Túnez por vincular a Arabia saudí con el terrorismo
- 5 noviembre, 2016
El ministro tunecino de Asuntos Religiosos, Abdeljalil Ben Salem, fue destituido ayer de su cargo por unas declaraciones en las que vinculó a wahabismo saudí con el terrorismo.
Las palabras exactas del jefe de Gobierno, Youssef Chahed, aluden a un “atentado a los fundamentos de la diplomacia tunecina”, poniendo de manifiesto que la política exterior tunecina se dicta desde el Golfo.
El jueves Ben Salem pronunció un valiente discurso en el Parlamento en el que interpeló a dos altos responsables saudíes, entre ellos el embajador en Túnez, acerca de la nefasta influencia del wahabismo como “vector” del terrorismo.
“He dicho a los saudíes que reformen su escuela porque históricamente el terrorismo viene de ahí. Os lo digo con amor y con modestia”, afirmó el antiguo ministro, según una grabación difundida por la cadena privada de radio Mosaico FM.
“Lo que en el mundo islámico vemos como extremismo y terrorismo proviene de esta escuela [wahabita], sea de buena o mala fe […] Este tipo de pensamiento y esta escuela no pueden engendrar más que extremismo”, añadió.
El ministro tunecino ha durado muy poco en su cargo. Entró en agosto en el nuevo gobierno de unión de Youssef Chahed y en su discurso en el Parlamento respondía a un diputado del Frente Popular, de la oposición de izquierda, sobre la voluntad de combatir la propaganda wahabita en Túnez.
El ministro intentó apaciguar la polémica con los saudíes afirmando en un comunicado que la relación con Riad era “plenamente armoniosa […] al servicio de nuestra religión”. Su solidez es tan grande, dijo, “que nadie puede perturbarla”.
Pero la prensa había llevado las palabras del ministro contra el wahabismo a las portadas, provocando una catarata de editoriales que fueron más allá de Túnez, hacia todo el Magreb. “El ministro ataca al wahabismo como incubador del terrorismo”, escribió el diario Ecchuruk. “El terrorismo procede de la escuela wahabita”, tituló Le Quotidien.
Túnez es la cuna de la Primavera Árabe y el mayor contribuyente al yihadismo internacional en proporción a su población. Ha exportado a miles de jóvenes que se encuentran combatiendo en Libia, en Siria y en Irak.
El salafismo se promovió en Túnez para frenar el desarrollo que estaban tomando el marxismo y las corrientes laicas pero, finalmente, se ha vuelto contra el país, que ha empezado a ser una víctima propiciatoria de los peores atentados, especialmente dirigidos contra turistas, soldados y policías.
El jueves Ben Salem pronunció un valiente discurso en el Parlamento en el que interpeló a dos altos responsables saudíes, entre ellos el embajador en Túnez, acerca de la nefasta influencia del wahabismo como “vector” del terrorismo.
“He dicho a los saudíes que reformen su escuela porque históricamente el terrorismo viene de ahí. Os lo digo con amor y con modestia”, afirmó el antiguo ministro, según una grabación difundida por la cadena privada de radio Mosaico FM.
“Lo que en el mundo islámico vemos como extremismo y terrorismo proviene de esta escuela [wahabita], sea de buena o mala fe […] Este tipo de pensamiento y esta escuela no pueden engendrar más que extremismo”, añadió.
El ministro tunecino ha durado muy poco en su cargo. Entró en agosto en el nuevo gobierno de unión de Youssef Chahed y en su discurso en el Parlamento respondía a un diputado del Frente Popular, de la oposición de izquierda, sobre la voluntad de combatir la propaganda wahabita en Túnez.
El ministro intentó apaciguar la polémica con los saudíes afirmando en un comunicado que la relación con Riad era “plenamente armoniosa […] al servicio de nuestra religión”. Su solidez es tan grande, dijo, “que nadie puede perturbarla”.
Pero la prensa había llevado las palabras del ministro contra el wahabismo a las portadas, provocando una catarata de editoriales que fueron más allá de Túnez, hacia todo el Magreb. “El ministro ataca al wahabismo como incubador del terrorismo”, escribió el diario Ecchuruk. “El terrorismo procede de la escuela wahabita”, tituló Le Quotidien.
Túnez es la cuna de la Primavera Árabe y el mayor contribuyente al yihadismo internacional en proporción a su población. Ha exportado a miles de jóvenes que se encuentran combatiendo en Libia, en Siria y en Irak.
El salafismo se promovió en Túnez para frenar el desarrollo que estaban tomando el marxismo y las corrientes laicas pero, finalmente, se ha vuelto contra el país, que ha empezado a ser una víctima propiciatoria de los peores atentados, especialmente dirigidos contra turistas, soldados y policías.
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