Los aliados ‘marxistas’ del imperialismo en Oriente Medio
Artículo anterior del 22 de Septiembre del 2016
Bandera del PJAK kurdo |
Ayer el presidente de Irán, Hasan Rohani, se entrevistó en Nueva York
con el de Turquía, Erdogan. Tras la reunión, Rohani manifestó que Irán
siempre y en todas las etapas será un amigo y hermano de Turquía: “Estamos
dispuestos a desarrollar nuestras relaciones con Ankara en todos los
ámbitos, incluido el transporte, la industria y la energía”.
El dirigente iraní expresó su apoyo a la “amistosa y fraterna Turquía”. Por otro lado, Rohani transmitió en nombre de Teherán una “profunda tristeza”
por la intentona golpista en Turquía y expresó su disposición a ayudar a
recuperar la estabilidad y la seguridad en el país otomano.
Rohani señaló que el fallido golpe de estado se produjo en Turquía tras una serie de incidentes que algunas potencias habían planificado “contra nuestra región”, añadiendo: “No
tenemos la menor duda de que con el esfuerzo y el empeño conjunto
podremos paralizar el camino que el enemigo ha planeado contra nosotros”.
“El terrorismo es una amenaza contra todos, y el papel de ambos
países en la lucha contra el terrorismo y la inseguridad en la región,
especialmente en Siria e Iraq, tiene mucha importancia”, explicó el presidente iraní.
Cuando Rohani se refiere al terrorismo no sólo incluye a los yihadistas,
sino también al PJAK, que es la delegación del PKK en Irán, y cuando se
refiere al enemigo, alude al imperialismo. Para Irán se trata de los
diferentes brazos de la misma hidra, contra la que está empeñado en una
batalla desde la revolución de 1979.
En Irán ya existían dos organizaciones independentistas kurdas, el PDKI y
Komala, mientras que en 2004 los imperialistas fundaron una tercera, el
PJAK, tras la invasión de Irak porque las otros dos estaban en una
situación de extraordinaria debilidad. El imperialismo necesita un movimiento independentista fuerte bajo su control.
Tras la invasión de Irak, los imperialistas querían llevar la guerra al interior de Irán con el PJAK y la OMPI.
En agosto de este año, un dirigente del PJAK, Siyamend Moini, declaraba
con motivo de los enfrentamientos en Hasaka, entre kurdos y sirios:
“Iran tiene que entender claramente que cualquier tipo de ataque a
Rojava no va a acabar en Rojava. Existe una probabilidad de estalle una
guerra dentro de Irán. Hay fuerzas gigantescas que desean transferir
esta guerra a Irán con todas sus fuerzas. Cualquier contra nuestro
movimiento también es un ataque contra nosotros [PJAK] y la
posición y la reacción del PJAK sobre ese asunto está clara. Irán teme
el estallido de una guerra civil. Con los cambios que han ocurrido en
los gobiernos regionales, cambios en la naciones-estados, es inevitable.
Esos cambios pueden ser como los que han ocurrido en Irak y en Siria o
se pueden hacer de manera pacífica. Si Irán no elige la segunda opción,
una guerra civil es inevitable” (1)
La sucursal del PKK en Irán no se preocupa por ocultar su naturaleza servil hacia el imperialismo. En 2015 desató una “intifada”
en Irán inspirada en la Primavera Árabe, a partir de la cual se habría
de desencadenar una guerra, continuación de las de Irak y Siria.
La base de operaciones del PJAK es la misma que la del PKK: las montañas
Qandil, a 15 kilómetros de la frontera de Irán, donde las fuerzas de
ambas organizaciones son entrenadas por consejeros militares
estadounidenses, israelíes y británicos.
Lo mismo que en Siria con el PYD, el uso de una marca diferente se debe a
que el PKK está en el listado de organizaciones de naturaleza
terrorista de Estados Unidos y del Consejo Europeo, lo que no ocurre con
el PJAK y permite una financiación abierta de dicha organización.
Hasta ahora ha habido otro motivo adicional diferenciador: mientras
Turquía ha sido un aliado fiel del imperialismo, Siria e Irán son
Estados cuya destrucción es uno de los objetivos primordiales del
imperialismo. En este empeño, tanto el PYD como el PJAK son meros
instrumentos. Por el contrario, el apoyo al PKK por parte de Estados
Unidos sólo ha aparecido a la luz más recientemente y ha provocado un
golpe de Estado en Turquía, como ha manifestado Rohani de forma
indirecta.
Dos años después de la fundación del PJAK, la Secretaria de Estado
Condolezza Rice aprobó un aumento de 75 millones de dólares para el
fondo de propaganda antigubernamental y grupos de la oposición que
operaban dentro de Irán, lo que promovió una carta del congresista
Dennis Kucinich dirigida al presidente Bush en la que le preguntaba si
la Casa Blanca “coordinaba y apoyaba” al PJAK desde Irak, aprovechando la ocupación militar derivada de la guerra.
Bush negó cualquier apoyo a dicha organización, a pesar de que los
propios militantes reconocen que se trata de la misma organización. El
año pasado el Wall Street Journal publicó un amplio reportaje que tituló “Los aliados marxistas de América contra el Califato Islámico”. El PKK son esos “marxistas” aliados con el imperialismo.
En una entrevista, una militante, Zind Ruken, destacaba los vínculos
entre las diferentes sucursales de la misma organización: “A veces soy un PKK, a veces soy un PJAK, a veces soy un YPG. Eso no es realmente importante. Todos son miembros del PKK”(2).
No nos preguntaremos ahora por las razones que tuvo uno de los más
autorizados portavoces mediáticos del imperialismo para entrevistar a
unos “marxistas” que, además, también están considerados como “terroristas” en Estados Unidos.
Ni unos (imperialistas) ni otros (PKK) se han preocupado por esconder
sus mutuos vínculos, en donde la sacrosanta cruzada contra el Califato
Islámico sólo desempeña el papel de coartada. De otra manera no se
explica que esa alianza se haya trabado también con el PJAK, cuyo campo
de batalla es Irán.
El 12 de junio de 2006 un portavoz del PJAK, Ihsan Warya, no escondió a la revista Slate que al PJAK le gustaría convertirse en un “agente de Estados Unidos”, trabajar conjuntamente con el imperialismo contra Irán,
por lo que se sentían decepcionados de que no hubieran establecido
contacto. La cooperación del imperialismo con los kurdos durante la
guerra de Irak, decía el portavoz, contrastaba con el vacío hacia los
kurdos que luchan contra el gobierno de de Teherán (3).
Según el periodista Seymour Hersh, la creación del PJAK en 2004 fue
iniciativa de Estados Unidos, para lo cual con el apoyo del ejército
israelí (4).
A finales de 2006, un dirigente del PKK admitía a la prensa libanesa que
Estados Unidos había contactado con los kurdos que luchaban en Irán.
Añadía además que si Estados Unidos estaba interesado en el PJAK,
tambien estaba interesado en el PKK, ya que ambos grupos eran miembros
del KCK (Confederación Democrática de Kurdistán) (5).
En agosto del año siguiente, Haji Ahmadi, máximo responsable del PJAK
visitó Washington para ampliar la ayuda política y militar de Estados
Unidos al movimiento kurdo iraní. Luego trató de rebajar el alcance de
la vista, afirmando que sólo llevó a cabo “contactos limitados”.
Sin embargo, Biryar Gabar, un comandante del PJAK de Sanandaj reconoció a
Newsweek que las reuniones de Haji Ahmadi en Washington fueron “al más alto nivel” y que versaron “sobre el futuro de Irán”.
En una entrevista concedida en abril de 2009 al diario turco Akşam, el
presidente del Consejo Asesor de Inteligencia de la Casa Blanca entre
2001 y 2005, Brent Scowcroft, admitió que Estados Unidos “apoyó y promovió” al PJAK en la época de Bush, mientras que Obama dejó de hacerlo posteriormente (6).
El apoyo al PJAK, en el que también está involucrado el Estado de
Israel, no es ningún secreto sino un asunto bastante documentado en el
mundo universitario. Eso favorece que la bibliografía al respecto
empiece a ser abundante. Por ejemplo, así lo afirma Nader Entessar de la
Universidad del Sur de Alabama (7)
Lo mismo sostiene Suleyman Elik de la Universidad Medeniyet de Estambul
(8). En idéntica línea, Robert Scheer y Reese Erlich han escrito recientemente que Israel está apoyando la lucha armada del PJAK dentro de Irán, aunque mantiene en secreto su ayuda (9).
Notas:
(1) http://rojhelat.info/en/?p=9146
(2) http://www.wsj.com/articles/americas-marxist-allies-against-isis-1437747949
(3) http://www.slate.com/id/2143492/?nav=fo
(4) The Next Act, The New Yorker, 19 de noviembre de 2006 (http://www.newyorker.com/fact/content/articles/061127fa_fact).
(5) http://www.dailystar.com.lb/article.asp?edition_id=10&categ_id=2&article_id=77119
(6)
Ihsan Bal, M. Turgut Demirtepe, USAK Yearbook of Politics and
International Relations International Strategic Research Organization
(USAK), vol. 5, 2012, pg. 43.
(7) Kurdish Politics in Regional Context, In Kurdish Politics in the Middle East, Rowman & Littlefield, 2010, pg. 205.
(8)
Iran-Turkey Relations, 1979-2011: Conceptualising the Dynamics of
Politics, Religion and Security in Middle-Power States, Routledge, 2013,
pgs. 91-92.
(9) Iran Agenda: The Real Story of U.S. Policy and the Middle East Crisis, Routledge, 2016, pg. 140.
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