domingo, 19 de mayo de 2013

Patriarca Kiril: “Una sociedad justa no puede edificarse sobre la sangre derramada”

Patriarca Kiril: “Una sociedad justa no puede edificarse sobre la sangre derramada”

Patriarca Kiril: “Una sociedad justa no puede edificarse sobre la sangre derramada”

El primado de la Iglesia ortodoxa rusa llamó a los habitantes y huéspedes de la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales, a recordar las trágicas lecciones del pasado para evitar errores en el futuro.

En estos días allí transcurren los festejos del 400 aniversario de la Casa de los Románov. El patriarca Kiril encabezó las principales actividades festivas. 
No es muy correcto hablar precisamente de “festejos” en Ekaterimburgo. Es que en esa ciudad en julio de 1918 fue asesinado el último emperador ruso Nikolái II, junto a su familia y sirvientes. La memoria sobre el particular aún permanece viva entre los lugareños. Las “cartas de visita” de la ciudad son el monumento Sobre la Sangre Derramada, levantado en el lugar en que se encontraba la casa en que fueron fusilados los miembros de la familia imperial, el llamado Foso Ganya al que fueron arrojados los cuerpos de las víctimas mortales. Pero la población local no se detiene frente a esos lugares como ante sitios turísticos. “Allí todo huele a historia viva y espiritualidad y por eso venimos con frecuencia”, dice Svetlana Smólina – una de las peregrinas. 
Por una parte es un lugar de dolor y, por la otra, de enorme dicha y alegría. Es que los mártires reales oran por nosotros, por todo el país, por todos los pecados de cada uno de nosotros. Por ahora en nuestro país los creyentes no son muchos, pero estoy segura de que a través de la familia real y de la actitud de benevolencia que reinaba en ella, del amor que nos manifestaron a todos nosotros, el pueblo se encaminará hacia la fe en Dios. 
El patriarca Kiril celebró un breve oficio junto a la Cruz de la Adoración. Está instalada en ese mismo Foso Ganya, el lugar en que fueron desechos los cuerpos. Poco más tarde, el máximo jerarca celebró un tedéum en la iglesia inferior del Templo sobre la Sangre Derramada, donde fue fusilada la familia real. Todo esto se transmitió a grandes pantallas. Miles de creyentes junto al primado parecían pedir perdón a los inocentes asesinados y a todos los reprimidos en los años en que se combatía a la Iglesia y terror rojo causaba estragos. Sobre el pasado y el futuro oraban juntos los vecinos de Ekaterimburgo y representantes de la Casa de los Románov. La Gran Princesa María Vladímirovna Románova – la última de los descendientes directos de la familia imperial, cabeza de la Casa Imperial de los Románov y como ella misma se autodenomina Guardiana del Trono ruso, estaba conmovida hasta las lágrimas. “He venido especialmente de España para rezar por la memoria de mis antepasados junto con el patriarca Kiril”, confesó a un corresponsal de La Voz de Rusia:
- Este año también es importante para toda mi familia y para toda Rusia. Ante todo, es el 400 aniversario de la finalización de la Época de revueltas, que marcó el triunfo del pueblo ruso y la elección de los Románov al Trono. Es la historia de mi familia y por eso estaba obligada a venir a este lugar y a rezar junto con el jefe de la Iglesia rusa. Es un lugar muy triste, pero hoy está iluminado con la memoria de los mártires reales. 
2013 es, en realidad, el año de un triple aniversario imperial. Hace 400 años fue entronizado el zar Mijaíl, el primero de la dinastía de los Románov. El 19 de mayo de 1968 nació Nicolás II - el último emperador de Rusia de la dinastía de los Románov. Y 95 años atrás, en la madrugada del 17 de julio fue asesinado. La convergencia de todas estas fechas en un año constituye cierta señal a la sociedad y el Estado contemporáneos, afirma el patriarca Kiril. 
Esto nos permite pensar en la historia de nuestra patria, en la tragedia de nuestro pueblo y recordar una vez más la hazaña espiritual del emperador Nicolás II y de su familia, que aceptó la muerte tal como debe aceptarla todo cristiano. Sin rencor y en paz, en plena resignación y entrega de su alma y cuerpo a manos de Dios. Por eso nosotros hoy enaltecemos el nombre del santo mártir emperador Nicolás II y a su familia. 
Las actuales actividades revisten importancia no solo para Ekaterimburgo, sino también para toda Rusia, asegura la representante de la Casa Imperial y viuda del primo del emperador asesinado, Olga Nikoláievna Kulikóvskaya-Románova, quien también vino especialmente estos días a Ekaterimburgo: 
Todas las veces vengo a este lugar con el corazón oprimido, pero siendo que debo estar aquí. Aquí se consumó la gran tragedia de Rusia, que de año en año de a poco empieza a expiarse. La gente empezó a arrepentirse de lo ocurrido, a comprender como hemos perdido a aquella Rusia. Ahora todos nosotros debemos trabajar en el restablecimiento y renacimiento de Rusia. 
Los festejos del 400 aniversario de la Casa de los Románov, que transcurren en diferentes ciudades de Rusia y en otros países, constituyen un paso necesario encaminado a la restauración de la justicia histórica y el resurgimiento del poderío y la fuerza de Rusia, concluyó Olga Nikoláievna Kulikóvskaya-Románova.
mj/kg

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