lunes, 11 de febrero de 2013

¿Por qué puede un Papa renunciar?

¿Por qué puede un Papa renunciar?

¿Puede el enviado de dios en la tierra, según la Iglesia Católica, decidir unilateralmente terminar con su pontificado?
En teoría, no hay nada -ni nadie- que se lo impida.
Es más, el derecho canónico -mediante el cual se rige la Iglesia Católica- contempla la posibilidad de dimisión, aunque Benedicto XVI es el primero en hacerla efectiva en tiempos modernos.
“Una vez que la renuncia es formal y acreditada, lleva consigo la vacante de la sede pontificia. Por lo tanto, es convocado el colegio de cardenales”, le comenta a BBC Mundo Antonio Viana, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra.
Este lunes, mediante un comunicado el otrora cardenal Joseph Ratzinger explicó: “Tras examinar repetidamente mi conciencia antes Dios, he llegado a la certidumbre de que mi fortaleza, debido a la avanzada edad, no es adecuada para el ejercicio del ministerio”.
El caso es histórico para el derecho canónico moderno. “No hay precedente en la historia de la iglesia, pero sí está previsto que un papa pueda dimitir”, dice el profesor Viana.
Aunque las razones no han sido mayormente explicadas, desde el punto de vista del derecho eclesiástico, no necesitan serlo, ya que las únicas condiciones para la validez de una renuncia de ese tipo son que se haga libremente y que sea debidamente publicada.
“Podría ser fundamentalmente por razones de salud. Que el Papa, previendo su ancianidad o dificultad física, decida dimitir”, le explica Viana a BBC Mundo.
Por ahora, hay que esperar que se acredite oficialmente la renuncia. Como el caso no tiene precedentes, el profesor asegura que tampoco está regulada la forma en que se presenta formalmente la renuncia. “Debiera presentarse ante el cardenal decano del colegio cardinalicio”.
Los otros renunciados
Según el análisis histórico de David Willey, corresponsal de la BBC en el Vaticano, ha habido, sin embargo, una persistente especulación de historiadores de que durante la Segunda Guerra Mundial, el papa Pío XII elaboró un documento asegurando que si él era secuestrado por los nazis se considerara que había renunciado y que su sucesor debía ser elegido.
Yendo más atrás en el tiempo, el último caso de un Papa renunciante se remonta a más de cinco siglos. El papa Gregorio XII, que reinó desde 1406 hasta 1415, lo hizo para poner fin a lo que se llamó el Cisma de Occidente.
Había tres pretendientes al trono papal en ese momento: el Papa romano Gregorio XII, el Papa de Aviñón Benedicto XIII y el antipapa Juan XXIII.
Antes de renunciar, Gregorio XII formalmente convocó a un concilio de la Iglesia y lo autorizó a elegir su sucesor, según la investigación de Willey.
El único otro ejemplo significativo de una renuncia papal se remonta aún más lejos en el tiempo.
En 1294, el papa Celestino V, apenas cinco meses después de su elección, emitió un decreto declarando solemnemente que estaba permitido que un Papa dimitiera. Y luego lo hizo.
Vivió durante dos años más como un ermitaño y más tarde fue declarado santo. El decreto que emitió terminó con cualquier duda entre los especialistas de derecho canónico sobre la validez de una renuncia papal, explicó el corresponsal.

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