El cristiano Michel Aoun, elegido presidente de Líbano tras dos años y medio de vacío institucional
Aoun ha sido elegido en la 46º sesión de investidura
El suní Rachid Hariri ha desbloqueado la investidura
Hizbulá, que había boicoteado la elección presidencial, le ha dado su apoyo
El Parlamento de Líbano ha elegido al cristiano Michel Aoun como nuevo presidente del país , casi dos años y medio después de que expirara el mandato del anterior jefe de Estado.
Aoun, ex jefe del Ejército y actual líder del principal bloque parlamentario cristiano, ha sido elegido en segunda votación con el apoyo de 83 de los 127 diputados que han acudido a la sesión.
Aoun ha obtenido los votos de su grupo; de los diputados de la Corriente del Futuro, del ex primer ministro suní Saad Hariri; del Partido Socialista Progresista del druso Walid Yumblat y del grupo chií Hizbulá.
En su discurso, Aoun ha instado a elaborar una ley electoral "justa" y a "la liberación de los territorios todavía ocupados" por Israel. El país vecino es, según el exmiitar, la "mayor amenaza contra el Líbano".
El expresidente libanés, Michel Suleiman, saluda al entrar en el Parlamento en Beirut
El anterior presidente, Michel Suleiman, terminó su mandato en mayo de 2014 y desde entonces las fuerzas políticas libanesas, influidas por la guerra de Siria y por las presiones de Arabia Saudí e Irán, no se habían puesto de acuerdo para la elección de su sucesor.
El grupo chií Hizbulá, que encabeza la coalición prosiria del "8 de Marzo", ha boicoteado el proceso durante todo este tiempo ausentándose de las votaciones en 44 sesiones de investidura.
El desbloqueo de la situación llegó de la mano de Saad Hariri, líder de la coalición antisiria del "14 de Marzo", quien anunció su apoyo a Aoun hace 10 días, tras obtener asimismo el visto bueno de Arabia Saudí. Una vez hecho esto el líder de Hizbulá, jeque Hasán Nasralá, dijo que apoyaría la candidatura.
Aoun ha centrado su campaña electoral en restablecer la influencia de la comunidad maronita, cuyo poder se ha visto reducido a favor de los musulmanes y, en concreto, de los chiíes.
El cargo de presidente de la República perdió varias de sus prerrogativas tras la firma del acuerdo de Taif (1989), que puso fin a tres lustros de guerra civil en el Líbano. Actualmente no puede disolver el Parlamento ni tiene poder sobre las decisiones del Gobierno.
Aoun, ex jefe del Ejército y actual líder del principal bloque parlamentario cristiano, ha sido elegido en segunda votación con el apoyo de 83 de los 127 diputados que han acudido a la sesión.
Aoun ha obtenido los votos de su grupo; de los diputados de la Corriente del Futuro, del ex primer ministro suní Saad Hariri; del Partido Socialista Progresista del druso Walid Yumblat y del grupo chií Hizbulá.
En su discurso, Aoun ha instado a elaborar una ley electoral "justa" y a "la liberación de los territorios todavía ocupados" por Israel. El país vecino es, según el exmiitar, la "mayor amenaza contra el Líbano".
El expresidente libanés, Michel Suleiman, saluda al entrar en el Parlamento en Beirut
Más de dos años de bloqueo
Según el reparto del poder en el Líbano, el jefe de Estado debe ser maronita (católicos de Oriente), mientras que el presidente de Gobierno debe ser un musulmán suní y el del Parlamento, un musulmán chií.El anterior presidente, Michel Suleiman, terminó su mandato en mayo de 2014 y desde entonces las fuerzas políticas libanesas, influidas por la guerra de Siria y por las presiones de Arabia Saudí e Irán, no se habían puesto de acuerdo para la elección de su sucesor.
El grupo chií Hizbulá, que encabeza la coalición prosiria del "8 de Marzo", ha boicoteado el proceso durante todo este tiempo ausentándose de las votaciones en 44 sesiones de investidura.
El desbloqueo de la situación llegó de la mano de Saad Hariri, líder de la coalición antisiria del "14 de Marzo", quien anunció su apoyo a Aoun hace 10 días, tras obtener asimismo el visto bueno de Arabia Saudí. Una vez hecho esto el líder de Hizbulá, jeque Hasán Nasralá, dijo que apoyaría la candidatura.
Aoun ha centrado su campaña electoral en restablecer la influencia de la comunidad maronita, cuyo poder se ha visto reducido a favor de los musulmanes y, en concreto, de los chiíes.
El cargo de presidente de la República perdió varias de sus prerrogativas tras la firma del acuerdo de Taif (1989), que puso fin a tres lustros de guerra civil en el Líbano. Actualmente no puede disolver el Parlamento ni tiene poder sobre las decisiones del Gobierno.
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