La OTAN lanzó dos misiles contra Siria desde España
En el verano de 2013 la OTAN lanzó desde España dos misiles contra Siria
que fueron interceptados por los radares rusos y no llegaron a su
destino. Formaban parte del arsenal de 624 con los que la alianza
imperialista quiso arrasar Siria, según una entrevista en directo de la cadena de televisión Rusia 24 con Serguei Shoigu, el ministro ruso de Defensa, emitida este lunes.
Esta parte de la información la publicó en su momento el diario libanés As Safir procedente de una fuente diplomática, dejando tras de sí una información confusa, ya que Israel negó haberlos lanzado mientras que Rusia confirmó el lanzamiento.
Poco después, Israel afirmó que fueron disparados en el curso de unas maniobras conjuntas con Estados Unidos y que habían caído en el mar, añadiendo que los lanzamientos no estaban relacionados con la guerra de Siria.
En aquel momento, como publicamos en la entrada anterior, la OTAN estaba amenazando de manera secreta al gobierno de Damasco con un lanzamiento masivo de misiles con la excusa de los arsenales de armas químicas en su poder.
El diario As Safir señaló que fueron “las fuerzas estadounidenses las que dispararon los dos misiles desde una base de la OTAN en España”, que fueron instantáneamente detectados por los radares rusos y confrontados por sus sistemas de defensa antimisiles, de tal modo que uno explotó en el aire y el otro cayó desviado hacia el mar.
El diplomático que relató el incidente añadió que “la guerra de Estados Unidos contra Siria comenzó y terminó en el momento en que dos misiles balísticos fueron disparados”.
En su entrevista del lunes, Shoigu no desveló la localización desde la que fueron lanzados los dos misiles, ni tampoco su derribo y la agencia Al-Manar se pregunta por los motivos del silencio del ministro ruso. ¿Por qué?
La explicación de la agencia libanesa es la siguiente: en el momento en el que los misiles fueron lanzados, el jefe del servicio ruso de inteligencia contactó con sus homólogos estadounidenses y les marcaron los límites muy claramente: “Atacar Damasco significa atacar Moscú”.
Rusia censuró la información de que había derribado los dos misiles para preservar sus relaciones bilaterales y evitar una escalada, pero advirtió muy claramente a Estados Unidos que debía reconsiderar su política hacia Siria, “y pueden estar seguros que no pueden eliminar nuestra presencia en el Mediterráneo”, añadieron los rusos.
Este choque frontal aclaró al Pentágono que los rusos estaban dispuestos a ir hasta el final en su apoyo a Siria y que ellos no tenían otra salida que recurrir a Moscú para buscar una salida que les permitiera salvar la cara en el asunto del armamento químico.
La fuente diplomática dijo a As Safir que “con el fin de evitar una mayor confusión estadounidense y después de que Israel negara saber nada sobre el disparo de los misiles en su primera declaración, lo cual era verdad, Washington pidió a Tel Aviv que asumiera el disparo de los misiles con el fin de salvar su cara ante la comunidad internacional, especialmente dado que estos dos misiles eran el inicio de la operación militar contra Siria, después de lo cual se suponía que Obama iba a acudir a la Cumbre del G-20 en Rusia para negociar el destino del presidente sirio, Bashar al Assad. Sin embargo, él fue allí a buscar una salida del punto muerto en el que se encontraba”.
El diplomático indicó además que “después del choque entre Estados Unidos y Rusia a causa de los misiles, Moscú buscó incrementar su presencia naval en el Mediterráneo. También se fijó un plazo para anunciar su iniciativa para impedir la agresión contra Siria a continuación de la Cumbre del G-20, tras los encuentros que tuvieron lugar al margen de la misma y que fueron seguidos por dos visitas sucesivas del viceministro de Exteriores iraní, Hussein Amir Abdul Lahyan, y del ministro sirio de Exteriores, Walid al Muallim, que fueron coordinadas con el lado ruso. En el transcurso de la visita de Muallim se llevó a cabo un anuncio sirio sobre la aprobación de la iniciativa rusa, que puso destrucción de las armas químicas de Siria bajo supervisión internacional”.
Finalmente, la fuente señaló que “uno de los primeros resultados del choque militar ruso-estadounidense fue que la Cámara de los Comunes británica rechazó participar en la guerra contra Siria. Esto fue seguido por la toma de posición de otros gobiernos europeos, como el de Angela Merkel en Alemania, en contra de un conflicto en el país árabe”.
Esta parte de la información la publicó en su momento el diario libanés As Safir procedente de una fuente diplomática, dejando tras de sí una información confusa, ya que Israel negó haberlos lanzado mientras que Rusia confirmó el lanzamiento.
Poco después, Israel afirmó que fueron disparados en el curso de unas maniobras conjuntas con Estados Unidos y que habían caído en el mar, añadiendo que los lanzamientos no estaban relacionados con la guerra de Siria.
En aquel momento, como publicamos en la entrada anterior, la OTAN estaba amenazando de manera secreta al gobierno de Damasco con un lanzamiento masivo de misiles con la excusa de los arsenales de armas químicas en su poder.
El diario As Safir señaló que fueron “las fuerzas estadounidenses las que dispararon los dos misiles desde una base de la OTAN en España”, que fueron instantáneamente detectados por los radares rusos y confrontados por sus sistemas de defensa antimisiles, de tal modo que uno explotó en el aire y el otro cayó desviado hacia el mar.
El diplomático que relató el incidente añadió que “la guerra de Estados Unidos contra Siria comenzó y terminó en el momento en que dos misiles balísticos fueron disparados”.
En su entrevista del lunes, Shoigu no desveló la localización desde la que fueron lanzados los dos misiles, ni tampoco su derribo y la agencia Al-Manar se pregunta por los motivos del silencio del ministro ruso. ¿Por qué?
La explicación de la agencia libanesa es la siguiente: en el momento en el que los misiles fueron lanzados, el jefe del servicio ruso de inteligencia contactó con sus homólogos estadounidenses y les marcaron los límites muy claramente: “Atacar Damasco significa atacar Moscú”.
Rusia censuró la información de que había derribado los dos misiles para preservar sus relaciones bilaterales y evitar una escalada, pero advirtió muy claramente a Estados Unidos que debía reconsiderar su política hacia Siria, “y pueden estar seguros que no pueden eliminar nuestra presencia en el Mediterráneo”, añadieron los rusos.
Este choque frontal aclaró al Pentágono que los rusos estaban dispuestos a ir hasta el final en su apoyo a Siria y que ellos no tenían otra salida que recurrir a Moscú para buscar una salida que les permitiera salvar la cara en el asunto del armamento químico.
La fuente diplomática dijo a As Safir que “con el fin de evitar una mayor confusión estadounidense y después de que Israel negara saber nada sobre el disparo de los misiles en su primera declaración, lo cual era verdad, Washington pidió a Tel Aviv que asumiera el disparo de los misiles con el fin de salvar su cara ante la comunidad internacional, especialmente dado que estos dos misiles eran el inicio de la operación militar contra Siria, después de lo cual se suponía que Obama iba a acudir a la Cumbre del G-20 en Rusia para negociar el destino del presidente sirio, Bashar al Assad. Sin embargo, él fue allí a buscar una salida del punto muerto en el que se encontraba”.
El diplomático indicó además que “después del choque entre Estados Unidos y Rusia a causa de los misiles, Moscú buscó incrementar su presencia naval en el Mediterráneo. También se fijó un plazo para anunciar su iniciativa para impedir la agresión contra Siria a continuación de la Cumbre del G-20, tras los encuentros que tuvieron lugar al margen de la misma y que fueron seguidos por dos visitas sucesivas del viceministro de Exteriores iraní, Hussein Amir Abdul Lahyan, y del ministro sirio de Exteriores, Walid al Muallim, que fueron coordinadas con el lado ruso. En el transcurso de la visita de Muallim se llevó a cabo un anuncio sirio sobre la aprobación de la iniciativa rusa, que puso destrucción de las armas químicas de Siria bajo supervisión internacional”.
Finalmente, la fuente señaló que “uno de los primeros resultados del choque militar ruso-estadounidense fue que la Cámara de los Comunes británica rechazó participar en la guerra contra Siria. Esto fue seguido por la toma de posición de otros gobiernos europeos, como el de Angela Merkel en Alemania, en contra de un conflicto en el país árabe”.
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