jueves, 3 de diciembre de 2015

Sobre la libertad, la seguridad y atentados terroristas (LECTURA OBLIGATORIA)


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Sobre la libertad, la seguridad y atentados terroristas

 

 

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El nuevo Orden Mundial a que aspiran los halcones de la OTAN, la CIA, Los sionitas y los buitres del gran capital internacional están en marcha. La política de generar una nueva realidad a partir del caos cunde en el mundo de hoy. En el fondo de todo esto, yace una intención clara y siniestra: abolir de las naciones cualquier indicio de libertad. De allí la urgencia en revolver la superficie. De crear el caos aquí y allá, dentro y fuera, arriba y abajo. Sólo en un mundo convulsionado, incomprensible, oscuro y revuelto, es posible masacrar la tímida libertad que algunos países y áreas geopolíticas esgrimían como bandera de civilización, aunque esa tímida libertad estuviese dentro de un campo de concentración rodeado de alambres de púas. Es el caso de la Unión Europea y también de los propios Estados Unidos de América.
La UE hacía gala de la libre circulación de sus miembros por todo su territorio, dejando atrás las odiosas barreras que negaban la movilidad plena de las personas. Había instaurado un orden bastante parecido a una comunidad de vecinos en pos de un mismo fin y una misma meta: la abolición de las fronteras y las políticas migratorias. Lo mismo sucedía dentro los Estados Unidos, “la democracia más grande de la tierra”. Vivir en estas tierras significaba, y significa aun, el sueño de todo ser humano. Y es precisamente mantener ese sueño lo que ha justificado el blindaje de sus límites con auténticas barreras de cemento y alambre e intervenciones armadas, sometimiento de países y regiones enteras, todo con la promesa de mantener la libertad dentro de sus Estados.
Una mujer se preguntaba ante las cámaras de los reporteros, a raíz de los últimos atentados de París “Porqué Francia”. Otro entrevistado, cuando se le preguntó sobre los siniestros y criminales ataques, que iban en todo caso en contra de la libertad de occidente, resumió magistralmente lo que muchos piensan en el mundo de hoy: “¿Cuál libertad?”, respondió, “¿si trabajamos de ocho a ocho?”. Igual que la mujer se preguntaba el porqué, como tanta gente en el mundo, el otro tenía claro que la declaratoria de Estado de Emergencia Nacional en Toda Francia y el status de nación en guerra no lo afectaba en lo esencial: como la mayoría de trabajadores, no tenía tiempo de gozar la libertad que sus gobernantes defendían a fuego y sangre y que otros atacaban con bombas y fusiles desde lejanos países.
Tanto en Europa como Estados Unidos la libertad ha sido bandera para cometer barbaries y crímenes que de no ser por la confusión superficial del ser humano, se comprendería con más facilidad. El porqué de la mujer tendría una respuesta fácil: porque Francia está bombardeando territorio sirio con la ayuda de la Estados Unidos, la OTAN y hasta el propio ejército ruso. Porque bajo las bombas francesas, británicas y americanas han muerto millones de personas en el cercano y medio oriente en los últimos años. Porque millones y millones de personas huyen de sus bombarderos y se agolpan en las puertas de Europa buscando libertad y seguridad dentro de su propio enemigo. Y porque hay quien dice que los atentados son fruto de las equivocadas políticas de occidente en el Medio Oriente, que a fin de hacerse a los grandes recursos energéticos de la zona, no dudan en, incluso, hacer auto atentados para legitimar invasiones armadas y sometimiento de pueblos enteros, e incluso, restringir la libertad de sus propios nacionales en pos de su seguridad.
La historia viene de lejos. Osama Bin Laden, se dice, fue entrenado por la CIA en tácticas terroristas para combatir a los invasores rusos en Afganistán. Una vez que los bolcheviques se fueron, los integrantes de Al qaeda se volvieron contra los gringos. Vino después el ataque a las Torres Gemelas de Estados Unidos y la posterior invasión del monstruo herido a Afganistán, y, con el pretexto de acabar con supuestas armas de destrucción masiva, se lanzaron contra Irak. Y se arrojaron contra todos los países petroleros no afectos a sus codicias. Todo esto para elevar la seguridad al rango de ideología mundial. Las libertades nacionales ceden el paso a la seguridad. Tony Blair, el ex primer ministro británico, reconoció hace algunos días tácitamente el error de atacar Irak aunque justifico la muerte en la horca de Sadam Hussein. Y Pidió perdón y reconoció que esa política había potenciado al Estado Islámico, el mismo Estado que ha creado un califato en tierras de Siria, Afganistán e Irak y que sería el autor de los atentados de París del 13 de Noviembre. Al unísono que convulsionan la superficie total, los senadores Lindsey Graham y John McCain, exigen que EE.UU. despliegue tropas en Siria. Instan los halcones norteamericanos a una ocupación real de Siria porque saben que eso beneficiaría a Israel, el aliado militar número uno de occidente en la zona, quien tendría vía libre para ocupar regiones del sur de Siria y consolidar sus dominios sobre los Altos del Golán.
La existencia del Estado Islámico, en todo caso, es creación de occidente. La intervención rusa contra el ISIS en tierras sirias, y su efectividad contra aquellas fuerzas terroristas, ha alarmado a occidente y, según se especula, los atentados de París serían obra de la misma inteligencia occidental para legitimar la ocupación de la OTAN de Siria y desbaratar la influencia rusa en Medio Oriente.
La libertad es el conocimiento de la necesidad. Y occidente sabe de la necesidad de neutralizar a China y Rusia en Oriente Medio. Si el ejército ruso estaba acabando con el Estado islámico en pocos días porqué Francia hace aprobar una resolución de ataques indiscriminados e incluso una intervención terrestre sobre Siria bajo el manto de la ONU? ¿Qué sabe de todo esto la mujer que se pregunta “por qué otra vez Francia? Hollande, Meckel, Cameron, Lindsey Graham y John McCain si saben por dónde va el agua al molino y presionan al Premio Nobel de la Paz Barak Obama a emplearse a fondo en la guerra y utilizar los recursos necesarios, cubiertos o encubiertos, para echar de Medio Oriente a los consorcios orientales que amenazan la supervivencia de la seguridad del “Mundo Libre”. Esta verdad nos confirma lo que siempre ha sido una verdad de a puño : que la libertad de los estadounidenses y europeos depende del petróleo de Medio Oriente, de los mercados asiáticos y las materias primas de América Latina.
¿Y en todo esto, donde queda la libertad? Pues en manos de la seguridad. Rehén de una ideología que hoy por hoy prefiere la seguridad, es decir, abolir la libre circulación de personas, la libertad religiosa, política, económica y cultural en pos de una supuesta seguridad que garantiza la supervivencia del individuo y la comunidad. Es mejor vivir en una celda segura, bajo gruesas rejas, que en libertad y expuesto a cualquier peligro. Los individuos, prefieren cargar con su celda a todas partes, vivir con su prisión a cuestas antes que la aventura, el peligro, la osadía del ser libre y feliz sobre la tierra. Toda esta parafernalia de atentados, ideologías, tretas, patriotismos ciegos son aptos para revolver la superficie del ser humano. El fondo de los seres vivientes e inteligentes, que prefieren creatividad, aventura, espacio abierto, realización en sí mismos, está ahora sepultado por las guerras ajenas que imponen los Estados a cambio de seguridad.
La seguridad nunca será compatible con la libertad del ser humano. Son conceptos y sentimientos antagónicos. La seguridad que ofrecen los grandes imperios económicos son la esclavitud del trabajo precario y la búsqueda incesante de una libertad financiara que le garantice una vida digna. Ocupado las 24 horas del día, incluidas las horas de soñar, no tiene tiempo de gozar la libertad por la cual los gobiernos lanzan feroces expediciones militares allende sus fronteras, coartan la libertad de pueblos enteros e imponen sus grillos imperiales donde ponen sus ojos.
Bárbaros atentados como los de París, New York, Madrid, Mali, Irak, Afganistán y Siria, son actos cobardes e inhumanos que hieren la inteligencia humana, que mancillan el honor de toda una época, que degradan la existencia misma. Quienes los originan saben por qué lo hacen. Manipular estas criaturas no es del todo fácil. A veces se van de las manos. Quienes hacen uso de su potencial militar para imponer sus deseos como los que hacen de su cuerpo un arma contra los tanques nublan la razón de nuestros tiempos. Quien ataca espera una respuesta. Eso lo sabemos todos. Y quien asalta la soberanía de otros pueblos sabe bien que pone en riesgo su propia soberanía. Es decir, quien usa su poder para esclavizar otros pueblos es tan criminal como los kamikazes que matan a seres inocentes junto a su perturbada vida, también manipulada por aquellos que buscan liberar a sus pueblos de la influencia de occidente para acorralarlos en la seguridad de sus religiones donde la libertad es la principal sacrificada. ¿Quién entiende todo esto?
* @arturopradollima

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