lunes, 30 de mayo de 2016

LAS EMBARRADAS AGUAS POLÍTICAS: ¿DÓNDE FUE MAL LA GUERRA DE YEMEN?

LAS EMBARRADAS AGUAS POLÍTICAS: ¿DÓNDE FUE MAL LA GUERRA DE YEMEN?





Qué diferencia de hace un año… ¡Ciertamente! Durante más de un año (ahora mayo 2016) Yemen ha sufrido el implacable embate militar de Arabia Saudí, todo en el nombre de la restauración, del contra-terrorismo, de la construcción de la democracia y del espejo -siempre evasivo- que ha sido la estabilidad política. Las bombas fueron lanzadas, los cráteres fueron formados, y se le dijo a Yemen, que ha sangrado para un mejor renacer.

En cuanto a las comunidades que han pasado hambre y a los niños que han muerto, a Yemen se le dijo, será mejor para el país…

Muchos yemeníes, salvo aquellos cuyos bolsillos se han alineado con los intereses inmediatos de Riad, no han comprado la manipulación política. Los yemeníes no son exactamente estúpidos como pueden ver – pese a su falta de sofisticación occidental, los yemenís son extremadamente conscientes de los juegos geopolíticos que están jugándose en torno a ellos. No solamente son conscientes, sino que también los están expulsando.

Yemen no es una vieja película occidental… Yemen no está esperando a que llegue el pródigo “hombre blanco” y les salve de sí mismos. Yemen no necesita un patronazgo extranjero o influencia extranjera. ¡Yemen es perfectamente capaz de encontrar su camino! Yemen actualmente encontró su camino, lo cual es exactamente el motivo por el que Riad se sintió obligada a lanzarse sobre la empobrecida nación.

Pero no importa… Yemen encontrará de nuevo su camino; reclamará su derecho al auto-gobierno político y su derecho a la soberanía territorial. Los yemenís presionarán y presionarán hasta que Yemen sea libre una vez más.

A los yemenís les han hecho retroceder por bastante tiempo también… es realmente la prensa la que ha fallado en su honestidad y en informar correctamente de Yemen. Si, de hecho, los medios de comunicación hubieran hecho su trabajo y hubieran contado las verdades a sus lectores, su comprensión de la guerra de Yemen sería ciertamente muy diferente. Tan diferente que me aventuraré a decir que, mayoritaria y probablemente llamarían a los Hutíes como la resistencia, no como los rebeldes yemeníes, sino como los Luchadores por la Libertad de Yemen.

Mientras, permanezco bajo ninguna ilusión de que los Hutíes tienen todavía un largo camino que andar hasta llegar a la madurez política –Roma no fue construida en un día- el grupo creó unidad de forma exitosa donde antes había desunión.

Para un país como Yemen, donde los desacuerdos son un deporte nacional, alcanzar el pluralismo político, mientras se preserva la cohesión es una proeza maravillosa – impensable en tiempo de guerra. A pesar de sus muchos fracasos, los hutíes sin embargo han probado su capacidad de liderazgo. No muchas facciones tribales han resistido la ira de varias superpotencias militares por más de un año, mientras que combaten contra un bloqueo humanitario devastador. Espero que Yemen recuerde como los hutíes hicieron que Yemen respirase libertad frente a la tiranía.

Espero que la gente recuerde aquellos héroes que despertaron el espíritu de Yemen, para que la nación pueda recordar su nombre una vez más.

Por ahora, vamos a regresar a la política de esta guerra contra el Yemen.

Déjenme empezar diciendo –escribiendo- que la guerra de Yemen tomó un rumbo que Arabia Saudí, muy seguramente, no esperaba. Con toda justicia, no creo que nadie pudo haber esperado que Riad soltase a sus ejércitos de mercenarios en el sur de arabia para prevenir el surgimiento de un Yemen democrático. Es muy probable que la muerte del rey Abdullah a principios de 2015, sellara el destino de Yemen… y puede que también sellara el destino del reino.

Sucede a menudo que imperios y hegemonías son derribados, no por poderes más grandes que ellos mismos, sino por el coraje de algunos hombres confiados. En esta historia, los hutíes podrían ser el David contra el Goliath de Arabia Saudí. Supongo que ¡el tiempo lo dirá!

Mientras la guerra estallaba a finales de marzo de 2015, su fuego ya se encendió mucho antes… fuimos testigos de su primera chispa en 2011, cuando tras la revolución de Egipto, Yemen soñó con liberarse del presidente Ali Abdullah Saleh.

Actualmente, esto no trata exactamente de cómo Yemen caminó hacia la libertad política, sino que trata de cómo os han dicho que Yemen caminó hacia la democracia. Si los egipcios corearon la marcha de su déspota: el Presidente Mubarak, los yemeníes solo pidieron reformas… al menos en el principio, cuando el “movimiento revolucionario” todavía era orgánica y verdaderamente popular en su naturaleza.

Fueron poderes extranjeros los que hicieron ingeniería con el enfado popular y lo convirtieron en un arma política, para que el régimen de Saleh cayera. Veis que el presidente Saleh había sobrevivido a su fecha límite y se había vuelto un tanto irrelevante. Cuando digo el régimen de Saleh, me refiero a todo su régimen – incluyendo la supuesta oposición.

Permítanme elaborar un resumen del conjunto político de Yemen. ¡Muchos libros podrían escribirse sobre las campañas políticas en Yemen!

Así que, volviendo a 2011, la estructura político-tribal, militar y política de Yemen estaba dividida en dos grandes fuerzas: El Congreso General del Pueblo (al-motamar, esto es, la facción política del presidente Saleh) y al-Islah, que actuaba como paraguas para varios grupos islamistas: Incluyendo la ahora notoria Hermandad Musulmana y líderes tribales próximos a los clérigos wahabíes de Riad.

Les recuerdo cómo el ascenso al poder de Al-Islah corresponde casi exactamente con la persecución estatal contra los Hutíes, y la guerra de secesión de Yemen en 1994. Mientras los hutíes no representaban entonces una amenaza militar ya que solo eran una tribu del norte de Yemen, es su Zaidismo, su determinación para permanecer fieles a la tradición religiosa de Yemen y a su rechazo del wahabismo que provocó la ira de Riad.

Al-Islah siempre representó una zona de nadie contra el poder del presidente Saleh y el Zaidismo.

Encabezados por la tribu de Al-ahmar, Al-islah se convirtió en una extensión del poder de Riad en Yemen, el contendiente en muchos sentidos de la propia tribu del presidente Saleh, y su propia familia. Mientras Saleh nombraba a sus propios familiares en las posiciones militares y políticas clave de Yemen, todavía él había de acomodar a Al-Islah y compartir una parte política de su liderazgo. Las décadas pasaron, y Yemen llegó a estar gobernada tanto por Al-Ahmar y los Saleh.

El levantamiento de 2011 en Yemen, llegó para tirar este equilibrio de poder. El levantamiento de Yemen fue instrumentalizado para tirar este equilibrio de poder, y así poder levantar uno nuevo. Si el despertar político de Yemen llegó como una sorpresa tanto para los saudíes como para los americanos, también ofreció una oportunidad que no podría dejarse pasar. Es a menudo desde el caos, como el nuevo orden puede formarse y moldearse para existir. 2011 significó la introducción de un nuevo orden para el sur de arabia… Si no hubiera sido por la llegada de los Hutíes, Riad habría tenido éxito en poner a Yemen bajo su voluntad imperial.

Pero ¿por qué Riad quería echar al presidente Saleh cuando sus oficiales hicieron todo lo que pudieron para protegerle? ¡Buena pregunta! Ellos lo hicieron aunque… ¿A quién protegían? ¿Al hombre o al poder que representaba? Pueden ver que mientras Riad puede haberse preocupado un poco por la vida de Saleh, este todavía era el guardián de una legitimidad que el reino no podía ver amenazada. De manera más importante, el presidente Saleh había sido destinado a realizar la transición de Yemen a las manos de Riad – Arabia Saudí entendía demasiado bien cómo rápidamente Yemen podría haber caído en un caos real si no es por una mano fuerte que lo mantenga unido. El caos solo fue permitido si era propiamente dirigido.

Si bien no afirmaré que hemos estado al tanto de los susurros políticos de Riad, aventuraré una teoría sobre el motivo por el que Riad quería ver fuera a Saleh. No fue hace mucho, el Presidente Saleh que representaba una amenaza pero designó un sucesor: El general Ahmed Ali Abdullah Saleh – el hijo mayor del presidente y cabeza de la ahora falsa Guardia Republicana. Una figura militar central, el General Ahmed Saleh fue, y todavía es, una figura muy querida. A millones de yemeníes les gustaría ver que se manifiesta.

Si el general es mucho más que el hijo de su padre y entiende las políticas interiores y exteriores de Yemen, él también es un hombre moderno y educado que quiere ver que su país reclama su posición de cabecera en el sur de arabia. Mientras el Presidente Saleh fue, en muchos sentidos, un hombre de tribu que llegó a presidente, el General Ahmed Saleh es un militar que ambiciona convertir a Yemen en la primera república funcional de Arabia que domestica tanto al tribalismo como al wahabismo. No es necesario decir que el reino tenía una cuenta con esto. Riad no solo quiere perpetuar el tribalismo de Yemen, sino permitirlo para un mayor control, pero también quiere ver que el wahabismo se convierte en religión de estado para Yemen.

El ascenso del general a la presidencia, haría imposible todo lo anterior – a partir de aquí cayó en desgracia militar y política. El general Saleh está ahora bajo arresto domiciliario en los EAU… Recuerden este detalle porque es tremendamente importante.

Antes de su derrocamiento del poder en 2012, el presidente Saleh nombró a su hijo: Embajador en los EAU. Si bien el movimiento podía haber parecido un poco extraño… ¡como uno podría pasar de gobernar sobre la élite militar de Yemen a ser un oscuro funcionario en el extranjero! Esto traiciona la inteligencia política del presidente Saleh. No subestime la habilidad de este hombre para manipular su camino hasta las cumbres del poder… muchos lo han hecho en el pasado todos tienen sus dientes en la enfermería.

El presidente Saleh envió a su hijo donde el estaría más seguro, y desde ahí él podría ordenar un brillante regreso. No estén sorprendidos si en el futuro próximo el General Ahmed Saleh regresa, no solo como hijo del anterior presidente de Yemen, sino como el presidente mismo. No quiten valor a los Saleh todavía…

Cómo y por qué pueden preguntar.

El cómo todavía ha de ser escrito, pero aquí está el porqué: ¡El general Saleh tiene muchos amigos! Porque el general Saleh tiene todavía un poderoso amigo en los EAU y en los Estados Unidos de América. Comparte la profunda aversión de los EAU hacia la hermandad musulmana… él comparte una compresión del radicalismo a la manera de los EEUU, y no tiene odio frente a Irán.

¡Todas estas cualidades le convierten en un candidato natural para la presidencia! Permítanme que no hagamos el tonto y creamos que los presidentes son elegidos por el pueblo. Los presidentes se hacen, no se eligen.

En el caso del General Saleh, aunque pudiera ser diferente, ¡su presidencia sería popular! A millones de yemenís no les importaría tener un hombre fuerte además de militar experimentado en el poder. Su designación como embajador en los EAU no fue un accidente, sino estrategia.

Mientras que el mismo presidente Saleh se alió con la resistencia para echar a Arabia Saudí de Yemen, su hijo espera pacientemente a que el viento cambie.

En su entusiasmo para hacer la guerra y retomar el control, los realistas de al-saud puede que hayan precipitado la liberación de Yemen. Si no fuera por la traición de Riad al presidente Saleh, y su respaldo a al-islah/hermandad musulmana – que enfadó profundamente a los EAU, el otrora hombre fuerte de Yemen puede que no hubiera reconstruido sus puentes con los hutíes, e hiciera surgir un movimiento de resistencia gigantesco.

Hablamos sobre un movimiento equivocado…


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