El Ejecutivo mexicano llega, al menos en apariencia, fuerte y firme a la segunda ronda de negociación del Tratado de Libro comercio de América del Norte (Tlcan o Nafta, en inglés), que se celebra desde ayer y hasta el próximo martes en la capital, pese a las nuevas amenazas de Donald Trump de echar por tierra el pacto. “La economía mexicana, afortunadamente, ha entendido que una negociación no se resuelve en 142 caracteres. Una negociación no se hace a través de redes sociales”, dijo esta semana el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, ante senadores del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El mismo mensaje llegó hasta Washington este mismo miércoles, cuando el canciller, Luis Videgaray, aseveró ante su homólogo estadounidense, Rex Tillerson, que la negociación del Tlcan será, por su parte, seria, y no van a utilizar a los medios. Con sobriedad, el Ejecutivo respondió al enésimo arrebato del jefe de la Casa Blanca, quien el pasado domingo preguntó a sus 36,8 millones de seguidores si debería terminar con este convenio que, en vigor desde 1994, es el “peor acuerdo comercial jamás realizado”.

Días antes, Trump pronosticó que el Tlcan probablemente terminará por las pocas posibilidades de acuerdo con Canadá y, especialmente, con México, un país que en su opinión ha perjudicado la industria estadounidense. “México está llegando como debe llegar (a la segunda ronda), con claridad sobre lo que puede y no puede ceder en un momento de tensión con Estados Unidos”, dijo el profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey Carlos Elizondo.
Para el especialista, tanto Canadá como México empiezan reforzados esta nueva tanda de conversaciones, en la que se espera entrar en materia, tras una toma de contacto inicial en la que se definieron áreas a debatir, ritmos y plazos. “Estas dos naciones han sabido mostrar el apoyo de todos estos actores que se benefician del Tlcan, como gobernadores, empresarios y estados de EE.UU., abriendo una caja de pandora en la Administración de Trump,” agregó.
Para el director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano, el equipo de México –encabezado por Guajardo, el subsecretario Juan Carlos Baker y el jefe negociador Kenneth Smith– “es de primer nivel y está mejor preparado” que las contrapartes.
“Me preocupa que Trump se levante de la mesa, pero no tanto al final, porque no sería el final para México”, aseguró.
El especialista en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey Manuel Valencia consideró que el Gobierno mexicano se mantendrá “firme” en esta segunda ronda, si bien reconoció que el país tiene “poco brazo” para negociar en ciertos temas como el déficit comercial o las reglas de origen. La confidencialidad acordada entre los tres países para evitar filtraciones en las conversaciones puede ser un arma de doble filo; esconderá sus errores pero no podrá alardear de sus logros, y la ciudadanía puede acusar al Ejecutivo, manchado por la corrupción, de opaco, explicó.
Optimista, Carlos Serrano, economista jefe de BBVA Bancomer, estimó en una reciente rueda de prensa que la nueva versión del Tlcan llegará a buen puerto, aunque no descartó una posibilidad, cada vez menor, de que se rompa. En este mismo acto, la principal entidad financiera de México subió el pronóstico del producto bruto interno para 2017 de 1,6 por ciento a 2,2 por ciento y aseguró que el mercado da cada vez menos peso a las declaraciones de Trump.
Prueba de ello es que el peso mexicano se mantiene por debajo de las 18 unidades por dólar desde hace semanas. El jueves se depreció, pero lo hizo un minúsculo 0,06 por ciento, hasta los 17,78.
En la oposición sobresale el apoyo. El alcalde capitalino y presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), Miguel Ángel Mancera, remarcó que un eventual final del Tlcan no impedirá mantener la relación con empresarios del vecino del norte. El expresidente de México Vicente Fox indicó que, si bien persiste la incertidumbre, la nación tiene un verdadero frente negociador y las cartas claras”.
Hasta el momento, en lo único que parecen estar de acuerdo los tres equipos es en dar celeridad a las negociaciones para adelantarse a las elecciones presidenciales del próximo año en México. Trump y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijeron este jueves tener esperanza de alcanzar un acuerdo para final de año. En esta ronda, las delegaciones de los tres países abordarán a puerta cerrada temas como acceso a mercado de bienes, inversión, reglas de origen, facilitación comercial, medioambiente, comercio digital, pequeñas y medianas empresas.