miércoles, 3 de abril de 2013

Privilegios

Privilegios

Juan Carlos Sánchez Magallán
Dominada por la soberbia, Elba Esther desafió al gobierno de Peña Nieto pretendiendo “hacerle manita de puerco”. 03/04/2013 00:53
Privilegios
Entre fariseos, centuriones y Judas transcurrió la Semana Santa para “el descanso” de miles de familias. Cientos quedaron varadas en la Autopista del Sol, atrapadas por las huestes sindicales del magisterio opositor al desarrollo y formación de los niños en las escuelas. ¿El pretexto? Se oponen a la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto. La realidad de fondo es mantener canonjías, privilegios y prebendas, pero debieran verse en el espejo de Elba Esther, La Teacher, otrora líder moral del SNTE, poderosa e intocable en las administraciones panistas de Fox y de Calderón; instalada en el poder por Salinas de Gortari y temida por Zedillo, quien sin ser priista fue plantado por Salinas como candidato y Presidente.
Dominada por la soberbia, Elba Esther desafió al gobierno del presidente Peña Nieto pretendiendo “hacerle manita de puerco”, jugó a las vencidas y perdió, ahí José Antonio Meade y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena se ganaron la cancillería de Relaciones Exteriores y el ministerio de la Suprema Corte de Justicia, respectivamente, al preparar su expediente desde sus anteriores cargos en la Secretaría de Hacienda. ¿O usted, querido lector, cree que la investigación se realizó en el primer mes de la administración de Peña Nieto? Más bien habría que reconocer las habilidades de Luis Videgaray, secretario de Hacienda, quien desde el ministerio de finanzas del país es un extraordinario operador de la política. La CNTE presiona con sus tradicionales marchas, mítines, plantones, tomas de oficinas y plazas cívicas en Guerrero, Oaxaca y Michoacán “doblando” a los gobernadores, asustando al turismo nacional, quebrando a los prestadores de servicios (hoteleros, restauranteros, taxistas, etcétera). Ángel Heladio Aguirre y Gabino Cué no siguen el ejemplo del presidente Peña Nieto. Eso sí, solicitan todo el apoyo de la Federación, pero aflojan el cuerpecito en tratándose de restaurar el orden y la paz pública que sus gobernados y todo el país requerimos. ¿Por qué los capitalinos tenemos que padecer sus tropelías y excesos cuando vienen al Zócalo de la Ciudad de México? El gobierno federal, con respeto a las soberanías, debiera diseñar un mecanismo de corresponsabilidad para obligar a los gobernadores a cumplir con su gobernanza. ¿Acaso es coincidencia que en estos estados hayan surgido los grupos de autodefensa? ¿Es armando a la sociedad o desarmando a los sicarios como se resolverá este asunto?
Con una percepción positiva de líderes de opinión y sociedad, del despliegue de reformas y programas que ha emprendido, el presidente Peña Nieto tiene un ritmo de trabajo ejecutivo que muchos de sus colaboradores no han entendido o entendiéndolo no están a la altura de los resultados que la sociedad reclama. Lo cierto es que no han bajado los resultados a los “ciudadanos de a pie”. ¿Será por los cuatro mil 500 mandos medios y superiores panistas que no quieren dejar el cargo? Escuchamos que en año y medio habrá resultados en la prevención de los delitos, la violencia, seguridad pública, combate al narcotráfico, etcétera.
Muchas cifras y diagnósticos de la PGR y de Gobernación; es más retórica sobre la realidad; las reformas se centran en resolver problemas estructurales, pero el problema más grave de la nación es la crisis económica y el avance indefendible de la pobreza.
Habrá elecciones en 14 estados del país, ¿serán termómetro para medir el trabajo del gabinete actual, o no, estimado lector?
      

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