lunes, 19 de septiembre de 2016

Políticas del Sentido

Políticas del Sentido

(Comentarios en redes sociales, agosto-septiembre de 2016)

Política de los lenguajes. 


  • El problema de algunos dichos de Lacan que corren por ahí es que proceden de su enseñanza oral y los neófitos les dan una relevancia de “escrito” que no tienen. Es como si cualquier profesor le dijera a un alumno “apaga el móvil en clase, por favor”, alguien lo publicara como parte de unos apuntes y un aficionado entusiasta de la materia lo leyera y pretendiera que la frase pasara a la Historia como el gran legado intelectual del profesor en cuestión.
    Cierto que hay algunos psicoanalistas egregios que pueden citar estas frases también (un pequeño comentario de Lacan en su seminario que puede pasar completamente desapercibido o dado por in-significante) pero precisamente, se nota su confraternidad con el decir de Lacan en que en nunca está ausente la ironía en esta cita, nunca deja de prevalecer el valor de (desdoblamiento de la cadena) significante por encima de la solemnidad moral del significado. En esa diferencia en el citar se pilla fácilmente la diferencia entre alguien que ha entendido el gesto lacaniano y el pseudo-lacacaniano tipo “patatabrava” que ahora prolifera y que interpreta a Lacan como si se tratara de un profesor de moral kantiano. Crean una confusión horrorosa al leer una simplonería donde está cifrado un enigma. (10 de septiembre)

  • Leyéndolos por ahí, pienso muchas veces que los hegemono-populistas doctrinarios son a Lacan como la Jerarquía Católica Vaticana al rabino Yeshua de Nazaret. Ambos tienen un gran interés en divinizar a la figura para disolver su componente subversivo y convertirla en instrumento de un poder institucional. A veces, leyendo algunos textos de politólogos populistas, citando a Lacan no ya como si lo hubieran entendido, sino dando a entender que su forma de entenderlo es la única autorizada, pienso que a la enseñanza de Lacan le puede pasar lo que a los Evangelios con las cartas de Pablo y Apocalipsis que reducen el cristianismo a su versión conservadora poniendo como fundamento único de su legitimación la resurrección de Cristo y su triunfo vengativo contra “el mal”, relegando cualquier lectura poética, ética, social o racional a un segundo plano y subordinándola a una lectura doctrinaria y conservadora, acaparada por una élite. Algo así hace el populismo cuando intenta reducir la lógica del significante a una especie de cálculo elocutivo (ni siquiera digo retórico porque de memoria, inventio, dispositio y actio nunca más se supo) neutralizando toda su capacidad de incisión en la posición del sujeto ante lo real del goce. 10 de septiembre.

  • Si leo a alguien que utiliza continuamente el término "neoliberal(ismo)" pero evita cuidadosamente el término "capitalismo", inmediatamente me asalta la más absoluta desconfianza por su discurso. Normalmente dirá que no utiliza el término “capitalismo” porque le parece oldfashioned (obsoleto o demodé) y porque lo asocia directamente al “viejo” social-comunismo de clase. De hecho, es una vieja añagaza de algún avispado hegemono-populista: ellos son los que se han empeñado en confinar en el más injusto enclaustramiento enunciativo a cualquiera que se auto-defina como “anticapitalista”, tildándolo de vetusto “izquierdista identitario” (el proceso madrileño de Podemos es la enésima edición de este enfrentamiento). El problema es que, a partir de esa premisa, el término “capitalismo” se convierte en tabú (otro más, víctima de la centralidad del tablero, la transversalidad y el miedo supersticioso a caerse de la agenda mediática) y entonces utilizan “neoliberalismo” en su lugar.
    Pero esta sustitución tiene consecuencias, obviamente. El neoliberalismo es una ideología, distintiva de la fase actual del capitalismo (desde hace 40 años) pero no lo identifica en su totalidad. Lo que define al capitalismo es sobre todo que la explotación se convierte en patrón modélico de todas las relaciones sociales y la mercancía en paradigma de todos los bienes, entes, servicios y afectos. Esto puede ir cambiando de forma. En el fordismo liberal es un patrón el que explota a los obreros. En el postfordismo neoliberal, los bancos explotan a los intrépidos emprendedores (entrepreneurs). En ambos casos, se vendió la ilusión de libertad y la opción de medrar (cambiar de clase) como zanahoria que impidiera pensar que la necesidad vital y la amenaza de la exclusión y la miseria es el palo.
    Pero si uno combate al neoliberalismo como si fuera un absoluto, sin tener el atravesamiento y rebasamiento –no me gusta el término “superación”, porque es esencialmente patrimonio del discurso capitalista- del capitalismo lo que está perpetuando es la estructura de la dominación capitalista. La socialdemocracia y la creación del “Estado del Bienestar” son los ejemplos históricos más evidentes de que la confusión entre la esencia del capitalismo y sus concreciones accidentales lo único que propician es que los parcos progresos y conquistas sociales de los explotados sean facilísimamente reversibles.
    Los que cargan contra el neoliberalismo como enemigo, lo presentan transido de propiedades metafísicas: que si la biopolítica, que si es la única ideología que ha tocado al sujeto en su misma constitución, etc. El caso es que todas las ideologías han hecho eso, porque nadie tiene un esclavo si no le ofrece un goce para apropiarse de su deseo, que es esa dehiscencia que está en el origen de toda decisión por la libertad.
    No, el neoliberalismo no es el enemigo absoluto. El enemigo absoluto es el capitalismo; el neoliberalismo es sólo su arma actual. Que explorar esta actualidad, cernirla en su especificidad, puede ser una gran herramienta en la lucha contra la dominación capitalista está fuera de toda duda, porque nos permitirá conocer más profundamente la esencia del capitalismo como modo de dominación. Suplantar la lucha multitudinaria y poliédrica contra el capitalismo por una crítica monocromática del neoliberalismo es precisamente el mejor antídoto contra cualquier subversión. Con más razón si pensamos en el fracaso de todas las fórmulas socialistas del siglo XX. 10 de septiembre.

  • Errejón va a por Iglesias, acompañado por Sánchez y Maestre. De los vínculos afectivos anteriores de todxs con todxs, todxs sabemos. Lo que nos demuestra que Vistalegre es un dispositivo cruel, dócil y dúctil para las canalladas. Parece que los hegemono-populistas lo único que saben de emociones y afectos es utilizarlos. Los de los demás, quiero decir. En beneficio propio, naturalmente. Desde luego, vivirlos y ser leales a ellos, con ellos no va. ¿O me han informado mal? 9 de septiembre.

Del sentido y la comprensión.

  • La causa no es el sentido, el sentido es un efecto. Con tener esto clarito la de problemas que nos evitaríamos.
  •  Si la causa del decir no es el sentido, si el decir tiene su causa en un más allá de lo simbólico, entonces el silencio es un operador inexcusable en la operación del entender. La confrontación, tomada como fin en si mismo, no es esclarecedora, sino que es una operación de refuerzo fantasmático. Uno necesita ser contradicho para poder defender la anterioridad fundamental de su opinión sobre la base del atentado contra ella. Las tertulias políticas y los antagonismos simulados lo único que pretenden es que el espectador (verdadero enunciatario del espectáculo entre dos locutores que no tienen ningún interés en ser escuchado ni convencido por el otro) no pueda llegar a situar su comprensión en el futuro, sino en un mítico pasado inmutable. Es la mejor forma de reforzar el sentido común (la ideología) dominante: que el enunciatario no tenga jamás en su horizonte existencial la expectativa de comprender -todo acto de comprensión es una destitución subjetiva-, sino que asista al espectáculo anclado en la fantasía de su pre-comprensión.
  •  La claridad no es la lucidez sino su atenuación complaciente y bonancible, una prótesis para que la luz no dañe las pupilas. Es un engaño siempre, pues hace pasar por verdad lo que es tolerable, esperable, para el entendimiento. No hay verdad sin lucidez. Y la lucidez siempre ciega. La claridad es un valor burgués en el más rancio sentido de la palabra.
  •  Yo lo que reivindico es el momento obscuro como ineludible. Siempre les digo a mis alumnos -algunos pasarán por aquí y no me dejarán mentir- que mi principal objetivo es que desaprendan lo aprendido, esto es, que no me arredra y aspiro a que no se amilanen ante ese momento de no entender que no pretendo de ningún modo evitarles. ¿Que hay algo de procedimiento mesiánico y profético en el asunto? Puede ser ¿Qué hago para no ser identificado con estas figuras? Reír. Hago reir, para hacer tolerable la angustia y para que mi pensamiento sea tomado en serio, es decir, que no se identifiquen mis palabras con mi figura. O mi presencia, si se prefiere. El sentido del humor es esencial para no reducir el desvelamiento al mesianismo.
    (Esto viene de otra conversación, pero valga como declaración de principios para el curso, que empieza el lunes) 9 de septiembre.

    El debate de investidura de Rajoy

  •   Que uno pueda estar en absoluto desacuerdo político con gente a la que admira profunda y radicalmente, lo muestra el hecho de que dos de los artistas vivos más sublimes de este país, como Antonio López y su tocayo Gamoneda hayan firmado el famoso manifiesto de apoyo a una candidatura de C’s/Psoe/UP. Que uno pueda estarlo con gente, que sin llegar a esas cotas de grandeza estética, le hayan hecho pasar algunos buenos ratos, lo demuestra el que lo hayan firmado Millás, Miguel Ríos, Sabina o García Montero. Es un poco más extraño constatar, sin embargo, que uno pueda estar en radical desacuerdo político con alguien a quien acaba de votar en unas elecciones, pero que también es posible me lo demuestra el que lo haya firmado Baldoví.
    Uno se sorprende menos de que apoyen estas cosas profesionales pequeño-burgueses cuyo único valor político ha consistido en ofrecer una imagen de moralistas adustos tras la que esconder un narcisismo de difícil escondimiento, como Pumarejo, Garzón (Baltasar) o Llamazares. Yo me voy a limitar a copiar una cosa que escribí justo antes de las elecciones del 20D en un textito que titulé “Le exijo a Podemos”. De más está decir, que extiendo esta exigencia, hoy por hoy, a cualquier fuerza que se considere no ya progresista, sino simplemente antifranquista:
    “LE EXIJO A PODEMOS UN ENFRENTAMIENTO TOTAL Y FRONTAL A CIUDADANOS. Creo que ya no es el momento de melifluos y aflautados “sísepuedes”, ya no es momento de hablar sólo de ilusión y de cantos adolescentes de fraternidad y amor. Es el momento del ANTAGONISMO en el más contundente, honesto, y estratégicamente oficial sentido de la palabra. Es el momento de volver a las raíces -si no organizativas, al menos político-discursivas- y plantearse un enfrentamiento radical a la casta. Y darse cuenta de que el bipartidismo tiene una nueva faz. Cambiar el antagonismo izquierda / derecha por el paripé vieja vs. nueva política es, eso sí, un engaño en toda regla. (…)Por eso, le exijo a Pablo Iglesias que muestre un distanciamiento total y una discrepancia radical y contundente frente a Albert Rivera, y deje de permitir esa connivente asociación “yoamoalaurística” que los equipara a ambos como jóvenes y prometedores “nuevos políticos”. C’s es la suma expresión de los valores lo que antes se llamaba la casta y que Podemos nació para combatir. Y le exijo a Compromís que no olvide que el cosmopaletismo ultra-liberal de C’s es el principal peligro para los valencianos. Y quede que digo EXIJO, como se suele dirigir uno a los poderes establecidos y no, pongo como condición. Condición no les pongo ninguna, ni admito ninguna. Después de las elecciones veremos, porque la verdad, siendo contingente, no es relativa ni condicional."
    Espero que la cosita haya quedado clara. La derecha sí que lo tiene. Que no nos intenten vender un moralismo de sainete. No cuela. (30 de agosto)


  •  Con el PP la cagamos y dejamos que se convirtiera en un monstruo enorme. Pero a Ciudadanos, aún estamos a tiempo de pararlos en las urnas, a la mínima que haya elecciones, que será pronto, antes de que se conviertan en el problema más grande de España en décadas. Viendo cómo actúan ahora es para sentir verdadero pánico si estos mequetrefes morales y políticos tocan el más mínimo poder. Pásalo. Por favor, es importante. 24 de agosto.


  •  Un documental de morsas en La 2 y Sálvame en Telecinco salvan esta tarde la dignidad informativa de la TV en España #investiduraRajoy 30 de agosto.

  • Que los españoles tengan derecho a elegir libremente su trabajo y verás cómo ejercen el de educar libremente a sus hijos #investiduraRajoy 30 de agosto.

  •  Yo sigo siendo fan de este hombre (Gabriel Rufián). A Pedro Sánchez: "¿Cuánto más va a renunciar a la gobernabilidad de su país por no dar voz al nuestro?"
    Acabo de oír el discurso. La coincidencia del planteamiento con mi columna de ayer creo que es más que evidente:
    "La gobernabilidad y el cambio de tablero"
    Si alguien dispone del tiempo para escuchar primero uno y luego leer la otra (o viceversa), nada me satisfaría más. 6 de septiembre.

     Coses del meu país.

  • Nem a vore. Per entendre un missatge com aquest no cal a soles saber juntar "les lletretes". La tasca de recuperació de tot un fum de població que ha sentit que el valencià de les aules no era la seua llengua perquè no es parlava com a sa casa és absolutament peremptòria per a un equip de govern com el de l'Ajuntament de València, perquè aquesta diferenciació ha estat el principal cavall de batalla del blaverisme pepero. En eixe sentit, el cartell em sembla absolutament correcte. La part popular, del carrer, no normativa, està en un tipus de lletra de caire evidentment no oficial. Fins i tot, el mot bonic/a està imprés en un tipus de lletra que imita la manuscrita, perquè fa la transició entre la primera frase (que pot ser sospitosa de castellanisme) i l'encerclada en roig, que al representar la veu institucional (tipus de lletra, logo, etc. absolutament institucionalitzat) està escrita en un model de llengua impecablement normatiu. El que està connotant-se de cara al públic del carrer (que es a on està destinat la anunci, essent com és una tanca publicitària) es: tu que parles un valencià col·loquial estàs perfectament representat a les institucions. A mi, semiòticament, l'anunci em sembla correctíssim en la direcció a la que està orientat: emparar el valencià col·loquial-dialectal dintre del marc institucional normatiu, anomenant-lo i representant-lo, no ignorant el que parla el poble. (És una resposta que he donat en altre mur a una crítica a aquest cartell pel seu ús de castellanismes) 23 de agosto.


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  • Todas las miserias del paletismo derechista monolingüe español en un solo tuit. Cal ser filla de puta (oi, que s'entén?) 25 de agosto.
      
  •  Per fer a açò, baixar a sopar a la vorera de casa a l'estiu com s'ha fet als pobles valencians -i zones d'estiueig en general- tota la vida, Rita et multava. Total que ahir la vida, màxima enemiga del PP, vessava al passeig marítim del meu barri. Ja sé que la foto n'és de roïna, però volia deixar constància de com està tornant la vida al Cabanyal, de mica en mica. 4 de septiembre.

 Más cosas...

  •  #sesudoscomentarioscuñadosillombológicos (Conveniente, leer hasta el final...) Evidentemente, los representantes de los españoles están suponiéndonos, salvo muy honrosas y aisladas excepciones –individuales o minoritarias-, una decepción tras otra. Sea por desidia o falta de interés y preparación para actuar en nombre de los españoles, sea por la excesiva dependencia de un líder, en otros casos, los que nos representan están fracasando miserablemente cuando de ellos no esperábamos más que cumplieran con su trabajo según las expectativas que habían levantado entre todos nosotros, no que cejaran en su empeño a las primeras de cambio como si los intereses de todos, las ilusiones de todo un pueblo, no fueran con ellos y ellas. Me parece una situación de bloqueo desoladora. Hay que tener en cuenta que, en este caso, han sido llevados a donde están a costa de todos los españoles y deberían estar cumpliendo aquel deber que les ha sido encomendado y no pensando en tener vacaciones cuanto antes. A veces, algún líder está muy por debajo de lo que podríamos haber esperado de él. Pero el colmo es que sus compañeros dependen de su iniciativa, sin ser capaces de nada más si él no está a la altura. Y qué decir de la actuación de quien está en conexión con Venezuela: apatía pura, escondiéndose de sus responsabilidades y dejándose ir como si no fuera su fiesta y que se arreglen los demás. En fin, esto está siendo un desastre y que no se extrañen si la gente pasa de ellos, dada la desafección, el aburrimiento y la desilusión que están propiciando. (Aquí mi comentario sobre la actuación española en las Olimpiadas hasta ayer. Y mi demostración de que los periodistas de los grandes medios son perfectamente intercambiables entre la sección de política nacional y la de deportes. Del espectador, se espera lo mismo en las dos secciones: que mire y calle. Ya nos dicen ellos qué tenemos que sentir ;) ) (10 de agosto)
  •  Brutalmente exacto. No le quitaría una coma. Y responde muy bien a lo que ha sido mi quebradero de cabeza de los últimos tiempos: las relaciones entre el pensamiento y la política.
    "Y por esto, a su vez, lo político niega la filosofía política. Uno puede crecer únicamente sobre la hipótesis del fin del otro. La filosofía política es filosofía del fin de la política. Pero la política es el fin -o la imposibilidad- de la filosofía política. Lo que, en cambio, resulta posible y necesario es el pensamiento sobre la política. Pensar la política en lo que tiene de irreductible a la filosofía política es precisamente la tarea de lo impolítico. Que puede ser conducido por la filosofía política a condición de autoproblematizarse como tal, de deconstruirse en cuanto filosofía política, de volverse filosofía de lo impolítico. Esto es, determinación extrema de lo político en el sentido lateral de delinear los términos, más allá de los cuáles no hay nada: el silencio del poder. O su impensado. Tal vez sea este silencio -lo impensado del poder- el espacio de responsabilidad del pensamiento."
    Roberto Esposito. (8 de agosto)

     

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