martes, 9 de abril de 2013

Jueces casineros trabajaron juntos

Jueces casineros trabajaron juntos

Hay un origen común de estos dos juzgadores suspendidos por su presunta protección a los casinos: ambos fueron compañeros en Baja California Sur
Los jueces federales Ricardo Hiram Barbosa Alanís y Luis Armando Jerezano Treviño no sólo eran amigos y compadres.
Los dos polémicos juzgadores de distrito suspendidos por el Consejo de la Judicatura Federal para investigarlos, por su presunta participación en una red de corrupción de protección de casinos, trabajaron juntos.
Barbosa Alanís y Jerezano Treviño se desempeñaron como juez y secretario respectivamente, en un juzgado del Poder Judicial de la Federación, el mismo órgano que hoy los protege y elude sancionarlos por sus controvertidas resoluciones a favor de los centros de apuestas.
Hace 10 años, cuando Barbosa Alanís debutó como juez primero de Distrito en Materia Administrativa en el Estado de Baja California Sur, tuvo como secretario adscrito en su juzgado a Jerezano Treviño, hoy acusado incluso de trabajar para el crimen organizado y de brindar protección a casas de apuestas.
Entre el 2000 y 2001 en la ciudad de La Paz la relación de amistad que llevaban Barbosa Alanís y Jerezano Treviño se trasladó al trabajo y comenzó una dupla que puso bajo sospecha, tras la tragedia del casino Royale, la actuación del Poder Judicial de la Federación en el tema de los juegos de azar.
De acuerdo a fuentes del Poder Judicial de la Federación, Barbosa Alanís y Jerezano Treviño se conocieron en 1996 cuando los dos cursaron la carrera judicial  en el Instituto de la Judicatura en la Especialización Judicial Extensión Nuevo León.
Egresado de la Facultad de Leyes de la UANL, Barbosa Alanís cursó los estudios para retomar su carrera judicial siendo ya un reconocido abogado con su despacho privado propio, mientras que Jerezano Treviño se desempeñaba como actuario judicial.
Barbosa Alanís, con mayor experiencia, pronto se convirtió en un guía para Jerezano Treviño, que no dudó en trasladarse a la ciudad de La Paz cuando fue designado su amigo como juez federal en el 2000.
En los círculos de abogados se asegura que Jerezano Treviño y Barbosa Alanís no solamente eran amigos, sino compadres.
En La Paz, Barbosa Alanís y Jerezano Treviño tuvieron que enfrentar varias denuncias por particulares ante el Consejo de la Judicatura Federal.
Una queja concluyó con una amonestación pública contra Barbosa Alanís y el resto de las denuncias fueron desechadas.
Barbosa Alanís trabajó en la década de los 80’s, recién graduado, como secretario del entonces juez José Alejandro Luna Ramos, quien hoy es magistrado del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En mayo del 2011, Barbosa Alanís fue suspendido por el Consejo de la Judicatura Federal, cuando se desempeñaba como juez tercero de Distrito en Materia Administrativa en Nuevo León, tras una denuncia que realizó el exalcalde de San Pedro Mauricio Fernández, quien lo acusó de estar coludido con los casineros.
En marzo de 2011, el Municipio de San Pedro clausuró el casino Sportzone, que operaba el grupo Palmas, pero un amparo concedido por Barbosa Alanís ordenó a la autoridad municipal retirar los sellos de suspensión.
Barbosa Alanís también otorgó suspensiones a los casinos Poker City Live y Revolución.
Fernández entonces interpuso una denuncia penal en contra de Barbosa Alanís, quien desde mayo de 2011 se encuentra suspendido por el Consejo de la Judicatura Federal, pero cobrando la mitad de su salario.
Es el mismo caso de Jerezano Treviño, amigo, compañero y compadre de Barbosa Alanís.
Él fue suspendido de sus funciones como juez Primero de Distrito del Centro Auxiliar de la Décima Región de Coahuila en septiembre de 2011, tras la tragedia del casino Royale de Monterrey, donde murieron 52 personas el 25 de agosto de 2011.
Jerezano Treviño fue suspendido para investigarlo por el amparo que concedió a la empresa Atracciones y Emociones Vallarta, para que ampliara su permiso federal que fue utilizado por los dueños del casino Royale para iniciar operaciones en el 2008.
“Las investigaciones del juez Jerezano y del secretario Tiscareño se encuentran vinculadas con el caso que, desde mayo pasado -de 2011-, también propició la suspensión del juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa en el Estado de Nuevo León, Ricardo Hiram Barbosa Alanís”, informó en ese entonces el Consejo de la Judicatura Federal.
Pero Jerezano Treviño no se quedó con los brazos cruzados a disfrutar su suspensión con goce de sueldo que le impuso la Judicatura, sino que fue acusado de formar parte de un grupo del crimen organizado que intentó hacerse del control del casino Fortuna de Monterrey.
El juez suspendido fue denunciado por secuestro y amenazas por Arturo Ignacio Cardona Calderón, hermano de Pedro Arturo Cardona Calderón, su exsecretario de acuerdos en el juzgado de Torreón.
Jerezano Treviño fue acusado penalmente ante la Procuraduría de Justicia de Nuevo León junto con el exalcalde de Miguel Alemán, Manuel Balderas Ramírez, sin embargo las  autoridades estatales decretaron el inejercicio de la acción penal.
Esto, pese a que en la querella, Cardona Calderón aportó pruebas fotográficas y videos de cómo Jerezano Treviño y el exalcalde de Miguel Alemán lo privaron de su libertad y le exigieron firmar un acta para sacarlo de la sociedad que era propietaria del casino.
En pocas palabras, Barbosa Alanís y Jerezano Treviño tuvieron el mismo origen corruptor.
Vidas paralelas
> Los casinos han encontrado en el Poder Judicial de la Federación un aliado para evitar que  sus centros de apuestas sean clausurados, o con amparos ampliar sus permisos federales.
> En los últimos dos años el Consejo de la Judicatura Federal ha suspendido a tres jueces de Distrito para investigarlos por los amparos otorgados a empresas que operan casinos en México, incluyendo el trágico Royale de Monterrey.

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