de las fuerzas armadas de ‎Estados Unidos, Nuclear Operations (dado a conocer el 11 de junio), redactado bajo la dirección ‎del jefe del Estado Mayor Conjunto. Bajo la premisa de que «las fuerzas nucleares proporcionan a ‎Estados Unidos la capacidad de perseguir sus propios objetivos nacionales», ese documento ‎subraya que dichas fuerzas deben ser «diversificadas, flexibles y adaptables» a una «amplia ‎gama de adversarios, de amenazas y de contextos». Aunque Rusia advierte que incluso el uso de ‎una sola arma nuclear de baja potencia iniciaría una reacción en cadena que podría conducir a un ‎conflicto nuclear a gran escala, la doctrina estadounidense está orientándose sobre la base de un ‎peligroso concepto de «flexibilidad». ‎
El mencionado documento estratégico afirma que: ‎ ‎
«las fuerzas nucleares estadounidenses proporcionan los medios de aplicar la fuerza a una ‎amplia gama de objetivos con tiempos y medios escogidos por las agencias de inteligencia, ‎que evalúan la vulnerabilidad [de esos objetivos] a un ataque nuclear, previendo también ‎los efectos de la lluvia radioactiva.»

Según subraya ese documento, el uso de armas nucleares ‎
«puede crear las condiciones de resultados decisivos, en particular la utilización de un ‎arma nuclear cambiará fundamentalmente el marco de una batalla creando las ‎condiciones que permiten a los comandantes ganar en el conflicto».

Las armas nucleares permiten además a Estados Unidos «tranquilizar a sus aliados y socios», ‎quienes, confiando en ese armamento, «renuncian a la posesión de sus propias armas nucleares, ‎contribuyendo a los objetivos estadounidenses de no proliferación». ‎
El documento indica sin embargo que «Estados Unidos y algunos de sus aliados seleccionados en ‎el seno de la OTAN conservarán aviones con doble capacidad que puedan transportar armas ‎nucleares o convencionales». Reconoce así que 4 países miembros de la Unión Europea ‎oficialmente no nucleares –Italia, Alemania, Bélgica y los Países Bajos– así como Turquía, están ‎violando el Tratado de No Proliferación, no sólo al acoger en su territorio armas nucleares ‎estadounidenses (las bombas B-61, que a partir de 2020 serán sustituidas por las B61-12, más ‎mortíferas) sino además preparándose para utilizarlas en un posible ataque nuclear bajo las ‎órdenes del Pentágono. ‎
Sobre todo eso mantienen el mayor silencio los gobiernos, los parlamentos, las televisiones y los ‎diarios, además del silencio cómplice de la aplastante mayoría de los políticos y periodistas, ‎quienes en cambio nos repiten cada día lo importante que es la «seguridad» para nosotros, los ‎italianos y los demás europeos miembros de la Unión Europea. Una «seguridad» que ‎Estados Unidos nos garantiza desplegando en Europa más armamento nuclear. ‎
Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio ‎

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