Un ministro israelí prevé asentar hasta 500.000 colonos judíos al sur de Jerusalén
La Autoridad Palestina teme la división de Cisjordania con la expasión de los asentamientos
Jerusalén
Del principio de paz por territorios que inspiró
los acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos parece haberse pasado,
dos décadas después, al de terrenos para nuevas disputas. El ministro
de Vivienda de Israel, el centrista Yoav Galant, considera que la
población del gran conjunto de asentamientos judíos
de Gush Etzion en Cisjordania, situado al sur de Jerusalén, deberá
crecer desde sus 75.000 colonos actuales hasta llegar a medio millón
dentro de una década, según informaba el diario Maariv.
“Aquí hay gente que vive y existe, y vamos a
ayudarla”, aseguró el martes Galant —uno de los escasos miembros del
Gabinete que se ha declarado abiertamente partidario de alcanzar la
solución de los dos Estados con los palestinos—, durante una visita al asentamiento
de Tekoa para inspeccionar nuevas edificaciones en una de las áreas de
colonización más orientales. “Este lugar tiene importancia histórica y
estratégica”, enfatizó Galant, un exgeneral que participó en las guerras
de Líbano (2006) y Gaza (2009) antes de entrar en política en las
elecciones de 2015.
Polémica expansión
La ONG israelí Peace Now, que examina la
expansión de los asentamientos en Cisjordania, ha denunciado ante el
Tribunal Supremo que el Gobierno de Benjamín Netanyahu
pretende expandir los asentamientos al sur de Jerusalén en la polémica
zona de Givat Eitam, un proyecto conocido como E2 situado al sur de
Belén, al otro lado de la barrera de separación erigida por Israel en
Cisjordania desde hace una década. El primer ministro de la Autoridad
Palestina, Rami Hamdalá, teme que Israel esté intentando anexionarse
territorios palestinos. “Quieren construir un nuevo asentamiento ilegal y
una carretera junto a Belén, en un nuevo intento de cortar en dos
Cisjordania”, advirtió el dirigente en Ramala, citado por The Jerusalem Post.
La ciudad de Belén y sus localidades anejas se
encuentran ya prácticamente rodeadas de urbanizaciones judías, como Har
Homa y Gilo. La construcción de una nueva gran colonia al sur dejaría
prácticamente aislada a la mayor ciudad cristiana palestina y haría
inviable, según la Autoridad Palestina, la constitución de un nuevo
Estado al quedar quebrada su continuidad territorial.
Una situación similar de ruptura amenaza con
producirse en la zona este de Jerusalén, donde el Ejecutivo israelí
prevé levantar un gran asentamiento, el denominado proyecto E1, para
enlazar la Ciudad Santa con Maale Adumin, una de las mayores colonias de
Cisjordania.
La Unión Europea y Estados Unidos consideran que
el proyecto E1 es una línea roja que Israel no debe traspasar para
evitar poner en peligro una salida negociada. El Departamento de Estado
norteamericano advirtió de que los anunciados planes israelíes para
establecer un nuevo asentamiento al sur de Jerusalén que deje aislado a
Belén “son incompatibles con la búsqueda de la solución de los dos
Estados”.
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