sábado, 6 de abril de 2013

Una alianza a prueba de bombas

Una alianza a prueba de bombas
Un vendedor ambulante norcoreano prepara pan junto al puente de Dandong, en la frontera  (ANSA). Por el enviado Beniamino Natale
DANDONG (En la frontera chino-nocoreana), (ANSA) - Los turistas colman, como siempre, el Puente de la Amistad Sinocoreana en Dangong, una vivaz ciudad comercial de un millón de habitantes en el noreste de China, en la frontera con Corea del Norte.
    "Quizás hay más de los habituales", dice una mujer que vende souvenir norcoreanos, con el rostro cubierto por una pañoleta y la cabeza con un sombrero que le cubre las orejas, para protegerse del viento de las costas del río Yalu, que separa a ambos países.
    El puente debe su nombre a un bombardeo efectuado por la aviación estadounidense durante la guerra de Corea (1950-1953), que lo dividió a la mitad. Del lado chino, los turistas ríen y se toman fotografías unos a otros. Del otro, un soldado norcoreano, con las manos en los bolsillos, camina con aire marcial.
    Si de verdad se prepara una guerra, en Dangong nadie se ha dado cuenta.
    La evaluación de los habitantes sobre el efecto de las sanciones -que China aprobó junto a los demás miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, luego del test nuclear norcoreano del 12 de febrero- es unánime: un cambio de fachada, pero en sustancia no representa más que "business as usual", negocios, como de costumbre.
    Dandong es la puerta de intercambios entre Corea del Norte y China del noreste. Comerciantes y pequeños emprendedores de ambos países, a menudo ex militares, que llevan materias primas a China y manufacturas del otro lado de la frontera.
    Las regiones septentrionales de Corea del Norte tienen en la relación con China una fuente insustituible de bienes de consumo y de rédito.
    De acuerdo a un emprendedor local, son cerca de 40.000 los trabajadores norcoreanos empleados en fábricas de la zona.
   La afluencia de trabajadores, de acuerdo a la prensa china e internacional, se redujo después de la aprobación de sanciones hacia Corea del Norte. Pero los controles son imposibles.
    Los bancos congelaron cuentas a ciudadanos de Corea del Norte pero no las de sus socios chinos.
    "En la práctica, nuestros negocios no fueron tocados", declaró un comerciante local al periódico japonés Asahi Shimbun.
    La situación de Dandong refleja el dilema de China frente a la intemperancia de su turbulento vecino.
    En Pekín, las voces que piden abandonar a Corea del Norte a su destino son cada vez más insistentes. Pero las consideraciones geoestratégicas, y el temor de que una caída del régimen de Pyongyang provoque una desestabilizadora afluencia de refugiados coreanos en el norte de China, fuerzan a Pekín a mantener una relación extremadamente prudente hacia el pequeño país aliado.
   (ANSA). NT-MI/MRZ

 


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