lunes, 12 de noviembre de 2018

Fábricas de mentiras de Occidente: "Grupos de Reflexión", entre los principales actores occidentales en la crisis de desinformación de medios


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Fábricas de mentiras de Occidente: "Grupos de Reflexión", entre los principales actores occidentales en la crisis de desinformación de medios


Traducido por el equipo de Sott.net en español
La mayoría de los consumidores no están al tanto del pequeño y sucio secreto de los medios de comunicación. Los grupos de reflexión ("think tanks") se aprovechan cada vez más del hecho de que las agencias de noticias tienen presupuestos ajustados para influir en la agenda de la prensa a favor de sus patrocinadores.
think tank
Hace décadas, estos grupos generalmente funcionaban como asesores de políticas. Aunque algunos eran cómodamente listados como "residencias de ancianos" para distinguidos funcionarios públicos o intelectuales. Sin embargo, en los tiempos modernos se han vuelto indistinguibles de las empresas de cabildeo, con sus presupuestos a la altura.
En el tema de Rusia (y de toda Europa del Este), la influencia de los grupos de reflexión se está volviendo cada vez más peligrosa y maligna. Y está conduciendo a una crisis de los estándares periodísticos que nadie quiere reconocer.
Dos casos esta semana ponen de relieve el problema.
En este momento, Hungría y Ucrania se encuentran inmersas en un enfrentamiento en torno a los derechos de los húngaros étnicos en Ucrania. El desacuerdo es totalmente local, y tiene sus raíces en la división del territorio de Budapest en el siglo XX después de que se encontrara en el bando perdedor en ambas guerras mundiales. Como resultado, sus tierras fueron dadas a otras naciones: la antigua Checoslovaquia, Rumania, Yugoslavia y la Unión Soviética.
Existen tensiones de distintos grados entre Hungría y casi todos los Estados sucesores que albergan su diáspora perdida. Sobre todo desde que el nacionalista Viktor Orban comenzó a entregar pasaportes a compatriotas varados en suelo extranjero.
Hasta hace poco, la mayor parte de la atención se centraba en los desacuerdos con Eslovaquia, pero ahora la atención se ha vuelto hacia Ucrania.
Dejémoslo claro: esto es un desastre creado por Kiev. En un intento por apaciguar a los fundamentalistas "patrióticos", comenzó a tomar medidas en favor de leyes lingüísticas restrictivas, lo que ha enajenado especialmente al pequeño grupo de quienes hablan húngaro en su frontera occidental.
Como era de esperar, Budapest se apresuró a defender a su "pueblo", y ahora tenemos un pequeño y desagradable embrollo de cabezazos desde las trincheras de ambos lados.
Una cosa de la que no se trata es de Rusia. Pero los medios de comunicación occidentales, alentados por los "expertos" de los grupos de reflexión, siguen insistiendo sobre este punto. Y aquí tenemos un ejemplo de ello esta semana.
El Los Angeles Times envió un corresponsal a Uzhgorod, una ciudad fronteriza ucraniana. Y en lugar de limitarse a informar desde el terreno, el escritor invirtió gran parte de su artículo para referirse a Rusia e insinuar que Orban está operando en estrecha adhesión a Moscú. Lo cual es risible para cualquiera que entienda los métodos políticos del Primer Ministro húngaro. Y apesta a desinformación.
¿Y a quién están utilizando para "respaldar" estas afirmaciones? Nada más que a un tal Peter Kreko, "director del Instituto de Capital Político, un grupo de reflexión de Budapest", que está preocupado por que las acciones de Orban, "ayuden a Rusia a obstaculizar la integración euroatlántica de Ucrania".
¿No es raro que un analista húngaro se preocupe por eso? Bueno, no lo sería si el LA Times fuera transparente y revelara la financiación de Kreko. He aquí quién financia el "Instituto Capital Político, un grupo de reflexión de Budapest":
  • Instituto de la Rusia Moderna (un juguete del deshonrado ex oligarca de los 90 y oponente de Putin, Mikhail Khodorkovsky).
  • National Endowment For Democracy (Fondo Nacional para la Democracia) (un medio neoconservador estadounidense dedicado al "cambio de régimen" y a promover una perspectiva pro-estadounidense en Europa del Este, cuya presidencia ha apodado a Ucrania "el gran premio").
  • Open Society (Sociedad Abierta, de George Soros, quien no necesita presentación).
Y aquí tenemos a algunos de los "socios profesionales internacionales y nacionales más importantes" del Instituto Capital Político:
  • Atlantic Council (Consejo Atlántico, ala de propaganda de la OTAN)
  • European Values (Valores Europeos, un grupo de presión de Praga financiado por Soros, que calificó a cientos de figuras públicas europeas de "idiotas útiles" por aparecer en RT, Incluyendo a Jeremy Corbyn y a Stephen Fry).
  • German Marshall Fund de los Estados Unidos (propietario del infame tablero de instrumentos "Hamilton 68")
Por lo tanto, las agendas en juego están bastante claras. Sin embargo, el LA Times mantiene a sus lectores en la ignorancia respecto a quienes le pagan a Kreko. Lo que es especialmente interesante cuando se ve que a RT casi siempre se le describe como "Russia Today, financiado por el Kremlin", o alguna versión de lo mismo, cuando los medios de comunicación occidentales se refieren al mismo. Y esto está bien, porque es cierto, pero cuando las mismas reglas no se aplican en todos los casos, el sesgo es obvio.
El segundo caso es cortesía de "el Times de Londres, controlado por Rupert Murdoch" (¿vio cómo lo puse allí?). Esta semana, alegó que sólo en Londres hay alrededor de 75.000 rusos que son informantes del Kremlin. Todo basado en una "investigación" de la Henry Jackson Society (HJS), un grupo de presión neoconservador que parece haber logrado establecer una toma de control a la inversa del una vez venerable periódico. Su principal escritor, por ejemplo, es uno de los signatarios fundadores de la organización.
De todos modos, la HJS, aparentemente con base en sólo 16 entrevistas, y con fuentes anónimas, concluyó que "entre una cuarta parte y la mitad de los expatriados rusos son, o han sido, informantes". Y el Times lo divulgó a los cuatro vientos.
Sin embargo, "aclaró", con el comentario de un "disidente" anónimo, cómo, en realidad, "era casi la mitad". Así que sólo había alrededor de 32.500 "agentes" en Londres. Lo que, de ser cierto, significaría que las paredes de la Embajada Rusa tendrían que estar hechas de material elástico para albergar a la cantidad de operadores que se necesitan para vigilar sus fuentes de información.
Mire, no es un secreto que los estándares del Times son bajos. Después de todo, el principal columnista de asuntos exteriores, Edward Lucas, está literalmente financiado por los fabricantes de armas estadounidenses.
No, no es broma. Lucas trabaja como cabildero en CEPA, una organización con sede en Washington y Varsovia, que promueve la agenda de los fabricantes de armas en Europa Central y Oriental. A saber, Raytheon, Lockheed Martin, FireEye y Bell Helicopters, entre otros.
Por supuesto, The Times no revela este conflicto de intereses a sus lectores. Es otro ejemplo de cómo los grupos de reflexión manipulan a los medios de comunicación estos días.

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