Fuente Milenio.
Ciudad de México • La idea central de los contratos
de utilidad compartida es que Petróleos Mexicanos podrá fungir como socio en la
extracción de petróleo, por ejemplo, o sólo como contratante de un servicio a
empresas privadas. Las utilidades del proyecto se repartirán entre todos, según
la doctora Miriam Grunstein, especialista en temas energéticos y catedrática
del Centro de Investigación y Docencia Económicas AC (CIDE).
La división de utilidades dependerá del contrato que se
firme y sucederá de la siguiente manera: “pagando a la empresa contratada la
recuperación de costos y un porcentaje de las utilidades generadas por la venta
del crudo”, dijo.
A pesar de lo expuesto por el presidente Enrique Peña Nieto,
la investigadora del CIDE aseguró que sí se compartirá la renta petrolera, ya
que las utilidades se reparten entre el estado y el contratista y usualmente
para que el trato sea rentable para las empresas privadas se les permite
comprar parte de la producción.
Grunstein considera que el modelo que propone el gobierno
federal es un modelo similar al que aplicaban en Venezuela en 1990, una “apertura
importante” que puede generar una institución fuerte, donde los expertos
deberán realizar contratos que beneficien a las dos partes y donde se deba
especificar claramente la división de utilidades para que no sólo sea negocio
para las empresas privadas sino también para Pemex.
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