Bienvenidos al Nuevo Orden Mundial de la Agricultura Industrializada, cortesía de la Fundación Gates
Cómo Bill Gates está arrasando la agricultura
tradicional y las sistemas alimentarios locales: usurpación de tierras,
control de las semillas y cultivos modificados genéticamente.
Por Simone Adler,
Los sistemas de semillas utilizados por los
agricultores africanos están siendo criminalizados y reemplazados de una
forma agresiva por la llamada Revolución Verde, un proyecto de
ocupación por parte de las grandes compañías multinacionales. Esta
violenta transformación agraria se enfrenta a múltiples objeciones.
Organizaciones de agricultores africanos están indignadas porque las
decisiones han sido tomadas sin su consentimiento, impuestas de una
forma paternalista, patriarcal, como si esa visión y soluciones
agrícolas hubiesen sido diseñadas para ellos.
La Revolución Verde está siendo financiada por la
Fundación Gates, junto a muchos gobiernos de los centros del
Capitalismo, como son los Estados Unidos, el Reino Unido y los Países
Bajos. Están trabajando en estrecha colaboración con cerca de 80
empresas de semillas de África. La Fundación Gates es la piedra angular
encargada de coordinar las diversas iniciativas que la Revolución Verde
está llevando a cabo en África.
Los proyectos de la Revolución Verde consisten en
paquetes tecnológicos muy caros que deben ser adquiridos por los
agricultores. Millones de pequeños agricultores con escasos recursos no
pueden pagar estos altos costes de los productos y materiales de uso
agropecuario, a menos que estén subvencionados por los Gobiernos o los
impuestos de los contribuyentes. Este dinero marcha de las arcas
públicas a los bolsillos de la Agroindustria, como Monsanto y Pioneer
Hi-Bred por la venta de sus semillas híbridas y mejoradas y sus
productos agroquímicos.
Hablar de inversión se ha convertido en un eufemismo
para ocultar la apropiación de tierras, la enajenación y desplazamientos
de las comunidades. Ya se están observando los comienzos de este
control por parte de las Corporaciones y la concentración del sector de
las semillas. Monsanto y Pioneer Hi-Bred, empresas multinacionales
estadounidenses, controlan la mayor parte del mercado del maíz híbrido
en el sur de África. La adquisición de la empresa de maíz de Sudáfrica,
Panaar Seed, por parte de Pionner Hi-Bred, puede ser la punta de lanza
para hacer incursiones en otros lugares de África.
Se está produciendo una dislocación social, el
colapso de los sistemas agrícolas, algo que ya hemos observado. En
países donde se ha introducido la Agricultura Industrial, como
Sudáfrica, los agricultores han sufrido pérdida de cualificación y están
ausentes de las decisiones de producción, que se toman en laboratorios y
lejanas salas de juntas.
En Uganda y otros países del este de África, donde el
plátano es un alimento básico, la Fundación Gates ha invertido millones
de dólares en el proyecto de desarrollo de un plátano transgénico. Su
idea es la de permitir que los ugandeses y otros africanos del este
puedan acceder a la vitamina A que estaría presente en este plátano
transgénico que produciría beta caroteno, que luego en el interior del
cuerpo se convierte en vitamina A, como si una dieta variada no aportase
esta vitamina a los africanos.
Los ugandeses disponen de alrededor de 27 variedades
de plátanos. Este proyecto de superplátano sería un Caballo de Troya,
algo muy similar al arroz dorado
que se está intentando comercializar desde mediados de los años 80,
pero que todavía no ha sido posible su desarrollo después de haberse
invertido enormes sumas de dinero. Incluso ya se han iniciado las
pruebas de alimentación de este plátano transgénico entre los ciudadanos
de los Estados Unidos, en la Universidad Estatal de Iowa. Es la manera
de capturar un mercado y hacer presión para que países que se niegan a
los cultivos transgénicos, como Uganda, se abran a ellos.
Gates habla de que los sistemas agrícolas campesinos
están atrasados y serían los responsables de la pobreza y el hambre en
África. Hay un esfuerzo concertado para acabar con estos sistemas y
convertirlos en obsoletos. Son inadecuados y tienen que desaparecer
ahora, cuanto antes. Pero el 80% de la población vive en las zonas
rurales y el 70% de los ingresos se generan a partir de la agricultura.
¿Qué va a ocurrir cuando se vacíen las zonas rurales? ¿Dónde van a ir
todas estas personas?
Quiero
imaginar África como un continente vibrante donde los agricultores
tengan el control de sus sistemas de semillas, que estén orgullosos de
sus conocimientos que se han transmitido de generación en generación a
través de prácticas ancestrales de intercambio, siendo autosuficientes,
con una gran cantidad de semillas bajo su control, y donde las mujeres
juegan un papel fundamental en las decisiones de producción, selección
de semillas y cultivo, y donde nuestras economías alimentarias locales
echan sus raíces.
[Este es el segundo artículo de una serie que ha
contado con la colaboración de varios líderes africanos de base que
trabajan en el control de las semillas y la soberanía alimentaria, la
descolonización del sistema alimentario de África y la preservación de
las prácticas agrícolas tradicionales. Esta serie de artículos ha sido
posible gracias al apoyo de New Field Foundation y Grassroots International. El hermoso logotipo es regalo del artista Ricardo Levins Morales]
Simone Adler es coordinadora de Operations y
Harvesting Justice en Other Worlds. Como activista en defensa de los
derechos del agua, Simone ha dedicado toda su vida a los temas de las
justicia del agua en todo el mundo. Se ha distribuido internacionalmente
una guía que informa a las comunidades afectadas por los grandes
embalses y como un instrumento de evaluación de su impacto.
——————————————-
Procedencia del artículo:
————————————————-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario