lunes, 29 de agosto de 2016

Filantrocapitalismo: los “progresistas” haciendo el trabajo sucio de los dueños del mundo


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Filantrocapitalismo: los “progresistas” haciendo el trabajo sucio de los dueños del mundo

Publicado por lizama
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Entrevista a Isidro Bustamante, activista contra el filantrocapitalismo pulvígeno e investigador sobre la infiltración del gran capital en los movimientos sociales.
Las fundaciones filantrocapitalistas internacionales como Ashoka y AVINA han sido definidas con tal adjetivo porque el gran capital es quien las financia. Gracias a sus seductores objetivos de cambio y transformación social, este tipo de fundaciones se ha convertido en la más eficaz herramienta de la que dispone el sistema capitalista para llegar a los movimientos sociales, es decir, a los sectores sociales capaces de organizarse, porque justamente ahí es donde el capitalismo ve los mayores peligros.

La casa de mi tía | 30 Mayo 2016 | Javier Caso

Pregunta.- ¿Qué son y cómo se organizan las fundaciones filantrocapitalistas y cómo el gran capital se infiltra en los movimientos sociales?
Respuesta de Isidro Bustamante.- Las fundaciones filantrocapitalistas internacionales como Ashoka y AVINA han sido definidas con tal adjetivo porque el gran capital es quien las financia. Gracias a sus seductores objetivos de cambio y transformación social, este tipo de fundaciones se ha convertido en la más eficaz herramienta de la que dispone el sistema capitalista para llegar a los movimientos sociales, es decir, a los sectores sociales capaces de organizarse, porque justamente ahí es donde el capitalismo ve los mayores peligros.
El objetivo de las fundaciones filantrocapitalistas es mercantilizar los movimientos sociales. Que toda su actuación quede impregnada de tintes económicos. Que la lucha social se convierta en economía social. Que la economía sea quien transforme el mundo. Así todo sigue siendo capitalismo y los activistas sociales quedan narcotizados creyendo que, por esta vía, continúan con sus luchas. Más que de activismo social, podríamos hablar de actividad social mercantilizada. Éste es el cambio de concepto que pretende el filantrocapitalismo.
Las fundaciones filantrocapitalistas propagan sus ideas como los brazos de un pulpo. Lo hacen a través de los emprendedores sociales y de las enormes influencias que éstos ejercen sobre personas y organizaciones. No olvidemos que los emprendedores sociales de Ashoka y los socios de AVINA son líderes sociales cuidadosamente seleccionados por estas fundaciones, las cuales saben que están ante auténticos flautistas de Hamelín.
O también propagan estas ideas a través de las que podríamos llamar organizaciones portadoras, con las cuales las fundaciones filantrocapitalistas mantienen acuerdos y estrechas vinculaciones, de manera que el filantrocapitalismo ejerce su influencia de un modo exponencial.
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Pregunta.- ¿Se queda la lucha social, al ser narcotizada y alienada por el filantromercantilismo, desactivada para propugnar un sistema diferente al capitalista?
Respuesta de Isidro Bustamante.- Obviamente. Los activistas sociales mercantilizados nunca propugnan un sistema diferente. Se integran en el sistema capitalista, al cual aceptan, aunque en apariencia no sea así. Estas actividades sociales mercantilizadas son aparentemente alternativas, solidarias, éticas… pues con este tipo de palabras las difunden. Palabras vacías. Muchas palabras vacías. En definitiva practican las mismas actividades mercantiles que llevan a cabo las empresas convencionales. Sin ninguna diferencia, salvo en el lenguaje.
Lenguaje edulcorado y muy atractivo para quienes tengan inquietudes sociales. Venden humo. Humo al que se abrazan las personas aparentemente más críticas y participativas. Como Ixión se abrazó a Néfele.
Y, claro, si la actividad social mercantilizada no resultase rentable en términos económicos, no podría prosperar y acabaría su recorrido. Como le sucedería a cualquier empresa convencional. Sin embargo, la actividad social mercantilizada dispone de mecanismos adicionales para lograr tan ansiada rentabilidad económica.
El primer mecanismo adicional es la caza profesionalizada de subvenciones. Subvenciones públicas y privadas. Muy alternativo. La excusa es que las subvenciones te ayudan a financiar tu proyecto de transformación social. Aunque, en realidad, quien pone la pasta traza el camino que debes seguir. Lo dicen las bases de cualquier convocatoria.
El segundo mecanismo adicional es la búsqueda de financiación a través de personas concienciadas y de de buena voluntad, pues estas dos cualidades son decisivas para que pongan más dinero. Se trata del ‘crowdfunding’, los microcréditos y otras figuras similares. Y si la campaña de ‘crowdfunding’ o de microcréditos la encauzas a través de alguna organización que esté en la onda y que sea experta en mercantilizar al máximo lo social (especialmente claros son los casos de Goteo y Fiare), para qué más. Y de este modo, además, esa organización pasará a disponer de una base de datos con todas aquellas personas tan conformes con tu proyecto, que incluso están dispuestas a financiarlo.
Y el tercer mecanismo adicional es el voluntariado. ¿Que no tienes dinero para iniciar, continuar o expandir tu actividad social mercantilizada? Pues pon voluntarios para que lo hagan. Estas personas tranquilizarán sus conciencias y además no cobran. Y si encima están en el paro o en situación laboral vulnerable y les brindas expectativas laborales, trabajarán como jabatos y se dejarán la piel en tu proyecto.
Podría pensarse que trabajar con voluntarios en una actividad mercantil es ejercer competencia desleal sobre las pequeñas empresas convencionales que desarrollan la misma actividad aunque con asalariados. Qué va… la labor social que supone acoger voluntarios es imposible de imaginar y valorar por quienes practican la economía convencional.
Y si, pese a estos mecanismos adicionales, tu actividad social mercantilizada no terminase de ser rentable, despide a tus empleados aplicando la reforma laboral de Rajoy. Eso sí, deja bien claro ante tu Asamblea que es la decisión más dura y difícil que has tomado en tu vida. Y si no hubiera que llegar a tanto, redúceles la jornada y bájales el sueldo, que la economía social es economía honrada. Y para cubrir los huecos que te puedan quedar por estos despidos o reducciones de jornada, contrata autónomos. O aplica de nuevo el segundo mecanismo, con el añadido de que tus empleados podrían reconvertirse en voluntarios, incluso a tiempo parcial. Todo muy ético y muy alternativo.
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Pregunta.- ¿Qué tipo de estructuras crean y cómo se coordinan los filantromercantilistas, o sea, los activistas sociales mercantilizados para su camuflada práctica socio-ordoliberal ligada a la Escuela de Friburgo y al concepto de “economía social de mercado”?
Respuesta de Isidro Bustamante.- Crean empresas, pero evitan nombrarlas como tales, al menos en público. Bueno, si no queda más remedio que reconocerlas públicamente como empresas, pues las leyes que nos someten son así, su figura favorita es la cooperativa. Y aunque las cooperativas son empresas, huyen de llamarlas empresas. Insisten en llamarlas cooperativas. Y la abreviatura ‘Coop.’ tiende a ocupar más tamaño en el logo que el propio nombre de la empresa. Y es fundamental que la extensión de la página web sea ‘.coop’. Las asambleas de estas cooperativas también quedan narcotizadas con el discurso de quienes tiran del carro. Aprobamos lo que nos propongan, nos sentimos partícipes en la toma de decisiones, y después para casa.
Los activistas sociales mercantilizados tampoco cejan en su constante empeño por crear ‘coordinaciones’, como ellos las llaman. Se trata de coordinar los movimientos sociales del ámbito que sea, aunque no exista la más mínima necesidad de que sean coordinados. Esta tarea es muy fácil de vender: con esto logramos apoyo mutuo, disminución de esfuerzos, servicios comunes, colaboración, abaratamiento de costes, intercambio de información… ¿Intercambio de información? Sí, lo más importante. Es fundamental recopilar la información que generan los movimientos sociales que forman parte de estas coordinaciones. Y, de paso, quien haya creado una coordinación innecesaria mantiene a su vera los movimientos sociales que formen parte de la misma, observa constantemente cómo respiran y los va llevando a su redil. Y si esta coordinación careciese de actividad aparente, no pasa nada; la reunimos una vez al año, cada cual cuenta sus cosas, tomamos nota, nos damos unos abrazos y todos para casa.
Y si esta coordinación pudiese tener liberados, pues mejor que mejor. De esta manera se logra que las organizaciones que forman parte de la misma vayan dejando hacer a los liberados, y poco a poco todo el mundo queda de nuevo narcotizado por la comodidad que tal circunstancia supone.
Por otra parte estas coordinaciones multiplican la proyección de quienes más intereses tengan puestos. Mediante ellas logran contactos personales y abundantes clientes afines a sus empresas, perdón, a sus causas, convencidos de que contratando sus servicios estarán transformando el mundo. Pero la impecable imagen pública de los filantromercantilistas queda sustentada por la apariencia de loables objetivos comunes, de cooperación…
Apariencia que publicitan decisivamente los medios de comunicación. Porque continuamente publican dulces entrevistas, artículos reflexivos y reportajes sobre los filantromercantilistas y sus movimientos sociales mercantilizados y coordinados, y lo mucho que contribuyen a cambiar el mundo y la sociedad. Parecerá información, pero en realidad es publicidad. Publicidad gratuita, además. Los medios de comunicación, dedicados a crear opinión filantromercantilista. La voz de su amo. El pulpo también se extiende así. Y en muchas ocasiones los medios de comunicación alternativos caen en la trampa. Y bastantes de los medios alternativos que no caen en la trampa porque ya saben lo que hay, lo publicitarán igualmente porque a sus amos también les interesa. E incluso reciben dinero por ello. Uno de los casos más destacables es el de eldiario.es, que mantuvo durante años, y en portada, un blog llamado Inspira, pagado por Momentum Project (BBVA, Price Waterhouse Coopers, ESADE y Ashoka), cuyo profuso contenido son amables publirreportajes dedicados a empresas filantromercantilistas muy bien tocadas por el pulpo.
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Pregunta.- ¿Cómo se han justificado los activistas sociales mercantilizados cuando han recibido críticas de este tipo?
Respuesta de Isidro Bustamante.- Para protegerse, más que para justificarse, utilizan un discurso muy simple pero muy efectivo entre sus fieles. Consideran que quienes los acusan de haber caído en las garras del capitalismo son unos paranoicos y unos conspiranoicos.
¿Es que acaso ha venido algún hombre de negro con maletines a decirnos lo que tenemos que hacer en nuestros movimientos sociales? Consideran igualmente que quienes los critican pretenden hundirlos y sembrar dudas sobre ellos. Los activistas sociales mercantilizados trasladan al estricto terreno personal todas las críticas recibidas, pues con este argumento tienen mucho que ganar ante sus fieles y de paso evaden el fondo de la cuestión. También afirman que vivimos en un mundo en el que el purismo es imposible, que estos críticos son puristas que viven al margen de la realidad y con ideas de imposible puesta en práctica. Y que los críticos son, asimismo, peligrosos desactivadores sociales. Matar al mensajero. Un clásico. Y a veces con violencia, ya que el negocio está en juego. Y de ningún modo mencionan la crítica documentada, pues no les conviene que se conozca y difunda.
Pregunta.- ¿Cuál sería la conclusión, actuación o consecuencia que los movimientos sociales deberían sacar de este conocimiento que tenemos de la infiltración en su seno del gran capital a través de fundaciones filantromercantilistas?
Respuesta de Isidro Bustamante.- Es imprescindible que cuando una organización se nos ponga delante y nos ofrezca las siete maravillas, indefectiblemente le hagamos la prueba del algodón. Esta prueba consistiría básicamente en informarse lo más a fondo posible sobre los tres elementos esenciales de la citada organización: quiénes la dirigen, cómo se financia y con qué otras organizaciones tiene establecidos acuerdos, o “alianzas”, como les gusta decir. Si quienes dirigen, financian o se alían con esta organización son personas o entidades vinculadas al capitalismo, incluso a su lado más filantrópico o amable, mal vamos. Dime con quién andas y te diré quién eres. Es indispensable aborrecer a estos compañeros de viaje. Se debe seguir adelante, pero sin ellos. Y evidenciarlo. Y en el seno de los movimientos sociales hay que debatir siempre sobre esto. Callar es otorgar.
FUENTE: Información por la verdad (link)
En dicho sitio también encuentra la versión completa de este documento.

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