sábado, 16 de abril de 2016

Por un régimen al servicio del pueblo, por la Tercera República


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Por un régimen al servicio del pueblo, por la Tercera República

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Las clases que tienen el auténtico poder económico, político, militar y social en el estado español siempre optaron por la Monarquía como forma de Estado para seguir teniendo ese poder.
Cuando el pueblo impuso la II República comenzó una etapa de cambios democráticos que con el gobierno del Frente Popular inicio una serie profundas reformas económicas y sociales a favor de la población trabajadora. En esta etapa el pueblo avanzaba de verdad en la mejora de sus condiciones de vida y el nuevo gobierno comienza a poner limites a los privilegios y abusos de los ricos de siempre.
Las oligarquías no se resignaron y recurrieron a un golpe militar fascista encabezado por el asesino Franco con apoyo de Hitler y Mussolini, que contó con la bendición de la iglesia y la "neutralidad" de las potencias europeas que se decían democráticas.
La criminal dictadura que convirtió el estado español en un autentico campo de concentración aplico todo el terror y toda la represión que pudo para evitar que el pueblo recuperase su soberanía y el régimen republicano que legalmente se tenia conquistado en las urnas.
El propio asesino Franco declaro a Juan Carlos de Borbón como su heredero a título de rey, y dejo claro que los cambios políticos que tuvieran que hacerse en el futuro tenían un límite impuesto por la amenaza de la intervención militar, los poderosos impusieron que el régimen político en el Estado español tenia que ser una monarquía, y que de ningún modo podía permitirse que se reivindicase la vuelta a la legalidad republicana. Este chantaje basado en el miedo, en la represión, en el engaño en la manipulación tuvo éxito, ayudada también por la claudicación de algunos que se decían de izquierdas y que aceptaron una "transición" en la que renunciaron a pedir cuentas a los que cometieron crímenes contra la humanidad, y que se enriquecieron escandalosamente a base de estar del lado de la dictadura fascista.
El resultado es que, a pesar de algunos derechos y espacios de libertad que nos tuvieron que ceder por la lucha y el sacrificio de muchos, el pueblo no pudo eligir libremente la forma de gobierno que deseaba para el estado español.
A día de hoy seguimos padeciendo una monarquía que como en el pasado nos fue impuesta, porque tiene una función primordial, la de ser la máxima y más poderosa autoridad política del estado, con competencias legales mismo para evitar que entren en vigor leyes que puedan atacar los privilegios de los ricos, e incluso con competencias para impedir, digan lo que digan los resultados electorales, la formación de gobiernos que quieran defender de verdad los intereses del pueblo trabajador y que no se sometan a los intereses de las grandes fortunas y de las grandes empresas. Aquí esta la función de la monarquía, y la razón de que hasta hace bien poco no pudiese ser objecto de crítica alguna, y por el contrario era aplaudida desde los medios de desinformación de masas, y continua recibiendo continuas alabanzas por parte de los mamporreros del poder.
La monarquía no es neutral, y forma parte del entramado de poder de la oligarquía, esta al servicio de los mismos que para defender sus intereses de usura y latrocinio asfixian y explotan al pueblo trabajador.
No podemos creer que vivamos en un régimen realmente democrático cuando la riqueza se concentra cada vez más en pocas manos, mientras crece la pobreza entre el pueblo, con cada vez más personas en paro y sen subsidios, con salarios insuficientes y pensiones irrisorias que no permiten vivir con dignidad, y que se van a ir reduciendo, con cada vez menos derechos laborales y sociales, con desahucios de familias de viviendas que quedan vacías y pasan a manos de los bancos que nos roban, con recortes intolerables en sanidad y enseñanza, con precios de la luz y del agua que no dejan de subir para dar beneficios económicos a una minoría que cada día es más rica a costa de que seamos más pobres, con más represión cuando ejercemos el derecho a la protesta y nos movilizamos.
La lucha del pueblo no debe estar limitada a defendernos y reivindicar el respeto a nuestros derechos. Para ser eficaces tenemos que lograr cambios reales en la estructura política, económica, y social del país, cambios para sacarle el poder a quien realmente lo tiene y para evitar que la riqueza que producimos con nuestro trabajo sea apropiada por una minoría que solo piensa en llenarse el bolsillo.
Por todo esto para nosotros la lucha por la República no es solo la lucha para recuperar un régimen democrático en el que la jefatura del estado sea elegida por la ciudadanía en las urnas, y con un mandato por un tiempo limitado. Para nosotros la lucha por la República es la lucha por conquistar un régimen al servicio del pueblo y gobernado por el pueblo, para que los derechos del pueblo, comenzando por el derecho al trabajo, no puedan ser pisoteados nunca más por la minoría de los grandes ricos.
La República de la que hablamos y defendemos, tendrá como principal obligación poner el poder político, económico y social al servicio del pueblo trabajador, y debe ser la herramienta para lograr que impere la justicia social.
Cuando conmemoramos el 14 de Abril no solo recordamos el pasado, actuamos en el presente para construir el futuro, ponemos las bases para la tercera República, cuestionamos realmente el sistema, abrimos el debate para cambiarlo todo de verdad y no solo las caras en las instituciones burguesas.
Non habrá cambio real sin República, sin superar el régimen del 78, la monarquía funciona como la garantía para que todo siga igual.
SALUD Y REPÚBLICA!
A POR LA TERCERA!
* André Abeledo Fernández, Concejal de Esquerda Unida en Narón, militante del PCG, y organizado sindicalmente en la CIG

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