La abolición del dinero en efectivo, una propuesta peligrosa para los más desfavorecidos
El exponencial avance de la tecnología amenaza con cambiar de raíz el sistema monetario utilizado durante siglos. El
Gobierno de Dinamarca ha lanzado esta primavera la propuesta de acabar
con la obligatoriedad de que parte de sus comercios tengan que aceptar
pagos en efectivo a partir de enero de 2016. La intención del Ejecutivo nórdico ahondaría en la fuerte tendencia a la baja que está sufriendo el metálico durante los últimos años no sólo en Dinamarca, sino también en sus vecinos, Suecia, Noruega o Finlandia.
Aunque las cifras de uso
ofrecidas por diferentes instituciones son difusas, las tendencias
ofrecen algunas conclusiones. Tal y como revela un informe de Pwc en colaboración con el IE Business School “hay
una relación directamente proporcional entre el desarrollo de una
economía y el uso de medios distintos del efectivo. A mayor desarrollo,
mayor empleo de las tarjetas, de las transferencias, de las
domiciliaciones y de los cheques. África, con un 99% de empleo de
efectivo, y Norteamérica, con un 51%, serían las regiones en los
extremos de la escala.” Este mismo estudio pone el uso de efectivo en
Europa en el 66%. No obstante, si se acerca el foco en el Viejo
Continente, existen notables diferencias entre los países nórdicos, los
que menos efectivo usan y más se decantan por otros medios de pago, y España y Alemania, las dos naciones que más tiran de calderilla y papel moneda, tal
y como indican datos del Banco Central Europeo en un análisis realizado
por Norges Bank. Por otro lado, esta misma entidad financiera muestra
en un estudio que la tendencia del uso alternativo al efectivo es cada vez mayor.
El informe de PWC y el IE
señala que “La creciente proliferación de los pagos a través de Internet
y, sobre todo, del teléfono móvil está cambiando la fisonomía de la
industria del sector en todo el mundo”. En este punto, cabe destacar la
disrupción que la tecnología está desatando en las formas de pago más
allá de la tarjeta de crédito. Apple, la compañía más grande del mundo
por su capitalización bursátil y la enorme capacidad para implantar sus
productos en la sociedad, presentó a bombo y platillo en 2014 su Apple
Pay, el sistema que permite pagar con el teléfono móvil. Este sistema,
implantado ya por otras compañías y bancos, tiene cada vez más
presencia.
Ventajas
La mayoría de expertos han
acogido la propuesta del Gobierno danés para erradicar el dinero en
metálico con los brazos abiertos. El economista y profesor de la
Universidad de Harvard, Kenneth Rogoff, sostiene que el dinero en metálico es el principal causante de la evasión de impuestos y de la economía ilegal.
Es decir que, en caso de desaparecer, ya no se verían instantáneas de
bolsas de basura llenas de billetes moviéndose de un lado a otro.
Por otro lado, este experto
señala que el dinero en efectivo torpedea los planes de los bancos
centrales para estimular la economía y la inflación. Esto es debido a
que aunque las autoridades monetarias pongan los tipos de interés de los
depósitos en negativo no consiguen materializar sus planes, dado que
aquellos depositantes que se vean obligados a pagar por el dinero que
dejan en los bancos preferirán mantenerlo en efectivo.
Otro motivo que se pone
encima de la mesa es la eficiencia que generaría un sistema sin
intermediación del dinero en metálico. Mayor facilidad y rapidez para
realizar los pagos además de la eliminación del coste de producción de
las propias monedas y billetes. También evitaría los asaltos y atracos.
Desventajas
Sin embargo, todas estas
bondades esconden una serie de problemas que atacan a las capas más
desprotegidas de la sociedad. Willem Buiter, economista jefe de una de
las multinacionales más grandes que existen en el mundo de las finanzas,
Citigroup, también es partidario de acabar con el dinero en efectivo, pero advierte en un informe
de que el metálico “todavía supone el 85% de las transacciones a nivel
global”. A este respecto, Buiter añade que “el uso de la moneda sigue
siendo alta entre las personas más pobres y algunas personas mayores, no
sólo en los países pobres, sino también dentro de las economías más
avanzadas”. Por este motivo, el economista jefe de Citigroup destaca que
esta situación exigiría que se preservara dinero en metálico por valor
inferior a cinco dólares.
Ricardo G. Zaldíbar,
profesor de economía retirado y expresidente de Attac España opina que
la abolición del dinero en efectivo sería dramático para los más
acuciados por la exclusión y la precariedad. Aunque admite que el
sistema tiene puntos muy positivos, cree que no todo el mundo está en
disposición de contar con cuenta en el banco o Internet. Una de las
medidas que propone este experto para mejorar el sistema es la
introducción de monedas locales, que apoyen una economía más de cercanía
y no sirvan como medio de acumulación. Con este tipo de sistemas de
pago, indica Zaldíbar, se conseguiría dar una solución a las personas
que se dedican a la venta ambulante, que se verían muy comprometidas si
se erradicara el dinero en efectivo.
Por otro lado, este miembro
de Attac considera que una medida así supondría poner más dinero en
poder de los bancos, lo que les permitiría acumular más poder y
generaría aún más desigualdad. Por el contrario, el informe de PWC e IE Business Shcool advierte: “ El actual statu quo
, en el cual los bancos tienen una posición dominante, está amenazado
por la aparición de nuevos y potentes competidores (gigantes
tecnológicos, operadoras de telecomunicaciones, fabricantes de móviles,
empresas de distribución, start ups …) que están llamando a la puerta, o la han derribado ya“.
En línea con Zaldíbar se
muestra Rodolfo Rieznik, miembro de la junta directiva de Economistas
sin Fronteras y profesor de Economía. Para Rieznik, “los bancos
dispondrían de más dinero para poder sacarle un interés y obtendrían aún
más poder”. Este experto cree que la propuesta podría ser una
invitación a que las personas con más dificultades económicas y de
acceso técnico a la tecnología crearían mercados negros paralelos con
otro tipo de monedas o medios de pago. Este miembro de Economistas sin
Fronteras considera que la medida podría ser apropiada para Dinamarca,
con un nivel de cultura en estos aspectos superior al que existe en
España. No obstante, Rieznik sostiene que “no sería demasiado difícil
crear algún sistema de pago que permitiera la inclusión de los más
pobres y facilitara las cosas a aquellos con menos posibilidades”.
Bajo esa óptica, el Banco Central de Ecuador ha lanzado este año su propia moneda digital para,
según explica el responsable del proyecto, Fausto Valencia, “impulsar
la bancarización de aquellos colectivos que no tienen acceso al sistema
financiero del país”, entorno al 40% de la población. Valencia explica
que “aunque existen más de 18 millones de líneas celulares, no todo el
mundo tiene teléfonos inteligentes, paquetes de datos o internet,
entonces ahí hay una limitación. El sistema se diseñó para que no
requiera uso de Internet, ni datos, y que pueda ser utilizado con una
línea activa en el teléfono más sencillo a través del uso de los canales
y mensajería básica de la telefonía móvil”.
Otro problema que generaría
un mundo sin ‘cash’, apuntan expertos en la materia, sería el de la
privacidad. Si todos los pagos se realizan de manera electrónica, habría
la posibilidad de aumentar el control y la vigilancia sobre la
población.
Fuente: http://www.eldiario.es/economia/desaparicion-efectivo-propuesta-peligrosa-desfavorecidos_0_406659742.html
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