viernes, 17 de agosto de 2018

Las sanciones de Estados Unidos están empujando a Rusia hacia la guerra


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Las sanciones de Estados Unidos están empujando a Rusia hacia la guerra


Rusia en todo momento ha mantenido una postura digna e imperturbable frente a las provocaciones e irracionalidad estadounidenses. Moscú tal vez pensó que el presidente Trump podría traer cierta normalidad a las relaciones bilaterales. Eso resultó ilusorio.
LAS SANCIONES DE ESTADOS UNIDOS ESTÁN
EMPUJANDO A RUSIA HACIA LA GUERRA
Por Finian Cunningham
La nueva ronda de sanciones lanzada esta semana por Estados Unidos contra Rusia tiene un solo significado: la clase gobernante de Estados Unidos quieren aplastar la economía rusa. De acuerdo a cualquier definición, Washington está, en efecto, declarando la guerra a Rusia.
Las medidas económicas implementadas pueden tener una naturaleza aparentemente abstracta o estéril: prohibir las exportaciones electrónicas a Rusia, agitar los mercados financieros, bajar los precios de las acciones. Pero la consecuencia material radica en que los funcionarios estadounidenses tienen la intención de infligir daños físicos a la sociedad y al pueblo ruso.
Es una guerra económica degenerando en guerra militar, como sin duda apreciaría el general prusiano Karl von Clausewitz.
Resulta aún más significativo que esta semana también los servicios de internet de EE. UU lanzaron una gran campaña para restringir aquellos sitios web que se manifiestan en contra de la guerra, lo que sugiere que quienes ejercen el poder quieren eliminar cualquier crítica o conocimiento público de su imprudente belicismo.
Además, la última ronda de sanciones de EE.UU –han  habido varias rondas anteriores desde el conflicto ucraniano ideado en 2014– están fundamentadas nada más que en absurdas y ridículas especulaciones. Eso solo exacerba más la situación.
Washington ha dicho que las nuevas sanciones se deben a que ha "determinado" que el estado ruso fue responsable de un supuesto ataque con armas químicas contra un ex agente doble en Inglaterra a principios de este año.
El llamado Skripal affair que involucra a Sergei Skripal y su hija Yulia supuestamente envenenados por agentes rusos utilizando un agente nervioso mortal es aún un enigma sin resolver. Algunos incluso podrían decir una "farsa".
El gobierno británico no ha presentado ninguna prueba para justificar sus sensacionales acusaciones contra Moscú. Sus afirmaciones de que Rusia fue responsable de envenenar a los Skripals se basa enteramente en afirmaciones e insinuaciones dudosas.
Washington está ahora proponiendo sanciones basadas en una "determinación" no verificada por parte de los británicos –sanciones  que pretenden aplastar la economía rusa. Las medidas punitivas sugeridas van más allá de la habitual congelación de activos pertenecientes a individuos. Lo que Washington está poniendo en marcha es el ataque al núcleo de las operaciones financieras de la economía rusa.
No es de extrañar que el primer ministro ruso Dmitry Medvedev haya emitido una seria respuesta a las últimas sanciones estadounidenses. Dijo que eran comparables a la "guerra económica". Medvedev advirtió que Moscú tendría que tomar represalias ya sea "política, económicamente o de alguna otra manera". El tono de Medvedev fue sin lugar a dudas uno de alarma ante la naturaleza draconiana, arbitraria e irracional de las acciones estadounidenses.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, también expresó su incredulidad y aprensión por la conducta de Washington. Dijo que después de la aparentemente constructiva cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin en Helsinki el mes pasado, esta última provocación de Washington hace que el lado estadounidense sea completamente impredecible.
Las sanciones que entran en vigor con efecto inmediato se limitan a prohibir las exportaciones de productos electrónicos estadounidenses a Rusia. Pero lo que es desconcertante es lo que viene después. Washington ha dicho que si Rusia no da "garantías" de abstenerse del uso de armas químicas en el futuro, y si Moscú no permite que los inspectores internacionales ingresen a su país para monitorear supuestas armas químicas, entonces la segunda ronda de sanciones se aplicará dentro de 90 días.
La siguiente ronda de sanciones incluye la prohibición a la aerolínea estatal rusa, Aeroflot, de operar vuelos a los Estados Unidos. La imposibilidad de que Rusia satisfaga las absurdas demandas de Washington hace que la posterior aplicación de sanciones sea inevitable.
Un proyecto de ley por separado del Congreso, planea atacar el sistema bancario ruso, con el objetivo de impedir las transacciones internacionales.
Los senadores que patrocinan ese proyecto de ley lo han etiquetado como "el proyecto de ley de sanciones del infierno". El título de la legislación propuesta lo dice todo: "Ley de defensa de la sociedad estadounidense de la agresión rusa". Los senadores John McCain, Lindsey Graham, Robert Menéndez y Ben Cardin, entre otros rusófobos que están promoviendo la ley, son explícitos sobre el objetivo. Ellos declaran que las medidas implementadas "aplastarán al Kremlin".
Trágicamente, el pueblo estadounidense está siendo llevado al abismo por políticos que son ya sea ignorantes, perturbados o prostitutas tras las ganancias de la guerra. Quizás incluso todo lo anterior. De manera perversa, estos políticos y sus clientes en los medios de prensa basados en fantasiosos alegatos sobre "interferencia electoral" acusan a Rusia de "actos de guerra", cuando en realidad son ellos quienes están cometiendo actos de guerra contra Rusia.
Las posibilidades de que el presidente Trump use su poder ejecutivo para bloquear las próximas sanciones son mínimas. El clima político entre las agencias de inteligencia, los legisladores y los principales medios de comunicación estadounidenses se ha saturado de histeria anti-rusa. Estados Unidos es una oligarquía antidemocrática que se debate en la locura carente de toda responsabilidad para con su pueblo.
El anuncio de esta semana de más incursiones económicas ofensivas contra Rusia ya ha causado serios problemas a la economía rusa. El rublo, los bonos y las acciones cayeron en picada. Este es un ataque a los intereses vitales de Rusia. Una Barbarroja económica.
Sin duda, parte del cálculo estadounidense es fomentar el descontento social y la discordia hacia el gobierno de Putin. Es el mismo manual de medidas ilegales que los estadounidenses están usando contra Irán, cuya economía esta semana también fue golpeada con duras sanciones estadounidenses.
Si la economía rusa se ha visto desestabilizada debido al anuncio de las últimas sanciones, uno solo puede imaginar el daño infligido cuando se incrementen los ataques estadounidenses sobre los fundamentos del sistema bancario de Rusia y su libertad de comerciar con el resto del mundo.
Con respecto a las sanciones, esto parece ser una temporada de caza para Washington. No se trata solo de Rusia e Irán los que están sufriendo los efectos; China, Canadá, la Unión Europea, Turquía, Venezuela, Corea del Norte, entre otros, también están siendo vapuleados por la guerra económica estadounidense, ya sea bajo el nombre de "sanciones" o indirectamente utilizando la retórica de los "aranceles".
En lo que concierne a Rusia, hasta ahora ha demostrado una tolerancia enorme al aguantar las provocaciones de Washington y su agresión utilizando numerosos pretextos. Desde el conflicto en Ucrania, a la supuesta anexión de Crimea, al apoyo de Moscú a Siria interpretado como el apoyo a un “dictador”, a la supuesta "intromisión en las elecciones estadounidenses", y mucho más, Rusia ha mostrado enormes reservas de estoicismo y autocontrol en tolerar lo que solo puede llamarse una arbitraria agresión estadounidense.
Rusia en todo momento ha mantenido una postura digna e imperturbable frente a las provocaciones e irracionalidad estadounidenses. Moscú tal vez pensó que el presidente Trump podría traer cierta normalidad a las relaciones bilaterales. Eso resultó ilusorio.
Pero, ¿qué pasara ahora cuando Washington ha ido demasiado lejos? Estados Unidos ha llevado su conducta grosera a un nivel completamente nuevo y peligroso, preparándose para lanzar una guerra económica total contra los intereses vitales de Rusia.
La beligerancia de los enloquecidos gobernantes estadounidenses está empujando al mundo al borde del abismo
Hasta aquí lo que Washington está anunciando es que no está interesado en la diplomacia, el diálogo o la negociación. Solo tiene un modo de conducta: guerra, guerra, guerra.
USA.

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