martes, 19 de marzo de 2013

El Papa y el "ego por las nubes" de los argentinos

El Papa y el "ego por las nubes" de los argentinos

Hace 3 h 40 min

Argentina. Un país que ondea cual bandera al mejor futbolista del mundo, Lionel Messi, como ya lo hizo con quien es considerado el mejor futbolista de la historia, Diego Armando Maradona.
Argentino. Foto: Reuters
La argentinidad brotó al saber del nuevo Papa.
Este año además verá a una de las suyas, Máxima Zorreguieta, coronada como reina de Holanda.
Y ahora, muestra con orgullo a un Papa. Francisco.
¿Explota el ego de los argentinos con tantas figuras internacionales?
En el resto de América Latina se habla en broma (o en serio) sobre el presunto carácter engreído o arrogante del argentino. Un estereotipo que, como todos, tiende a ser más una simplificación que una descripción acabada y objetiva.
Aunque ello no impida las -comprensibles- celebraciones y manifestaciones de orgullo patrio que brotaron a raíz de la designación de un Papa nacido en Buenos Aires.
"Esto nos va a agrandar muchísimo", señaló a BBC Mundo Marcelo, un oficinista de 40 años.
"El argentino ya de por sí tiene el ego alto con esto de tener a Maradona y Messi, ahora con lo del Papa se nos va a ir el ego por las nubes", afirmó.
Verónica, de 24 años, empleada de un supermercado, no difiere y dice: "Creo que el tema de no haber tenido nunca un Papa argentino es un orgullo y va a hacer que se infle nuestro ego".
Aunque agrega: "Es muy probable que exacerbe nuestra fama como argentinos arrogantes pero no me importa, estoy muy contenta".
Lo interesante de recoger opiniones en la calle es encontrar diversidad. Y Antonio, de 59 años, la ofreció.
"Yo no creo que esto nos haga muy agrandados. Por lo que veo y escucho de otras personas no es así", señaló.

Argentinidad

¿Qué impacto puede tener en una sociedad que uno de los suyos se convierta en el máxima jerarca de la religión con más seguidores en el mundo?
Una encuesta de la consultora Ibarómetro, comisionada por el diario Página/12, reveló que un 80% de los residentes de Buenos Aires se sentían orgullosos por tener un Papa argentino.
Otro estudio de opinión pública, elaborado por Management & Fit para el diario Perfil, señaló que al menos 70% de los encuestados pensaba que "Argentina tendrá más prestigio" al ser argentino el primer Papa latinoamericano.
Según señaló a BBC Mundo Gladys Adamson, directora de la Escuela de Psicología Social del Sur, en Buenos Aires, "no se puede generalizar y decir que la elección de (Jorge) Bergoglio inflará el ego de los argentinos. Es una figura que divide, no todos están orgullosos de que fue elegido Papa".
Si bien muchos católicos celebraron el nombramiento de Bergoglio, hay un sector que no lo hizo.
"...no se puede generalizar y decir que la elección de (Jorge) Bergoglio inflará el ego de los argentinos. Es una figura que divide, no todos están orgullosos de que fue elegido Papa"
Gladys Adamson, psicóloga social
Ese sector de argentinos puede ser el que sufrió el rechazo del ahora pontífice hacia la legalización de los matrimonios igualitarios en 2010 o quienes promueven un aborto legal y seguro. También están los ateos, o los que acusan al Papa Francisco de haber sido cercano al gobierno militar de los años 70 y principios de los 80 (lo que Bergoglio niega tajantemente).
"Quienes más se agrandan por la elección de un Papa argentino son aquellas clases más preocupadas por su imagen, más formales, que se sienten reconocidas por esta elección", dice Adamson.
Aunque añade: "El ego de los argentinos es muy ambivalente. Por un lado está esa arrogancia, el sentirse importantes, pero por el otro somos muy autocríticos. Muchos hacen chistes con lo del Papa diciendo 'quién nos va a aguantar ahora?'".
Una dualidad o ambivalencia a la que apeló reiteradamente el fallecido escritor argentino Ernesto Sábato para explicar la "argentinidad".
La corresponsal hasta 2011 de BBC Mundo en Buenos Aires, Valeria Perasso, define bien esta dualidad.
"La sociedad se ve a sí misma como mentirosa y confiable, improvisada y previsora, nostálgica o alegre, racional y emotiva, individualista pero solidaria. Todo a la vez.
Una dualidad que explica, tal vez, la mirada implacable que los argentinos tienen de sí mismos mientras, desde afuera, se los califica de ególatras y autosuficientes", señaló Perasso.

Cuestión de ego

Cristina Fernández y el Papa Francisco
Cristina Fernández y el Papa Francisco, con un mate.
Enfocarse en el ego argentino puede ser injusto.
Quien haya estado en México habrá comprobado el orgullo patrio generalizado que caracteriza a dicha sociedad, por la bandera, el país, la cultura milenaria, o la celebración del "Grito de Dolores".
También ocurrirá lo mismo con chilenos, peruanos, brasileños, venezolanos, colombianos, costarricenses o dominicanos. ¿Acaso no todos (o casi todos), en mayor o menor medida, están orgullosos de su origen?
¿Por qué entonces se habla sólo de Argentina?
Para los especialistas quizás hay una explicación en la construcción de la sociedad argentina, caracterizada como casi ninguna otra por una enorme inmigración.
"El término argentinidad es relativamente reciente, surge a principios del siglo XX, (...) quien lo enuncia por primera vez (...) no es un argentino sino un español, el filósofo Miguel de Unamuno"
Luis Fanlo, sociólogo
"El tema del ego exacerbado de los argentinos es complejo. Surgió a finales del siglo XIX cuando el país era una de las potencias más ricas del mundo y después con las Guerras Mundiales, cuando Argentina se convirtió en 'el granero del mundo'", señala Adamson.
Tal período, de finales del siglo XIX, se caracterizó por una enorme ola de inmigración que según algunos estudios llevó a que en un momento tres cuartas partes de la población recién llegaba del extranjero.
Y ahí se construyó el concepto de "argentinidad".
"El término argentinidad es relativamente reciente, surge a principios del siglo XX, (...) quien lo enuncia por primera vez (...) no es un argentino sino un español, el filósofo Miguel de Unamuno y que el momento histórico en que lo enuncia está marcado por un acontecimiento – la gran inmigración- y por una conmemoración –el Centenario de la Revolución de Mayo- a partir de los cuales se produce una profunda reestructuración de las condiciones de dominación previamente existentes en la Argentina", explica el sociólogo Luis Fanlo, de la Universidad de Buenos Aires, en un estudio publicado en 2011.
"A lo largo de nuestra historia, los argentinos de carne y hueso fuimos objeto de un conjunto de saberes y prácticas para corregirnos, para que dejemos de ser lo que éramos (y somos) y nos convirtiéramos, en nombre de la argentinidad, en otra cosa (...) nada más y nada menos que unos argentinos gobernables", escribe Fanlo.
Y agrega: "(El objetivo era hacer) a los argentinos gobernables, totalmente adaptados a las condiciones particulares del orden capitalista argentino, con sus relaciones sociales de poder, dominación, y explotación".
Un debate que evidentemente va más allá del orgullo local argentino por tener un Papa nacido en Buenos Aires, hincha de San Lorenzo y bebedor de mate.

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