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Las tecnológicas estadounidenses conquistan posiciones estratégicas en el mundo, ¿Y las europeas?
DerBlaueMond
@DerBlaueMond
Desde
hace algunos años, hemos asistido a una carrera por la conquista de
internet, recientemente intensificada por la app-ficación de los hábitos
de consumo, lo cual no ha hecho sino magnificar el ya de por sí exponencial trasvase de actividad económica hacia la red de redes.
En esta tecnificada carrera han adquirido un papel protagonista las empresas estadounidenses, que se han lanzado a penetrar en sectores económicos de países a lo largo y ancho del planeta, pues supieron ver antes que otros que internet no sólo era el futuro, sino que también era la llave que abriría las puertas de la inmensa mayoría de las economías en la nueva era .com.
Seguramente
ya saben ustedes que la primera conexón por Internet vio la luz a
finales de los años sesenta, estableciendo un enlace remoto entre
universidades estaounidenses, que fue posble mediante la entonces
conocida como red ARPANET. No fue hasta los años noventa cuando este
novedoso medio de transmisión sirvió de soporte para construir sobre él
la conocida como World Wide Web. Éste es el conjunto de protocolos que
permiten la navegación web por la que un usuario como usted puede, con un solo click, consultar desde su casa información alojada en un servidor a miles de kilómetros de distancia.
A raíz de este cambio de enfoque, lo que se inició como un cuasi-experimento universitario de mera interconexión, de cuya importancia estratégica sólo eran conscientes unas pocas mentes visionarias en el planeta, pasó a popularizarse. Con ello, el grueso de dirigentes político-económicos, y la sociedad en su conjunto, pasaron a ver la vital importancia que Internet estaba llamada a suponer en nuestro mundo del futuro.
Pero no sólo era necesario ser consciente de que Intrenet era el futuro, puesto que este futuro no era cuestión de simplemente reconocerlo, además había que inventarlo.
Y para eso hay que reconocer que los estadounidense son especialmente
buenos, puesto que allá donde ven clara una oportunidad de negocio, no
reparan en medios para conquistar el nuevo mercado. Y en este caso
concreto puede que, además de nuevas oportunidades de negocio, hayan
sido lo suficientemente visionarios para adelantarse y tomar la
delantera en un negocio que además iba a acabar siendo un tema
geoestratégico.
Tal vez estén ustedes pensando en que estoy siendo un poco enrevesado, y tal vez razón no les falte, pero en las siguientes líneas voy a hacer un breve análisis con el que trataré de mostrarles qué me ha llevado a meramente contemplar la posibilidad de que esto pudiera ser así.
Empezaré enumerándoles tan sólo algunos ejemplos, que no dejan de ser reveladores cuando son sopesados en su conjunto:
Como pueden ver en los ejemplos anteriores, el nexo común es que todos ellos tienen una parte principal de su negocio en el negocio de la intermediación,
tienen una baja complejidad en comparación con el negocio completo o
servicio en favor del que hacen de inermediarios, tienen un fuerte
componente tecnológico, y básicamente son precisamente eso, plataformas
de intermediación, de alto margen y cuya actividad supone una especie de
peaje por cada transacción que gestionan en los sectores cuya
intermediación aspiran a liderar, o bien lideran ya.
Pero, como apuntábamos antes, puede que el tema no se trate únicamente de obtener un mero beneficio económico de fácil naturaleza, tengan en cuenta el gran poder estratégico que empresarial y económicamente supone un lider en intermediación de cualquier sector. Un líder en inermediación puede fácilmente favorecer a una empresa u otra de los sectores económicos cuyo tráfico de sus clientes acapara, lo cual supone un poder geoestratégico, empresarial, y económico insondable.
Algunos
argumentarán que la lista anterior es escueta, y omite sectores con un
alto componente geoestratégico, como la energía o la logística. No se
preocupen, estas ausencias no son nada que no pueda intermediar en el futuro una buena plataforma B2C (Business to Consumer) o B2B (Business to Business).
Es normal que haya sectores en los cuales la evolución tecnológica
imponga otro ritmo de expansión, pero no duden que la intermediación
tecnológica acabará llegando hasta el último rincón de nuestras
economías. En B2C y B2B estamos casi como estábamos antes de la
app-ficación de nuestras economía, con exponenciales proyecciones a
futuro como pueden leer en esta noticia,
y tanto los estadounidenses como los europeos podemos tener muy claras
las perspectivas. No obstante, conociendo su gran capacidad de
empredimiento y sus políticas coordinadas cuando algo les interesa,
estoy seguro de que los estadounidenses ya están trabajando en estas
plataformas a toda máquina.
Otros argumentarán que, efectivamente, startups hay muchas, y las hay estadounidenses, pero también europeas. Pero una cosa es una startup que ofrece un servicio final, y otra cosa muy distinta es cómo las startups estadounidenses se están posicionando masivamente en los huecos de mercado en los que hacen de estratégicos intermediarios.
Tal y como les decía en el post "¿Por qué las tecnológicas pagan tan pocos impuestos en España y qué se puede hacer para remediarlo?",
el tema además trasciende el mero plano de la intermediación, si bien
éste es especialmente reseñable por su caracter geoestratégico. Como ya
les dije, tenemos que las cinco principales empresas del mundo por
capitalización bursátil a finales de Julio de 2016 eran todas
tecnológicas, y además de los Estados Unidos. Varias son empresas de la
lista que les he enumerado antes. No sé cómo lo verán ustedes, pero yo a
esto lo llamo liderar el poder tecnológico y económico, que cada vez son más la misma cosa.
Pero no podemos decir que aquí estuviesemos jugando una partida con los estadounidenses y nos hayan dado unas cartas marcadas: aquí las reglas y las perspectivas de futuro han sido las mismas para todos, y ellos no sólo lo han sabido ver, sino que además han desarrollado un tejido tecnológico que les ha servido de caldo de cultivo para alumbrar a los gigantes del sector, que ahora conquistan el mundo. Y no estoy diciendo que esta conquista esté siendo éticamente paradigmática: todos sabemos cómo se comportan las empresas en algunos casos cuando hay intereses creados. Sírvales de ejemplo el caso de Neelie Kroes y Uber como pueden leer en esta noticia. La excomisaria europea estuvo predicando en Europa para permitir la entrada de Uber en los países de la Unión. Tras aquello, al final la puerta giratoria le dió un destacado puesto en la propia Uber.
Esta
noticia no debe servirnos a los europeos para echar la culpa de todo a
otros. Los europeos, sea al nivel que sea, hemos pecado de poco
emprendedores, y nos han tomado la delantera. A la hora de hacer
autocrítica para intentar conocer la causa de tan cortas miras, sin duda
hay que tener en cuenta que en Europa hay excelentes tecnólogos, técnicos y emprendedores: como muestra no hay más que ver algunas de las startups que hemos creado, si bien hay que reconocer que no han sido el resultado de una politica panaeuropea
diseñada para posicionar a Europa a la cabeza de la economia digital. Y
es principalmente aquí donde hemos fallado, o más bien, donde han
fallado nuestros políticos, que no han sabido o no han querido poner los
cimientos de una Europa digital líder del futuro.
Ahora el resultado es que, mayormente, tan sólo somos mercados finales, o como mucho anfitriones de los servicios que proveen empresas de otros países. Startups europeas haberlas haylas, pero si aguien pone (con todo el derecho) en duda la idea central de este post, le rogaría que hiciese una lista de empresas intermediarias estratégicamente posicionadas en sectores clave como la anterior de empresas de USA, pero con empresas europeas: a ver cuántas le salen y cuál es su relevancia en el mercado. Ya les puedo adelantar que, o bien son pocas, o bien no tienen ni de lejos tanta relevancia como las estadounidenses. Y aquí empezamos a hablar de que estamos perdiendo el control sobre los sectores estratégicos de nuestras economías, y eso, al fin y al cabo, no sólo es el pan venidero de nuestros hijos, sino también su libertad de elegir libremente los designios que han de regir nuestras economías de un futuro que ya tenemos encima. Además como les decía antes, esto sólo ha sido el principio, y con las futuras plataformas B2C y B2B esta tendencía se va a multiplicar exponencialmente.
No
debemos limitarnos en Europa a regular y cerrar proteccionistamente
nuestros mercados como medida defensiva, debemos tomar ejemplo de otros,
y qué mejor ejemplo que el expuesto de EEUU, porque me temo que en este
campo lo están haciendo muy pero que muy bien. Ya va siendo hora de que
los europeos (o mejor dicho: los dirigentes europeos) nos pongamos a
trabajar en serio y de foma coordinada, porque si no perderemos hasta el
último tren. Y nos quedaremos en el andén exigiendo, con meras
regulaciones proteccionistas, que paren el tren para poder ir corriendo
detrás de él y acabar subiéndonos, sin saber ver que hay trenes que pasan y no vuelven jamás, sobre todo si los
En esta tecnificada carrera han adquirido un papel protagonista las empresas estadounidenses, que se han lanzado a penetrar en sectores económicos de países a lo largo y ancho del planeta, pues supieron ver antes que otros que internet no sólo era el futuro, sino que también era la llave que abriría las puertas de la inmensa mayoría de las economías en la nueva era .com.
En los albores de un Internet creado para interconectar
A raíz de este cambio de enfoque, lo que se inició como un cuasi-experimento universitario de mera interconexión, de cuya importancia estratégica sólo eran conscientes unas pocas mentes visionarias en el planeta, pasó a popularizarse. Con ello, el grueso de dirigentes político-económicos, y la sociedad en su conjunto, pasaron a ver la vital importancia que Internet estaba llamada a suponer en nuestro mundo del futuro.
Del Internet como herramienta de usuario al Internet como arma de conquista económica
Tal vez estén ustedes pensando en que estoy siendo un poco enrevesado, y tal vez razón no les falte, pero en las siguientes líneas voy a hacer un breve análisis con el que trataré de mostrarles qué me ha llevado a meramente contemplar la posibilidad de que esto pudiera ser así.
- Airbnb: empresa líder en gestión de reservas de alquileres entre particulares, con sede en San Francisco.
- Booking.com: empresa líder en gestión de reservas hoteleras y de alojamiento de pequeños negocios de hostelería. Su propietario es "The Priceline Group", que a su vez tiene la sede en Conneticut.
- El Tenedor: empresa líder en reservas de restaurantes, francesa en origen. Adquirida en los últimos años por Tripadvisor, con sede en Massachusetts.
- Uber: empresa líder de transporte de viajeros entre particulares, con sede en San Francisco.
- Google News y Facebook como plataformas que redirigen tráfico de los usuarios hacia las noticias de los medios de comunicación, que no olvidemos, son el cuarto poder tanto de las democracias como de las no-democracias.
- Alphabet (Google): no le hace falta ninguna presentación en el caso de la intermediación publicitaria, pero sí que me gustaría hacerles notar adicionalmente sus denodados esfuerzos en los últimos años no sólo por ofrecer servicios gratuitos que le permitan perfilar a sus usuarios, para a su vez venderlos como objetivo publicitario. Google además está tratando de interponerse como fuente de información que redirija tráfico centrado en un producto concreto hacia compañías de diferentes sectores, como por ejemplo el sector aéreo con su cada vez más popular buscador de vuelos, o sus intentos por establecerse como jugador emergente en el mercado de gestión de reservas aéreas o GDSs como pueden leer en esta noticia, cuyo principal damnificado podría ser el líder actual, la compañía europea Amadeus.
Pero, como apuntábamos antes, puede que el tema no se trate únicamente de obtener un mero beneficio económico de fácil naturaleza, tengan en cuenta el gran poder estratégico que empresarial y económicamente supone un lider en intermediación de cualquier sector. Un líder en inermediación puede fácilmente favorecer a una empresa u otra de los sectores económicos cuyo tráfico de sus clientes acapara, lo cual supone un poder geoestratégico, empresarial, y económico insondable.
Otros argumentarán que, efectivamente, startups hay muchas, y las hay estadounidenses, pero también europeas. Pero una cosa es una startup que ofrece un servicio final, y otra cosa muy distinta es cómo las startups estadounidenses se están posicionando masivamente en los huecos de mercado en los que hacen de estratégicos intermediarios.
Pero no podemos decir que aquí estuviesemos jugando una partida con los estadounidenses y nos hayan dado unas cartas marcadas: aquí las reglas y las perspectivas de futuro han sido las mismas para todos, y ellos no sólo lo han sabido ver, sino que además han desarrollado un tejido tecnológico que les ha servido de caldo de cultivo para alumbrar a los gigantes del sector, que ahora conquistan el mundo. Y no estoy diciendo que esta conquista esté siendo éticamente paradigmática: todos sabemos cómo se comportan las empresas en algunos casos cuando hay intereses creados. Sírvales de ejemplo el caso de Neelie Kroes y Uber como pueden leer en esta noticia. La excomisaria europea estuvo predicando en Europa para permitir la entrada de Uber en los países de la Unión. Tras aquello, al final la puerta giratoria le dió un destacado puesto en la propia Uber.
Ahora el resultado es que, mayormente, tan sólo somos mercados finales, o como mucho anfitriones de los servicios que proveen empresas de otros países. Startups europeas haberlas haylas, pero si aguien pone (con todo el derecho) en duda la idea central de este post, le rogaría que hiciese una lista de empresas intermediarias estratégicamente posicionadas en sectores clave como la anterior de empresas de USA, pero con empresas europeas: a ver cuántas le salen y cuál es su relevancia en el mercado. Ya les puedo adelantar que, o bien son pocas, o bien no tienen ni de lejos tanta relevancia como las estadounidenses. Y aquí empezamos a hablar de que estamos perdiendo el control sobre los sectores estratégicos de nuestras economías, y eso, al fin y al cabo, no sólo es el pan venidero de nuestros hijos, sino también su libertad de elegir libremente los designios que han de regir nuestras economías de un futuro que ya tenemos encima. Además como les decía antes, esto sólo ha sido el principio, y con las futuras plataformas B2C y B2B esta tendencía se va a multiplicar exponencialmente.
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