Indicadores de colapso confirman que nuestra civilización está en riesgo
A partir de una serie de indicadores llamados "señales de
alerta temprana" ya se puede predecir el colapso de poblaciones humanas,
revela un estudio realizado en EEUU. Esto servirá para que se tomen
medidas ante pruebas que demuestren que las sociedades están en riesgo,
como actualmente ocurre con los datos sobre el cambio climático, señalan
los autores de la investigación.
Predecir el colapso de poblaciones humanas es posible si se evalúa una serie de indicadores llamados señales de alerta temprana (EWS, por sus siglas en inglés).Así lo evidencian antropólogos de la Universidad de Maryland (EE UU) y del University College London (Reino Unido) en un estudio publicado en PNAS.
"Nuestras investigaciones anteriores ya demostraban que el aumento y el declive de una población podía ser detectado mediante el estudio de restos arqueológicos. Pero este estudio es el primero en predecir el colapso de poblaciones antes de que suceda", declara a Sinc Sean S. Downey, antropólogo en la Universidad de Maryland y uno de los autores del estudio.
La importancia de la resilencia
Cuando un ecosistema colapsa a menudo se produce por un debilitamiento de la resiliencia de las poblaciones, es decir, una disminución de su capacidad para tolerar perturbaciones del ecosistema o pérdidas drásticas de población. "Las enfermedades, las guerras, la deforestación y la migración son los conductores más comunes que llevan al colapso social", detalla Downey.
Los estudios teóricos y empíricos de ecosistemas no humanos revelan que la disminución de la resiliencia es detectable a través de las señales de alerta temprana que evalúan indicadores como la ralentización del crecimiento poblacional o el tiempo que tarda el ecosistema en recomponerse tras un cambio.
"Las señales de alerta temprana son indicios de que un sistema, como las sociedades humanas en el caso de este estudio, está a punto de someterse a un cambio drástico en sus tasas de crecimiento", explica el antropólogo. El trabajo confirma la efectividad de estos indicadores para pronosticar futuros cambios en ecosistemas humanos.
El colapso del Neolítico fue predecible
Mediante la datación por radiocarbono de restos arqueológicos de 2.378 lugares de nueve regiones del Neolítico europeo - un periodo ocurrido hace 9.000 años - , los investigadores estimaron que las poblaciones avisaron del colapso mucho antes de que ocurriera.
El desarrollo y la expansión de la agricultura y de las herramientas de piedra pulimentada provocó un crecimiento generalizado de la población que después acabó en una época de inestabilidad y colapso.
Las poblaciones estudiadas mostraron una desaceleración del crecimiento y un mayor tiempo de recomposición tras sufrir pérdidas de población. "Las nueve regiones que incluimos en este trabajo parecen haber tenido dramáticas disminuciones de la población durante el Neolítico", expone Downey. Se estima que la población de estas regiones descendió en un rango de 20% al 60% en tan solo un siglo.
La alerta se mantiene en la actualidad
Los hallazgos demuestran que las señales de alerta temprana pueden ser aplicadas a estudios arqueológicos, y ayudar a prevenir y monitorizar las consecuencias que puedan tener futuros cambios sociales.
"Los gobiernos, políticos y ciudadanos deben estar dispuestos a tomar medidas cuando se les presentan pruebas que demuestran que las sociedades están en riesgo, como actualmente ocurre con los datos sobre el cambio climático", defiende el autor.
La deforestación y el paso del nomadismo al sedentarismo son unos de los muchos factores que los autores atribuyen al colapso de las sociedades. Sin embargo, según Downey, el declive de una población no es producto de una sola causa ambiental sino de un conjunto de factores.
"Los seres humanos son increíblemente adaptables y han llegado a vivir en ambientes extremos. Aunque un solo cambio ambiental no pueda provocar el colapso, hay algunos que harían inhabitables ciertas áreas, por ejemplo, un aumento del nivel del mar podría inundar comunidades costeras en todo el mundo", concluye el investigador.
Predecir el colapso de poblaciones humanas es posible si se evalúa una serie de indicadores llamados señales de alerta temprana (EWS, por sus siglas en inglés).Así lo evidencian antropólogos de la Universidad de Maryland (EE UU) y del University College London (Reino Unido) en un estudio publicado en PNAS.
"Nuestras investigaciones anteriores ya demostraban que el aumento y el declive de una población podía ser detectado mediante el estudio de restos arqueológicos. Pero este estudio es el primero en predecir el colapso de poblaciones antes de que suceda", declara a Sinc Sean S. Downey, antropólogo en la Universidad de Maryland y uno de los autores del estudio.
La importancia de la resilencia
Cuando un ecosistema colapsa a menudo se produce por un debilitamiento de la resiliencia de las poblaciones, es decir, una disminución de su capacidad para tolerar perturbaciones del ecosistema o pérdidas drásticas de población. "Las enfermedades, las guerras, la deforestación y la migración son los conductores más comunes que llevan al colapso social", detalla Downey.
Los estudios teóricos y empíricos de ecosistemas no humanos revelan que la disminución de la resiliencia es detectable a través de las señales de alerta temprana que evalúan indicadores como la ralentización del crecimiento poblacional o el tiempo que tarda el ecosistema en recomponerse tras un cambio.
"Las señales de alerta temprana son indicios de que un sistema, como las sociedades humanas en el caso de este estudio, está a punto de someterse a un cambio drástico en sus tasas de crecimiento", explica el antropólogo. El trabajo confirma la efectividad de estos indicadores para pronosticar futuros cambios en ecosistemas humanos.
El colapso del Neolítico fue predecible
Mediante la datación por radiocarbono de restos arqueológicos de 2.378 lugares de nueve regiones del Neolítico europeo - un periodo ocurrido hace 9.000 años - , los investigadores estimaron que las poblaciones avisaron del colapso mucho antes de que ocurriera.
El desarrollo y la expansión de la agricultura y de las herramientas de piedra pulimentada provocó un crecimiento generalizado de la población que después acabó en una época de inestabilidad y colapso.
Las poblaciones estudiadas mostraron una desaceleración del crecimiento y un mayor tiempo de recomposición tras sufrir pérdidas de población. "Las nueve regiones que incluimos en este trabajo parecen haber tenido dramáticas disminuciones de la población durante el Neolítico", expone Downey. Se estima que la población de estas regiones descendió en un rango de 20% al 60% en tan solo un siglo.
La alerta se mantiene en la actualidad
Los hallazgos demuestran que las señales de alerta temprana pueden ser aplicadas a estudios arqueológicos, y ayudar a prevenir y monitorizar las consecuencias que puedan tener futuros cambios sociales.
"Los gobiernos, políticos y ciudadanos deben estar dispuestos a tomar medidas cuando se les presentan pruebas que demuestran que las sociedades están en riesgo, como actualmente ocurre con los datos sobre el cambio climático", defiende el autor.
La deforestación y el paso del nomadismo al sedentarismo son unos de los muchos factores que los autores atribuyen al colapso de las sociedades. Sin embargo, según Downey, el declive de una población no es producto de una sola causa ambiental sino de un conjunto de factores.
"Los seres humanos son increíblemente adaptables y han llegado a vivir en ambientes extremos. Aunque un solo cambio ambiental no pueda provocar el colapso, hay algunos que harían inhabitables ciertas áreas, por ejemplo, un aumento del nivel del mar podría inundar comunidades costeras en todo el mundo", concluye el investigador.
Referencia bibliográfica:
Sean S. Downeya et al. European Neolithic societies showed early warning signals of population collapse. PNAS(2016). DOI: 10.1073/pnas.1602504113.
Comentario: Pues sí, sería ideal que las personas pudieran percibir las señales que muestran que un colapso inminente; y especialmente que los líderes pudieran estar al tanto y preocuparse por resolver los problemas que llevan al colapso, aunque muchas veces no seamos capaces de controlar catástrofes climáticas o cósmicas.
Lastimosamente, lo que vemos es que no hay mucha gente dispuesta a ver las señales y mucho menos líderes sanos que puedan prever el peligro de un colapso.
Recomendamos leer la reflexión de Laura Knight-Jadczyk al respecto: Gran juego del cambio global: Nuestra civilización se dirige hacia el destino de la Edad del Bronce: destrucción
En cualquier caso, ciertamente parece que estamos pasando por un período muy similar al que prevaleció al final de la Edad de Bronce, y las comparaciones no me dan muchas esperanzas. De hecho, nuestra civilización actual es quizás mucho más vulnerable y su gente mucho menos capaz de lidiar con esto. Tenemos autoritarios y psicópatas en posiciones de poder jugando el Juego del Cambio Global en vivo, y todavía no se ha llegado al punto de inflexión donde los campesinos se levantan con horquetas y antorchas. Mientras tanto, esas élites globales parecen pensar que el aumento de los controles sobre las poblaciones van a evitar los levantamientos que temen, sin darse cuenta de que sólo están acelerando el aumento de las frustraciones y la probabilidad de una mayor y más sostenida violencia cuando el gatillo finalmente se dispare.
No sé como será o dónde va a suceder, pero es tan seguro como que el sol saldrá mañana, que está viniendo. Vino en 1177 a. C., y luego volvió en Roma entre el 410 y 540 d. C., siguiendo el mismo patrón. Hubo mini-ciclos a lo largo del camino, pero esos fueron, pienso, los dos más grandes de los últimos 5000 años, de esos que terminan una civilización y son seguidos por edades oscuras.
¿Habrá un bombardeo cometario o de fragmentos de asteroides en nuestro futuro cercano? No lo sé. Parece muy posible, hasta casi probable. ¿Habrá epidemias masivas que maten al 70% o más de la población mundial? Parece muy posible, incluso probable; la historia se repite, y este es un elemento que se repite con una regularidad alarmante. Incluso si ninguno de esos dos elementos entran en juego, seguir con la trayectoria actual, está conduciendo a un colapso masivo de sistemas, y eso significa la muerte en masa.
Obviamente, cuando las personas consideran estas cosas (asumiendo que pueden ser persuadidas a hacerlo para su propia defensa) tienden a pensar que esto le ocurre a otros, en otro lugar. Ese es el proceso de pensamiento por detrás de aquellos a quienes en realidad les sucede todo esto. Aquellos que piensan "podría suceder, y me podría pasar a mí... Tengo que estar listo..." son quienes tienen una oportunidad.
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